No habrá nueva edición de Vistalegre o "algún acto de partido" en lugares como la Plaza de Colón como auguraba Vox hace un mes y medio para mostrar su rechazo particular a la amnistía y como suplencia al aplazado festival VIVA que el grupo celebra ya anualmente tras dos ediciones. Desde Bambú rechazan ahora materializar uno de los puntos previstos a la hora de establecer el itinerario de oposición a Pedro Sánchez en esta nueva etapa a falta de la investidura. En la que se busca recuperar peso político tras el retroceso de las últimas generales y en el bloque de la derecha. Y es que desde la formación prefieren seguir vinculados a la sociedad civil y "a todas" las convocatorias que emanen de ella en contra de esta "nueva cesión" al independentismo del Gobierno de coalición.
"Ahora es momento de la sociedad civil, no de los partidos. Es lo que venimos defendiendo", aseguran fuentes nacionales de Vox, que después de la magnitud de la convocatoria de DENAES, con más de 100.000 asistentes, consideran que ese es el mejor camino a seguir. Rehúyen transitar por la senda del PP y su acto previo a la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, que congregó a finales de septiembre entre 40.000 y 60.000 -dependiendo de las cifras de la delegación del Gobierno y los populares- en la avenida de Felipe II de Madrid.
En la sala de máquinas del partido derechista, además, saben que después de abonar la idea de que el PP está haciendo uso "partidista" de la coyuntura promocionando actos particulares bajo sus siglas y rechazando acudir a protestas como la de la Fundación DENAES este domingo en pro de un "frente común" contra Moncloa, no se entendería un evento como los anteriormente planteados por fuentes del partido. Lo que Vox está agitando, pese a todo, tiene una doble lectura.
Si bien es cierto que el PP quiere evitar vincularse en lo posible con Abascal -también en manifestaciones- en lo que parece ser un nuevo periodo político, hay que destacar los vínculos que existen entre DENAES y Vox, lo que hace que el evento contra la amnistía de este fin de semana ya superado no haya sido un acto ordinario más como sí lo son los dos fijados para noviembre. Entre los ejemplos está que Abascal presidió la entidad hasta la fundación de Vox y copó parte de la protesta con un discurso.
Vox insta al PP a hacer un frente común contra la amnistía. Porque si no hay unidad, reconocen internamente, no se podrá echar a Sánchez
El PP ya participó el 8 de octubre en la convocatoria de Sociedad Civil Catalana, en cambio. Y será determinante para que prospere -o no- esa estrategia de Vox la decisión que Génova tome al respecto con la convocatorias del 12 en Barcelona de Cataluña Suma y del 18 de noviembre en Madrid, más multitudinaria, que encabezan entidades y organizaciones cívicas como NEOS -presidida por el exministro Jaime Mayor Oreja-, Pie en Pared -el think tank de los ex de Ciudadanos Juan Carlos Girauta y Marcos de Quinto- o la Fundación Foro Libertad y Alternativa, entre otro centenar de organizaciones cívicas que participaron en la convocatoria del 21 de enero contra el Gobierno y Sánchez.
Por el momento, y como anunció este lunes la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, Génova sigue planteando nuevas protestas contra la amnistía bajo título personal. "No nos van a callar y nos vamos a seguir rebelando y a seguir llamando a la sociedad española a que no se conforme; que eleve la voz y diga que en su nombre no se impulsa esta amnistía", afirmaba la también portavoz parlamentaria. Ante el órdago de Vox, el PP ha anunciado que este domingo estará en Valencia, donde ha convocado un nuevo acto como el de Málaga de antes de ayer, o los previos en Toledo y Santiago. Los populares, frente a la agilidad de Vox, ha emplazado hasta la recepción de las convocatorias cualquier decisión a favor o en contra de la asistencia. Pero ya ha adelantado Gamarra que "las movilizaciones que se puedan producir desde la sociedad civil contarán con nuestro respaldo".
Ante la posición de los de Feijóo, fuentes de Vox indican que "lo que nos jugamos es muy grave" y el PP parece estar centrado en "diferenciarse de nosotros". "Y hay que recordar que si no hay unidad, no le echamos", dicen las mismas fuentes de Sánchez. "Vuelven ya a lo de preferir otros pactos antes que con Vox. No han aprendido nada de las generales, porque así no se gana". En particular, desde Vox se reprocha que el PP esté en nimiedades, dicen, como los argumentos que ha usado el coordinador general popular Elías Bendodo en una entrevista para Antena 3. Éste restaba mérito al despliegue de DENAES y deslizaba que Vox y el Gobierno "se ponen de acuerdo" con las cifras de manifestantes para restar relevancia a los actos del PP. Vox, pese a coincidir con esos 100.000 asistentes, pronto ha elevado el número a 50.000 más.
El PP quiere una oposición desvinculada de Vox
Hay un cambio de concepción en lo que a las posibilidades de gobernabilidad de Sánchez se refiere por parte del PP y Vox. En septiembre, en vista a que a Feijóo no le salían las cuentas para la investidura, populares y ultraconservadores apostaban casi todo a una repetición de elecciones. Sin embargo, ahora hay matices. Y aunque ambos grupos sitúan que la palanca la tendrá Carles Puigdemont en última instancia y en vistas de su competencia particular con ERC, el convencimiento de que habrá legislatura, como mínimo breve, se extiende.
Es por ello, que el PP busca diferenciarse de Vox en lo posible. Es algo que ya se contemplaba y que pretende ahondar en la estrategia que ha hecho crecer a los populares y desfondarse a Vox. En Génova creen que esa es la mejor directriz a seguir, aunque ello se está aderezando con cuestiones como la entrada a la contienda en materia migratoria contra el Gobierno. De una manera más moderada que Vox, eso sí. Los populares saben que parten con ventaja para asentar ese perfil de oposición. Pueden capitalizar individualmente el rechazo jurídica de la amnistía en el TC -aunque Vox quiere forzar recursos autonómicos con el PP, una acción que da por echo pero sobre la que el PP no se ha pronunciado-. Y asimismo utilizar su mayoría en el Senado para presionar al Ejecutivo.
El partido de Feijóo la ha empleado para iniciar el control al Gobierno a partir del 7 de noviembre en la cámara alta. No obstante, se especula con que esa fecha puede ser la elegida por Sánchez y Francina Armengol para la investidura. La reunión entre Santos Cerdán y Puigdemont en Bruselas la tarde de ayer abre esa posibilidad ante un probable acuerdo.
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