La exparlamentaria de Vox, Macarena Olona, ha hecho del papel y la tinta un aliado en su cruzada contra sus excompañeros de partido; una bomba de racimo lanzada y distribuida por partes iguales a través de las librerías y las plataformas. La publicación de Soy Macarena: mis ideas, mi vida, mi camino, reanuda la confrontación iniciada en septiembre del año pasado, tras su marcha de Vox, y continuada este año electoral. Y aunque recoge algunos asuntos ya abordados públicamente en sucesivas entrevistas, saca a la luz otros entresijos hasta ahora clandestinos de puertas para adentro en Bambú. Al menos, bajo su versión, dado que desde el fortín del partido derechista, el manuscrito de tacha de "ciencia ficción" y no se le da interés. Se ha leído mayoritariamente, aunque algunas fuentes se han resistido afirmando, con sorna, que ya conocen "el final".
Olona hace acusaciones indiscriminadas, entre las que destacan que "[Santiago] Abascal tiene un problema: el trabajo, es su mayor hándicap". A él y a Javier Ortega Smith les acusan de "roba" el partido a su fundador Alejo Vidal-Quadras poniendo en su contra a las direcciones provinciales tras boicotear su campaña electoral para las europeas. Y beneficiándose de "información sensible para tejer poco a poco su traición". La habría filtrado Lidia Bedman, entonces secretaria del expopular y a quien Abascal acudió tras su salida del PP saliendo designado "como secretario general de ese primer Vox". Asimismo, insiste en que Disenso es un plan de pensiones para el partido e Intereconomía y eleva a once millones el desvío de fondos públicos a la entidad y a Tizona Comunicación. Pero hay otros asuntos destacables:
Las manos que mecen "la cuna verde"
Olona describe que, detrás del liderazgo mediático de Abascal, el control del partido lo tienen Enrique Cabanas y Kiko Méndez-Monasterio. Por encima del vicepresidente primero, Jorge Buxadé. "Cabanas es Dios" y se encarga del buen funcionamiento interno, es el 'fontanero'. Actúa de jefe de Gabinete de Abascal y como oficioso vicesecretario de Presidencia. La amistad entre ambos viene de la etapa del líder en la Fundación DENAES. Por su lado, Méndez-Monasterio "también es Dios, y el Espíritu Santo" en Vox. Olona determina que es "la materia gris" del partido, la mente creativa y solucionadora frente a "los líos". Aunque es consejero de Abascal, éste "no se mete en temas de gestión" como Cabanas, pero "factura a través del entramado en torno a Vox (...) convertido en una S.A.". Ambos "se han ocupado de que el motor no se haya gripado". La guardia pretoriana de Abascal la cierra Ángel López Maraver, quien también actúa de consejero y es diputado por Guadalajara.
Periodista de profesión, está vinculado directamente con Julio Ariza. Fue director de La Gaceta de la Iberosfera y le une también la amistad con su hijo Gabriel Ariza, con quien sostiene la empresa Tizona Comunicación. Ariza padre sería el gurú ideológico de Vox. Es el presidente del Grupo Intereconomía, cuya cadena El Toro TV es el principal ente de promoción de Bambú. Olona ha puesto parte del foco contra Vox en su financiación y ésta semana ha arremetido precisamente contra Ariza. El expolítico del PP acaba de ser condenado a pagar 4,5 millones de euros como culpable del concurso de acreedores de Intereconomía y ha sido inhabilitado para la gestión de bienes ajenos dos años. Ante ello, y en plena promoción del libro, Olona dice: "Es imposible entender Vox sin la quiebra de Intereconomía".
Entre las páginas Olona asegura que, según el actual coordinador general del PP, Elías Bendodo, para el pacto de gobierno con el PP andaluz en 2018, Méndez-Monasterio pidió "pagos a Ariza por conducto de sus medios de comunicación para sacar adelante los presupuestos andaluces". Ariza se lo desmintió.
Buxadé, parte de la deriva ideológica
Olona alude al encargado de la acción política del partido, vinculado al ala más "falangista-intervencionista". Pero atribuye ese crecimiento e imposición de la corriente ultra sobre la liberal a la mano de Méndez-Monasterio y no solo al político catalán. Recuerda la cercanía de éste a los Kikos y al Opus Dei. Esa corriente, tachada de "fanática y fundamentalista" por la alicantina, ha posibilitado que "quienes hayan tomado el control sean los yunqueros [gente cercana a la secta El Yunque que busca pugnar "contra las fuerzas de Satanás en la Tierra"]" y que se abogue por posiciones morales y religiosas extremas. En parte Olona justifica su salida a esa deriva.
Bambú tacha de "ciencia ficción" el libro y las acusaciones de Olona y no se le da interés. Por el momento, no se han planteado acciones judiciales
Vox bebería del respaldo de satélites externos a Vox, pero Buxadé se encargaría de fortalecer las filas del partido con gente de confianza como el diputado Ignacio de Hoces, definido por Olona como "el comisario político". El extremeño habría tenido como encargo nutrir el grupo de asesores de la línea ideológica "teledirigiendo los currículum a la empresa externa dedicada a la selección" y acotar las competencias de ella, por entonces secretaria general de Vox en las Cortes. De asumir ese rol sin experiencia, como diputado raso, ahora De Hoces es vicesecretario de coordinación parlamentaria.
Hay dos momentos que para Olona son claves en el cambio de rumbo, y que pasan por el debilitamiento de Iván Espinosa de los Monteros, el ya exportavoz, y del "binomio engrasado" constituido con ella. , ya exportavoz parlamentario e íntimo de Abascal. El primero es la votación de los fondos europeos post covid en el Congreso, que salvó el Gobierno gracias a la abstención de Vox. Algo inexplicable dentro de Bambú y que ordenó el portavoz. Tras una investigación interna llevada por Méndez-Monasterio, este concluyó que "Iván les había traicionado". Se achacó a intereses de éste con la OCDE. Eso dejó tocada la confianza de Olona, que desde el partido buscaron, dice, intensificar asegurando que su tándem quería que fuese a Andalucía como candidata antes de si quiera ser planteado. Él, no obstante, apuntaba a un descontento de la cúpula con ella.
El segundo es la creación del Directorio de Política Parlamentaria y Municipal (DPPM). Este era un órgano menor por debajo del Comité de Acción Política (CAP), que establece el horizonte de actuación semanal. Buxadé presidía el primero e integraba el segundo: decidía sobre asuntos de segunda y elevaba los más relevantes al CAP. Y ahí se le dio voz a Olona, una forma de desplazar a Espinosa a un segundo plano. Enviada Olona a Andalucía y con De Hoces como "comisario", "Iván quedó más expuesto". Se suma a ello su baja como vicesecretario de Exteriores y la asunción de esas competencias internacionales por parte de Gabriel Ariza. Pero sin cargo oficial. "Hermann Tertsch iba con Kiko a Latinoamérica y Ariza Jr. con Santi a Europa", dice Olona.
Rocío de Meer, la alternativa a Abascal
La diputada almeriense en el Congreso de los Diputados es descrita por Olona como "la alternativa" de Vox "por si hay que sacrificar a Abascal o cae directamente él". Algo que a juicio de Olona sucederá con el tiempo si "la deriva" de Vox hacia las posiciones más ultras prosigue. A sus 33 años, es una de las representantes más jóvenes en la cámara baja, pero tiene bagaje. Es sobrina de Méndez-Monasterio, y Olona apunta a que, de hacerse, su liderazgo se hará aflorar a través de la cuestión migratoria, "como pasó en Francia con Le Pen". Un asunto que Vox vuelve a agitar en estos momentos con intensidad.
El suyo personal, destaca por el antifeminismo y el proteccionismo. Su área de trabajo parlamentario está vinculado a los temas sociales como la discapacidad y la dependencia: es la cabeza visible del intento de Vox por reanudar la legislación de la ELA en el hemiciclo. Conocida, entre otras situaciones, por ser víctima de un agresión por lanzamiento de piedras en un mitin en Sestao en 2020, Olona afirma que De Meer es la excepción a una norma: el rechazo a dar visibilidad a mujeres por "irrefrenable machismo". Se quiso explotar su imagen para "tapar" desde el Congreso porque la de Rocío Monasterio "ya no les valía", al ser "una mujer con mucho criterio y firmes convicciones". Pone otros ejemplos, como el de la diputada malagueña Patricia Rueda, que no funcionó como binomio en las comparecencias de Buxadé. A éste le atribuye de forma velada una frase: siempre procuraba no meter mujeres en los equipos "para evitar tentaciones".
El 'apagado' de Ortega Smith y sus hombres de negro
Olona dedica un espacio a hablar de Ortega, secretario general durante su estancia en Vox y ahora vicepresidente segundo tras el traspaso de poderes a Ignacio Garriga. Explica el motivo de su incapacidad, pese a "vivir para el trabajo", para conseguir una de sus máximas pese a la amistad que le une a Abascal: obtener parcelas de poder dentro del grupo parlamentario al margen de sus funciones de organización territorial. Y no es otra que la "animadversión" entre Ortega y Espinosa y la posibilidad de un "choque de trenes". Solo con la salida de Garriga del Congreso para centrarse en el Parlament hizo que Ortega fuese nombrado portavoz adjunto, pero "sobre el papel, sin funciones" reales.
El retrato interno de Ortega que hace Olona, es el de una persona agresiva, y egocéntrica y patriota a partes iguales. Con la que fue complicada la convivencia parlamentaria. Señala "celos y apatía" porque, hasta su llegada, él era el rostro visible en materia de leyes y tribunales. Y detalla una situación ejemplificadora: una reunión extraoficial en casa de Espinosa para abordar la negociación de la investidura en el ayuntamiento. Junto a ellos tres, estaban Monasterio y Cabanas. A Ortega, que quería ser concejal miembro del gobierno junto al PP, el 'fontanero' de Vox le advirtió que su "interés personal en Madrid no puede estar por encima de lo que le convenga al partido". La respuesta fueron "gritos inteligibles" y poca sorpresa general salvo para ella. "Todos sabemos como es Javier", le respondería después Cabanas. La única vez que su cargo estuvo en peligro fue tras contagiar de covid a la cúpula de Vox en Vistalegre III asistiendo pese a tener "síntomas claros", dado que "la mesa chica aconsejó su destitución". Vox pidió perdón por el acto tras confirmar el positivo.
El paso de Ortega por la secretaría general ha estado marcado por el amplio "poder estructural" copado. Algo para lo que ha sido esencial su grupo de presión, resolución y control: los Men in black. Los 'hombres de negro', de total confianza, era un "ejército dentro del partido", estaba capitaneado por la mano derecha de Ortega, el diputado Tomás Fernández de los Ríos, y compuesto por una camarilla de exmilitares con los que coincidió en su juventud. Con la entrada de Garriga se han producido cambios. De hecho, Vox Baleares ha conseguido torcer recientemente el brazo a Madrid, que empieza a notar el peso de contar con múltiples cogobiernos.
Así se gestó la operación de Andalucía
En el pasillo del hemiciclo y antes de un pleno en el Congreso. Abascal le anuncia a bocajarro que valora que sea candidata para las elecciones andaluzas. Y le pide que estudie los requisitos legales por si acaso, entre ellos, la posibilidad de censarse en la casa del entonces presidente de Vox Granada, Manuel Martín -intimo de Abascal-, en Salobreña. Se hizo en noviembre de 2021. Ese momento quedó inmortalizado por un fotoperiodista de Europa Press sin saberse entonces el contenido de la conversación:
La vinculación de Olona con Andalucía se hizo en febrero de 2022, en el día de la región. Y ante la especulación de su candidatura que empezó a darse en los medios, la directriz de Cabanas y "los jefes" fue la de "dejar jugar la idea". "Ni afirmes ni desmientas, vamos a dejar que esto circule", le dijeron. Se hizo hasta mayo, cuando se dio la orden a Olona de desmentirlo vía Twitter con un texto escrito por Méndez-Monasterio. Olona asegura que el partido empezó a preparar a Patricia Rueda como candidata con clases a través de Tizona, pero no caló internamente. Ello hizo que se volviese a poner a Olona en el trampolín pese a considerar que De Meer era mejor opción por su vinculación a la tierra. Méndez-Monasterio estaba de acuerdo en eso, pero prefirió no desgastarla en aras de ese futuro remplazo a Abascal: "No es el momento".
¿Qué movió la decisión definitiva de Abascal? El miedo. La jornada del anuncio de Olona como candidata, una vez adelantadas las elecciones, fue un monólogo del periodista Federico Jiménez Losantos en su programa de esRadio. Vino a decir que Abascal no mandaba a Olona por temor a que su liderazgo le superara como le había pasado a Pablo Casado con Isabel Díaz Ayuso. Y es que desde la dirección advirtieron a Olona de que el día de antes, en una entrevista en COPE había dejado entender que el de Amurrio no le dejaba ir a competir. Además, para acallar posibles rumores de intento de quitarla del foco, le darían entrada en el CAP. Nada de esto se produjo y Olona tuvo que dar la razón a su entorno familiar: la quisieron quitar de en medio.
El silencio de Abascal tras las urnas
En lo que respecta a la preparación de la campaña electoral andaluza, es conocida la denuncia hecha por Olona: no le dejaron abordarla y quedó en un segundo plano. Ella habla de un intervencionismo completo de Madrid y de una agenda ridícula y secundaria, así como la cancelación de entrevistas y actos, o la simulación de situaciones como la de Dos Hermanas. Allí, en las semanas de campaña, un supuesto militante del PP rompía su carné para demostrar su nuevo compromiso con Vox. "Fue todo un montaje", admite Olona, que en su momento lo desconocía.
Lo interesante del libro, en este apartado, es cómo relata la noche electoral. En una de las habitaciones del Hotel NH Plaza de Armas de Sevilla, se atrincheraron Abascal, ella, Méndez-Monasterio, Buxadé, Espinosa, Ortega y el vicesecretario de Comunicación Manuel Mariscal. El partido había sostenido internamente que difícilmente se bajaría de veinticinco escaños y la estrategia fue vender ese resultado y el de la vicepresidencia asegurada. Pero con el cierre de los colegios, GAD3 dio la mayoría absoluta del PP como pronóstico de la noche. Así fue. El silencio y la incredulidad se apoderó del espacio. Se evitó dar explicaciones esa noche pese al deseo de Olona, que lo hizo al día siguiente solo respaldada por el grupo parlamentario de trece cargos electos. Entonces, Olona empezó a entender que desde que puso un pie en Andalucía para la campaña, ya estaba sola.
El contacto entre Olona y Abascal desde la noche electoral hasta el día de su salida fue inexistente. Abascal se le hizo inaccesible
El resultado era el primer gran fracaso de Vox, sobre todo en lo que responde a la gestión de las expectativas. Y eso dejó tocado a Abascal, así como su vinculación con Olona. Se la culpabilizó a través de filtraciones. A ésta le fue imposible establecer ya contacto regular con el líder: "se volvió inaccesible de la noche a la mañana". La siguiente vez que coincidieron fue en Bambú, un mes después, y para inmortalizar la foto que acompañaría a la dimisión de Olona. Se incumplieron las promesas y se presionó desde la secretaría general, a través de Iván Vélez -uno de los 'hombres de negro'- para que, ante las reclamaciones de cumplimiento de las promesas, u otras opciones alternativas como su nombramiento como Senadora autonómica, mantuviera un perfil bajo. La amenazaron con quitarle la portavocía en Andalucía, afirma.
Dos curiosidades
Hay dos temas curiosos de los expuestos por Olona. El primero es el origen de la recurrente demanda de ilegalización de partidos independentistas. Según ella, viene del rechazo de Méndez-Monasterio a la sugerencia de cambiar la ley electoral, elevando de tres a cinco el porcentaje de acceso a la representación, para dificultar la influencia nacional de los secesionistas. "No era acorde con la doctrina del partido", le dijo. Una doctrina que entendió que iba formándose día a día y sobre la marcha. El consejero de Abascal determinó la alternativa a adoptar: la ilegalización de "todas las fuerzas que representan una amenaza para España", como ERC o EH Bildu. "Democráticamente, era complicado digerir", entiende Olona.
Hay que destacar, también, dos propuestas de reunión que fueron vetadas por Bambú. La primera, con Miguel Ángel Rodríguez, MAR, a propuesta de un encuentro a tres por parte de una periodista. La segunda, con Vidal-Quadras. A ambas, el aparato de Vox, a quien Olona consultaba todo, le advirtió: "no es aconsejable".
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