Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, no será nuevo ministro del Gobierno de Pedro Sánchez. La vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, lo proponía como cuota de Podemos dentro de ala minoritaria del nuevo Gabinete, pero los morados no lo reconocen como tal, recuerdan que son ellos que han de postular nombres de su partido y vuelven a reclamar Igualdad para Irene Montero.

La secuencia completa, al menos cara a los medios, se ventiló en apenas una hora, y se resolvió en los términos esperables, dada la relación ya imposible de Díaz con Podemos. Con un nuevo portazo entre las dos partes y la confirmación de que los morados no repetirán en el Ejecutivo de coalición que Sánchez está diseñando.

Díaz quería que Podemos firmara que cesa en sus "ataques públicos e insultos" a Sumar y a ella misma y se comprometiera a ir con ellos en las europeas

La vicepresidenta segunda envió un documento a la cúpula de Podemos para que Álvarez, secretario de Estado del ministerio que todavía capitanea Ione Belarra y secretario de Economía del partido morado, sea ministro en esta legislatura. La contrapartida que buscaba era que Podemos cesara en "los ataques públicos e insultos a miembros de Sumar, incluida Yolanda Díaz" y se comprometiera a una "relación cordial y de cooperación con todo el espacio", señalaba el escrito, adelantado por elDiario.es y confirmado de inmediato por el entorno de la titular de Trabajo. Si Podemos firmaba el acuerdo, también se comprometía a presentarse en el próximo ciclo electoral con Sumar, "empezando por las elecciones europeas de 2024". Justo los comicios en los que los morados han deslizado que podrían divorciarse de Díaz para concurrir en solitario.

La respuesta de los morados llegó a través de un hilo en X de Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 en funciones y líder del partido. Y su contestación rotunda fue no. Subraya que la formación de un nuevo Gobierno es "algo muy serio" pues de ellos "dependen las posibilidades de transformación de nuestro país y frenar la ofensiva reaccionaria". "En el bloque democrático nos necesitamos todas, las unas a las otras, sin vetos", escribe. Para Belarra, Sánchez y Díaz —es significativo que incluya al presidente, que no elige a los ministros del ala minoritaria del Gabinete— "han filtrado la noticia a la vez que nos la comunicaban, lo cual parece más una estrategia mediática para justificar que nos echan del Gobierno que una propuesta para gobernar en coalición".

Belarra insiste en que, como ocurre con "el resto de formaciones políticas" que integrarán el nuevo Ejecutivo, "empezando por el PSOE", "los ministros de Podemos los elige Podemos". "Podemos sigue pensando que lo mejor que puede aportar al Gobierno de coalición es profundizar las transformaciones feministas al frente del Ministerio de Igualdad", remacha la secretaria general, exigiendo por tanto que la cartera la mantenga su actual titular en funciones, Irene Montero, por quien ha batallado pública y privadamente todo este tiempo, aunque su figura está abrasada por la ley del sí es sí. Díaz la desalojó de las listas del 23-J y ahora ya saldrá del Ejecutivo. Además, ya parece claro que Igualdad volverá a manos del PSOE.

Ya muy distanciado

Fuentes de la cúpula morada recuerdan que IU ha postulado a su eurodiputada Sira Rego como su cuota dentro del nuevo Gabinete, de tal manera incluso que si Sánchez permite que Sumar retenga las cinco carteras que logró Unidas Podemos, ella se haría cargo de un departamento de nueva creación, Infancia y Juventud. Las mismas fuentes recalcan que Díaz en realidad no quiere negociar en serio con Podemos, porque solo avisa de que le nombrará un ministro. "No es que Podemos salga del Gobierno, es que nos echan", remachan.

Podemos acusa al presidente y a Díaz de filtrar la noticia y de no querer negociar: "Nos echan del Gobierno"

Nacho Álvarez pertenece a la dirección de los morados, pero solo formalmente porque el distanciamiento ha sido público desde hace mucho tiempo, aunque Belarra no lo cesó como secretario de Estado, cosa que sí hizo con Enrique Santiago, líder del PCE: en julio de 2022 lo destituyó como secretario de Estado para la Agenda 2030 y aupó a ese cargo a la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge. Díaz fichó a Álvarez para su campaña del 23-J y lo eligió como negociador principal con los socialistas para la reedición del Ejecutivo de coalición progresista. En las últimas semanas, su nombre estaba en todas las quinielas como nuevo ministro de Derechos Sociales, en sustitución de la propia Belarra.

Fuentes del entorno de Álvarez confirmaron a este diario que él "no entrará en el Gobierno si Podemos no lo avala". Es decir, que aunque Díaz mantuviera su apuesta por él pese al veto de Belarra, él no lo aceptaría. Su negativa abriría la puerta al exdiputado morado Pablo Bustinduy, cuyo nombre también ha circulado en la última semana, adelantado por El Periódico de Catalunya. Ella misma incorporó para su campaña a este experto en política exterior y referente del errejonismo.

Las ministras en funciones de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra (i) e Irene Montero (d), escuchan la intervención del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en el primer día del debate de investidura de Pedro Sánchez, el pasado 15 de noviembre de 2023 en el Congreso. EFE / KIKO HUESCA

Sumar aspira, pues, a conservar los cinco ministerios que tenía Unidas Podemos. Díaz repetiría como vicepresidenta y titular de Trabajo —y quizá asumiendo también la Agenda 2030—, Bustinduy, de su plena confianza, y a tres personas más. Para Sanidad, ministerio que cedería el PSOE, la favorita es Mónica García, médica anestesista y líder de Más Madrid en la Asamblea regional. Para Cultura, el diplomático y eurodiputado Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, como cuota de los comunes. Y para Infancia y Juventud, Sira Rego, eurodiputada y portavoz de la dirección federal de IU.

Díaz tiene que acabar de encajar las piezas de su espacio en coordinación con el presidente del Gobierno. Ambos tenían pendiente una cita de la que no hay todavía confirmación de que se hubiera producido. La vicepresidenta sí tenía muy claro, según venían advirtiendo desde su entorno, que no quería a Podemos en el Ejecutivo, y menos a Montero. Con Álvarez sí contaba, aunque consciente de que los morados no lo sentían como un dirigente propio, de su espacio. Y lo que ocurrió este viernes lo ratifica.