El nexo de unión entre Podemos y Sumar es mínimo tras el enésimo enfrentamiento que ha supuesto el que Yolanda Díaz no dé entrada a ningún ministro de la formación morada en la reedición del Ejecutivo de coalición con el PSOE. El ambiente de crispación con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo es de un calibre extenso, que viene dado desde la conformación de la candidatura para las generales, las listas, el reparto de competencias parlamentarias -sin atribuciones para ellos- y ahora las cuotas de carteras ministeriales. Y todos bajo un mismo leitmotiv entonado por los de Ione Belarra: se quiere arrinconar a Podemos. De hecho, fuentes moradas creen que los hechos hablan por sí mismos si se hace un análisis de lo sucedido estos meses. También mencionan la renuncia de hacer primarias, el veto a intervenciones en las investiduras de Feijóo y Sánchez, o la ausencia de disposición a negociar ministerios. Solo a última hora con una propuesta a sabiendas de su corto recorrido. Y es que Nacho Álvarez ya era más cuota de Sumar que de Podemos, y la condición de mantener a Irene Montero en Igualdad era inamovible. Entienden que se ha hecho de cara a la galería para evidenciar un ofrecimiento.
Ahora bien, internamente se aleja la posibilidad de salir del grupo parlamentario e ir al Grupo Mixto dentro del Congreso de los Diputados. Única posibilidad de tener autonomía dado que con cinco diputados no dan los números para constituir un grupo propio. Fuentes de Podemos niegan que se haya abordado en detalle la cuestión, en todo caso. Pero se aferran a una serie de cuestiones para descartar dar ese paso. Al menos en próximas fechas, dado que instan "a ver cómo va la legislatura".
La lectura que se hace es que, de momento, salir del grupo supondría "renunciar a un espacio" en el que se cree que se debe estar y tener voz, en la izquierda a la izquierda del PSOE. Por otro lado, desde Podemos entienden que una parte importante del voto recibido en las generales es de procedencia morada y 'prestado' a Díaz como candidata de ese espacio amplio. Y por último, consideran que no se ve reflejada una "correlación de fuerzas" real más allá de cinco diputados. Creen que Podemos debería tener una mayor presencia de acuerdo con el voto 'natural' de la coalición, que ha terminado arrinconándose durante la conformación de las listas.
En la formación izquierdista son conscientes de que, de sortearse las complicaciones con las que cuenta la legislatura de por sí durante cuatro años, como la ausencia de 'geometría variable' que exigirá negociar cada hecho concreto paso a paso con todas las fuerzas, se avecina un futuro "complicado" en lo que a convivencia se refiere. Especialmente a la hora de fomentar iniciativas con sello propio. Todas deberán pasar el 'filtro' de los socios de la confluencia en la dirección del grupo. En ella, Sumar cuenta con mayoría con la presencia de Díaz, la portavoz Marta Lois y el secretario general Txema Guijarro. Podemos tiene un representante, Lilith Verstrynge; al igual que los comunes, Más Madrid-Más País, Compromís y el resto de socios. Pero ven la continuidad dentro de Sumar como la mejor opción de las posibles.
Podemos ve su ausencia en el Gobierno de coalición un reflejo de patente ruptura con Yolanda Díaz"
Es más, no creen que el Grupo Mixto, donde en estos momentos se encuentran Coalición Canaria, el BNG o la UPN sea un mejor escaparate que ese. Sería, dicen, dar la espalda a su espacio, en definitiva, y apostar por otro en el que ponerse en acuerdo con otros espacios como el nacionalista canario y gallego o el regionalista navarro. Las fuentes consultadas, no mencionan, en cambio, nada al respecto de las cuestiones económicas que no deben pasar desapercibidas. En julio, derivado del acuerdo de candidatura, Díaz se aseguró la capacidad de cortar en seco cualquier amago de sublevación interna dejando bien atado el capítulo económico del pacto. Cualquier formación que en un caso concreto optase por abandonar el grupo, dejaría de percibir las partidas presupuestarias estimadas para Sumar.
Y en el caso de Podemos es del 23% del total. Ese dinero, destinado en gran parte a asesoramiento externo o personal de prensa, entre otros, sería mucho menos sustancial en el Mixto. A priori, y sin contar otro tipo de subvenciones, a Podemos le corresponde 151.000 euros de los 656.000 asignados a Sumar por sus 31 diputados. En el Mixto, cada grupo ha recibido por el escaño logrado algo más de 21.000 euros. Los cinco de Podemos podrían aspirar a 105.000 como mucho. Ello sin variables derivadas de los gastos de la campaña o los votos obtenidos, imposible de determinar de manera autónoma por ir en coalición.
Oposición desde la propia izquierda
En la rueda de prensa semanal desde la sede nacional de la calle Francisco Villaespesa, en Madrid, los coportavoces de Podemos, Pablo Fernández e Isabel Serra apuntaron que la aspiración de su fuerza en el Congreso es la de acentuar su autonomía -la de sus cinco diputados esenciales para la mayoría de investidura- respecto a Sumar y el PSOE, aunque acordemente a las demandas sociales que correspondan en cada momento. Algo que se produce ante un escenario de patente "ruptura", según trasladan fuentes moradas aludiendo a acotamiento del protagonismo de las siglas en el proyecto plurinacional.
Los de Belarra alertan que es necesario hacer ruido para que el PSOE legisle orientado a las demandas sociales"
Esa autonomía se plantea desde una perspectiva transformadora, pero sin matices más concretos. La venta del relato que hicieron Fernández y Serra fue la de un nuevo Ejecutivo que nace acotado a una acción legislativa poco incisiva con un plantel "conservador", ante el mantenimiento de ministros como Margarita Robles en Defensa, o Fernando Grande-Marlaska en Interior. Un gabinete más en la línea del de un PSOE clásico, concibieron. Internamente, en Podemos, descartan renunciar a la defensa férrea de los aspectos que entiendan clave. De igual modo, no abandonarán "el ruido" para conseguirlos frente a un PSOE, dicen, del que solo se sacan cosas "si se presiona". Lo ejemplifican con la rogada ley de Vivienda.
Sin confirmación oficial, empieza a planear la posibilidad de que Podemos vaya en solitario a las elecciones europeas. De hecho, el partido ha firmado un acuerdo de colaboración en París con otras cinco fuerzas izquierdistas del continente para hacer conjuntamente campaña de cara a mayo del próximo año. Son viejos rockeros del poscomunismo alojados en The Left, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea-Alianza Verde Nórdica. Caso de la Francia Insumisa, el portugués Bloco de Esquerda, la finlandesa Alianza de Izquierda, el Partido de la Izquierda de Suecia, y la Alianza Rojiverde danesa.
Una iniciativa que se desliga de cualquier acción coordinada con sus socios naturales a nivel nacional. Y todo días después de que Pablo Iglesias anticipase que Podemos no volvería a ir en coalición con Sumar. En un editorial en Diario Red, satélite mediático de Podemos, Iglesias afirmó que el escoramiento de Sumar a una opción más socialista "está dejando a Podemos una ancha avenida por la izquierda para recorrer". Algo que se empezará visibilizando en el Parlamento y al medio plazo en el plano electoral, dijo, dando por sentado que habrá papeleta propia de los morados esos próximos comicios.
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