Las protestas y malos modos de políticos de Vox, como Javier Ortega Smith, con los agentes de los antidisturbios de la Policía, ha encendido los ánimos entre los mandos de las Unidades de Intervención Policial. Los jefes defienden la actuación de sus agentes, así como la proporción de la fuerza utilizada cada noche en la madrileña calle de Ferraz.

Han pasado 20 días desde que se iniciaron las manifestaciones frente a la sede del PSOE a raíz de la ley de amnistía. Las noches más multitudinarias se han congregado más de 10.000 personas. Las menos concurridas a penas unos cientos. Entre la marabunta de personas, en los días más violentos se encontraban grupo de violentos de ultraderecha y corte fascista, un número indeterminado que ha ido de los 50 hasta los 500.

Según fuentes de Interior, la Policía ha detrnido a un total de 76 personas, de las 47 han pasado a disposición judicial y 29 han quedado en libertad. Los agentes heridos se cuentan por decenas, incluidos algunos mandos de unidad que ha terminado con lesiones en las manos.

El gas, menos lesivo

"La gente no es consciente de que el uso de un lacrimógeno o de un fumígeno es siempre menos lesivo que una carga policial frente a una masa", defienden los mandos de la UIP. Las mayores críticas han surgido a raíz de que en dos noches diferentes los antidisturbios lanzasen botes de gas lacrimógeno, algo que algunos agentes de estas unidades no han visto hacer antes.

"Hemos llegado a dar hasta 10 avisos, cuando lo normal son tres", afirman. El 9 de noviembre, una de las noches que más tensión y violencia se vivieron en las calles, hubo cuatro detenidos, se abrieron siete actas, se le tomo los datos a casi 70 personas y hubo siete policías lesionados. En total se dispararon 326 salvas (disparos sin material lesivo), se lanzaron 109 pelotas de goma dos botes de fumígenos y dos de lacrimógenos. Son datos que ayudan a hacerse una idea de la batalla campal que tuvo lugar. Una de las noches se llegó a intervenir una pistola con munición cargada a un alférez del Ejército del Tierra, destinado en la Academia General de Zaragoza.

Las últimas detenciones se produjeron en la mañana de este jueves. La Brigada Provincial de Información de Madrid detuvo a cuatro líderes ultras, entre ellos a Pablo Lucini, gracias al visionado de las imágenes de los medios de comunicación.

Críticas a Vox

Desde sectores de la población se ha criticado la actuación policial. Con la baza de que los manifestantes son "patriotas" y que defienden "el país" de la Policía, muchos no han entendido la actuación de los agentes. Es el caso de Javier Ortega Smith, diputado nacional de Vox. El líder político cruzó el cordón policial para reciminar la actuación de los agentes de Unidad de Intervernción Policial (UIP, los antidisturbios) porque considera que ejercen una violencia desproporcionada contra quienes se concentran.

Varios sindicatos policiales le han increpado pidiéndole que deje de cuestionar e incluso coaccionar a los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) desplegados en la sede del PSOE en la calle de Ferraz y se dedique a apuntar a los violentos.

Desde el Sindicato Profesional de Policía (SPP) mantienen "que la actuación de nuestros mandos policiales está siendo perfecta, ajustada a derecho y proporcional". El SUP, Jupol y UFP consideran fuera de lugar y un "despropósito" el hecho de que Ortega Smith se dirigiera al cordón policial con su carné de diputado para decirles a los agentes que acudía como observador y que llevaban cámaras para grabar si había excesos por parte de los agentes o de los manifestantes.