La relación entre las filas de Podemos y Yolanda Díaz era la de una crónica de ruptura anunciada desde principios del año pasado. Desde la puesta en escena del Movimiento Sumar en el pabellón madrileño de Magariños hasta el pleno de comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Un escenario en el que con su salida al Grupo Mixto, los de Ione Belarra han cerrado su disposición a colaborar de cara al futuro con los socios de Sumar. Las diferencias entre formaciones pueden reducirse a aspectos como el choque de liderazgos, la apuesta por el modelo de hacer política y una competencia por la hegemonía. Ambos elementos confluyen. El crecimiento de Díaz dentro de Podemos y auspiciado por Pablo Iglesias incluso para encabezar el Ministerio de Trabajo, y el posterior rechazo de ella a dar continuidad a la estrategia de convivencia beligerante con el PSOE, que se materializa con la expulsión de la marca de los focos de poder y visibilidad, es entendido como una traición entre los morados. Internamente se considera que sin Podemos, ella no estaría donde está.
Precisamente, ese rechazo a hacer una política dura y tirante con el socialismo, es resultado de la victoria del pablismo sobre el errejonismo -con un tercer sector de fondo reducido, el anticapitalista-, las dos almas de Podemos que buscaron la hegemonía interna a partir de 2016 y hasta principios de 2019. La apuesta de Íñigo Errejón fue la de constituir un partido menos transgresor, que abogase por atraer a la mayoría social, y con fórmulas de propuesta institucional alejada del activismo. En definitiva, ser la voz de los movimientos sociales pero con una apuesta política tradicional. Y al no encontrar espacio en Podemos, esa línea política acabó materializándose en propuestas como Más País, Más Madrid o los comunes. En cambio, la propuesta de Iglesias y sus afines era de volver a los inicios, revitalizar la calle y definirse con una propuesta menos transversal, puramente de izquierda escorada a la izquierda del PSOE. Más crítica con el poder y menos amable en lo que a imagen se refiere. La entrada en el Gobierno hizo que esa estrategia se enfriara, y a su salida, ahora, vuelve a ponerse en práctica con Iglesias en las sombras y Belarra al frente.
Sobre la corriente errejonista, o más ampliamente 'centrifugada' de Podemos, de todos los sectores críticos que no encontraron hueco para continuar, así como los socios potenciales que fueron desligándose de las confluencias electorales, caso de Compromís, se ha edificado el proyecto de Sumar con Diaz al frente. Así lo reconocen fuentes ligadas a la coalición, que indican que la vicepresidenta segunda del Gobierno tiene "más pragmatismo que Iglesias". Es un segundo asalto, en definitiva, a la contienda que se experimento en el seno de Podemos. Se refleja, en parte, atendiendo a los nombres que ahora confluyen con Díaz, con pasado ligado a los morados.
Noelia Vera
La última incorporación a las filas de Díaz ha sido la de la exdiputada de Podemos Noelia Vera, quien fuese predecesora de Ángela Rodríguez 'Pam' al frente de la Secretaría de Estado de Igualdad. La exparlamentaria gaditana ha sido fichada recientemente por la líder de Sumar como Directora de Comunicación, una forma de cubrir la 'baja' que deja Virginia Uzal en su ascenso a jefa de Gabinete de la vicepresidenta segunda del Gobierno. Vera desembocó en Podemos por su vínculo con Iglesias, tejido entre capítulos del programas de La Tuerka, y desde entonces, al margen de sus cargos políticos, accedió a cuotas de poder interno dentro de la organización izquierdista. Entre otros puestos, desempeñó la secretaría de Feminismos y la portavocía nacional compartiendo espacio con Pablo Echenique, que aún continúa como secretario de Programa tras su paso por el Congreso.
A finales de septiembre de 2021, Vera publicó un hilo de Twitter, ahora X, justificando su salida por motivos personales: "Cuando el cuerpo avisa, hay que saber parar, tomar aire y emprender otros caminos". Ella, a diferencia que las figuras que se mencionan a continuación, dejó Podemos en un momento cumbre y no por diferencias internas. Ahora bien, su recuperación por parte de Díaz tiene una importante lectura, sobre todo, teniendo en cuenta que ha sido muy afín a Iglesias. Y que en este tiempo ni si quiera se ha vinculado a Canal Red. Es un golpe en plena contienda de Díaz con el exsecretario general de Podemos.
Íñigo Errejón
El paso de Podemos al Grupo Mixto del Congreso deja despejado el camino a Errejón para convertirse en portavoz parlamentario en sustitución de Marta Lois, quien apunta a convertirse en candidata para las elecciones gallegas. Sobre todo, porque se demanda un perfil de confianza de Díaz, ahora que se da por descontado que habrá dos candidaturas tras el freno del diálogo con Podemos Galicia. El líder de Más País, cuyas federaciones -excepto Más Madrid- ya transitan para su integración definitiva en el Movimiento Sumar, ostenta un perfil muy bajo desde hace meses, por lo que su relanzamiento parlamentario se antoja lógico. De producirse, ese movimiento se hará en primavera, superada la I Asamblea del partido y ya en contexto preelectoral de no adelantarse los comicios.
En lo que respecta al relato y a la escenificación de esa ruptura con Podemos, Errejón es clave. Se puede catalogar como precursor de una candidatura alternativa a la izquierda del PSOE que ahora lidera Díaz, con su papeleta en noviembre de 2019: ecologista, verde, socialdemócrata y más dialogante. Y ya en alianza con Compromís, Chunta Aragonesista y Verdes Equo. Es más, ya en la campaña de las generales de este año, el madrileño fue el 'portavoz alternativo'; la vía útil de Sumar para que un rostro conocido al margen de Ernest Urtasun transmitiera el mensaje público en los medios generalistas. De producirse el movimiento frente a Lois, Díaz cerraría el círculo. A eso hay que añadir el peso discursivo de Errejón en esa materia ecologista, pero también en lo que respecta a salud mental. Ha protagonizado varios discursos virales en el hemiciclo al respecto. En 2021 cuestionó al Gobierno la falta de inversión en la estrategia nacional para la Salud Mental.
Pablo Bustinduy
Ante la ruptura de Iglesias y Errejón, el ahora ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 a propuesta de Sumar, Pablo Bustinduy, abandonó las siglas moradas y su cargo como secretario de Internacional en marzo de 2019, meses antes de las elecciones europeas de las que iba a ser el candidato de Unidas Podemos Cambiar Europa. Errejón había dejado el escaño en el Congreso dos meses antes y también rehusado de liderar la candidatura de la Comunidad de Madrid. Su salida afectó a Bustinduy, que pese todo, y aún compartiendo el modelo de Errejón, era muy cercano a Iglesias.
Hijo de la exministra de Sanidad del PSOE Ángeles Amador, éste ejerció de investigador en la Universidad de Milán hasta que, para las generales, Díaz llamó a su puerta y le propuso ser el coordinador de la sección Internacional. Ya en Podemos era respetado por sus conocimientos de política exterior y su intelectualidad, y es que fue el encargado de fomentar las relaciones exteriores del partido en Europa y en América Latina. Su designación es otro guiño a esa cuota primigenia de los morados, de 'talento' procedente del ámbito de la docencia universitaria, como Iglesias, Errejón o Carolina Bescansa.
Su paso por comisiones parlamentarias como la de Exteriores, con anterioridad, lo situaron antes de la pasada legislatura como posible opción ministerial para ocupar esa cartera, que al final fue a parar a Arancha González Laya. Ahora, pese a distar su formación de las competencias sociales, la acción en torno a los objetivos de desarrollo sostenible le permitirá desplegar esa faceta internacional. Derechos Sociales fue el único ministerio de Podemos anteriormente, que hoy sigue sin estar en manos del PSOE, como ha pasado con igualdad. La elección de un ex histórico de Podemos para suplir a Belarra es un nombramiento cargado de intenciones.
Otros perfiles en las capas parlamentarias y orgánicas
La suplente de Bustinduy en aquellas europeas como cabeza de lista, María Eugenia Rodríguez Palop, ha dado el salto a Sumar en las últimas generales. Desempeñó las funciones de coordinadora de Programa. Actualmente integra el Grupo Ejecutivo promotor de la I Asamblea para nombrar el órgano de dirección de los magentas, y es eurodiputada en La Izquierda y vicepresidenta en la comisión de Igualdad, Agricultura y Empleo en la UE. Se perfila como posible candidata de la lista diferenciada de Podemos configurada por Díaz.
Un hombre clave en el ámbito parlamentario junto a Lois es el secretario general del grupo plurinacional, Txema Guijarro. Cabeza de lista al Congreso por Alicante y cercano a Díaz, ya ejerció de 'dos' en el Grupo Confederal de Unidas Podemos tras la marcha de Bescansa en 2017. Confirmada su colaboración con Sumar antes de las elecciones, apuntó que él no había abandonado Podemos, sino que lo expulsaron. "Me vi expulsado del chat del Consejo Ciudadano Estatal de la manera más irregular (...) sin advertencia, ni nota, ni comentario previo", explicó a Prensa Ibérica. Desde Podemos, en cambio, apuntaron que este dimitió de la ejecutiva y sus órganos semanas antes. Será el encargado de afianzar Sumar en Alicante.
Del sector errejonista procede Lander Martínez, diputado y líder de Sumar en País Vasco. Él sigue apostando por la posibilidad de ir en coalición con Podemos e IU en las próximas elecciones pese a la ruptura en Madrid. Y es que Elkarrekin Podemos está muy asentado en la región. Martínez fue exsecretario general de la marca morada en Euskadi y uno de los barones morados más respetados. Su marcha la precipitó la pérdida de las primarias para las elecciones vascas de 2020 frente a la candidata pablista Miren Gorrotxategi.
Con Díaz en el ministerio de Trabajo está el exdiputado morado Segundo González, quien fue en las listas de Más País-Equo por Asturias en 2019 sin éxito electoral. En Sanidad, como jefe de Gabinete, está con la ministra Mónica García el excandidato de Podemos en la Comunidad de Madrid, José Manuel López.
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hace 1 año
Se lee: «las dos almas de Podemos que buscaron la hegemonía interna a partir de 2016 y hasta principios de 2019.»
No es correcto el decir eso, ya que existía el mandato de Vista Alegre I (que fue la asamblea fundacional de Podemos y finalizó el 15 de noviembre de 2014, con la presentación en el teatro Apolo de Madrid, de Pablo Iglesias como secretario general de Podemos Estatal, con la hoja de ruta de Errejón, que fue la ganadora, y ganó por más del 80%, no llegando al 13% la del partido Izquierda Anticapitalista con Pablo Echenique a la cabeza que venía de votar a Ciudadanos). Y esa hoja de ruta ganadora es la que estaba en vigor desde esa fecha de 2014, por ello Errejón construía de acuerdo con ella como era su obligación al igual que era la obligación de Iglesias. Iglesias y su entorno y anticapitalistas de Podemos «prevaricaron» al forzar que Podemos se aliase con IU (fuerza política vieja denostada como el resto, por los indignados no politizados partidariamente) para ir a las elecciones repetidas de 26 de junio de 2016. Alianza que hicieron en abril de 2016 llamándose Unidos Podemos, saltándose el mandato de Vista Alegre I. Y fue un fracaso, y en vez de dar un paso a un lado y convocar una asamblea ciudadana, siguieron saltándose el mandato de Vista Alegre I, en plan huida hacia adelante, fracasando estrepitósamente como era de esperar, al haber hecho una nueva IU, y para eso no habría hecho falta el haber creado Podemos.
A finales de 2016 comenzó el proceso de Vista Alegre II, que finalizó en la primera quincena de febrero de 2017, e Iglesias pactó con Errejón el que Errejón abandonaría Podemos Estatal, para hacer ticket con Carmena para ir a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019. Errejón consiguió el objetivo de hacer ticket con Carmena, y el mismo día, Iglesias corta con él, demonizándolo en lo personal, en vez de dejar al secretario general de Podemos en Madrid, Ramón Espinar, y al de Madrid ciudad, hacer una consulta a los inscritos de Madrid, sobre si aceptaban las condiciones del ticket o no. Estaba claro que Iglesias quería hundir a Errejón, y creía que no iba a conseguir hacer ticket con Carmena. Pero Errejón lo consiguió, y como era un ticket ganador, según había dicho públicamente Iglesias, no puso soportar el que Errejòn fuese presidente de la Comunidad de Madrid, mientras él era diputado, por lo que dinamitó el asunto, con infamias incluidas.
Saludos.