Podemos insiste mucho en el concepto de los 19 escaños que suman ERC, Bildu BNG y ellos mismos, como si de un bloque común se tratara. Es una idea que llevan acariciando desde que se independizaron el Grupo Plurinacional de Sumar. Ya no se trata solo de ser un actor político al que los socialistas "deberán tener en cuenta a la hora de sacar su agenda legislativa" adelante, dicen en el partido morado, sino que aspira a crear una mayor masa crítica con las fuerzas que consideran de la izquierda transformadora, grupo al que no incluyen a Sumar. "Hace falta una voz que no se conforme", dijo este lunes en "La hora de la 1" de TVE la candidata de Podemos a las elecciones europeas, Irene Montero, en clara alusión a su "archienemiga", Yolanda Díaz .
De hecho, este frente actuaría, según el deseo de los morados, como una especie de contrapeso al partido de Yolanda Díaz y, por extensión, a los ministros de Sumar, entre los que no se incluyó a ninguno del partido de Ione Belarra. Porque si bien es cierto que tranquilizaron en su momento al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en el sentido de que su intención es no dejar al Ejecutivo ayuno de apoyos parlamentarios para sostener la legislatura y que siempre trabajarán por “la unidad del bloque democrático”, “quienes han tomado la decisión de romperlo no ha sido Podemos”, advirtió Montero en la misma entrevista apuntando de nuevo a la ministra de Trabajo y jefa de Sumar.
Son 19 parlamentarios que también servirían de contrapeso al bloque conservador de PNV y Junts
En el ideal de la estrategia de los morados, sus cinco diputados "se sumarían a los siete de ERC, los seis de EH-Bildu y al único representante del BNG". En total, 19 parlamentarios fundamentales en una legislatura sostenida con alfileres, que también serviría de contrapeso al bloque conservador que conforman PNV y Junts sobre el que aventuran presiones en materia económica y social de signo muy diferente al resto de los socios parlamentarios de Pedro Sánchez en temas que consideran prioritarios.
Los de Oriol Junqueras y los de Arnaldo Otegi sostuvieron la legislatura pasada un acuerdo de colaboración, de unidad de acción parlamentaria, que a día de hoy se mantiene. Han ido de la mano en el Congreso, con alguna votación diferenciada, pero siempre asegurándose de no bloquear las iniciativas del Ejecutivo de coalición.
Y también en algunas de ellas se incorporó Podemos a pesar de ser un partido de gobierno en coalición con el PSOE. Eso es lo que los morados, de alguna manera, quieren institucionalizar, aunque si bien desde ERC no les parece mal esa coincidencia en la acción política y parlamentaria, subrayan que, por su parte, "queremos también acuerdos con el PSOE y con Sumar", al margen de las batallas, casi de índole personal de Podemos con Yolanda Díaz.
No es menos cierto que las relaciones entre la vicepresidenta segunda y el portavoz republican terminaron más que tocadas la legislatura pasada. El motivo no fue otro que las "presiones salvajes" de Díaz sobre Rufián, según denunciaron en su momento en el entorno del político catalán a cuenta de la reforma laboral, la misma que se salvó gracias al confundido voto del ex diputado popular Alberto Casero y puso a la coalición al borde del precipicio.
Ley mordaza, vivienda y reforma laboral
Sin querer confirmar, pero tampoco descartar, que se hayan producido contactos entre los distintos grupos de la izquierda con representación en el Congreso, "a nadie se le escapa que queremos derogar la ley mordaza y dignificar la vivienda y el trabajo", en referencia a la reforma laboral, agregan en ERC. De hecho, este miércoles, en la primera sesión de control al Gobierno con presencia de Pedro Sánchez, Rufián preguntará a Sánchez sobre "qué medidas piensa adoptar el Gobierno para garantizar el derecho a la vivienda de personas sujetas a préstamos hipotecarios".
Algunas de las prioridades de ERC - más allá de las identitarias en pulso directo con Junts- no son muy diferentes a las de Podemos en materia de políticas sociales. Cabe reseñar que la dirección de Podemos ya fue muy crítica con la reforma de la ley mordaza, que llevaba el diputado y secretario general del PCE, Enrique Santiago. Dicha reforma acabó naufragando ante la falta de acuerdo por no incluir la prohibición de las pelotas de goma, posición defendida por los independentistas catalanes y EH-Bildu y a la que se sumó Podemos.
Otra cuestión de calado es si esa unidad de acción que anhelan los morados puede tener su traducción en listas electorales europeas conjuntas para el 9 de junio del año que viene. Podemos ya ha lanzado a su cabeza de lista, la ex titular de Igualdad Irene Montero, en un claro pulso a Díaz tras sufrir su exclusión de las listas electorales del 23-J y del Consejo de Ministros, pero no le haría ascos a ir a Europa junto a ERC, Bildu y BNG bajo la coalición "Ahora repúblicas" como en 2019. No obstante, desde ERC también introducen algunos matices, recordando que esa es "una decisión de partido" y esta será asamblearia.
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