Es un contrato casi blindado y repleto de cláusulas de confidencialidad. En él se detalla no sólo la producción, sino el transportes, custodia y destrucción del material sobrante. No en vano, de algún modo la vida laboral y la formación académica de decenas de miles de personas puede depender de él. Aprobar o suspender un examen oficial de idiomas depende, en gran medida, del examinado. Que la prueba se celebre con las suficientes garantías, no.

Sólo el curso pasado más de 52.000 personas se presentaron a las pruebas en alguna escuela oficial de idiomas en el País Vasco. La mayor parte, más de la mitad, -el 51%-, lo hizo para optar a una certificación idiomática en inglés. El euskera fue la segunda lengua con más exámenes, cerca de un tercio, el 31%. El resto se lo repartieron el francés, con el 12% de las pruebas, y el alemán, con el 4% restante.

La licitación para la impresión de los exámenes de competencia lingüística de todas las Escuelas Oficiales de Idiomas de Euskadi para los próximos tres años ya está adjudicada por valor superior a 50.000 euros. Es lo que costará imprimir, clasificar, custodiar, transportar y asegurar el 'blindaje' y la "absoluta confidencialidad" de su contenido hasta el momento de la realización de la prueba. Al contrario que en los exámenes de alemán y francés, las relativas a inglés y euskera registran una mayor demanda en los niveles más elevados, el B2 y el C1-C2.

La licitación ahora concedida hace referencia a la impresión y custodia de los exámenes en las cuatro lenguas en todos los niveles: el básico - A1 y A2-, el intermedio -B1 y B2- y el avanzado -C1 y C2-. Además de la impresión y el establecimiento de canales de comunicación confidenciales con los responsables de las pruebas, la empresa adjudicataria se tendrá que encargar a lo largo de los tres próximos años de habilitar unas instalaciones que permiten almacenar con garantías las pruebas y que no trascienda el contenido de las mismas.

Contrato de confidencialidad

La realización de estos exámenes lingüísticos se llevan a cabo de modo coordinado en todas las escuelas de idiomas, lo que obliga a una coordinación en el transporte. El material, con una producción compleja. está compuesto por dos cuadernos -preguntas y respuestas- por cada uno de los idiomas y niveles y de tres cuadernos en el rango avanzado de capacitación.

Cada uno de los trabajadores implicados en el proceso, el mínimo "imprescindible" se apunta, se debe comprometer a firmar un contrato de confidencialidad a fin de que no trascienda el contenido de las pruebas y que de este modo no se vulnere el secreto del contenido de las mismas. La licitación establece que se deberá asegurar "sin márgenes de error y guardando la máxima seguridad y confidencialidad" todos los procesos.

Incluso con el objetivo de minimizar riesgos de filtraciones se establece que cada Escuela de Idiomas recibirá el material de las pruebas en una única entrega y en cajas debidamente etiquetadas, separadas por idiomas y centro de examinación y debidamente cerradas. Además, se obliga a que la imprenta conserve medio centenar de unidades de cada documento, que custodiará "bajo llave" por cualquier eventualidad que pudiera pasar. Este material deberá ser destruido dos semanas después de la realización del último de los exámenes de idiomas.