Aseguran el Gobierno y Ferraz que las reuniones con Junts (y con el resto de socios) serán una constante en esta legislatura, que no será noticia porque es lo normal en un Parlamento tan fragmentado como este y con una mayoría tan precaria. Pero ahora mismo tiene valor la próxima cita entre los socialistas y los posconvergentes por el propio contexto: el acuerdo de la semana pasada que permitió la aprobación de dos de los decretos leyes del Ejecutivo y que ha derivado en un choque en torno al alcance de su pacto migratorio. Y esa entrevista entre los dos principales negociadores, Santos Cerdán y Jordi Turull, se producirá este miércoles, 17 de enero, en el Congreso de los Diputados, en Madrid, según confirmaban este lunes fuentes de la cúpula federal del PSOE.
En la dirección socialista no precisan la agenda de temas a abordar en esa bilateral entre Cerdán y Turull, pero se produce justo después del pleno de la semana pasada y de la cascada de declaraciones posteriores de ambas partes, sobre todo alrededor de uno de los puntos acordados: la delegación en la Generalitat de las competencias en inmigración. El presidente, Pedro Sánchez, ha sido muy claro en los últimos días, en sendas entrevistas en El País y Radio Nacional de España: el control de fronteras y la lucha contra la inmigración irregular son indelegables y, por tanto, no se pueden “transferir”. Seguirán, insistía el jefe del Ejecutivo, residenciadas en la Administración General del Estado. Explicó que las comunidades pueden asumir las otras dos cuestiones ligadas a esta materia: la ordenación de la inmigración y las políticas de acogida.
Junts reconoce que no tiene pactado el contenido de la ley orgánica de delegación de competencias, pero insiste en que el objetivo es la "gestión integral" de la inmigración
Turull, sin embargo, recalcaba esta misma mañana en TV3 que lo acordado es una cesión completa, aunque reconocía que los dos partidos no pudieron bajar al detalle de la norma que delegará esas competencias en la Generalitat, al amparo del artículo 150.2 de la Constitución: “En dos minutos no pactas el contenido de una ley orgánica. Ahora negociaremos el contenido, con un objetivo: tener la gestión integral de las competencias”. Los posconvergentes, por tanto, anhelan “todas” las competencias en este asunto. Un discurso que choca con el esgrimido por Sánchez. La posición de Junts, que de alguna manera liga inmigración con delincuencia, ha desatado las críticas de Sumar, socio minoritario de los socialistas en el Gobierno, y de ERC, que dirige la Generalitat.
En este contexto, pues, se produce el encuentro de este miércoles entre Cerdán y Turull. Ambos dirigentes mantienen una relación fluida desde que en marzo del año pasado se conocieran en un caserío de Bizkaia, con el PNV como anfitrión de esa cita. Desde entonces fueron forjando lazos de confianza y construyendo el camino que desembocó en la investidura de Sánchez. El pasado 4 de enero, el secretario de Organización del PSOE viajó hasta Barcelona para tratar de convencer a Junts de que apoyara los tres decretos leyes que se iban a someter a convalidación del Congreso unos días más tarde. En aquel momento el número tres de Sánchez no logró arrancar el no de su interlocutor, pero los dos partidos siguieron hablando.
Reunión en la Moncloa con Montero y Bolaños
El martes 9 por la noche, la víspera del pleno, se reunieron las delegaciones de PSOE y Junts en la Moncloa. De un lado, la vicepresidenta primera y vicesecretaria general de los socialistas, María Jesús Montero; el titular de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el propio Santos Cerdán. De otro, Albert Batet, presidente de JxCAT en el Parlament; Míriam Nogueras, portavoz del partido en el Congreso, y Jordi Turull, secretario general de la formación. Tampoco Junts salió de su no tras esa cita.
Gobierno y Ferraz saben que hay que negociar de otro modo con Junts para que no se repita lo ocurrido el miércoles, una negociación 'in extremis', cargada de tensión, y con un precio muy elevado
El pleno del Congreso —celebrado en el Senado, dado que el hemiciclo la Cámara baja estaba y está de obras— arrancó sin acuerdo, pero las conversaciones siguieron hasta prácticamente el final, hasta que expiraba el plazo para el voto, que tenía que ser telemático dado que la Cámara alta, con 265 miembros, no dispone de dispositivos de votación para los 350 diputados. El acuerdo, cuyo contenido solo se conoció por una nota de prensa de Junts, incluía el compromiso de delegación “integral” de las competencias de inmigración a la Generalitat.
Más allá del pacto, lo que no gustó ni en el Gobierno ni en Ferraz fue el procedimiento. Una negociación in extremis, agónica. A partir de ahora, el Ejecutivo quiere sacar adelante más proyectos y proposiciones de ley, de tramitación más lenta, y menos decretos leyes, en los que todo se juega a todo o nada. El clamor en el PSOE era claro: lo que ocurrió el miércoles en el palacio del Senado no podía volver a repetirse.
Ferraz y la Moncloa sienten, por tanto, que hay que engrasar la relación con Junts, seguir tejiendo confianza. Y eso está en el fondo de la cita de Cerdán con Turull de este miércoles. “El ejercicio de la semana pasada fue muy claro —señalaban fuentes de la cúpula socialista muy próximas al presidente—: el protagonismo de las políticas era lo que importaba al PSOE. Eso es lo que perseguimos, a lo que nos debemos, y trabajaremos en el diálogo para que eso sea posible”. Es decir, que el Gobierno, como también aseguraba Sánchez esta mañana, buscará votos “hasta de debajo de las piedras” para llevar a cabo sus políticas en favor de la mayoría social. Y eso es lo que estaba en juego en los decretos del pasado miércoles: la revalorización de las pensiones, la subida progresiva de los impuestos de la energía, la extensión de la rebaja del IVA de los alimentos básicos o la bonificación al transporte público.
Los socialistas subrayan que la voluntad negociadora del PP es "inexistente", por lo que seguirán apelando a sus socios de investidura
“Nos vais a ver muchas veces en muchos temas reuniéndonos con todos. Tenemos que hablar mucho, con mucho intercambio de papeles. El diálogo es la base de la democracia”, sostenían fuentes de Ferraz. Los socialistas asumen además que no tienen otra salida que apoyarse en sus socios de investidura, porque la voluntad negociadora del PP es, afirman tajantes, “inexistente”. “Ellos ya han dicho eso de ‘no vamos a salvar a Sánchez’. ¿Cómo que hay voluntad de acuerdo por parte de ellos?”, se preguntan. Y es que no hay que olvidar el siguiente reto en el horizonte: los Presupuestos Generales del Estado para 2024, que el Ejecutivo quiere tener aprobados antes de abril.
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