La sustituta de Pilar Alegría como portavoz de la dirección del PSOE ya tiene nombre: será Esther Peña, diputada por Burgos, secretaria provincial del partido, de 43 años. Ella será el nuevo rostro del partido, la que dé la cara en esta nueva etapa abierta tras la segunda investidura de Pedro Sánchez. Pero no es la primera vez que Peña asume ese rol: ya fue nombrada portavoz del comité electoral socialista en octubre de 2018, cuando el secretario general ya había conquistado la Moncloa. A su entrada se suma esta otra, la de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, pero simplemente como vocal, sin cartera. Con ella, serán 11 los miembros del Consejo de Ministros, incluido Sánchez, que tienen pie en el puente del mando del PSOE.
Sánchez vuelve a confiar en Peña ahora mismo, cuando acaba de arrancar la legislatura. La portavocía del PSOE era la vacante más importante que el presidente tenía por cubrir desde noviembre, cuando diseñó su nuevo Ejecutivo y aupó a Alegría como portavoz del Gobierno. Primero Ferraz pensó en una idea que nunca acabó de arrancar: que distintos dirigentes, según los temas, ejercieran esa tarea de manera rotatoria. Pero ya en las últimas semanas la cúpula había hecho ver que habría nueva portavoz fija, y que sería mujer, castellana y sin sillón en la dirección actual. La elegida por Sánchez ha sido finalmente ella, Esther Peña (12 de julio de 1980), según confirmaron a este diario primero fuentes de su federación, Castilla y León, y ratificó oficialmente Ferraz minutos después. En el caso de Ribera, ella ha asistido en numerosas veces a las reuniones de la ejecutiva, pero es ahora cuando ingresa formalmente.
Todos los cambios en la dirección serán aprobados este domingo en A Coruña por el comité federal, en el marco de la convención
El nombramiento de Peña y de Ribera, como el resto de incorporaciones a la nueva dirección —los ministros Óscar Puente, Ana Redondo, Jordi Hereu y Elma Saiz—, será aprobado el próximo domingo, 21 de enero, por el comité federal del PSOE, ya que es el órgano competente para introducir los cambios en la ejecutiva. Y se hará en A Coruña porque allí se celebra la convención política del PSOE desde este viernes hasta el 21 de enero. La promoción de Peña es la pieza más visible del nuevo organigrama, ya que se convertirá en la voz del PSOE en esta nueva etapa, quizá la más difícil para Sánchez por su precariedad parlamentaria y por la difícil relación con Junts, el socio más incómodo, exigente e inestable. El presidente ha optado esta vez no por que uno de sus ministros asumiera ese rol, para darle un mayor empaque. Ha preferido que sea una persona de fuera del Ejecutivo la que ejerza de portavoz.
Las entradas de Peña y Ribera son las más destacadas de la tanda que se conoció este miércoles, pero hay más. Como adelantó El País y confirmaron fuentes de Ferraz, también regresa a la cúpula Paco Salazar, secretario general de Planificación Política en la Moncloa, como secretario de Investigación y Análisis, como responsable de escrutar datos sociológicos y electorales. La mano derecha de Santos Cerdán, Juanfran Serrano, asciende un peldaño y pasa de vocal adjunto a Organización a secretario adjunto de Organización. La ministra Isabel Rodríguez asume una cartera calcada a su ministerio, Vivienda y Agenda Urbana.
Sánchez integra a una dirigente muy próxima a Vara y saca de la cúpula a la mano derecha de Lambán. La nueva dirección crece, de 42 a 44 miembros
Extremadura ve reforzada su presencia. Ya se sentaba en la ejecutiva, como secretario de Política Autonómica, el expresidente de la Junta Guillermo Fernández Vara. Ahora ingresará, como responsable de Política Municipal y Reto Demográfico, Marisol Mateos, hasta ahora responsable del aparato extremeño. E ingresa como vocal el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
También hay salidas de la dirección. La más relevante políticamente es la de Mayte Pérez, mujer de la total confianza del expresidente aragonés y todavía barón regional, Javier Lambán. Él y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, son los dos líderes territoriales más críticos con Sánchez. Ninguno de los dos acudirá a la convención de este fin de semana en A Coruña. El primero, Lambán, por su tratamiento del cáncer, y el segundo, Page, porque aterriza a las 8.30 del domingo de vuelta de su viaje de esta semana a China.
También dejan la cúpula Andrea Fernández (responsable de Igualdad), Llanos Castellanos (Justicia, Relaciones Institucionales y Función Pública), Miquel Iceta (Memoria Democrática y Laicidad, en su caso porque es embajador de España ante la Unesco), María Márquez (Formación) y Beatriz Carrillo (Políticas Sociales, Mayores y Movimientos Sociales).
La dirección crece: de 42 miembros, el número con el que nació, a 44, a los que hay que sumar los vocales natos, los que forman parte de la dirección por razón del cargo: los portavoces en Congreso y Senado, Patxi López y Juan Espadas; la representante socialista de mayor rango en la Federación Española de Municipios y Provincias, Inés Rey, alcaldesa de A Coruña y vicepresidenta primera de la entidad supramunicipal, y el líder de Juventudes, Víctor Camino.
11 de los 18 miembros socialistas del Consejo de Ministros, en la dirección
La novedad más relevante comunicada este miércoles es la de Esther Peña. En el otoño de 2018, al poco de llegar a la Moncloa, Sánchez apostó por ella cuando montó su primer comité electoral de cara a las autonómicas, municipales, europeas y también generales de 2019. Su trayectoria en el cargo, sin embargo, fue más bien discreta. Los pesos pesados en aquel momento seguían siendo los entonces números dos y tres, Adriana Lastra y José Luis Ábalos, además de la vicepresidenta Carmen Calvo y el gran gurú de Sánchez, Iván Redondo. La diputada demostró en ese momento ser una dirigente segura para el líder, por su prudencia, porque no abandonaba los mensajes empaquetados por el partido y se atenía fielmente al guion. Es el tipo de perfil que gusta a Sánchez y que es común a prácticamente todos los portavoces que ha ido teniendo hasta ahora.
Peña, líder del partido en Burgos desde 2015, parlamentaria en el Congreso desde 2016, es de la entera confianza del secretario de Castilla y León, Luis Tudanca
Peña, licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca, diputada en el Congreso por Burgos desde 2016, secretaria general del partido en la provincia desde 2015, es una mujer de la máxima confianza del secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, y de su responsable de Organización, Ana Sánchez. En la federación habían apretado para su salto a la sala de máquinas federal, cuentan en la dirección regional, así que se sienten muy satisfechos por la confirmación.
Castilla y León ha pasado a ser uno de los territorios con más presencia en las estructuras de poder de esta etapa: Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, pasó a formar parte del Ejecutivo como ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, y la que era su dos en el Ayuntamiento de la capital, Ana Redondo, fue elegida por el presidente como responsable de Igualdad. Ahora ambos también tendrán presencia en la nueva dirección del partido. El primero, Puente, posiblemente como vocal, según señalan en su entorno, y Redondo como secretaria de Igualdad, el número cuatro del escalafón socialista, en sustitución de la diputada por León Andrea Fernández. Castilla y León, no obstante, es la tercera federación que más parlamentarios en la Cámara baja aporta, 12, solo por detrás de Andalucía (21) y Cataluña (19), así que este nombramiento es un reconocimiento a su peso.
Este domingo se completa la remodelación del núcleo de poder del presidente. Un relevo que, en el fondo, se ha ido produciendo desde julio de 2021: entonces cambió el motor del Gobierno. Un año más tarde, y tras el 40º Congreso Federal del PSOE, que con el tiempo se probó fallido, introdujo una revolución en la cúpula del PSOE, aprovechando la dimisión de Lastra, pues entonces aupó a María Jesús Montero a la vicesecretaría general y afianzó a Santos Cerdán en la Secretaría de Organización. El siguiente paso fue el rediseño del Ejecutivo, el pasado noviembre, y ahora, este domingo, la reestructuración de la ejecutiva. En ella se sentarán 11 de los 18 miembros socialistas del Gabinete, incluido Sánchez. Una señal absoluta de la voluntad de acoplamiento de Ferraz y del Gobierno que pretende el presidente.
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