Las elecciones gallegas del 18 de febrero se jugarán, en cierta medida, en la participación. Los socialistas necesitan que sea alta, por encima del 60%, para que haya posibilidades de que el PP, que acumula 15 años ininterrumpidos en el poder (y 35 de los últimos 42 años), pueda perder las riendas de la Xunta. Y por eso persiguen que el marco de la campaña sea nacional. El objetivo es que todos aquellos que apostaron por Pedro Sánchez, por la papeleta del PSOE, en las pasadas generales del 23-J se queden en casa y opten por el candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro. Esa es la esperanza, porque la ola a favor de la izquierda que pudo generar la crisis de los pellets ya entienden que no da para más, porque su dimensión "no es la misma que la del Prestige".
Quedan apenas dos semanas para que arranque la campaña del 18-F, y los socialistas ya tienen los motores a pleno rendimiento. Ferraz decidió llevar su convención política, diseñada para relanzar el proyecto, a A Coruña, a este fin de semana, y en los dos días ya transcurridos de cónclave se ha hablado en los paneles y foros mucho de la gestión del Gobierno y de la actualización del programa del partido y dentro y fuera del plenario también mucho de las próximas tres contiendas electorales. Las gallegas del mes próximo; las vascas, aún no convocadas, pero que en el PSOE sitúan en el domingo 21 de abril, y las europeas del 9 de junio. Cada escenario es muy distinto y, entre las dos autonómicas, la partida clave se jugará en Galicia, por la mayor debilidad del PSdeG y porque si la izquierda arrebatara la Xunta a Rueda asestaría, creen en Ferraz, un golpe mortal a su mentor, Alberto Núñez Feijóo. Y aunque las encuestas indican una nueva mayoría absoluta del PP, quizá más cogida por los pelos, en el PSdeG señalan que en el equipo de Rueda "no están tan tranquilos".
Los socialistas son conscientes de que no han tenido tiempo para asentar el liderazgo de Besteiro, menos fuerte que Ana Pontón, del BNG, y que ha entrado en campaña tarde
Nadie se llama a engaño en el partido. Todos son conscientes, en Ferraz y en la federación autonómica, de que el 18-F es una competición extremadamente complicada para ellos. También porque Besteiro entró en la carrera, advierten en la cúpula del PSdeG, demasiado tarde, porque Ferraz esperó a autorizar la apertura del proceso de primarias hasta octubre, para no enmarañar las negociaciones de investidura, y al final accedió ante el riesgo de un adelanto electoral, incluso a diciembre.
En el partido celebran que el índice de conocimiento de Besteiro sea ya "de un 70%", pero reconocen que su fuerza no puede ser la misma que la de la candidata del BNG, Ana Pontón, que tiró extraordinariamente de su formación en las elecciones autonómicas de 2020 —pasó de seis a 19 escaños de una tacada— y cuyo liderazgo se ha consolidado en estos cuatro años. Los socialistas admiten que han pecado de cambiar de caballo constantemente, sin asentar a sus candidatos: desde que en 2009 fue derrotado por Feijóo el entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, el PSdeG presentó a Pachi Vázquez (2012), Xoaquín Fernández Leiceaga (2016) y Gonzalo Caballero (2020). Y ahora el turno es el de Besteiro, que iba a haber encabezado la candidatura en 2016, cuando él era el líder de la federación, pero tuvo que renunciar ante el rosario de imputaciones de la jueza Pilar de Lara, acusaciones que se fueron deshaciendo y que se archivaron, una detrás de otra, la última en diciembre de 2022.
Apoyo cerrado a Besteiro
La unidad en torno a Besteiro del PSdeG, un territorio siempre revuelto, es total, y también lo es el apoyo cerrado de Ferraz. Sánchez, sus ministros y los dirigentes de su equipo se volcarán en la campaña, y también lo hará José Luis Rodríguez Zapatero, el talismán del partido el 23-J. El propio expresidente se apuntó —"Le he cogido el gusto a las campañas electorales"— en el arranque de la convención, el viernes, y la federación cuenta con él. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, arropó este sábado al candidato en uno de los foros, a puerta abierta; Sánchez se prodigó en fotos con él a su llegada al cónclave, por la tarde, y este domingo clausura las jornadas con él a mediodía. El protagonismo del dirigente gallego, todavía diputado en el Congreso por Lugo, es absoluto.
Sánchez, sus ministros y sus dirigentes estarán muy presentes en la campaña gallega, y también Zapatero. El diferencial entre autonómicas de 2020 y generales de 2023 es enorme: 253.000 y 487.000 votos, casi el doble
En el PSdeG subrayan que a Besteiro le da "más presencia" y "visibilidad" a su campaña si en la campaña están muy presentes el presidente, sus ministros y los cuadros federales. "Moviliza más a los nuestros. Porque se trata de retener el voto nuestro del 23-J", indica una alcaldesa de una ciudad relevante. Y ella, como otros dirigentes, apuntan a los números. Al diferencial entre generales y municipales y autonómicas. En las gallegas de 2020, el PSdeG obtuvo 253.000 votos y 14 escaños, pero en las locales de 2023 fueron 420.000 las papeletas a favor de los candidatos socialistas, y en las legislativas de menos de dos meses después, casi 487.000. O sea, entre los 253.000 sufragios de 2020 y los 487.000 de la última convocatoria hay un abismo: casi el doble. El diferencial del PP es menor: de los 554.000 de las municipales a los casi 713.000 de las generales y los 627.000 de las autonómicas (42 escaños, cuatro por encima de la absoluta). La participación en Galicia el 23-J fue del 61,41%, en las municipales, del 65,60% y en las autonómicas de 2020, en plena pandemia del covid, del 48,97%.
"En las gallegas, el PP maximiza mejor sus votos, pero nosotros tenemos a una parte de los nuestros que no votan en las autonómicas pero sí en las generales y en las municipales. Esto ocurre porque el PP ha anestesiado la autonomía y no hay debate público. A la gente le llega lo que pasa en Madrid y en su ayuntamiento, nosotros no hemos consolidado el liderazgo interno y solo tenemos dos meses de campaña, y eso no ayuda", señalan desde la cúpula de la federación gallega. Los socialistas estiman por eso que son los que "más margen" tienen para crecer si consiguen hacer ver a sus votantes que pueden superar al BNG. Porque creen solo si el voto de las autonómicas se aproxima al de las generales lograría Besteiro colocarse por delante de Pontón, ahora mismo segunda en las encuestas. De ahí que el marco que buscan sea nacional.
"Aunque buscando equilibrios", advierte una dirigente, "se trata de hablar de la gestión del Gobierno". En el PSdeG anticipan que cuestiones muy presentes en el debate nacional, y que el PP estirará en la campaña, como la amnistía o los pactos con Bildu, no le penalizarán el 18-F. El obstáculo que encuentran en la cúpula gallega es que el discurso del miedo que le valió a Sánchez en las generales no puede ser tan eficaz en los próximos comicios, ya que Vox no tuvo representación en 2020 ni apunta a que la tenga ahora, y Rueda es un dirigente que no inspira "miedo", aunque tampoco pasiones.
El cálculo es que la 'crisis de los pellets' ni siquiera "ha hecho mucho daño al PP" porque los ciudadanos están "a otras cosas" y la dimensión no es como la de la catástrofe del 'Prestige'
La crisis de los pellets (o pélets), que ha estado muy presente en las últimas semanas, se ha ido marchitando. En Ferraz y en la federación autonómica están convencidos de que el recorrido de esta polémica, la pugna entre el Gobierno central y la Xunta por la limpieza de los bolitas de microplásticos en las playas, es ya muy corto. "Se acaba ya", "se agota este domingo", insisten distintos responsables. Y es que es este 21 de enero cuando se celebra en Santiago la manifestación de protesta por la gestión del vertido y la defensa de las costas gallegas.
Los socialistas estiman que la marea blanca ha podido ayudar a despertar algo a la izquierda, pero ni siquiera "ha hecho mucho daño al PP". Porque los ciudadanos "están a otras cosas", quieren ver a las administraciones "cooperando", no luchando entre ellas. Y, sobre todo, añaden, porque "esto no es el Prestige", aunque la gestión de la Xunta haya sido lenta y deficiente: la dimensión ambiental es menor y las imágenes no son tan impactantes como las de los arenales tiznados de chapapote en aquel 2003.
"Queda un mes"
El cálculo de Ferraz es que Besteiro crecerá porque es "muy buen candidato" y ha mostrado una "enorme fortaleza" en estos años en los que las imputaciones judiciales, finalmente desmontadas, le mantuvieron fuera de la política. Así que la perspectiva es que la batalla con el BNG "quedará más equilibrada" que como la pintan las encuestas.
El PSOE ve a Podemos fuera del Parlamento autonómico y a Sumar, como mucho, con uno o dos diputados
"Y queda un mes, y todo puede pasar", alertan, recordando que entre las autonómicas y municipales del 28-M y las generales del 23-J mediaron menos de dos meses y en ellos el PSOE revirtió el estado de ánimo, se repuso y Sánchez logró mantener la Moncloa.
Los socialistas ven a Podemos fuera de la Cámara autonómica y a Sumar, como mucho, con uno o dos diputados —más fácil de conseguir en A Coruña y sin opciones en Lugo y en Ourense, que reparten menos diputados—. Para Yolanda Díaz, el 18-F es otra guerra crucial. Tanto porque se disputa en su tierra, en Galicia, como porque libra su primer duelo por separado con los morados y con una candidata de su total confianza, Marta Lois, actual portavoz de la plataforma en el Congreso.
"No bajéis la cabeza"
El siguiente escenario electoral será Euskadi. Una competición a priori más sencilla para los socialistas, ya que no se prevén cambios de mayorías y el PSE confía en subir en votos y escaños, como apuntan los sondeos. Su candidato es el secretario general del partido, Eneko Andueza, que también tuvo un papel protagonista este sábado en la convención de A Coruña. Hiló el discurso más emocional, el que consiguió levantar al plenario en pie. Instó a sus compañeros a no "bajar la cabeza" cuando la derecha les llame "filoterroristas". "Nunca, nunca permitáis que nadie hable en esos términos de los socialistas. Nosotros somos un ejemplo de la dignidad, de la defensa de la libertad. La historia de este país está escrita con sangre socialista. ¡No lo permitáis nunca, jamás!", gritó. Los suyos le ovacionaron de inmediato.
El PSE recuerda que el 23-J sorprendió al ganar los comicios y no cree que le perjudique lo ocurrido en Navarra: "La gente sabe cómo somos y que cumplimos nuestra palabra sobre Bildu"
El lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha convocado aún los comicios, pero los socialistas los sitúan el 21 de abril. Explican que no hay mucho margen, porque el domingo 14 supondría arrancar la campaña en plena Semana Santa, y llevarlas al 28 coincidiría con las fiestas de San Prudencio, en las que los alaveses se marchan de vacaciones y las encadenan con el Primero de Mayo.
En el equipo de Andueza insisten en que tendrán un buen resultado que las encuestas no saben captar, como tampoco lo hicieron el 23-J, en las que quedaron como primera fuerza, empatados a cinco escaños con PNV y Bildu. El candidato del PSE aspira a arañar voto moderado que vea en el PNV —que también estrena candidato, Imanol Pradales— un "modelo agotado" y que tema que el independentismo de Bildu llegue al poder. Y también pretende concentrar papeletas procedentes de votantes de izquierdas no nacionalistas huérfanos por la ruptura de Podemos y Sumar. "Estamos en una situación de centralidad y de aglutinar voto en torno al PSE", cuentan, y añaden que ya en las últimas convocatorias los ciudadanos se les acercan, les preguntan, "cuando antes se te cambiaban de acera".
Los socialistas vascos reiteran que no creen que les perjudique lo ocurrido en Navarra, en donde el PSN apoyó la moción de censura para entregar la alcaldía de Pamplona a Bildu. "La gente sabe cómo somos, y que cumplimos nuestra palabra. Si decimos que no vamos a gobernar con Bildu es que no lo vamos a hacer", rubrican. Como en Galicia, la política de distensión en Cataluña y la ley de amnistía "se entiende", y por eso "no es casualidad" que PSE y PSC ganaran los comicios en Euskadi y Cataluña en las últimas generales.
El PSE intentará ganar los comicios, pero si no repetirá coalición con el PNV, y cree que hay colchón suficiente para aguantar los resultados y la mayoría absoluta
Andueza jugará la carta de cambio —de ahí también su lema, Cambia el guion— frente a la "continuidad" que representan las otras formaciones, por mucho que haya relevo en las candidaturas: "Pradales es la continuidad de Urkullu y [Pello] Otxandiano de los otros cabezas que ha tenido Bildu".
El PSE luchará por vencer en las vascas pero de lo contrario repetirá la coalición con el PNV, como hasta ahora. En la federación insisten en que no habrá sorpaso de Bildu a Pradales, porque la marca jeltzale está consolidada, y aunque pueda bajar algo respecto a 2020 —cuando tuvo 31 escaños, por los 21 de Bildu, los 10 del PSE, los seis de Podemos, los seis de PP y Ciudadanos y el único diputado que obtuvo Vox—, hay "colchón de sobra" para que aguante la suma de nacionalistas y socialistas y alcance la mayoría absoluta (38 de un Parlamento de 75 asientos). Andueza también contará con presencia del PSOE en la campaña, porque Sánchez y su Gobierno son "un activo muy importante" y la valoración de su gestión "es alta" entre los ciudadanos.
Pero antes de llegar a la carrera de las autonómicas vascas falta por superar la prueba de las gallegas. Y en ellas el PP tiene ventaja aunque, reiteran los socialistas, si algo demostró el 23-J es que las campañas lo son todo y los resultados pueden voltearse los últimos días.
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