Ha sido un goteo continuo, incesante. Una salida silenciosa que se ha prolongado casi tanto tiempo como la incertidumbre que ha rodeado la cesión de la transferencia integral de la competencia de Tráfico a la Policía Foral de Navarra. En los últimos tres años más de una cuarta parte de los agentes de la agrupación han abandonado Navarra en busca de otros destinos. Sólo en los últimos tres años alrededor de 60 guardias civiles han solicitado dejar la unidad de tráfico de Navarra y han solicitado destino en otras provincias. Vacantes que no se han cubierto y que han reducido la unidad de 220 plazas que la componían a cerca de 160.

El pasado mes de marzo la presidenta de Navarra, María Chivite, anunció un principio de acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez por el cual la cesión integral de la competencia de Tráfico a Navarra sería efectiva a partir del 1 de julio. Desde entonces, a los agentes de la Guardia Civil de la unidad de Tráfico no se les ha informado ni de las condiciones ni de las características en las que se llevaría a cabo la ‘pasarela’ que se les bridará para integrarse en la Policía Foral. Ni siquiera los encuentros mantenidos con el general José Ignacio Criado, jefe de la Agrupación de Tráfico, han permitido conocer más detalles sobre las circunstancias en las que se llevará a cabo el traspaso.

El pasado fin de semana la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverria, aseguró que se sigue trabajando en la concreción de las condiciones que se ofrecerá a los agentes. Por el momento, no hay fecha para cerrar esta cuestión que se viene alargando más de medio año desde la asunción de la competencia y que Echeverria consideraba que podría estar “muy avanzada” para el mes de marzo.

En un primer momento incluso se planteó la posibilidad de modificar el catálogo de plazas de las distintas unidades que operan en Navarra –Seguridad Ciudadana, Seprona, Medio Ambiente…- para abrir a puerta a la integración en estas unidades de agentes de Tráfico que no quisieran abandonar Navarra ni integrarse en la Policía Foral. Esta opción parece que se da por descartada y los guardias civiles deberán elegir entre solicitar cambio de destino o integrarse en la Policía Foral. Un proceso que será progresivo y que no culminará hasta dentro de cinco años.

Alrededor de 60 agentes menos

Sin embargo, la incertidumbre en torno al futuro de la unidad de la Guardia Civil se ha ido incrementando. Se trata de una cuestión que se inició hace años y que ahora parece enfilar ya su resolución, pero con multitud de cuestiones aún por determinar. Una circunstancia que ha provocado gran incertidumbre en los algo más de dos centenares de agentes que han venido integrando esta unidad de la Guardia Civil. En los últimos tres años el malestar ha provocado que en muchos casos los guardias civiles aceleraran su salida aprovechando las distintas convocatorias de plazas que se han realizado. Cada año en la Guardia Civil se convocan dos procesos de este tipo.

Las especiales circunstancias de los destinados en Navarra les otorgan cierta ventaja en estos procesos de traslados, lo que ha llevado a muchos agentes a aprovechar las convocatorias de otros destinos. La salida de agentes se ha intensificado en los últimos años. Las fuentes consultadas por ‘El Independiente’ cifran en alrededor de 60 los agentes que han abandonado la unidad y han solicitado otro destino desde 2021.

A ello se suma que todas esas vacantes que han ido dejando no se han cubierto ante el horizonte de una integración y absorción por parte de la Policía Foral en el horizonte. Una decisión que a su vez ha reducido los recursos y medios con los que la Unidad de Tráfico ha tenido que seguir realizando su trabajo. El proceso de integración con la Policía Foral se plantea culminar en un periodo de cinco años.

Crear la nueva unidad de Trafico de la Policía Foral, capaz de abarcar toda Navarra, requerirá ampliar en al menos 149 agentes más la ahora existente. El Ejecutivo de Chivite confía en que un importante número de agentes de la Guardia Civil se sumen para ampliar la Policía Foral, que se estima que requerirá de un total de 375 agentes.

Reducción en Tudela, Estella, Alsasua...

El vaciamiento de las comandancias es especialmente acentuado en casos como los de Tudela, donde actualmente existe ya una veintena de plazas vacías y que no se ha cubierto tras la marcha de los agentes. Los casos de comandancias como las de Alsasua, Elizondo, Estella es muy similar, con reducciones cercanas al 50% en el número de agentes. Sólo en el caso de la de Pamplona, la más importante y numerosa, sí se ha procedido a la convocatoria de alguna de sus vacantes. Más aún, se espera la llegada de una decena de agentes en los próximos días, si bien sólo supondrá compensar otras salidas que están previstas, según señalan estas fuentes.

De este modo, en la actual situación la Policía Foral de Navarra necesitaría prácticamente de todos los agentes de la unidad de Tráfico que aún trabajan en Navarra. Su experiencia y profesionalidad fueron valores que desde el propio Gobierno navarro se destacó y que se confió en poder contar a la hora de completar la futura unidad de tráfico de la Policía Foral en Navarra. Sin embargo, los agentes que aún están destinados en Navarra siguen a la espera de conocer las condiciones que se les ofrecerán. La Administración navarra vienen asegurando que todos los guardias civiles conservarán sus condiciones salariales y que en ningún caso perderán poder adquisitivo. También afirma que se establecerá una equiparación de escalas y niveles entre los actualmente en vigor en la Guardia Civil y los que rigen en la policía Foral.

Parece complicado que todos los agentes de la unidad de tráfico de la Guardia Civil soliciten su paso a la policía foral. Las razones laborales y salariales, el peso del arraigo y las circunstancias familiares será un factor determinante para decidir si seguir o no en Navarra. Todo apunta a que la Policía Foral necesitará convocar nuevas plazas para cubrir esa unidad de 375 miembros que estima que necesitará para prestar el servicio en exclusiva. Actualmente la Policía Foral y la Guardia Civil llevan a cabo la competencia de Tráfico de modo conjunto, con un reparto de tareas y redes que coordinan ambos cuerpos.