Tras dar muchas vueltas, tras dos aplazamientos sucesivos, ya hay fechas del congreso extraordinario de los socialistas valencianos, del PSPV, la segunda federación más importante de todo el PSOE. La ejecutiva autonómica que dirige todavía el expresident Ximo Puig aprobó este lunes el calendario que conducirá hasta el próximo cónclave, que se celebrará en Benicàssim (Castellón) del 22 al 24 de marzo, un mes más tarde de lo que inicialmente el barón valenciano tenía en su cabeza. Y es que en este tiempo tanto la cúpula del PSPV como Ferraz han perseguido una candidatura de unidad, cohesionar a la federación en torno a la ministra Diana Morant, pero ese objetivo todavía no se ha conseguido. Queda tiempo, no obstante, días hasta que se formalicen las precandidaturas (29 y 30 de enero) y hasta la entrega de los avales (7 de febrero), así que las negociaciones pueden seguir cocinándose. Un escenario unitario no es totalmente descartable, aunque hoy por hoy el que está sobre la mesa es el de tres competidores: los secretarios provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, por separado pero rivalizando con la candidatura oficialista, la de Morant. Ninguno de los tres, no obstante, ha dado aún el paso. Las piezas sobre el tablero empezarán a moverse.
El proceso de primarias que se abre ahora no es menor. El PSPV cuenta con unos 18.000 militantes en las tres provincias, solo por detrás de Andalucía (43.000) y por delante de Madrid (13.900). Y era, hasta el pasado mayo, la joya de la corona del partido, la comunidad más valiosa en sus manos, la que se convirtió en el centro de la batalla de las autonómicas. Pero Puig, aunque mejoró resultados —pasó del 23,87% y 27 escaños de 2019 al 28,34% y 31 asientos en Les Corts—, perdió la Generalitat porque los 15 parlamentarios de Compromís fueron insuficientes para batir a PP (40) y Vox (13), y Unides Podem se quedó fuera.
La ejecutiva estaba prevista para el 8 y el 15 de enero, pero se anuló porque se intentaba llegar a una candidatura de unidad que todavía no ha llegado pero que no se descarta del todo
El expresident decidió en diciembre adelantar su salida, con la esperanza de poder ordenar su sucesión, para evitar una nueva sangría en el PSPV, para evitar que repitiera los pasos que dio en 1995, cuando Joan Lerma perdió el Gobierno y la federación se partió y no encontró su norte hasta 20 años después, cuando el propio Puig recuperó el poder autonómico. El barón ha defendido que su partido debe anhelar reconquistar la Generalitat en 2027 y entiende que la mejor apuesta, la rival mejor preparada para vencer al president Carlos Mazón, es la titular de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. La favorita también para Ferraz, aunque públicamente no haya mostrado sus preferencias y se mantenga en el "respeto" a la decisión de los militantes. Morant, como reiteran en el PSPV, no deja de ser una ministra de Sánchez. Ambos, Ximo Puig y Pedro Sánchez, se juegan mucho en este proceso.
Los movimientos para sortear un congreso de confrontación comenzaron desde el principio, y han estado detrás de los dos aplazamientos de la reunión de la ejecutiva del PSPV-PSOE. Se había previsto inicialmente para el 8 de enero, pero se canceló, y la segunda para el pasado 15, y también se canceló. Ferraz había pedido esos retrasos para intentar un acuerdo interno, que no llegó. Pero este 22 de enero, festivo local, y con el visto bueno de la ejecutiva federal, ya sí se celebró el encuentro de la cúpula de Puig para proponer el calendario congresual. Será formalmente el comité nacional del PSPV del próximo sábado, 27 de enero, el que lance el proceso y convoque el cónclave para el 22 al 24 de marzo.
Los avales se deben entregar hasta el 7 de febrero, y la primera vuelta de las primarias llegará el 25, y la segunda ronda, el 3 de marzo. El cónclave, en Benicàssim del 22 al 24
La propuesta de calendario [aquí en PDF], aprobado por unanimidad por la ejecutiva del PSPV, tiene varios hitos importantes: los aspirantes podrán formalizar su precandidatura el lunes 29 y el martes 30 de enero. Y deberán entregar sus avales —entre el 6% y el 10% del cuerpo electoral— entre el 31 de enero y el 7 de febrero. Aquellos que lo consigan ya serán oficialmente candidatos y podrán desplegar su campaña hasta el 23 de febrero. La primera vuelta de las primarias se celebrará el domingo 25 de febrero. Si ninguno de los aspirantes logra rebasar el 50% de los sufragios de los militantes, los dos que hayan recibido más apoyo pasan a una segunda vuelta el domingo 3 de marzo. El congreso extraordinario, en el que serán elegidos los nuevos órganos de dirección propuestos por el ganador de las primarias, tendrá lugar en Benicàssim dos semanas más tarde, justo antes de la Semana Santa y después de las fiestas patronales de la Magdalena en Castellón y de las Fallas en Valencia.
"Unido y preservando la diversidad"
Puig, al término de la reunión de su cúpula, insistió en que es necesario "revigorizar el proyecto socialista con un congreso abierto y socialdemócrata" y el partido "tiene que salir unido y preservando la diversidad". Del congreso, "abierto a la ciudadanía", tiene que salir un PSPV reforzado que llegue "a 2027 siendo la alternativa fuerte que necesitan los valencianos".
Soler no da el paso todavía y dice que está "evaluando" la opción de presentarse: está a disposición de ser candidato si es una vía "garantista"
Esta semana será clave para los tres posibles candidatos. Tendrán que sondear sus posibles respaldos, explorar si son posibles alianzas, decidir si dan la batalla o se retiran. Alejandro Soler, exalcalde de Elche, diputado en el Congreso y secretario provincial de Alicante —el segundo territorio con más militantes, tras Valencia—, aseguró a los medios este lunes que anunciará su decisión "de aquí al comité" del sábado. No dio por hecho que se presentará, aunque su candidatura se daba en los últimos días por descontada: "Estamos ahora mismo evaluando esa opción y yo siempre he mostrado mi disponibilidad a participar en el proceso, a contribuir activamente. Estoy a disposición de los compañeros de la organización, siempre he dicho que para ser [candidato] o para no ser, si acabáramos estimando que hay una opción suficientemente garantista para los intereses de todo el partido y de la militancia. Y por tanto vamos a intensificar los procesos, el diálogo estos próximos días y esta misma semana anunciaré definitivamente cuál es mi voluntad".
Morant no se ha lanzado públicamente a la carrera tampoco, y tampoco Fernández Bielsa, también alcalde de la ciudad metropolitana de Mislata. Pero, por ahora, los entornos de los tres aspirantes señalan que están dispuestos a batirse en primarias, y desde Ferraz ya se asumía este pasado fin de semana, en los pasillos de la convención política en A Coruña, que una batalla a tres era factible, aunque no deseable.
Públicamente, la dirección federal prefiere guardar distancias y no mojarse. Esther Peña, la nueva portavoz de la ejecutiva de Sánchez, insistió este lunes, tras la reunión de la cúpula, que Ferraz concede "total autonomía" a las federaciones para que lleven a cabos sus procesos internos de renovación. "Los territorios tienen que hablar y a los territorios se les respeta desde esta ejecutiva federal. La voz de las bases será respetada. Los reglamentos y los estatutos son para todos. Lo respetaremos de principio a fin [...]. Ni en este proceso, ni en cualquier otro que se abra en los próximos meses, la ejecutiva federal va a inmiscuirse en esta cuestión".
Ferraz subraya que respetará la voluntad de los territorios y de las bases y no se inmiscuirá en los procesos de renovación internos
Preguntada Peña si ve viable Ferraz una candidatura de unidad o si ya la descarta, la dirigente tiró balones fuera. "Para nosotros, hay una cosa fundamental: respetar a los territorios y que los territorios hablen, tanto si hay acuerdo como si tienen que llegar a primarias abiertas y democráticas. Ferraz estará ayudando a que el proceso sea abierto, que la militancia hable en libertad y conseguir los mejores candidatos para de nuevo llegar al Gobierno".
Desde Ferraz y desde el PSPV se pide "calma" porque todo está por escribir esta semana, hasta que el 29 y 30 de enero. Porque los contactos se van a multiplicar. Un veterano dirigente, curtido en mil batallas, que estaba convencido el domingo de que habría contienda a tres, decía este lunes no verlo tan claro "por las presiones que se han puesto en marcha" desde Madrid y desde el equipo de Puig para intentar desactivar las candidaturas alternativas a la de Morant. "Llamadas" que también reconocían desde el entorno de confianza de Bielsa.
El recuerdo de la contienda de 2017
"Hay que pensar que estos días estamos en comunicación de guerra —analizaba a última hora de este lunes uno de los cargos más próximos a Puig y a la ministra—. Ahora todos están midiéndose, pero creo que al final habrá acuerdo en torno a Diana. Bielsa se mueve quizá más por la ambición, Alejandro está más bregado y sabe que si una ministra se presenta es porque tiene el beneplácito del presidente. Lo tiene que ver como una oportunidad. Diana no es una candidata de parte, sino más transversal. Hay que esperar, hasta el rabo todo es toro".
Si una ministra se presenta es porque tiene el beneplácito del presidente. Diana no es una candidata de parte, sino más transversal. Hay que esperar", sostienen desde el entorno de Puig
En el círculo del secretario provincial y alcalde de Mislata deslizan que quizá es Morant la que no formaliza su candidatura, precisamente por el "riesgo" que asumiría Sánchez de perder. Algunos cargos que apoyan a Bielsa sostienen que hay que poner punto final al ximismo y construir una alternativa distinta, y creen que es posible porque en 2017, cuando Puig era president, logró revalidar su mandato como jefe del PSPV por solo un 56,7%, frente al 42,3% que aglutinó el candidato de Ferraz, Rafa García, alcalde de Burjassot. "Y ahora Ximo no es president", recuerdan. Es decir, que su influencia y su poder interno se han erosionado. Responsables que respaldan a Bielsa subrayan que no es posible reagruparse en torno a Morant, porque en realidad los tres aspirantes "piensan que la unidad es posible en torno a ellos". Fuentes muy próximas al regidor de Mislata matizan: "Se trata más de que haya un nuevo proyecto política ganador, desde la generosidad, no se trata de acabar con el ximismo". El entorno de Soler guarda silencio y se limitaba, a preguntas de este diario, a señalar las palabras de su jefe de filas este lunes.
Puig se juega entregar su legado a una de los suyos, a Morant, también exalcaldesa de Gandia, que preservaría su proyecto, de corte más valencianista. En cuestión, pues, está su ascendente sobre los cuadros y militantes después de más de una década como líder del PSPV y como descendiente directo del lermismo. Pero Ferraz no está en realidad fuera de la batalla, porque como reconocen dirigentes autonómicos y federales, los afiliados valencianos saben que su primera candidata es Morant, dado que es ministra de Sánchez, revalidada el pasado noviembre. Y esa es la primera razón que citan los dirigentes cercanos a Puig para sostener que la titular de Ciencia acabará ganando, porque los "alcaldes y cuadros del PSPV" no se van a "poner en contra del único poder institucional realmente relevante", el Gobierno central.
Números difíciles de hacer todavía
"A Diana la apoya la mayoría de la estructura. Ellos [los críticos] han dicho de todo en este proceso. Que no se iba a presentar, que no contaba con el apoyo de Pedro. ¿Pero alguien cree que se presentaría si Ferraz no solo no la apoyara sino que no la empujara? Es una ministra de Pedro la que se va a presentar, así que es la candidata oficial, se diga lo que se diga públicamente", afirma una importante líder local. "Van a ser semanas de mucha presión, pero es Carlos el que tiene más apoyo orgánico, y de alguna manera ellos [los dianistas] deben contrarrestarlo", afirman en el círculo del secretario provincial valenciano, en el que añaden que si sale derrotada Morant, "quien pierde es Ximo, no Pedro". "Carlos quiere ser un activo fundamental para Pedro y para Ferraz con el objetivo de recuperar la Generalitat y la Diputación de Valencia", indican. Y es que Bielsa anhelaba hacerse con la presidencia de la Diputación valenciana, pero el exsocialista Jorge Rodríguez acabó pactando con el PP y le entregó la institución por sus malas relaciones con Puig, según defienden fuentes cercanas al líder del partido en Valencia.
En el entorno de Bielsa señalan que estas no son unas primarias "televisadas como las de Pedro y Susana" de 2017, y aquí operan más "relaciones personales y afinidades", el sentimiento de "equipo"
¿Cómo se moverán los militantes? Es difícil pronosticarlo ahora mismo. "Quienes dicen que las bases son controladas por los aparatos es que no conocen este partido", aseguran un dirigente federal, remitiéndose a la experiencia de 2017, cuando Sánchez se enfrentó a Susana Díaz, la candidata ungida por todos los aparatos y la aristocracia socialista, y la arrasó. "Pero estas no serán unas primarias televisadas como las de Pedro y Susana — contestan desde el círculo de Bielsa—. Aquí en las federaciones las primarias se mueven más por relaciones personales y por afinidades. Son más de equipo. Si tú te has trabajado el territorio, la gente se siente parte del equipo, y apoya al equipo del que forma parte". Es decir, que en estas primarias más pegadas al territorio la influencia de los aparatos crecería.
Pero nadie tiene realmente la respuesta. Y los números son disputados por cada lista. Sí hay consenso en que Bielsa y Soler controlan mayoritariamente sus respectivas provincias, Valencia y Alicante, aunque no por completo, y también hay coincidencia en que Castellón, la más pequeña en militantes, es más compacta, la tierra de origen de Puig, se volcará con Morant. Por ejemplo, es previsible que la ministra tenga un buen resultado en Valencia capital, porque su líder local es Sandra Gómez, muy próxima al president, y también en su comarca, en la Safor, de la que es cabeza Gandia.
Los números son disputados. Bielsa y Soler son mayoritarios en sus provincias, y Morant ganaría en Castellón. La duda es si habrá segunda vuelta y quiénes llegarían a ella
Los ximistas reconocen que la estrategia lógica es que, si hay contienda a tres, Morant intente ir a por más del 50% de los votos en la primera vuelta, la del 25 de febrero, aprovechando la división de sus contrincantes, y coronarse así como secretaria general sin más votaciones. Porque, de no ser así, lo previsible es que en segunda ronda el que perdiera de los dos críticos —Bielsa o Soler— apoyara al otro y, juntos, podrían batir a la ministra. Los críticos, sin embargo, deslizan que con su control orgánico quien puede quedar fuera a la primera es Morant, dado que el peso en militantes de Valencia y Alicante es muy superior a los apoyos que ella pueda recabar en Castellón y en la contra de las dos provincias más grandes.
El camino hacia el congreso extraordinario del PSPV en Benicàssim no ha hecho más que comenzar. Y, por ahora, son más las incógnitas que las certezas. Todos saben que la batalla, aquí, es de primer orden. Con impacto en Madrid. En la Moncloa. Nada de peccata minuta.
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