A 24 horas del pleno del Congreso que aprobará la ley de amnistía para remitirla al Senado y que siga allí su tramitación, Gobierno y PSOE resisten por ahora el envite de Junts. Insisten en que “ahora mismo” no se prevé que se puedan introducir más cambios en el texto, por mucho que los jueces maniobren para desactivar la norma. La posición, siempre con cautela, es que no se respaldarán las enmiendas de los posconvergentes y de ERC. Es decir, que los delitos de terrorismo solo serán amnistiables si hay violación grave de derechos humanos, perpetrados de manera manifiesta y directa. Pero lo que más está molestando en las últimas horas en Ferraz es la “injerencia” de la Justicia en el Poder Legislativo, su “intromisión” en otro poder del Estado para, en el fondo, dinamitar la amnistía.
El pasado martes, la Comisión de Justicia de la Cámara baja aprobó el dictamen de la ley que mañana, 30 de enero, estudiará el pleno. Y ya entonces los socialistas insistían en que no habría más cambios después de haber transaccionado con ERC y Junts una modificación del artículo 2 de la norma: se aprobó que se excluyan de la medida de gracia los actos terroristas que violen gravemente los derechos humanos, en consonancia con los artículos 2 y 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que habla de muerte, tortura o trato degradante. La redacción original de la proposición de ley dejaba fuera de la amnistía los delitos de terrorismo sobre los que recayera sentencia firme. El Gobierno decidió el giro, traspasando una línea roja que se había impuesto, para reforzar la seguridad jurídica de la norma.
Las decisiones judiciales, dice Ferraz, “tienen un objetivo muy claro”. “No se puede obviar que cada vez que el Legislativo se mueve, un juez realiza otro movimiento, y eso sería un escándalo en otro país de Europa”
Pero el jueves, a las 48 horas del paso del texto por la Comisión de Justicia del Congreso, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón movió ficha. Y en un auto vio “ánimo homicida” en las graves lesiones que sufrió un policía en las fuertes protestas que vivió Barcelona en el otoño de 2019, tras la sentencia del procés. Agresiones que, para el magistrado, sí podrían haber vulnerado el Convenio Europeo de Derechos Humanos. La precisión era importante, porque de admitirse esa interpretación, el expresident Carles Puigdemont y la número dos de ERC, a los que García Castellón quiere que el Tribunal Supremo impute, quedarían fuera del paraguas de la amnistía.
Y este mismo lunes se conoció que el juez de Barcelona Joaquín Aguirre prorrogó la instrucción del caso Voloh porque cree que Puigdemont y su entorno mantuvieron “estrechas relaciones personales” con el Kremlin. Esta lectura de Aguirre acorralaría al líder de Junts porque la proposición de ley excluye expresamente de la amnistía “los delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado y relativos a la defensa nacional”.
“Ahora mismo el texto no se cambia. Pese a las presiones de los jueces”, sostienen fuentes de Ferraz consultadas por este diario. Es decir, que “ahora mismo el texto saldrá conforme a lo que salió de la Comisión de Justicia, pese a las presiones de algunos jueces que van en paralelo a la actividad del Poder Legislativo”. Es decir, que los socialistas se inclinan por no retocar la norma para cerrar el paso a los movimientos de los jueces. Pero es importante la precisión, ese “ahora mismo”, porque queda un día hasta el pleno y también los independentistas insisten en blindar jurídicamente la ley ante el temor de que los jueces acaben dejándola en papel mojado.
“La Justicia hace política”
En el cuartel general del PSOE hablan de “injerencia”, de “intromisión” inaceptable. “No se puede obviar que cada vez que el Legislativo se mueve, un juez realiza otro movimiento, y eso sería un escándalo en cualquier otro país de Europa. Solo pedimos que dejen al Legislativo legislar. Y después habrá tiempo para recursos y demás, pero no estos movimientos en paralelo que influyen directamente en otro poder del Estado y en su trabajo”, explican. En definitiva, que las decisiones judiciales “tienen un objetivo muy claro”. “Con el mero hecho de que influyan en el Legislativo, más allá del recorrido judicial, ya es horrible”.
Nadie que no quiera utilizar de nuevo el terrorismo para ganar ventaja política puede decir algo así sobre lo que ocurrió en Cataluña en el año 2019”, asegura Peña
Altos mandos de Ferraz no podían contener la indignación con las últimas decisiones judiciales. Se trata, indicaban fuentes muy próximas a Pedro Sánchez, de que “la Justicia hace política”. “No se trata de un diálogo entre los dos poderes, sino que es una injerencia del Judicial en el Legislativo. ¿Al Poder Legislativo quién lo respeta?”, se duele un responsable.
En rueda de prensa este lunes en Ferraz, la nueva portavoz, Esther Peña, eludió criticar a los jueces. Y manifestó, “como siempre”, el “respeto” del partido y del Gobierno al Poder Judicial, haya decisiones que “gusten más o gusten menos”. Pero sí introdujo una frase que podía leerse como un reproche a García Castellón. La dirigente estaba en realidad contestando una pregunta sobre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien en una entrevista en El Confidencial señalaba que en Cataluña durante el procés se cometieron actos de terrorismo.
“Ya estamos acostumbrados a las excentricidades de Ayuso —respondió—. Es evidente que el independentismo en su momento utilizó estrategias reprobables, pero creemos que no es terrorismo. Lo que hay es un debate sobre qué es terrorismo y lo que no, y en este país sabemos muy bien lo que es el terrorismo de ETA, de los Grapo, de Terra Lliure, del 11-M o de la ultraderecha. Estas cuestiones están en la memoria colectiva de todos. Nadie que no quiera utilizar de nuevo el terrorismo para ganar ventaja política puede decir algo así sobre lo que ocurrió en Cataluña en el año 2019”. Se lo decía Peña al PP, pero también al juez García Castellón.
Ahora mismo no hay sobre la mesa ningún cambio en la posición del PSOE. Lo que sí hay es tiempo y los partidos siguen hablando. No estamos negociando, estamos cómodos y satisfechos con el dictamen de la semana pasada”, explica la portavoz
La portavoz también fue bastante rotunda a la hora de negar que puedan introducirse cambios en la ley de amnistía. “Ahora mismo no hay sobre la mesa ningún cambio en la posición del PSOE sobre la votación de las enmiendas respecto a lo que salió de la Comisión de Justicia [del martes pasado]”. A la dirigente se le preguntó en varias ocasiones si la posición ya está cerrada o cabe un viraje de última hora del partido, como de hecho ocurrió la semana pasada. “Me reitero, no hay ningún cambio. Lo que sí hay es tiempo, y los partidos, todos, siguen hablando y hasta que se celebre la votación de mañana por la tarde lo que hay es tiempo”.
¿Tiempo para negociar?, se le inquirió. “No, no. No estamos negociando, estamos cómodos y satisfechos con el dictamen de la semana pasada. Lo único que nos queda es tiempo, 24 horas para que se produzca la votación”, contestó Peña, justo en línea contraria a lo que estaba asegurando ERC desde Barcelona este mismo lunes. La dirigente incidió en que el dictamen que se vota este martes es “suficientemente robusto” y “plenamente constitucional”.
La posición del PSOE, este lunes, es por tanto no a los cambios, pero no se descarta nada. Tampoco la cúpula socialista quiere dar nada por cerrado. Lo único que el partido podría hacer mañana martes es admitir las enmiendas vivas que dejaron ERC y Junts, tanto las originales de cada partido como las que transaccionaron con otras formaciones y fueron rechazadas el pasado martes. Aceptarlas supondría, para el PSOE, incluir todos los delitos de terrorismo dentro de la amnistía, un salto de gigante respecto a su discurso oficial. No cabe pactar una nueva redacción, porque para tramitarlas se requiere, según el reglamento del Congreso, la autorización unánime de todos los grupos, y es evidente que PP y Vox lo bloquearían. El PSOE, por tanto, debe pensar en estas pocas horas que restan hasta el pleno si se resiste a las presiones de los independentistas o cede nuevamente ante ellos introduciendo nuevos cambios en la ley.
El PSOE pregunta a Feijóo si cree que las concentraciones en Ferraz son terrorismo. Para el partido no lo es, por "desagradable y feo" que sea lo ocurrido
Peña también dirigió una pregunta a Alberto Núñez Feijóo: "Si lo que está sucediendo en la sede de Ferraz es terrorismo. Ha habido una treintena de heridos [en las sucesivas concentraciones], la mayoría de ellos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Lo decía porque este pasado domingo, tras la concentración en plaza de España contra la amnistía convocada por el PP, se repitió la manifestación en los alrededores de la sede federal, y los participantes mantearon a dos muñecos que simulaban ser Sánchez y Puigdemont con gritos de "1, 2 y 3, colgado por los pies". Según la portavoz, el PSOE tiene claro que eso no es terrorismo, por muy "desagradable y feo" que sea lo ocurrido. Los socialistas no tienen "intención" de entrar en el debate de qué es terrorismo y qué no porque tampoco se promoverá ninguna modificación del Código Penal.
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