Hace dos meses Podemos anunció su decisión de pasarse al Grupo Mixto abandonando el paraguas de Sumar, con el que se había presentado a las elecciones generales del 23-J. Desde entonces, los cinco diputados morados -ahora cuatro tras la marcha de Lilith Verstrynge- han ganado cuota parlamentaria, presencia en los plenos del Congreso y, además, mejores fuentes de financiación. Todo ventajas.
Pero si bien habían dejado claro su distanciamiento del partido instrumental de Yolanda Díaz, mantenían todavía a día de hoy bastante proximidad física con sus antiguos compañeros de candidatura. Y es que, según explican fuentes del Grupo Plurinacional, los morados no habían abandonado todavía los cinco despachos de la planta cuarta del Congreso de los Diputados, donde están ubicadas las dependencias de Sumar a pesar de tener que trasladarse a la quinta, territorio, entre otros, de los parlamentarios del Grupo Mixto.
Tal es así, que entre este lunes y martes "ha habido que poner sus cosas en el pasillo porque si no no se iban", narran fuentes parlamentarias a El Independiente. Una guerra soterrada ente antiguos compañeros de filas en la que decisiones como nombrar a Íñigo Errejón portavoz parlamentario no ayudan, ni de lejos, a normalizar unas relaciones absolutamente rotas. En Sumar dicen que lo de Errejón "no creemos que complique más las cosas" de cómo están. "Nuestra interlocución con ellos ya es lo de menos. Arrastran una actitud bastante infantil en general", lamentan, para apostillar que "no han querido abandonar los despachos después de más de un mes en el Mixto. Todo lo que han podido torpedear lo han hecho".
Las ocho dependencias del Grupo Mixto ya estaban ocupadas cuando Podemos rompió con Sumar
Lo cierto es que el reparto de despachos en el Congreso no deja de ser un dolor de cabeza en el arranque de cada legislatura y las ocho dependencias atribuidas al Mixto -del que forman parte también UPN, Coalición Canaria y BNG-ya estaban ocupadas cuando Podemos rompió con Sumar. Los 350 parlamentarios disponen de despacho. Los de los presidentes y portavoces de Grupo de dimensiones más generosas y, el resto, pequeños cubículos. Hay que encontrarles una ubicación, sí o sí, pero lo normal es que estén agrupados por Grupos Parlamentarios. Además, luego debe haber espacio para asesores y salas de reuniones, algunas compartidas entre varios partidos.
La adjudicación de espacios -que se decide en la Mesa del Congreso, donde tienen mayoría PSOE y Sumar- decidió un reparto en septiembre del año pasado en la que los socialistas "beneficiaron a sus socios", según agregan otras fuentes consultadas por este medio. Sólo así se explica, por ejemplo, que la formación de Díaz, ahora con 27 diputados pero antes con 31, tenga más despachos y salas de reuniones que Vox, con 33 parlamentarios.
Vistos los antecedentes, no lo tiene nada fácil Sumar ni sus ministros para intentar un diálogo con los de Ione Belarra, habida cuenta de que necesitarán todos y cada uno de sus cuatro votos para sacar adelante las iniciativas de la cuota magenta ministerial. Esto se puso de manifiesto en la votación, el pasado 10 de enero, del decreto-ley del subsidio de desempleo, que los morados rechazaron impidiendo su convalidación. Entonces, Díaz arremetió contra los morados a los que acusó de "golpear" a la ciudadanía y de hacerlo, además, "de la mano de Vox y del Partido Popular".
Ignorar a Sumar
En Podemos argumentaron que mientras los socialistas cedían con Junts hasta en las políticas de inmigración a cambio de una tibia abstención, "con nosotros no se sentó nadie a negociar". El disgusto del sector socialista del Gobierno fue tal que optaron por tomar las riendas de la interlocución con Podemos. De hecho, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, tiene línea directa de comunicación con Belarra "desde que ambos coincidieron en el Ejecutivo", explican, en este caso, fuentes de Podemos.
Los morados pretenden "puentear" a Sumar incluso en aquellas cuestiones de su negociado como Trabajo, Sanidad, Juventud e Infancia, Cultura y Derechos Sociales. Incluso las negociaciones habituales entre los grupos parlamentarios en las que, en definitiva, todos hablan con todos, se antojan casi imposibles. "Ione hará su parte y los otros tres diputados también", especialmente Javier Sánchez Serna, quien suele dar las ruedas de prensa de los martes tras la Junta de portavoces, dicen los mismos medios consultados.Ponen el acento, no tanto en las negociaciones en el Congreso, como en que "lo importante son las iniciativas del Gobierno" y agregan, en este sentido, que "nosotros hablaremos con quien diga Sánchez, con quien nos ponga a hablar".
Pero lo cierto es que la elección de Errejón como portavoz es un sapo difícil de tragar para sus antiguos compañeros de partido. De hecho, consideran que su "traición", formando junto a Manuela Carmena un partido nuevo, Más Madrid, con el que concurrieron a las elecciones autonómicas y locales de 2019 fue el punto de inflexión para Podemos y la causa de muchos de sus males hasta llevarlos a su situación actual.
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