Las opciones eran pocas. En un clima de profunda fractura a nivel nacional entre Podemos y Sumar buscar una alianza electoral en Euskadi se antojaba complicado. En las últimas semanas se había intentado, se había negociado, pero finalmente ambas partes han confirmado que no habrá acuerdo, que no tienen ni la sintonía ni el diagnóstico compartido suficiente como para concurrir de manera coaligada a las autonómicas vascas que se celebrarán este año. Lo que ayer trascendió fue el grado de enfrentamiento y los detalles de la negociación que llevaban semanas manteniendo. En Podemos revelaron que habían ofrecido a Sumar renunciar “a todo lo que era posible renunciar”, incluido encabezar la candidatura o ocupar la portavocía de la posible coalición, pero que ni así Sumar accedió a buscar un acuerdo.

La confirmación de la ruptura, más que esperada, llega después de semanas de contactos y en un contexto en el que el resto de partidos políticos acumulan semanas de precampaña. Tanto el PNV, como EH Bildu, el PSE y el PP tienen a sus candidatos celebrando actos prelectorales desde hace días. El espacio que representa Podemos-Sumar es el que se encuentra más retrasado en la presentación de sus candidaturas y propuestas.

Sumar Mugimendua, la marca de la formación que lidera Yolanda Díaz, apenas tiene tres meses de vida en Euskadi. Carece de estructura y esta será la primera ocasión en la que concurra a unas elecciones en el País Vasco con su marca. Podemos, en cambio, goza de una trayectoria asentada en Euskadi y una estructura implantada desde hace años. Los morados revelaron ayer que durante las negociaciones pusieron sobre la mesa ceder a Sumar incluso la portavocía del Grupo parlamentario en la Cámara vasca que se renovará este año. También que renunciaban a imponer a su candidata única con Miren Gorrotxategi a la cabeza, y que estaban dispuestos a concurrir con una ‘candidatura coral’ en la que compartiesen la cabeza de cartel tanto Gorrotxategi como la candidata de Sumar, Alba García: “Pero Sumar no lo aceptó”, aseguró el parlamentario y negociador de Podemos, David Soto.

A la tensión por el rechazo a la oferta "generosa" se sumó la negociación que de forma paralela llevó a cabo Sumar Mugimendua, liderada en Euskadi por el exsecretario general de Podemos, Lander Martínez. Unos contactos con otras formaciones y que le permitieron cerrar, mientras negociaba con Podemos, un acuerdo de coalición con Ezker Anitza y Equo Verdeak. Un pacto del que según Podemos ni siquiera les informaron.

Pérdida de escaños

Este acuerdo supone además la salida de la órbita de Podemos de Ezker Anitza, que se encontraba integrado en la formación morada y que ahora se pasa a Sumar. En Podemos intentarán también atraerse a otra de las marcas de ese espacio ideológico, como es Alianza Verde, la formación de Juantxo López de Uralde.

Concurrir por separado perjudica a ambas partes. Así lo auguran las encuestas. Incluso de modo coaligado perderían apoyos pero aún más si se presentan por separado. Los seis asientos actuales en la Cámara de Vitoria podrían reducirse a tres, dos para los morados y uno para Sumar, según coinciden varias encuestas. Una circunstancia que podría beneficiar a las otras dos formaciones de izquierda, EH Bildu y el PSE.

En Sumar afirman que lo han intentado, que se negoció y que no se encontró ni un suelo ni un diagnóstico compartido de la situación en Euskadi. Desde el primer momento, la marca de Yolanda Díaz reprobó a la candidata de Elkarrekin Podemos. El rechazo a Gorrotxategi lo han justificado en la necesidad de impulsar un “cambio generacional” ante lo que definen como un “nuevo ciclo” en la política vasca. Es ahí donde sitúan la aportación que su candidata, Alba García –hasta hace apenas unos meses en Podemos- de 35 años, frente a los 57 de la actual portavoz de Podemos en la Cámara vasca.

En Sumar insisten en que la decisión no ha venido en ningún caso impuesta por la dirección nacional, “aquí somos autónomos, las decisiones de Euskadi se toman en Euskadi”, aseguró el pasado martes su portavoz, Andeka Larrea. Reconoce que los contactos con Podemos se han detenido, que la negociación “ha concluido” y que sólo si se dieran “elementos nuevos” relevantes se podría retomar. En ese caso sería siempre para incorporarse al preacuerdo que ya tienen suscrito Sumar, Equo y Ezker Anitza.

"Cercanos a la nada más absoluta"

No parece que eso vaya a ocurrir. En Elkarrekin Podemos señalan que han sido muy generosos, que han renunciado a controlar la coalición priorizando la conformación de una apuesta sólida para ese espacio de la izquierda. Recuerdan que son ellos quienes gozan de una mayor penetración y estructura en Euskadi y que la implantación de Sumar Mugimendua "aquí está cercana a la nada más absoluta”, aseguró ayer Soto en Radio Euskadi: “Hemos recibido un no a una propuesta como la nuestra. Creo que no se ha hecho más que reproducir de manera insensata la división que se vive en Madrid”.

Podemos considera que tener que presentarse a las elecciones autonómicas, aún sin fecha, por separado será perjudicial “para el espacio que representamos, el quinto espacio de la política vasca”. Defienden que en el actual marco electoral era clave “hacer ruido” y concurrir de modo conjunto con un proyecto “transformador”.

Reiteran que los primeros pasos dados por Sumar pretender arrebatarles una labor en la que llevan muchos años trabajando para confirmar un “arraigo electoral” que les permitió presentar en las pasadas elecciones municipales 66 candidaturas en Euskadi. En este ámbito sitúan el lema de que “todo empieza ahora” con el que se ha presentado la marca de Díaz en el País Vasco.

El desgaste que viene arrastrando Podemos y su entorno en Euskadi podría agravarse aún más en un escenario de enfrentamiento. En las pasadas elecciones municipales, y en un contexto de distanciamiento entre las dos marcas, el electorado castigó de modo significativo a Podemos. Así, los 81.,000 votos de hace cuatro años cayeron hasta los 56.000 y los 60 concejales se recortaron a 41.