Rewind. El PSOE siente que rebobina, que retorna a la segunda semana de campaña de las generales. Todo parecía perdido, pero una cadena de errores fatales de Alberto Núñez Feijóo —sus "mentiras" sobre las pensiones en TVE, su ausencia en el debate de la tele pública, la vuelta al primer plano de su relación con el narcotraficante Marcial Dorado— rompió su campaña, cortó abruptamente el viento de cola y dio combustible a la estrategia de Pedro Sánchez. Ahora quedan menos de siete días para otras elecciones, las autonómicas gallegas del 18-F, y el líder del PP, se regocijan en el Ejecutivo y en el partido, vuelve a quebrar su propia campaña, la de su candidato, el presidente Alfonso Rueda, y vuelve a dar oxígeno claro a la izquierda. Feijóo, admitieron fuentes de primer nivel de la formación conservadora, examinó durante 24 horas la legalidad de la amnistía cuando abordó su investidura con Junts y se pensó un indulto condicionado a Carles Puigdemont. Y no cree que pueda probarse que el expresident cometió actos de terrorismo.
Una enmienda a la totalidad, en definitiva, a todo el discurso del PP de los últimos meses, cimentado en una ofensiva total al Gobierno por la amnistía y en un rechazo a los indultos, medida que él mismo definió como una "equivocación histórica". Los socialistas esperan que el viraje del jefe de los conservadores tenga impacto en los comicios a favor de la izquierda para así lograr tumbar la campaña de Rueda y desalojarle de la Xunta. Pero recalcan que, más allá de lo que suceda en las elecciones del próximo domingo, Feijóo "rompe su línea de oposición y le deja como lo que es, un mentiroso". "Le deja incapacitado", analizan. Y explican su inesperado movimiento al temor a que Puigdemont publicite el contenido de los contactos que mantuvo con el PP el verano pasado. Se trataría, pues, de una detonación "controlada", más que de una torpeza.
Zapatero define lo ocurrido como "la gran infamia" de la derecha, su "histórica hipocresía": en unas semanas "propondrán la beatificación de Puigdemont", subraya
La noticia saltó a las 23.30 del sábado. Varios medios, entre ellos El Independiente, informaban de ese giro del PP. Parte del Gobierno, empezando por el presidente, Pedro Sánchez, asistían a la gala de los Goya, en la que arrasó La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona. A los pocos minutos, el ministro Óscar Puente, presente en la ceremonia, en Valladolid, ya apuntaba cuál sería el discurso del Gobierno en las siguientes horas. "Sabemos que tenemos razón haciendo lo que hacemos. Sabíamos que no iba a ser fácil. Sabíamos que el tiempo nos acabaría dando la razón. Lo que no sabíamos era que Feijóo lo iba a reconocer tan pronto", tecleó en X.
El Ejecutivo y el PSOE salieron este domingo en tromba contra el líder del PP. Mensajes en las redes sociales con el hashtag de #lagranmentiradeFeijóo. Y, en los discursos, ataques directos de José Luis Rodríguez Zapatero y del candidato del PSdeG a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, en su mitin conjunto en Ferrol. Que Feijóo se abriera a conceder un indulto a Puigdemont —siempre que rinda cuentas ante la Justicia, pida la medida de gracia y renuncie al referéndum y a la independencia por la vía unilateral— evidencia, para el expresidente del Gobierno, la "gran infamia" de la derecha en estos meses. Su "histórica hipocresía" después de semanas y semanas anunciando que España "se rompía".
Meses en los que los populares han estado "generando crispación" al sacar a la gente a la calle para protestar contra el Ejecutivo por la amnistía. "Dentro de unas semanas propondrán la beatificación de Puigdemont", ironizó Zapatero. "La próxima manifestación", bromeó, "la va a conceder Feijóo contra Feijóo". "La mentira" es la forma de hacer política "que envuelve al PP", agregó minutos más tarde Besteiro. "Mira qué pillín Feijóo. Ya sabíamos que se reunía con Puigdemont pero que ya hablase de amnistía...", comentó socarrón. Hasta Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha y látigo de Sánchez por la amnistía, señalaba en X, antes Twitter, que es "inexplicable e indefendible que el PP negociara con el Código Penal para conseguir una investidura o cualquier rédito político".
Para el PSOE y el PSdeG, el brusco giro de Feijóo fue sentido como un regalo en un momento de bajón anímico. En los últimos días, había crecido la angustia de algunos cargos socialistas gallegos porque veían que Rueda permanecía estable en los sondeos internos y los publicados —sobre los 39 escaños, cuando la mayoría absoluta se sitúa en los 38 diputados—, que el BNG crecía sin parar, por encima de los 20 parlamentarios, y que ellos, con Besteiro al frente, no remontaban. Su peor marca histórica fue la de hace cuatro años, en 2020, con 14 asientos en el Parlamento autonómico, y ahora podría bajar. Sondaxe, para La Voz de Galicia, ha venido ubicando al PSdeG en los últimos días en la banda de los 12-13 escaños, y 40dB para El País y la SER pintaba a los socialistas este domingo en la franja de los 10-13 parlamentarios, aunque daba opciones al bipartito de izquierdas: el BNG podría obtener 22-25 actas; el PP, entre 36 y 40, y podría entrar Democracia Ourensana —bastón de los conservadores en Ourense— con un diputado.
"El PP abonado a la mentira, al engaño permanente y a la crispación"
"Todo cambió. Ahora, nosotros a la ofensiva y ellos a la defensiva. Esto por supuesto que nos impulsa. Empezó ya la onda expansiva en Ferrol. No hay otro tema ya hasta el final de campaña", indica a este diario un dirigente socialista de primer nivel muy implicado en el viaje del 18-F. "Seguramente sí que nos ayude. Es el PP abonado a la mentira, al engaño permanente y a la crispación de la sociedad", abunda otro alto cargo de Ferraz.
El PP está descolocado. Esto insufla ánimo al BNG y aún más a los nuestros. Legitima la posición de Pedro. Cayó como un balón de oxígeno y vamos a agarrarnos a esto", dice un cargo del PSdeG
Para los socialistas, el traspié de Feijóo, que ha causado una auténtica conmoción en su partido, se aproxima a lo que ocurrió en la recta final de la campaña del 23-J. Entonces se instaló el marco de las "mentiras" de Feijóo después de que él defendiera en TVE que su partido "siempre" había revalorizado las pensiones conforme al IPC, una afirmación que era falsa y que fue desmontada por la periodista que le entrevistaba, Silvia Intxaurrondo. El líder del PP fue encadenando tropiezos y no logró remontar en los días decisivos de la campaña. Ahora en el PSOE creen que puede ocurrir lo mismo en Galicia.
"El PP está desconcertado, descolocado. Nadie entiende un movimiento que ha sido un torpedo en la línea de flotación de su discurso y de la estrategia de Rueda —asegura una importante responsable del PSdeG—, porque él ha usado muchísimo el miedo a la amnistía. Así que estas revelaciones le perjudican a él e insufla ánimo al BNG y aún más a los nuestros. Porque legitima la posición de Pedro. Cayó como un balón de oxígeno y vamos a agarrarnos a esto. Todos los cargos públicos vamos a ir con esto. Se va a exprimir esta semana y vamos a intentar mantenerlo vivo hasta el mismo sábado". "Es bastante obvio que nos ayuda", incide un ministro de peso.
La consigna interna es clara: el PSOE y el Gobierno continuarán martilleando el mismo mensaje para acorralar a Feijóo, porque creen que les ayuda a movilizar a sus votantes, a recuperar el momentum 23-J, y eso es capital, porque desde el principio eran conscientes de que su agujero consistía en la falta de participación de aquellos que confiaron en el PSOE en las municipales y en las generales. "Esto hunde al PP y engorda a Vox, y a nosotros nos refuerza mucho", resume un dirigente de la máxima confianza de Sánchez. "Nos refuerza", continúa, "porque se ve que estamos haciendo lo que hay que hacer". En la Moncloa están convencidos de que la polémica aguantará "seguro" hasta el 18-F porque prevén que durante la semana se sigan produciendo consecuencias. Y miran a la entrevista de este lunes de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en Telecinco. "Paciencia", piden, frotándose las manos.
Fuentes muy próximas a Sánchez insisten en que lo ocurrido "incapacita" a Feijóo, "neutraliza" todo su discurso. "Rompe su línea de oposición y le deja como lo que es, como un mentiroso"
Pero la confesión de Feijóo, para Sánchez, va más allá del impacto en las urnas. "Esto le incapacita para continuar esa línea de oposición —sentencian fuentes muy próximas al presidente del Gobierno—. Neutraliza todo su discurso contra la normalización en Cataluña puesto que, de una u otra forma, lo valida. Es mucho más de lo que suceda en las elecciones: rompe su línea de oposición y le deja como lo que es, como un mentiroso. Se ha cargado su discurso de la noche a la mañana. Ya no podrá decir nada durante el tiempo que le dejen al frente del PP".
Y continúan estas mismas fuentes del máximo nivel: "No es que Feijóo no quisiera. Es que no pudo porque Vox no se lo hubiera permitido. Y deja muchas incógnitas: ¿realmente de qué hablaron para su investidura PP y Junts? ¿Qué pensará la judicatura que ha estado apoyándole cuando escucha que no es terrorismo lo que hizo Puigdemont? ¿Y los manifestantes que han ido a todas las concentraciones contra una supuesta traición que estaba dispuesto a hacer él mismo? Feijóo no da para más".
En otras palabras, en el Ejecutivo se cree que el PP al final "legitima" la política de distensión de Sánchez y, en concreto, la medida de gracia. Lo decía Zapatero este domingo en Ferrol: "Ahora muchos españoles pueden pensar sosegadamente" que la ley de amnistía es una medida positiva, puesto que será "un paso importante" para el conjunto del país.
"Todo se sabrá"
Pero, ¿por qué este giro de 180 grados en plena campaña de las gallegas, en las que la mayoría absoluta de Rueda pende de un hilo? Fuentes de primer rango del Gobierno y del PSOE están convencidas de que el jefe del PP ha buscado una "voladura controlada". Esto es, que ha preferido adelantarse a Junts y dar a conocer parte del contenido de las conversaciones mantenidas el pasado verano. Feijóo se habría movido, según creen los socialistas, ante el temor de que Puigdemont acabase de reventar la campaña gallega con la filtración de aquellas negociaciones. Se apoyan en la carta que el jueves de la semana pasada el expresident hizo pública en X y que había remitido a los eurodiputados: si su partido hubiera investido a Feijóo, dijo, o hubiera impedido la de Sánchez, "todos estos espectáculos" —que la Eurocámara pida a España que investigue los lazos entre Rusia, el independentismo catalán y en concreto Puigdemont— "se habrían ahorrado". Y acababa: "Y de esto también hablaremos cuando toque. Como con la trama rusa, todo se sabrá". Todo se sabrá. La amenaza que hace colegir a los socialistas que el movimiento de Génova no es gratuito, sino que busca preparar el terreno. Por lo que el líder de los posconvergentes pueda revelar.
En la Moncloa señalan que lo que ha trascendido es apenas "un 10%" de lo que el PP abordó con Junts en verano. Es más una "voladura obligada", apunta una ministra
En la Moncloa recuerdan que el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, ya llevaba requiriendo a Feijóo que explicase "qué ofreció" a Junts. Este mismo domingo, en una entrevista en La Voz de Galicia realizada, lógicamente, antes de que trascendiesen las intenciones del jefe del PP, Sánchez volvía a reparar en ese punto: "Yo tengo la convicción de que, si Feijóo no dependiera de Vox, habría aprobado la amnistía. Llegó a hablar con Junts. Unas conversaciones nunca aclaradas". El líder del PP, apuntan en el círculo del presidente del Gobierno, "ha reconocido tan solo un 10%" de lo que abordó con los posconvergentes. Es decir, que pueden llegar más capítulos y de alto voltaje para Génova. Una ministra de Sánchez pone un matiz: "Si esto es una voladura controlada, que venga Dios y lo vea, como dirían en el pueblo. ¿No será más una voladura obligada?". Otros miembros socialista del Gabinete, no obstante, piden prudencia, porque reverdecer la amnistía puede ir en contra del PSdeG el 18-F, ya que Feijóo podría esgrimir que la estudió, pero no cedió, cosa que sí hizo Sánchez.
Arranca así la recta final del 18-F en la que el PSOE aspira a dar la vuelta a la campaña en Galicia. Con otro debate en TVE en el horizonte, por cierto, al que no irá el jefe de la Xunta, como tampoco fue Feijóo en verano al de la tele pública. El objetivo esta semana es utilizar lo ocurrido para dinamitar la estrategia de Rueda y movilizar a los votantes socialistas. En el partido asumen que serán terceros, pero insisten en que lo importante es la suma de la izquierda. Que BNG y PSdeG, Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro, lleguen a la cifra de los 38 diputados. Entonces, entienden, Feijóo empezará a formar parte del pasado y quedará muy debilitado como jefe del PP. La amnistía, había vaticinado el ministro Ángel Víctor Torres en una entrevista publicada por este diario el pasado sábado, acabará siendo "un problema para el PP", y "no para España". Un pronóstico que este domingo veían fortalecido en el Gobierno. Lo dijo también Zapatero: se producirá un "tsunami" en el PP, "turbulencias" en Génova. "Ayuso, calienta que sales", lanzó mordaz. Las consecuencias del viraje de este fin de semana pueden ser imprevisibles.
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