Mientras el PSOE centra sus esfuerzos en la campaña de las elecciones gallegas las diversas familias del independentismo ven con aprensión como avanza el calendario sin que se vislumbre una vía de salida al bloqueo entre PSOE y Junts en la negociación de la ley de amnistía. Descartada la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) para agilizar las instrucciones como avanzó el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado lunes, se buscan opciones para atar el 'sí' de Junts sin contravenir los reparos socialistas.
"Se va negociando, los que tienen que hablar están hablando" asegura una fuente de la dirección independentista para mantener abierta la puerta a un acuerdo que los ajenos a esas negociaciones ven cada día más difícil. "Queremos cambios, y algún cambio habrá, porque si no es un juego de suma cero" en el que todos pierden, advierte esta fuente para explicar su confianza en que el PSOE acabe aceptando algún cambio que permita cerrar el acuerdo.
Una puerta de optimismo abierta en las últimas horas, tras una semana en que el partido de Carles Puigdemont insistía en la amenaza de tumbar la ley si no se aceptan las enmiendas sobre los delitos de terrorismo y traición, que afectan directamente al líder moral de JxCat. Los independentistas quieren incluir ambos delitos en la amnistía, sin exclusiones, para sortear la causa de Tsunami Democràtic, que apunta directamente al ex presidente catalán. Pero el PSOE se niega a ampliación de la amnistía que según sus juristas llevaría al Tribunal Constitucional, también al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, a tumbar la ley. Un criterio que comparten desde Esquerra.
Comin confía en el acuerdo
El eurodiputado Toni Comín, mano derecha de Puigdemont en Bruselas, abonaba este viernes el optimismo asegurando que habrá amnistía "sin ninguna duda". A su juicio "las líneas rojas" que Junts y el PSOE tienen "son compatibles". En una entrevista de este viernes en Cuatro, Comin insistió en la necesidad de que ambas partes busquen "la fórmula" para hacer coincidir sus posiciones. "Habrá ley de amnistía sin ningún tipo de duda", aseguró.
Las declaraciones de Comin suponen un giro sustancial en lo expresado hasta ahora por Junts. Fuentes de Junts advertían estos días que una amplia mayoría de la ejecutiva independentista no alberga dudas sobre la posición de fuerza fijada por Carles Puigdemont, aún a riesgo de tumbar la ley. Sin cambios en la Ley de amnistía, el partido votará en contra de la ley, insistió esta semana la presidenta del partido, Laura Borràs, en declaraciones a TVE.
Inquietud en ERC
Desde Esquerra ven con enorme inquietud una dinámica que pone en riesgo la Ley de amnistía que ha sido su objetivo prioritario de los últimos cuatro años. La votación del texto en el Congreso "era un momento de victoria política" apuntan desde la dirección republicana, que debía permitir iniciar la "segunda fase" de la negociación, ya centrada en el referéndum.
Los republicanos no comparten en absoluto la dilación impuesta por Junts y advierten que "mientras la ley vuelve a comisión los enemigos de la ley trabajan para tumbarla" en referencia a las iniciativas tanto del PP como del ámbito judicial. Lamentan, por ejemplo, haber recibido esta semana a la Comisión de Venecia sin una ley ya aprobada, algo que a su juicio debilita la posición de los defensores del perdón.
"No hay ley de amnistía perfecta, no es un debate entre ley buena y ley mala, el debate es entre ley de amnistía o no" apuntan estas fuentes, expresando la inquietud de una parte sustancial del independentismo por el último golpe de efecto de Junts. Sobre todo, añaden otras fuentes, porque al fin y al cabo es el independentismo, no el PSOE, quien quiere la amnistía, aunque "los socialistas ya han integrado la amnistía en su discurso".
La instrucción de Tsunami
"La ley no es robusta por el contexto, no podemos dar cosas por perdidas" argumentaba Borràs esta semana para defender la negativa de su partido, que desde Junts explican por los últimos autos del juez Manuel García Castellón para sustentar la acusación de terrorismo contra Puigdemont. La instrucción de la Audiencia Nacional sobre la causa de Tsunami Democràtic está en el origen de todos los cambios de postura de JxCat, cuestionados incluso desde la órbita de Esquerra.
Por eso una de las opciones que se ha barajado en los últimos días desde Junts es incluir la afirmación de Pedro Sánchez: "El independentismo no es terrorismo" en el texto de la Ley de amnistía. Una opción que ya ha sido rechazada por los socialistas. PSOE y ERC sostienen que "la ley no tiene agujeros porque no hay terrorismo ni traición, ningún juez podrá sostenerlo". Pero el entorno de Puigdemont no quiere asumir ese riesgo, y su partido le apoya en el envite.
Mazazo de la Fiscalía
En este contexto, la votación de la Junta de Fiscales de Sala sobre la acusación de terrorismo a los líderes independentistas ha caído como un mazazo en el Gobierno, porque socava claramente ese discurso. Los fiscales decidieron este martes o por 12 votos a 3 que puede existir este tipo delictivo y por 11 a 4 que Carles Puigdemont, pudo estar implicado.
Un golpe que llega en un momento de aparente hartazgo socialista ante las estrategias negociadoras de Junts. Tanto, que el portazo de JxCat a la Ley de amnistía en el Congreso llegó al Ayuntamiento de Barcelona, donde Jaume Collboni frenó en seco las negociaciones con Xavier Trias para cerrar un acuerdo de gobierno en la capital catalana.
Entre los socialistas crece la percepción de que el Gobierno no puede seguir aguantando un proceso que lo desgasta día a día, y empiezan a ver posible que la ley de amnistía decaiga por la falta de acuerdo con Junts. Y ese hartazgo socialista inquieta enormemente entre el resto de los actores involucrados, desde Esquerra a los futuros beneficiarios de la amnistía, pasando por los Comunes.
Bronca en Europa
Pero la última también ha sido una semana horribilis para Carles Puigdemont, con una presión añadida en Bruselas que no hace más que enrarecer y tensar la negociación. Este jueves, el Parlamento Europeo aprobó un texto sobre los tentáculos del Kremlin en la Unión Europea que incluía al independentismo catalán entre los objetivos a "investigar". Lo hizo con el apoyo de todo el Grupo Socialista, incluidos los eurodiputados del PSOE, y buena parte del grupo ALE-Verdes, el grupo de ERC, que votó en contra de la iniciativa.
PP y Cs introdujeron además enmiendas que mencionan específicamente que el Kremlin estuvo en contacto con el entorno de Puigdemont y con el expresident; también que estas personas “están demandando una amnistía por sus presuntos delitos”. Puntos que han salido adelante pese a los votos en contra de los eurodiputados socialdemócratas.
Puigdemont no acudió a la sesión. Respondió con una carta a todos los eurodiputados -y remitida a la prensa española- en la que relacionaba las investigaciones judiciales sobre la trama rusa y la causa de Tsunami Democràtic a su alianza con el PSOE. "Si hubiéramos hecho presidente a Alberto Núñez Feijóo todo esto no pasaría".
La andanada de Margaritis
Dos días antes, la intervención del vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, ya encendió todas las alarmas del independentismo. El griego citó los "contactos regulares y estrechos" entre funcionarios rusos y "un grupo de secesionistas catalanes" en España como un ejemplo de las injerencias de Rusia en las democracias de la Unión Europea. "Creo que es el deber de esta casa investigar quién más hizo qué y bajo qué condiciones para jugar al juego de Moscú", ha añadido.
Fue Toni Comin quien rebatió a Margaritis, negando la conexión rusa del independentismo catalán. "Quizá las alianzas de Putin desestabilicen la UE. Pero lo que seguro que la desestabiliza son los partidos que usan la difamación y la mentira para atacar a sus rivales" señaló en referencia a las acusaciones de PP y Cs en la eurocamara. Entonces Puigdemont respondió con una pregunta parlamentaria a la Comisión, en la que exigía conocer a que informes se refería Schinas, señalando la proximidad del comisario europeo con el PP.
El debate sobre las conexiones rusas del independentismo tiene un coste reputacional mucho mayor para Puigdemont que las acusaciones de terrorismo por Tsunami Democràtic. Especialmente en un contexto en el que el Parlamento Europeo investiga los lazos con el Kremlin de uno de sus miembros, la eurodiputada letona Tatjana Zdanoka, una de las más entusiastas defensoras del independentismo catalán en la eurocamara.
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