Es un goteo que no cesa. Hace más de una década que comenzó a debilitarse y los últimos datos revelan que la tendencia continúa. Los vascos son cada vez menos independentistas. Ese cambio no ha supuesto que las dos principales opciones políticas, ambas soberanistas, dejen de liderar el tablero político en el País Vasco. El apoyo a la independencia entre los votantes de PNV y EH Bildu ha descendido de modo importante desde 2014, en concreto en 30 puntos, según se constata en el último Sociómetro publicado por el Gobierno vasco.
El sondeo que regularmente pregunta por el apoyo a la independencia muestra cómo entre los votantes de la izquierda abertzale, quienes hoy apoyan la independencia sin fisuras son muchos menos que los que lo hacía hace sólo una década. Si en 2014 los votantes de la coalición de Arnaldo Otegi que la respaldaban abiertamente representaban el 86% de su electorado, ahora lo hace sólo algo más de la mitad, el 55%. De igual manera, entre los votantes del PNV el descenso en el apoyo es muy similar. Del 47% de sus votantes que afirmaban estar plenamente de acuerdo con la independencia de Euskadi hace diez años se ha pasado a apenas un 17%.
Pese a ello, no se puede concluir que ni las bases del PNV ni, menos aún, las de EH Bildu se desmarquen de avanzar por las vías independentistas. En ambos casos reiteran sus aspiraciones de modo periódico si bien no lo hacen con la intensidad ni urgencia con la que lo hacían tiempo atrás.
El Sociómetro muestra cómo las circunstancias y el momento en las que se pudiera plantear una opción independentista pueden ser determinantes. En las dos marcas soberanistas vascas crece el número de simpatizantes que apoyarían la independencia pero sólo si se dan algunas condiciones, que no se detallan. Representan la mayoría en el PNV, el 46%, quienes “según las circunstancias” estarían dispuestos a apoyar la independencia. Suponen algo más del doble de los que optaban por esta opción 'condicionada' en 2014. En el caso de la coalición que lidera Arnaldo Otegi esta posibilidad es a la que se acoge el 36% de sus votantes, frente al 7% de hace diez años.
Independencia, un debate 'dormido'
En el resto de partidos apenas se han producido variaciones significativas en estos años. En el caso de los votantes del PSE el rechazo a la independencia ha pasado del 64% de hace una década al 69% actual y en el de los votantes del PP del 88% al 85%. En Elkarrekin Podemos la oposición representa el 36% de sus votantes frente al 7% de apoyo y el 56% de quienes lo harían “según las circunstancias”.
En términos globales, entre el conjunto de la ciudadanía el apoyo a la independencia permanece en niveles muy bajos de apenas el 23%. Lo hace de modo sostenido en los últimos años. El desacuerdo ha aumentado de manera progresiva y hoy afirma estarlo el 38% de la población.
La cuestión identitaria está cada vez menos presente en los discursos y actos organizados por el PNV y, en menor medida, también en EH Bildu. Una cuestión cada vez más arrinconada que ha ido ocupando el discurso de carácter más social. El discurso soberanistas mueve hoy menos votos, en especial entre los votantes más jóvenes. La independencia es hoy un contenido más de mitin y fecha señalada -'Aberri Eguna', 'Alderdi Eguna'- que de iniciativa parlamentaria. Ni siquiera en los últimos comicios generales y municipales PNV y EH Bildu dieron especial relevancia a sus aspiraciones soberanistas. Sólo después de celebrarse las elecciones, Otegi resucitó la cuestión para apelar a la necesidad de situar el reconocimiento nacional de Euskal Herria y la realidad plurinacional de España en el centro del debate de esta legislatura.
El votante del PNV que se siente “muy abertzale” supone el 51% de sus simpatizantes. En el caso de los de EH Bildu ese porcentaje se incrementa hasta el 69%. En el lado opuesto, quienes afirman ser “nada o poco” nacionalistas entre las filas del PNV representan el 46% y el 30% entre los simpatizantes de EH Bildu.
A la espera del 'nuevo estatus'
Se trata de una evolución en el sentimiento independentista que los partidos hace tiempo que vienen detectando. Fruto de ello, las cuestiones identitarias y soberanistas han perdido presencia. Tras el final de ETA en 2011 se inició una senda bajista en las gráficas de apoyo a la independencia y que tras los años del procés y la vía ‘unilateral’ iniciada por el independentismo catalán, del que se desmarcó el PNV, se fueron acentuando.
Hace tres legislaturas que en el Parlamento vasco se puso en marcha una ponencia para la aprobación de un nuevo estatuto para Euskadi. Un proyecto que se ha ido prolongando en todos estos años sin que se alcanzara un apoyo suficiente ni siquiera entre los partidos nacionalistas. En la actual legislatura que está a punto de concluir apenas ha avanzado la negociación en torno a las tres propuestas de ‘nuevo estatus’ que PNV-PSE-Podemos, Bildu y PP presentaron a la Cámara vasca para fijar un nuevo encaje y relación de Euskadi en el Estado.
El sentimiento de identidad también ha seguido esa misma tendencia. Actualmente el sentimiento nacionalista en el conjunto de la sociedad vasca se fija en un 5, en una escala de 0 a 10 puntos. El 62% de la población afirma que es "nada o poco nacionalista" y apenas un 31% dice sí serlo. A ello se suma que sólo el 19% de la sociedad vasca dice sentirse “únicamente vasco”. La mayoría, el 40%, se siente “tan vasco como español” y el 25% restante “más vasco que español”.
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