El malestar en el Ministerio de Asuntos Exteriores es palpable. Ha irritado profundamente el anuncio de la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, de que viajará a Palestina invitada por el Ejecutivo de ese país para firmar con su homólogo un memorándum en materia de relaciones laborales y también para exigir un alto el fuego inmediato y denunciar los "crímenes de guerra" cometidos por Israel. Fuentes diplomáticas se quejan de que ese desplazamiento a un área tan sensible, en pleno conflicto, no haya sido consensuado previamente y vaticinan que, tal y como se ha planteado, dándolo a conocer antes de haber avanzado siquiera en los preparativos, hará "prácticamente imposible" que se culmine. En el equipo de Díaz, sin embargo, recuerdan que faltan todos los detalles por amarrar, que aunque se quiere que ese viaje se produzca "lo antes posible", está "todo por trabajar" y buscan hacerlo de la mano de Exteriores.
Fue la propia Díaz la que adelantó, en una entrevista con EFE, que volará hacia Palestina. Explicaba que llevaba más de un año preparando la visita con su homólogo, y que fue hace unos quince días cuando le invitó a viajar a Palestina para formalizar el memorándum en el que ambas partes llevaban trabajando. "Y, por supuesto, he contestado que sí, ahora más que nunca". El propósito es trabajar en las prácticas laborales entre los dos países. Pero no solo: "También para exigir, desde esta Vicepresidencia, el alto el fuego inmediato. Estamos sufriendo la barbarie, viendo cómo se vulnera la legalidad internacional, se están cometiendo crímenes de guerra", se están "asesinando a niños y niñas todos los días" con la "complicidad y el silencio de toda la comunidad internacional". Y quiere igualmente denunciar la "hipocresía internacional".
Esto no se hace así. Hay que entender que Yolanda busca foco", señalan fuentes gubernamentales, que junto con la Moncloa recuerdan que la política exterior "la dirige el presidente y la ejecuta el ministro de Exteriores"
La réplica del ministro José Manuel Albares llegó pronto. "Desde Exteriores no estamos preparando ningún viaje de la vicepresidenta segunda", aseguró el jefe de la diplomacia a los medios con motivo de un acto de campaña del PSOE en Lugo.
La contestación de Albares, lacónica, era sumamente elocuente. Era indicativa del "malestar, la sorpresa y la contrariedad" de Exteriores. "Es que esto no se hace así. Esto no es 'me voy a una fábrica y me entrevisto con los sindicatos'. Hay que entender que Yolanda busca foco, que está hablando a su parroquia, pero se hace un flaco favor con estas cosas", abundan fuentes gubernamentales. Desde la Moncloa y desde el equipo de Albares insisten en una premisa básica: "La política exterior de España la dirige el presidente y la ejecuta el ministro de Exteriores". Un aviso que ya era muy repetido en el primer Gobierno de coalición, cuando las fricciones entre el PSOE y Podemos eran mucho más frecuentes y ruidosas.
Díaz sí avisó previamente a Exteri0res de sus intenciones, pero no se avanzó más. De ahí que desde el ala socialista del Ejecutivo adviertan de que se está "en el capítulo 1 de un libro de 30", es decir, en una fase muy embrionaria, por lo que el anuncio de la vicepresidenta, en este momento, es una imprudencia. Lo comparan con lo que ocurrió con su segunda visita al Papa: se dio a conocer el 15 de enero pasado, dos semanas antes de que se produjera el encuentro, el pasado 2 de febrero en Ciudad del Vaticano. En esta ocasión, señalan, lo que ha habido es una comunicación genérica por parte del Ministerio de Trabajo, sin mayores concreciones. Prefieren no entrar en si este viaje es oportuno políticamente o no, si es conveniente. No ha llegado aún esa fase, añaden. Y avanzan que será difícil que Díaz pueda culminar esta visita —es "prácticamente imposible"—, no porque Exteriores se oponga, sino porque es un "brindis al sol".
Semanas de tensiones entre los dos países
Fuentes del Gobierno se preguntan si acaso hay fechas, o ruta, o permisos solicitados a Israel para sobrevolar su espacio aéreo. Y este punto es importante, porque el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu puede impedir la entrada de la vicepresidenta. No es habitual que un representante gubernamental visite solo la zona controlada por la Autoridad Nacional Palestina. De hecho, Pedro Sánchez viajó el pasado noviembre a Israel, Palestina y Egipto, una gira con la que abrió la puerta al reconocimiento unilateral del Estado palestino si la comunidad internacional no tomaba decisiones conjuntas en esa dirección. Ya en aquel momento la tensión entre los dos países escaló: Tel Aviv convocó a la embajadora española, y Albares a su vez llamó a la representante israelí. Después, un nuevo choque provocó que Netanyahu llamara a consultas a su embajadora, pero esta regresó a Madrid en enero pasado después de que Israel estimara que hay una "mirada más equilibrada" del Ejecutivo de Sánchez.
La ruta no se ha definido, ni sabemos dónde se producirá el encuentro. Está todo por trabajar", indican en el equipo de Díaz, en el que reconocen que es un viaje "muy delicado" y que hay que hacerlo de la mano de Exteriores
En el equipo de Díaz recalcan, mientras, que la vicepresidenta simplemente anunció que su homólogo la había invitado hace unos 15 días y que ella aceptó. "La ruta no está definida, ni sabemos aún dónde se va a producir el encuentro. Está todo por trabajar. No hay más detalles porque no hay más. Que la ministra de Trabajo se reúna con su homólogo palestino no debería ser una fuente de conflicto", indican. Desde Vicepresidencia Segunda del Ejecutivo asumen que el viaje es "muy delicado" y que hay que trabajar "conjuntamente, como siempre, con Exteriores". "Ellos ayudan en toda la parte logística, por supuesto. Nosotros les necesitamos, lo haremos según nos vayan guiando, como hicimos con el viaje al Vaticano, de acuerdo con Exteriores y con la embajadora allí, la exministra Isabel Celaá", inciden, añadiendo que se operó igual con el desplazamiento a México de primeros de mes y con el de la próxima semana a Estados Unidos.
El anuncio del eventual viaje a Palestina de Díaz coincidió con un movimiento que en la Moncloa remarcan como más relevante: la carta que Sánchez y el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, dirigieron este miércoles a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para pedirle que emprenda una "evaluación urgente" que compruebe si Israel "está cumpliendo sus obligaciones, incluidas las derivadas del acuerdo de asociación UE-Israel, que hace del respeto de los derechos humanos y los principios democráticos un elemento esencial de la relación". Los dos mandatarios demandan que si la Comisión estima que Tel Aviv viola los derechos humanos, proponga al Consejo de la Unión Europea "medidas adecuadas". España e Irlanda alertan del "riesgo de una catástrofe humanitaria aún mayor" que supone la amenaza inminente de una operación israelí en Rafah, en la frontera sur con Egipto, donde se refugian un millón de palestinos.
Paso insuficiente para Díaz, "muy valiente" para Albares
Para Díaz, ese gesto de Sánchez no es suficiente. "España tiene capacidad para hacer más" ante el conflicto en Gaza, observó. "Está muy bien que le pidamos a la UE que se implique más, pero creo que nuestro país también puede hacer más", insistió, porque es evidente que el mundo está asistiendo a una vulneración de la legalidad internacional y una violación "flagrante" de los derechos humanos. La vicepresidenta defiende que España puede sumarse a acciones como la emprendida por Sudáfrica, que llevó a Israel a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de Naciones Unidas por presunto genocidio. A finales de enero, la CIJ ordenó a Tel Aviv que adopte todas las medidas necesarias para evitar un genocidio pero evitó exigir un alto el fuego inmediato en la Franja. La ofensiva militar israelí ya ha matado a más de 28.000 palestinos —según las autoridades sanitarias gazatíes—, la mayoría de ellos mujeres y niños.
La vicepresidenta segunda apunta que España "tiene capacidad de hacer más" y, para Albares, Sánchez "ha sido el líder que más lejos ha ido en la defensa de los derechos humanos"
Albares, desde Lugo, defendió este miércoles el paso dado por Sánchez, "muy valiente": "Ha sido el líder que más lejos ha ido en la defensa de los derechos humanos, del Derecho Internacional Humanitario y sobre todo de la población civil palestina". Y aunque "al ciudadano medio no le diga gran cosa" esa misiva firmada con Varadkar y dirigida a Von der Leyen, en el fondo lo que está demandando es un "alto el fuego permanente, salvaguardar la vida de miles de civiles palestinos que en estos momentos están en riesgo" por la eventual ofensiva en Rafah.
El ministro volvió a pedir la liberación de todos los rehenes secuestrados por Hamás y el acceso de la ayuda humanitaria a la Franja. Además, el ministro, en respuesta también a Sumar, repitió que desde el 7 de octubre, desde los atentados terroristas de la milicia gazatí que desencadenó la respuesta israelí, "no se ha autorizado ninguna licencia de exportación de armamento" a Tel Aviv, y "mientras exista esta situación de conflicto no se va a autorizar ninguna".
La guerra entre Israel y Hamás vuelve a crear heridas dentro del Gobierno. En otro momento clave del conflicto. Y a las puertas, por cierto de otra marcha en apoyo al pueblo palestino. Una manifestación convocada para este sábado en Madrid y a la que acudirán los cinco ministros de Sumar, empezando por Díaz.
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