Es el nuevo rostro de la izquierda abertzale, la imagen con la que Arnaldo Otegi quiere que EH Bildu opte a ocupar la lehendakaritza tras las próximas elecciones autonómicas. Pello Otxandiano (Otxandio, 1983) simboliza el relevo generacional en la izquierda abertzale. A sus 40 años, este ingeniero de telecomunicaciones acumula años entre las bambalinas ideológicas de la coalición abertzale pero sin apenas proyección pública. Ahora, Otxandiano se prodiga en entrevistas, actos y escritos con los que darse a conocer ante la sociedad vasca a la que pronto pedirá el voto. El último documento, ‘Begirada. Una mirada al país para el futuro’, es una suerte de compendio de su pensamiento y un anticipo de lo que podrá ser su programa electoral. El extenso documento en forma de libro que estos días presenta analiza el pasado, presente y futuro del País Vasco y en él desarrolla las bases de su propuesta ideológica, política, social y económica para Euskadi.
A lo largo de 87 páginas Otxandiano analiza la situación y necesidades del “proceso de construcción nacional” y social de “Euskal Herria” en lo que describe como un momento histórico de grandes cambios. Afirma que “estamos estancados”, que la ‘construcción nacional’ ni avanza ni retrocede y que en ese estado se corre el riesgo de caer en la “decadencia”. Cree que el País Vasco y la sociedad moderna actual viven hoy “de rentas del pasado” y de gestionar “inercias” pero sin defender ni aplicar una clara visión estratégica para el futuro.
Otxandiano repasa los avances logrados en el País Vasco desde mediados del siglo pasado. En su diagnóstico sobre décadas de historia reciente no hay referencia alguna a ETA y la violencia padecida por Euskadi durante más de medio siglo. Sin embargo, sí apela a “rentabilizar el pasado en términos de país”, a aprovechar los logros alcanzados en las últimas décadas. El candidato de la izquierda abertzale asigna muchos de los avances alcanzados a la “movilización colectiva y la protesta”, contexto en torno al cual sitúa a la izquierda abertzale. Llama a todos los partidos, a todas las “tradiciones políticas” vascas, a felicitarse por ello, “tuvimos un protagonismo compartido”, apunta: “Este pueblo ha llegado vivo al siglo XXI por medio de un proceso de construcción nacional pivotado tanto en el sistema institucional como en la autoorganización comunitaria”, señala.
Abandonar las "disputas partidistas"
Alerta del riesgo de caer en “la absurda tentación de pretender disputar el mérito de lo que, de forma colectiva, este país ha sido capaz de construir en las últimas décadas”: “Es hora de abandonar cualquier atisbo de disputa partidista en torno al pasado reciente de nuestro país”, asegura Otxandiano.
El candidato de EH Bildu llama a revisar el actual modelo político, o lo que describe como “el sistema operativo”. En su análisis no profundiza sobre el papel jugado por la izquierda abertzale en el. Tampoco sobre su actitud ante las instituciones vascas, en las que evitó participar durante muchos años. Otxandiano se limita a englobarse como un agente más en la “movilización colectiva” y la “autoorganización comunitaria” a la que asigna, junto a las instituciones, un papel importante en la construcción de la Euskadi actual.
De cara al futuro, llama a salir de la “rotonda autonómica” y trabajar con “pragmatismo” por un proyecto que revitalice las aspiraciones nacionales y las adecúe al contexto actual: “Urge construir una narrativa poderosa de país”, afirma. En ella llama a implicar a todos los partidos con aspiraciones soberanistas para cerrar acuerdos y alianzas que permitan reforzar ese proceso. En este punto vuelve a apelar a la necesidad de “rentabilizar” el pasado y la construcción nacional lograda gracias a “estrategias diversas”: “Esa narrativa debe tener una base mínima con respecto a nuestro pasado más reciente que rentabilice en términos de país un ciclo de construcción nacional que ha pivotado sobre estrategias divergentes”.
Nuevos estatutos vasco y navarro
Defiende que saber articular “nuevas mayorías sociopolíticas” permitirá “operativizar mayorías sociológicas que ya existían”. En este punto arremete contra la alianza PNV-PSE que define como “reactiva” al impedir “cauces a la pluralidad política de la sociedad vasca”. Llama a buscar entendimientos en clave cooperativa y que pivoten sobre los ejes soberanistas y progresistas que defienden la mayoría de las formaciones políticas en el País Vasco.
En su diagnóstico afirma que tanto Navarra como el País Vasco necesitan aprobar cuanto antes nuevos estatutos “para poder seguir avanzando como pueblo”. Encajes territoriales renovados que inserta en un marco confederal y en los que deberían quedar garantizados, señala Otxandiano, el respeto “a la libre voluntad de la ciudadanía” y una relación “bilateral efectiva” con España. El candidato a lehendakari por EH Bildu concluye su análisis apelando a la necesidad de que la izquierda abertzale sepa hacer “una aportación trascendental a la renovación del proyecto nacional vasco en este momento histórico”.
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