El martes Koldo García pasaba las horas en Alicante junto a su mujer, Patricia Úriz. Es su localidad favorita en los últimos años, especialmente tras dejar de cobrar un sueldo público en 2021 por la salida de la primera línea política de José Luis Ábalos, el ministro para el que trabajó desde 2018. Nada les hacía suponer, ni a él ni a ella, que estaban a punto de ser detenidos por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

A Koldo, a su mujer y 18 personas más se le imputan delitos de organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales. Se investiga una trama de cobro de comisiones a cambio de contratos de material sanitario en los momentos más duros de la pandemia. Los investigadores sitúan al ex asesor de Ábalos en el centro de la trama.

Tipo "amable", "hablador para ser del norte" y "dicharachero". Así lo describen quienes lo han tratado dentro del mundo de la política. Koldo García es de la familia navarra del socialismo. Llegó a ser concejal de Huarte, un pequeño municipio de la comunidad foral. Alto, corpulento, con presencia, no tardó en hacerse un huevo en el equipo de seguridad del PSN.

Puticlub y paliza

La hemeroteca, antes de este miércoles, no hablaba bien de Koldo. Trabajó de portero en un club de alterne, donde aprendió las artes de la seguridad, y fue condenado a dos años, cuatro meses y un día de cárcel por la paliza que él y otras tres personas le dieron a un joven. No llegó a entrar en prisión porque un año después fue indultado en por el Partido Popular.

Su padrino en el PSOE fue Santos Cerdán, ahora secretario de organización en el partido, otrora hombre fuerte en Navarra. A principios de la década del 2000, era Cerdán quien se presentaba como el responsable de seguridad del partido. Poco después, empezó a hacerlo Koldo. A sus espaldas llevaba que había sido escolta de varios políticos, de distinto color.

"Un tipo súper profesional", recuerda una de las fuentes consultadas. Koldo llegaba una hora antes de empezar su turno, llamaba a la Policía, no dudaba en tirarse al suelo para revisar los bajos del coche de su protegido. "No era indiscreto, pero nos trataba de usted". El único punto negro llegó desde el sector privado. Una empresa de prestación de servicios, entre ellos el de seguridad, no le llegó a contratar porque "lo vieron raro, no tenía buena reputación".

Cerdán fue quien llevó a Koldo a Madrid. Y allí conoció a Ábalos. Rápidamente se convirtieron en uña y carne. El ahora detenido empezó siendo su chófer y escolta para, al llegar al Ministerio de Transportes, se convirtió en el asesor holístico del flamante responsable en materia de fomento. En su hombre para todo.

La relación llegó a tal punto que Koldo no se separaba de Ábalos. Le acompañaba a todos sus viajes, incluido una visita polémica a Canarias donde el asesor pagaba en los hoteles con billetes en efectivo. También cuando el ministro se tuvo que desplazar al aeropuerto de Barajas una noche de enero de 2020 porque la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aterrizó su avión. Ábalos tenía la misión de que no cruzase a territorio español, ya que tenía prohibido pisar espacio Schengen.

Investigación

Se investiga si Koldo García, mano derecha de Ábalos durante su paso por el Ministerio de Transportes, cobró comisiones por los contratos que la cartera de su jefe realizó para proveer de material fisiosanitario.

El Ministerio de Transportes protagonizó varias compras durante la pandemia. Algunas resultaron llamativas, porque se encargaron a empresas que no tenían experiencia previa en la venta de material sanitario y es ahí donde la investigación se centra para averiguar si Koldo García cobró comisiones. El aumento de sus activos, que no se corresponden con sus retribuciones oficiales, ha sido clave para poner el foco sobre el asesor de Ábalos.

Con la llegada de Ábalos al Gobierno, Koldo García se convirtió rápidamente en su mano derecha. Fue su chófer, escolta y finalmente asesor. Antes de salir de Transportes, el socialista mani0bró para colocarlo como consejero de Renfe Mercancías.