Continuidad o nueva etapa. Esa es la decisión a la que en los próximos días deberá enfrentarse el PP y su dirección nacional desde Génova de cara a los comicios de Cataluña. El popular Alberto Núñez Feijóo y sus allegados deberán resolver una de las tareas pendientes desde su llegada a la presidencia nacional y en lo que a la renovación territorial se refiere: y es si el barón catalán Alejandro Fernández sigue al frente o se opta por una candidatura alternativa para los comicios. Es consecuencia de la reacción inmediata del president Pere Aragonès, la tarde de este martes desde Barcelona, cuando convocó elecciones anticipadas para el 12 de marzo tras perder la votación de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos regionales. Se venía estimando la posibilidad de adelanto para septiembre, una vez estuviese todo atado.
La ausencia de confianza en Fernández viene dándose desde 2022, cuando se produce el relevo de Pablo Casado. Por entonces, fuentes populares ya destacaban a El Independiente que pese a su amplia cultura y discurso sofisticado y elaborado, la imagen del líder catalán está muy desgastada y que la estructura allí no se ha sabido reinventar tras los últimos coletazos del procés. Asimismo, algo que se viene advirtiendo en el último año, especialmente a finales de 2023, es que el discurso de Fernández "no se corresponde con el del 'nuevo PP'".
Feijóo ha preferido optar por una faceta "más amable y catalanista" con la que adherir a votante moderado y diferenciarse de Vox. Fuentes populares creen que un tono "más duro" y "nacionalista" español no beneficiaría en ese campo de batalla. Sobre todo con Santiago Abascal e Ignacio Garriga agitando esa posición ideológica. La candidatura de Feijóo para las últimas generales pasó de dos a seis escaños con ese posicionamiento.
La apuesta ideal para Génova sería contar con alguien que "reconcilie a diversos sectores de la sociedad catalana" afín al constitucionalismo o descontento con el rumbo independentista, pero que también sepa ganarse la confianza de la burguesía catalana que respaldó a CiU y ve el independentismo agotado. Ha sido recurrente el acercamiento de Feijóo durante este mandato en el PP a actores como el Cercle d'Economia o a la patronal Foment del Treball. Para su relevo al frente de la candidatura han sonado desde la europarlamentaria Dolors Montserrat, el líder del PP barcelonés y alcalde de Castelldefels, Manu Reyes, o el concejal de la ciudad condal, Daniel Sirera. No obstante, las prisas no apremian, el partido a nivel general no tiene un candidato predilecto, y en el caso de Montserrat, queda el dilema de si darle continuidad en Europa o no.
Las tensiones por las diferencias con Junts de agosto del año pasado han dejado paso a un clima de unidad, que puede reflejarse de cara a esta convocatoria"
De cara a las últimas generales, Génova ofreció a Fernández escenificar ese cambio de etapa con su retorno al Congreso de los Diputados como cabeza de lista por Tarragona. Algo que él terminó rechazando. Eso, interpretado desde Madrid como un atrincheramiento de posiciones provocó más tiranteces entre él y Miguel Tellado, que por entonces ejercía como vicesecretario de Organización. Todo se terminó agravando en el mes de septiembre, en plenas negociaciones de Feijóo para lograr su investidura, que finalmente fracasó. Entonces, en Génova urgían a renovar cuanto antes la estructura catalana, como publicó este periódico.
El acercamiento del PP con Junts en agosto hicieron que las rencillas se publicitasen. Declaraciones como las de Esteban González Pons, vicesecretario de Acción Institucional, asegurando que "la tradición y la legalidad de Junts" no estaban en cuestión, encendieron a Fernández en redes sociales. No ayudó que se conociese que se habían dado conversaciones a nivel municipal. "Junts sí es mi rival, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a 'hablar'. Que alguien me diga de qué hay que 'hablar' con ellos", escribió días más tarde.
Fórmula intermedia y de unidad
No hubo pronunciamiento, sin embargo, en plena campaña de las gallegas, cuando, en una reunión informal con varios periodistas, en la que estuvo presente este digital, Feijóo trasladó que indultaría a Carles Puigdemont si acepta ser juzgado, la Constitución y la ley. Por entonces, en febrero, las relaciones entre Génova y Fernández se habían reestablecido con normalidad. Se escenificó el octubre pasado, en un desayuno informativo en Madrid, con una foto entre Feijóo, Fernández y el expresident socialista José Montilla. A partir de ahí, el choque dejó paso al despliegue de puentes.
Según publicó El Mundo a finales de 2023, el PP catalán apuntalaba por entonces una candidatura unitaria para las catalanas que no perjudicase a ninguna de las partes. Mientras Fernández conservaría su cargo como presidente de las siglas, éste permitiría que hubiese un candidato electoral alternativo. Esto gustaba, según la información, a Génova, ampliado con una lista de unidad. Pero también a todas las partes implicadas, incluso a los críticos. Teniendo en cuenta que cuestiones como la amnistía han hecho que el partido se focalice y deje de lado esta renovación, es probable que, con poco margen por delante, prime esta posibilidad. Permitiría al partido, al menos, llegar unido. De no haber pretendientes, Fernández tendría alfombra roja.
El resultado final podría influir en el transcurso del cónclave catalán cuando llegue. La idea de partida, al margen de la presidencia para Fernández, es que los cargos más próximos, como el secretario general, cuente con perfiles de un peso muy relevante. También el área de Organización. Este miércoles, Fernández ha comentado en el Parlament que "sólo un PP sólido, decisivo, con fuerza y que sea capaz de aglutinar a todos aquellos catalanes que creemos en la España constitucional vengan de donde vengan puede traer esa nueva etapa para Cataluña. Será el inicio de una nueva etapa para España y, ahora sí, el fin del proceso y el fin del sanchismo". Esa petición de unidad, va en la línea comentada. Además, la debacle de Ciudadanos puede beneficiarles.
La duda de Junts y el debate en los comunes
La convocatoria electoral pilla a Junts y a los comunes, rivales directos de ERC y el PSC -en el eje independentista, en el caso de los primeros, y de la izquierda, de los segundos-, sin candidato firme junto al PP catalán. En principio, repetirán, salvo sorpresa, el president en funciones, Aragonès, y el secretario general de los socialistas catalanes, Salvador Illa. El debate interno se abrirá en las filas de los comunes, que tienen independencia en el territorio respecto a Sumar, en este caso. Se espera que repita también, en todo caso Jessica Albiach. Garriga, vicepresidente de Vox, tiene el camino despejado para serlo también.
La principal duda es Junts, quien en la tarde de ayer, tras el anuncio de comicios daba a entender que su candidato será Puigdemont. Todo, pese a que la amnistía, que se aprueba hoy jueves, no estará aplicada en mayo hasta que termine su cauce en el Senado y vuelva al Congreso para un sí definitivo y bajo la cautela de un esperado recurso al Tribunal Constitucional por parte del PP. En principio, podría ir en las listas, pero de resultar ganador y optar a una investidura, así como para jurar el cargo de diputado raso, tendría que venir a España arriesgándose a ser detenido. Jordi Turull, que es quien ha abierto esa posibilidad, podría ser la alternativa, así como Miriam Nogueras, que ha adquirido visibilidad durante las últimas negociaciones con el Ejecutivo central.
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