Ser la causa, o el pretexto, para un adelanto electoral no suele ser un buen negocio. Los ciudadanos tienen tendencia a castigar a aquellas formaciones políticas que llevan la situación al límite y provocan una inopinada consulta ante las urnas. Y ese es el temor que albergan ahora en Sumar si bien aseguran apoyar "al cien por cien" la posición de los comunes con respecto al que se convirtió en el gran escollo de una negociación presupuestaria catalana que naufragó, esto es, el macrocomplejo con casino del Hard Rock en Tarragona. Y todo ello aunque sea a costa de haber puesto en peligro la continuidad de la legislatura de Pedro Sánchez, ahora llena de incógnitas, tras la decisión de Pere Aragonès de convocar elecciones catalanas el 12 de mayo.
En Sumar temen que parte del voto de los comunes mude de partido y engorde las opciones electorales del candidato del PSC, Salvador Illa. Todos los sondeos le dan ya como seguro ganador de la contienda autonómica, -al igual que el 14 de febrero de 2021, aunque entonces no le sirvió para llegar al palacio de la Generalitat- y este giro de guion puede beneficiarle. De hecho le faltó tiempo ese miércoles para afirmar que "cuanto antes voten los catalanes, mejor", "Cataluña -agregó- necesita un presidente para pasar página". Illa "está bien preparado y ha salido rápido y veloz a la competición electoral", admiten en Sumar, conscientes de que jugará la baza del voto útil para concentrar apoyos frente al independentismo.
El macroproyecto del Hard Rock, con casino incorporado, también era rechazado por los magentas
Fuentes del entorno de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aseguran que ésta no medió con los comunes "porque es consciente de que la decisión se iba a tomar en Cataluña" y no había posibilidad de transacionar ningún acuerdo respecto al Hard Rock. Este macroproyecto también era rechazado por los magentas, comparado con la "cultura del pelotazo y del ladrillo" del PP y provocado un nuevo choque interno entre los socios de Gobierno. Ni siquiera sirvió la llamada telefónica que recibió del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tal y como él mismo ha revelado. "Yo no le dije que se diera ninguna orden de nada, pero sí le dije que era una irresponsabilidad para los ciudadanos de Cataluña" no tener presupuestos, explicó este jueves en Rac1. "Si fuera Pedro Sánchez, estaría enfadado", dejó caer.
Además del escenario catalán, los ojos se vuelven hacia Madrid y la onda expansiva de la convocatoria del 12 de mayo desde el momento en que han sido los socios de Sumar en Cataluña los que han roto la baraja y dejado la legislatura nacional en una especie de limbo. La primera consecuencia ha sido la renuncia a llevar los Presupuestos Generales del Estado de este año al Congreso, para centrarse en las cuentas de 2025.
A Sumar se le acumulan las dificultades y se le atribuye a Díaz debilidad interna a la hora de organizar su espacio. Primero fue la espantada de los diputados de Podemos al Grupo Mixto, añadiendo un nuevo actor político en las negociaciones del Gobierno que no han dudado en dejar caer ya un decreto-ley; posteriormente, el descalabro gallego; más tarde las resistencias de sus socios a consentir que Sumar se organice en territorios como Valencia o Madrid, y, ahora, la patada en el tablero que han dado los comunes de Ada Colau.
Se le atribuye a Díaz debilidad interna a la hora de ordenar su espacio políticos y sus socios
Todo ello unido a una serie de propuestas que sus socios de Gobierno han minusvalorado o, directamente, rechazado y atribuyen a un intento de Díaz por buscar "foco" mediático. Fue el caso de la polémica en torno al horario de los restaurantes o la incorporación del derecho al aborto en la Constitución.
Por su parte, desde Sumar tampoco han ahorrado en reproches al mostrarse contrarios a aparcar el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado. Así se manifestaron ayer tanto Díaz como su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón. "Nosotros respetamos la posición del presidente del Gobierno, pero no la compartimos", dijo la vicepresidenta segunda en los pasillos del Congreso para responsabilizar al gobierno catalán de falta de voluntad negociadora antes de ir a elecciones. Algo más lejos fue Errejón: "Que no haya habido acuerdos necesarios en Cataluña no justifica en modo alguno que el Gobierno español no lo intente hasta el final", dijo sobre las Cuentas de este año. Y respecto a lo acontecido en Cataluña, subrayó que "alguien nos tiene que explicar qué hay detrás de este macrocasino, porque yo si no, no me lo explico", poniendo la pelota también en el tejado de ERC y del PSC.
Las perspectivas electorales no son pues, halagüeñas, para la izquierda radical. De hecho, hasta el PP aspira a quedar por encima de los de Ada Colau, a pesar de ser actualmente octava y sexta fuerza política, respectivamente, en el Parlament. Con Vox y la CUP a la baja y el más que segura absorción preelectoral del PP con Ciudadanos, el mapa parlamentario catalán se recompone. Los populares creen que pueden volver a ser el cuarto grupo tras PSC, Junts y ERC, por ese orden. La duda, de nuevo, será si los votos de Salvador Illa serán suficientes para ser investido "molt honorable" bien con un gobierno de coalición o apoyos externos, por lo que tampoco le interesa crecer sólo a costa de los comunes.
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