Con un Partido Popular al que parece favorecer el viento de cola en las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio y un fuerte incremento en Cataluña, no son pocos los eurodiputados y distintos sectores del partido que tienen serias reticencias a la incorporación de nombres de Ciudadanos en las listas, "un partido muerto", describen. No se trata solo de que la formación política que fundara, entre otros, Albert Rivera, sea una sombra de lo que fue, en claro proceso de desaparición por muerte natural, sino que hay algunos perfiles que generan controversia interna. Es el caso del secretario general de Ciudadanos y eurodiputado, Adrián Vázquez cuya relación con la bancada de los populares españoles en Estrasburgo resulta francamente mejorable.
Es cierto que tanto el PP como Ciudadanos han desarrollado una intensa campaña en Bruselas y Estrasburgo en contra de amnistiar a Carles Puigdemont, pero aunque la estrategia sea coincidente en este y otros puntos, apenas ha habido unidad de acción en ese sentido. Son, en Madrid, el vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, y en la capital comunitaria la portavoz de los populares y el diputado y miembro de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de la Eurocámara, Dolors Montserrat y Javier Zarzalejos, respectivamente, los que han llevado el peso de dicha estrategia, "y no Adrián Vázquez", apunta un destacado eurodiputado, que le atribuye un "excesivo" afán de protagonismo al secretario general de Ciudadanos.
Génova admite que la suma de PP más Ciudadanos "es igual a la del PP solo"
Vázquez es el interlocutor con su homóloga en el PP, Cuca Gamarra, en unas conversaciones que todavía prosiguen, según señalan fuentes del entorno de la secretaria general popular. De hecho, ambos llevaban tiempo hablando de cara al 9 de junio, negociación que se amplió a las catalanas tras la inopinada convocatoria de los comicios autonómicos el 12 de junio. En Génova admiten que "la suma de PP más Ciudadanos es igual a la del PP solo. No hay un plus extra, pero sí un legado que reivindicar, un trasfondo que merece la pena ver" y un mensaje de unidad del centro-derecha.
"El momento es ahora", añaden las fuentes de la dirección de Génova para una jugada que pasa por finiquitar a Ciudadanos, firmar su acta de defunción a través de una "unidad orgánica" con el PP. Pero la sensación de que los naranjas ya no aportan nada está muy generalizado entre los europarlamentarios populares, muchos de los cuales no saben qué será de ellos mientras se habla de la integración de Vázquez, nombre que genera cierto escozor por su posicionamiento, otrora, muy crítico con el PP. "Otra cosa sería Maite Pagaza", aducen, pero hasta donde les alcanza, la vasca decidió poner fin hace tiempo a su andadura política una vez culmine esta legislatura europea.
Además, no todos se fían de que Vázquez, una vez elegido en la lista del PP, no se fuera al Grupo liberal de la Eurocámara, Renew Europe, tal y como fue su pretensión muy al inicio de las conversaciones. Ese asunto lo dejó muy claro Génova, sobre todo cuanto su intención es ser el segundo grupo de diputados del PPE más numeroso tras los alemanes de la CDU.
No es solo una cuestión numérica sino la capacidad de obtener más cargos de responsabilidad en el Grupo de los conservadores europeos, que, por su parte, no entenderían dar puestos en la lista a dirigentes con otras lealtades políticas. Por eso, en el cuartel general de los populares no quieren ni una fuga para una práctica, la de cambiar de grupo, que parece bastante habitual en Estrasburgo.
Sigue sin desvelarse los cabezas de lista europeo y a la Generalitat
El gran crecimiento que los sondeos auguran al PP en las europeas debería ser acicate para abrir unas listas que, a decir de sectores del partido, "necesitan de una enorme renovación generacional". Pero, de momento, Alberto Núñez Feijóo guarda silencio sobre sus intenciones, incluido el nombre del cabeza o la cabeza de lista. Esteban González Pons, Dolors Montserrat e Isabel García Tejerina son algunos de los que se han barajado, incluso el de Gamarra, cuya prelatura en la lista no sería discutida por nadie aunque sería a cambio de crear una vacante en la secretaría general del partido. Génova tampoco ha querido confirmar el nombre de Alejandro Fernández para las catalanas.
La actual portavoz, Dolors Montserrat, que se ha ganado un espacio en la Eurocámara, ya rechazó hace tiempo la posibilidad de volver a la política catalana. Fue uno de los recambios en los que pensó Génova para desalojar al actual presidente territorial, Alejandro Fernández, en el liderazgo del partido. Pero dos impedimentos llevaron a la ex ministra a decir que "no"; por un lado, la imposibilidad de ganar un congreso regional a Fernández, y, por otro, cuestiones personales que le amarran a Bruselas.
La situación ha generado un enorme nerviosismo entre los que aspiran a seguir, agravado por unas negociaciones que algunos no entienden, aunque justifican que Génova "puede explorar todos los escenarios" para dar la extremaunción a un partido que "ya está muerto" y que, a partir de junio, perderá toda su representación institucional, la poca que le queda, en el País Vasco, Cataluña y Parlamento Europeo.
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