El pasado 9 de febrero a las 23:25 horas se procedió al levantamiento de los cuerpos de Miguel Ángel González (miembro de los GEAS - Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas) y David Pérez Carracedo ( de los GAR - Grupo de Acción Rápida). El asesinato de estos dos guardias civiles, que trataron de ahuyentar a seis narcolanchas refugiadas del temporal en el puerto de Barbate (Cádiz), conmovió España cuando un vídeo puso de manifiesto el salvaje ataque de los capos que, sin piedad, pasaron su embarcación por encima de la de los agentes. El Independiente ha accedido al sumario de la investigación que revela cómo el capitán se quedó fuera por falta de espacio y no vio nada y cómo el relato de un marinero que esa noche de disponía a faenar fue clave para las detenciones. La autoría de 'Kiko El Cabra', además, está en duda.
Las patrullas territoriales de la Benemérita confirmaron sobre las 19:40 de esta tarde presencia de media docena de narcolanchas fondeando el puerto a resguardo del vendaval que traía Karlotta y esto activó el dispositivo. Según la investigación, la "única alternativa viable para evitar el peligro del temporal y poder comprobar la presencia de las neumáticas" era lanzarse al agua así que a las 20:20 una Zodiac Pro (matrícula PGC0813B) con un motor Yamaha de 5,2 metros de eslora se lanzó al Atlántico. Los hechos ocurrieron muy rápido, teniendo en cuenta que la hora de la muerte se estableció a las 20:30, es decir, apenas diez minutos después de haber tocado el mar.
A bordo iban también un cabo 1ª que resultó herido grave, un sargento y un guardia civil que fueron heridos leves y un sexto que logró salir ileso. La lancha tenía el rotativo luminoso policial activado, lo cual es importante porque indica que los narcos sabían perfectamente que estaban embistiendo a la autoridad. El capitán jefe del Servicio Marítimo Provincial se quedó en tierra "al no haber espacio para más personas a bordo de la embarcación".
El sumario incorpora una estremecedora declaración firmada por él: "Debido a la distancia y oscuridad no pude observar lo que ocurría [...], pero pocos minutos más tarde, observé cómo regresaban al lugar de su botadura pidiendo uno de los miembros de la tripulación urgentemente a gritos la presencia de una ambulancia". Fue él quien llamó al 112.
La 'goma' regresó al pantalán con el cabo 1ª con un profundo corte en el brazo que requirió un torniquete, mientras que David Pérez llegó herido de gravedad en el cuello, con el pulso muy bajo e inconsciente. Miguel Ángel se había caído al agua y tras ser localizado flotando en el mar fue evacuado también a tierra con heridas en la cabeza. Ambos fallecieron minutos después. Los documentos describen con detalle todas las heridas por las que los hombres fallecieron, pero sin ser necesario reproducir tal pormenor, sí es relevante citar que los capos actuaron "con absoluto desprecio por la integridad física de los que tripulaban y con la intención, clara, de acabar con sus vidas embistió pasando a gran velocidad sobre la embarcación oficial causando los fatídicos resultados".
Y es así porque la narcolancha no portaba drogas, ni petacas de gasolina, ni migrantes, elementos que normalmente tratan de proteger huyendo de las Fuerzas de Seguridad, por lo que "más allá de estar patroneando un género prohibido nada tenían que 'defender'". La única explicación que la Guardia Civil encuentra para "dar sentido a este brutal ataque gratuito acometido" "es la intención de causarles un grave daño o quitarle la vida".
Lo ve igual el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate que acusa a los ocho detenidos de dos presuntos delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, seis de atentado agravado, seis de contrabando, seis de desobediencia y resistencia y dos de encubrimiento.
La Fiscalía que solicitó prisión provisional para los arrestados lo tiene igualmente claro: "Esta acción de navegación tuvo que ser necesariamente coordinada y aceptada por todos los investigados que se encontraban a bordo de la embarcación, pues da lugar a una navegación peligrosa para todos los ocupantes y requiere que todos estén situados tras el piloto, en hilera, de manera que queden fijados por los mecanismos de sujeción de la embarcación, para evitar su caída al mar o cualquier golpe con los elementos de la embarcación".
Para la fiscal Ana Villagómez, el hecho de que ninguno de los traficantes sufriera daños al impactar con la Guardia Civil es un elemento que cementa la teoría de que "la maniobra fue buscada a propósito". Los capos pasaron varias veces al lado de la 'goma' y se vieron superiores "por ello entendemos que el dolo es directo de primer grado, existiendo una intención clara de acabar con la vida de las personas".
El marinero testigo y una Go-pro
El reto de la investigación llegó al tener que esclarecer cuál de las seis narcolanchas había atacado y quiénes eran sus tripulantes. Para ello, la Benemérita contó con la declaración "de alto valor" de los tripulantes de un barco que estaba fondeado en el mismo puerto y que grabaron los hechos. Ellos dijeron "sin género de dudas" que solo había una narcolancha con cuatro motores y de mayor tamaño que el resto. Igualmente sirvió una cámara Go-Pro que llevaba activada uno de los guardias.
“Para evitar la colisión, atacarla entrando con su proa desde babor hasta estribor de la embarcación afectada, pasando por encima con la quilla, con toda la superficie del casco y con los cuatro motores de 300 caballos de potencia y unos 300 kilogramos de peso cada uno, dotados de elementos metálicos cortantes diseñados para el paso del agua en el avance de la navegación, y de hélices en movimiento con varias aspas cortantes que giran a gran velocidad”, refleja uno de los informes policiales.
La lancha cuatrimotora es la única que cuenta con dos antenas en la popa y los investigadores han rastreado todas las imágenes posibles para detectar quién iba a bordo. Sobre las 11 de la mañana del día siguiente la comandancia de Algeciras ve una narcolancha navegando a gran velocidad hacia las costas de La Línea de la Concepción por lo que se activa un "dispositivo de cierre". A las 11:10, la embarcación embarranca intencionadamente en la playa de La Hacienda y tres hombres corren rápidamente hacia una zona de vegetación.
A las 12, los agentes encuentran ropa mojada en una zona cercana y a las 14:30 detienen a tres de ellos. Son José Israel A.B., Mustapha C. y Francisco Javier Martín Pérez, alias 'Kiko El Cabra', quien se supone que conducía la lancha. Cuando inspeccionan la embarcación en la que iban "observan una serie de indicios que hacen presumir al instructor que dicha embarcación ha colisionado con un objeto contundente o con otra embarcación, debido a los roces e impactos que presentan el casco y la parte neumática". Hay arañazos en el casco de fibra y un golpe en la quilla, por ejemplo.
Los guardias detienen además a otros tres hombres que encuentran en un coche y que iban a recoger a los que llegaban en la narcolancha.
Las dudas: una narcolancha más
Sin embargo, alrededor de la autoría las dudas han ido creciendo a medida que avanza la investigación. En primer lugar, porque el domingo 11 de febrero unos gaditanos difundieron un vídeo que mostraba una narcolancha varada en la playa de Chiclana (también de cuatro motores) que estaba completamente destrozada.
Las defensas de los detenidos pidieron entonces a la magistrada que ordenara a la Guardia Civil que analizara igualmente esta embarcación. "Es de una importancia nuclear aclarar este hecho, ya que dicha embarcación se habría encontrado con menos de 24 horas de diferencia respecto a la de mi defendido, encontrándose a una distancia inferior del lugar de los hechos y aparentemente con unos daños más que compatibles con la embarcación de la Guardia Civil", refleja el escrito del abogado de 'Kiko El Cabra'. La fiscal no se opuso a esta diligencia.
Pero además, el capo gaditano asegura que los guardias que le detuvieron le han dado una paliza. "Interesamos que, D. Francisco Javier Martín Pérez y D. José Israel A., sean examinados por el médico forense del juzgado de forma urgente a la vista de las brutales agresiones que recibieron en el momento de la detención y mientras se encontraban bajo custodia policial. En una revisión médica preliminar realizada en la prisión D. Francisco tiene varias costillas rotas y D. José Israel tiene rota la mandíbula", refiere este escrito.
'Kiko El Cabra' sigue dos líneas de defensa principales: primero, que un perito de parte analice la narcolancha que encontró la Guardia Civil para ver si los golpes son compatibles con la muerte de los dos agentes y, segundo, que se cite a declarar a su exmujer y a su hijo menor de edad que "podrán poner de manifiesto elementos probatorios de indudable valor que acreditarán sin género de duda que D. Francisco no conducía la embarcación que impactó contra la neumática".
Él no niega que estuviera esa noche subido en una de estas barcas ilegales, pero sí que fuera el piloto asesino. En las declaraciones ante la jueza, varios de los detenidos señalaron a Karim, un capo marroquí, como el que esa noche conducía la embarcación.
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