Llegará un día en el que la generación de españoles que ha crecido entre crisis económicas, una pandemia y terremotos políticos de diversa índole tenga que coger el timón de las instituciones y asumir el liderazgo del país. Algunos de ellos, como Noelia Núñez (Fuenlabrada, 1992), están ya en el Congreso de los Diputados y ocupan cargos de responsabilidad dentro sus partidos. Núñez, que desde adolescente tuvo claro que se quería dedicar a la política, es la vicesecretaria del Partido Popular de Movilización y Reto Digital. Tras ser diputada en la Asamblea de Madrid entre 2021 y 2023, obtuvo un escaño para el Congreso en las elecciones generales de julio, y desde entonces le ha tocado vivir la legislatura más convulsa e intensa que se recuerda en la Carrera de San Jerónimo.
«Es normal que entre la juventud haya desafección, que se pregunten a quién le importa lo que están viviendo. La primera ley que registró el PSOE esta legislatura fue la amnistía», explica Núñez, que nos recibe en Génova 13 en vísperas de Semana Santa, que ella, como católica practicante, celebra. Es un día gris, de frío y aire. Desapacible, pero quizás no tanto como el panorama político español del que ella forma parte, aunque tiene claro para lo que está en él: «servir a los demás».
Pregunta: ¿Por qué estás en política?
Respuesta: Estoy porque tengo la ilusión y la ambición de cambiar las cosas. Creo que esa vocación de servicio público es inherente a todos los que decidimos dar el paso. Tuve la enorme suerte de tener unos profesores que fomentaban el debate en mi colegio, y ahí me entró el gusanillo por la batalla dialéctica de las ideas, y eso me llevó finalmente a tener la suerte de vivir la política en primera línea.
P: ¿Lo tenías claro desde el colegio, entonces?
R: Desde el instituto, sí. Cuando tenía 14 o 15 años. Tuve unos profesores que apostaban por el debate, que me parece fundamental. Era muy curioso, porque no sabías qué posición te tocaba defender, aunque sí sabías el tema. Esa era mi parte favorita. Lo disfruté un montón y me ayudó a entender que existía la política y que tenía ese gusanillo dentro. Además, he tenido la suerte de tocar una de las mejores líneas de la política como es la municipal, donde tienes un contacto permanente con la gente, donde ves que tus decisiones, ideas o propuestas realmente influyen en la vida de las personas. Conseguir mejorar la vida de tus vecinos o de una persona que te ha contactado siempre es la recompensa a cualquier día complicado.
P: Ahora que eres diputada nacional, ¿echas en falta este contacto con la gente que comentas?
R: Nunca pierdo el pulso de la calle porque sigo estando en la política municipal en Fuenlabrada, y me parece fundamental que los políticos no lo hagamos. Primero porque son nuestros jefes, y eso es importante tenerlo siempre presente. Hay que escuchar y debatir con todo el mundo, y aceptar las críticas. Cuando viene la gente y te da las gracias es maravilloso.
P: Los que estamos alrededor de los treinta, unos años arriba o abajo, hemos crecido en un ambiente de cierta negatividad; de crisis económica, crispación política, pérdida de poder adquisitivo… ¿Cómo revertirías esta situación?
R: Es cierto que nos ha tocado vivir un tiempo complicado a los de la generación de los noventa. Siempre hemos vivido en un período de entre crisis, tanto la de la pandemia como la financiera, lo que nos ha lastrado y afectado a nuestra toma de decisiones, a nuestro desarrollo personal, a la hora de encontrar un trabajo estable para poder independizarnos y formar una familia… creo que es fundamental que lo abordemos desde una perspectiva seria. Muchas veces hablamos de los jóvenes como un ente abstracto, como si no tuvieran poderes reales, como si se les pudiera manipular, como si no tuvieran opinión o como si fueran propiedad de alguien. Tienen problemas reales, diferentes por la etapa vital que están atravesando, pero reales. Independientemente de a quién vote, un joven tiene problemas para encontrar una vivienda, porque los precios están elevadísimos, o tiene problemas para llegar a fin de mes, porque la inflación afecta y los sueldos no están acompasándose. Por lo tanto, creo que hay que dirigirse a los jóvenes aportando soluciones y sin populismos, porque caer en lo fácil para solucionar problemas complejos es un error, y genera algo que me molesta enormemente, que es la desafección de la política. Los jóvenes sienten y piensan que la política no sirve para nada, y es un fallo que tenemos encima de la mesa, porque la manera de solucionar los problemas debe ser la política, y están viendo que no es el sistema para solucionarlos, sino de generarlos. Ahí tenemos que actuar, y tenemos que plantear medidas para que haya más viviendas disponibles, que tengan sueldos acompasados, estabilidad, que no haya un gap entre la formación y el mercado laboral, medidas que son difíciles pero que solucionan los problemas reales.
P: A pesar de que el PP está ahora en la oposición, ¿ves plausible que estas medidas puedan llevarse a cabo durante esta legislatura?
R: La primera ley que registró el PSOE en esta legislatura fue la ley de Amnistía. Si tú ahora mismo no llegas a fin de mes, si vas a hacer la compra y te dejas el sueldo, y ves que lo que está ofreciendo el partido que ahora tiene la responsabilidad de gobernar es impunidad a cambio de votos, es normal que haya esa desafección entre la juventud. Dirán, ¿a quién le importa lo que estamos viviendo, que somos el presente y futuro de este país? Claro que es complicado cambiar esa realidad, pero tenemos medidas e ideas y estamos gobernando en muchas Comunidades Autónomas. El mensaje que les queremos transmitir es que no tenemos un gobierno que se preocupe y ocupe de sus problemas reales, pero desde el ámbito autonómico vamos a hacer lo posible, dentro de nuestras competencias, para dar una solución e intentar igualar a todos los españoles para que tengan las mismas oportunidades, independiente de donde nazcan. Desgraciadamente, cuando el PP planteó hacer una EBAU (la selectividad) común en todas las comunidades, la respuesta del PSOE fue decir que era algo franquista.
P: Una cuestión de la que no se habla demasiado, y que sin embargo es extremadamente importante, es la tasa de natalidad, que lleva bajando ininterrumpidamente desde el año 2008.
R: Aquí hay dos temas. Por un lado, está que cuando llegas al mercado laboral ya tienes cierta edad, vas encadenando trabajos en los que a lo mejor tienes que irte de alquiler, y todo eso va haciendo que se vaya posponiendo la decisión de formar una familia, aquellas que lo consideren. A nosotros se nos achaca que sólo nos preocupa la natalidad. No imponemos a nadie que sea padre si no quiere, pero queremos que cuando se tome la decisión de serlo tenga a la administración apoyándole en esa decisión. Hay medidas en muchas Comunidades Autónomas, como el plan que puso en marcha el Gobierno de Ayuso de ayuda de 500 euros para incentivar que se tengan hijos antes, porque se va posponiendo y cuanto más tarde, peor, porque el tiempo afecta a que nos podamos quedar embarazadas. Después, hay otro aspecto: a mí me da la sensación de que vivimos una sociedad en la que, desgraciadamente, los niños molestan.
P: ¿Molestan?
R: Molestan. Se juzga a los padres cuando el hijo tiene una rabieta, cuando está en un restaurante, cada vez hay más sitios de sólo adultos... es como que hay una criminalización de los niños, de la infancia y que es peyorativo tener hijos. Y creo que es todo lo contrario. Los niños son maravillosos y no puede haber esa criminalización. Está relacionado con los temas que llevo en el partido, porque cuando estamos en un espacio público en el que hay niños, vemos como están pegado a un teléfonos, a una tablet, es el recurso que se les da para que estén entretenidos, lo que genera una dependencia de las pantallas que afecta a los temas que estoy llevando yo a nivel nacional.
P: ¿Piensas que debería exigirse haber estado en el sector privado para poder ser diputado nacional?
R: Debería exigirse que, si estás en política, sea para servir a los demás, y no a uno mismo. Desgraciadamente, vemos a personas, especialmente estos días, que han venido a servirse del esfuerzo de los españoles en lugar de servir al resto, y a lo mejor venían del sector privado. Todo lo que estamos conociendo entorno al caso PSOE, que va más allá de Ábalos, porque afecta a Armengol, Illa y Montero... es una pena que haya personas que utilicen la política para sus fines e intereses personales. Se debe exigir que las personas que vienen a servir sea para contribuir al servicio público, no para que cuando peor lo estábamos pasando, presuntamente, robaran dinero a través de comisiones en la compra de mascarillas.
Una sociedad en la que todos pensemos igual es imposible, pero no puedes pretender expulsar a ocho millones de españoles y colocarlos al otro lado del muro
NoELIA NÚÑEZ
P: ¿Tienes contacto con diputados del PSOE, has hablado con ellos de la Amnistía?
R: Desgraciadamente no tenemos mucho contacto. Lo más cercano son las comisiones. Estoy en la de comisión de Juventud e Infancia, pero todavía no hemos tenido demasiadas sesiones y no se ha generado contacto entre los diputados, no he tenido la ocasión de hablar con ellos. El ambiente está bastante enrarecido por el discurso de investidura de Pedro Sánchez en el que vino a establecer ese muro. Tengo amigos de cualquier ideología, una sociedad en la que todos pensemos igual es imposible, pero no puedes pretender expulsar a ocho millones de españoles y colocarlos al otro lado del muro para que no haya una permeabilidad dentro de la sociedad. Eso ha llegado al Congreso de los Diputados, y posiblemente tengamos ese muro que esté afectando a la vida parlamentaria.
P: Se solía decir que los políticos, delante de las cámaras, mostraban una relación más tensa de la que realmente tenían, pero tú sí que estás viviendo esa tensión, por lo que comentas
R: Sí que existe esa tensión, pero no he estado en el Congreso antes y no puedo establecer una comparación. Pero sí que cuando estuve en la Asamblea de Madrid, como en el ayuntamiento de Fuenlabrada, donde sigo, había cordialidad, y eso es fundamental. Cada uno defiende sus ideas, y luego está el debate y la confrontación. Desgraciadamente, lo que estamos viendo en el Congreso es ese muro que se pretende trasladar a la sociedad, que estemos enfrentados, y eso es un atraso enorme. Primero, porque en este país se hizo un esfuerzo enorme en la Transición para que los españoles se dieran ese abrazo en común. Ese espíritu está siendo amenazado por las medidas y actitud del PSOE y el Gobierno, con ese muro. Y creo que es un error que entendamos la política como dos posiciones alejadas donde no puede haber puntos en común. Esa crispación se traslada a los grupos parlamentarios.
P: ¿Ha habido algo que te haya llamado especialmente la atención?
R: Me sigue llamando la atención pisar el hemiciclo, es maravilloso, me sigo quedando sin respiración. Lo vas normalizando, pero el gusanillo lo tienes siempre dentro. Vengo de la Asamblea, donde teníamos la presidencia de la Cámara, pero ésta trataba de ser neutral, porque no representa a un partido, sino a la Cámara. Desgraciadamente, en el Congreso vemos a una presidenta que, prácticamente, es la portavoz del PSOE. No deja intervenir cuando se pide la palabra, sus decisiones son siempre para favorecer al PSOE, y prueba de ello es que siempre es aplaudida por el grupo socialista, cuando sus decisiones deberían ser para el conjunto del arco parlamentario. Es una pena que esa degradación institucional, característica del Gobierno de Pedro Sánchez, se traslade también a la presidencia de la Cámara.
P: ¿Crees que la monarquía parlamentaria es el sistema político idóneo para que España continúe desarrollándose en el futuro?
R: Me encanta la monarquía parlamentaria, y más con todo lo que estamos viviendo. He tenido la suerte enorme de vivir en primera persona la jura de la Constitución de la Princesa el 31 de octubre, y recuerdo el discurso del Rey en el aniversario de la Constitución, donde puso en valor el Estado de derecho. Creo que es fundamental el papel que tiene la monarquía en nuestro país, y desgraciadamente siempre ha estado atacada por la extrema izquierda. Cada vez vemos más que esos postulados los está comprando el PSOE y está atacando a la figura del Rey. Creo que es el sistema político adecuado, que es garante de la Constitución, de la separación de poderes y de la unidad territorial de nuestro país.
P: ¿Qué posición crees que debe ocupar España en el tablero geopolítico? A raíz de la invasión rusa de Ucrania, hay una parte de la población que ha mostrado un sentimiento contrario a la OTAN, también ha crecido el euroescepticismo…
R: Tenemos ministros que han cargado contra la OTAN estando dentro del Gobierno. ¿Cuál es la posición geopolítica de España en el conjunto mundial? No lo sabemos, porque ellos mismos, dentro de su Gobierno, tienen posiciones totalmente dispares. Recuerdo que cuando estaba Unidas Podemos dentro del Gobierno cargaron duramente cuando Rusia invadió Ucrania, con el envío de armas, también con el cambio de posición unilateral de Sánchez con el Sáhara… ¿Qué postura internacional tiene el gobierno de Sánchez? Depende del día y de qué parte del Gobierno tenga que tomar la decisión. Dentro de unos meses tenemos elecciones europeas, y nuestro partido defiende la permanencia de España en la UE. Consideramos que una España fuerte tiene que estar en una Europa fuerte. Desgraciadamente, a nivel país, nuestra imagen está muy deteriorada por todo lo que está aconteciendo relacionado con la ley de Amnistía, con los vínculos del que va a ser amnistiado por Sánchez a cambio de los votos con Rusia, todo lo relacionado con Putin y todos los escándalos que estamos conociendo. Claro, eso no afecta a Sánchez, sino a la imagen de España como país, donde se ve que un Gobierno está favoreciendo a un fugado de la justicia que tiene nexos y vínculos con Putin. Nuestra imagen está siendo atacada y debilitada por las decisiones que toma el Gobierno de Sánchez que, insisto, a nivel geopolítico, cada día varían en función de lo que le venga bien.
Tengo la suerte de tener estos valores relacionados con el cristianismo que me ayudan, y obligan, a ser mejor persona cada día
P: ¿Te consideras una persona religiosa o espiritual?
R: Soy religiosa, creyente y practicante, aunque no tanto como debería, porque la agenda y el tiempo te lleva a no tener todo el tiempo libre que te gustaría, pero sí, me considero una persona creyente. Tengo la suerte de tener estos valores, esta fe, que nadie me la ha impuesto jamás, ni en mi casa, ni en el colegio. No estudié en uno religioso, pero tengo la suerte de tener estos valores relacionados con el cristianismo que me ayudan y obligan a ser mejor persona cada día.
P: ¿Tus sentimientos religiosos afectan de alguna manera en tus ideas políticas o en tu día a día a la hora de trabajar?
R: Puede ser que me afecten porque estoy aquí para ayudar al prójimo, lo podríamos extrapolar a la religión. Estoy aquí para servir a los demás y dedicar una parte de mi vida al servicio público, que es lo que yo entiendo que es servir a la gente. Más allá de eso, tengo mis principios y valores y nunca busco imponérselos a nadie, entiendo que cada uno tiene los suyos, pero sí que influye, en ese sentido, en que intento siempre servir y ser útil a la sociedad y buscar el bien.
P: ¿El bien platónico?
R: El bien común. Defiendo mis ideas porque considero que cuando son aplicadas traen lo mejor para la sociedad, defiendo los valores de la libertad y la verdad porque creo que es lo mejor para el ser humano. Considero que la libertad económica e individual son lo mejor para el desarrollo personal de alguien. En eso, sí influye.
P: O sea, por ejemplo, ¿tienes sensación de responsabilidad?
R: Sí, claro. Siempre he sido una persona muy responsable, también porque soy la hermana mayor, entonces siempre está muy relacionado. Sí, la tengo, es que considero que es fundamental tenerla, en la política por supuesto, eres responsable de tus palabras. Cuando eres político, la palabra es un arma muy poderosa, eres responsable de lo que dices pero también de lo que haces, de las leyes que pones en marcha, medidas que planteas, porque al final van a tener una incidencia en la vida pública, claro que tienes que tener esa responsabilidad. Soy muy responsable con mi vida política diaria, le dedico todo mi tiempo a esto porque tengo una suerte maravillosa y enorme de estar aquí, y eso requiere sacrificio, esfuerzo y dedicación.
P: ¿Y respecto del papel de la religión en la educación?
R: Creo en la libertad de los padres para elegir la educación que consideren adecuada para sus hijos. Eso es un principio básico. Defiendo que los padres tienen mucho que ver en la transmisión de esos valores. Mis padres hicieron el mejor de los trabajos, he tenido la suerte de que mi familia nunca me ha impuesto nada, nunca me han dicho cómo tenía que pensar, me han dejado toda la libertad del mundo y me han enseñado que el respeto a los demás es fundamental, que el esfuerzo es un principio básico en la vida y que ese servicio público, que estás aquí para algo, sí que defiendo que son los padres los que tienen que elegir la educación que sus hijos han de recibir. No pienso, como dijo Celaá cuando era ministra de educación, que los hijos sean del Estado, si un padre es responsable de lo que haga su hijo, la responsabilidad y la capacidad de decidir qué educación quiere dar un padre a su hijo es del Estado.
P: ¿En Semana Santa haces algo especial?
R: Me quedo en Fuenlabrada porque tenemos una Semana Santa muy bonita, acudo a las procesiones, claro que sí.
P: ¿Qué piensas del Papa Francisco?
R: Que es el Papa de todos los creyentes, la máxima representación de Dios en la Tierra, y por tanto creo que todo el que sea creyente le debe el máximo respeto al Papa Francisco, o al Papa Benedicto, o a cualquier Papa que haya en ese momento.
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