Son 2.792 kilómetros de recorrido. La conocida como ‘Korrika’ discurre por Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, los lugares de presencia del euskera. Se celebra cada dos años promovida por una red privada de academias de aprendizaje de euskera para adultos, AEK. El pasado domingo culminó su 23º edición. Lo hizo en la localidad vascofrancesa de Bayona. Como en ediciones anteriores, a lo largo de la carrera instituciones y organizaciones aprovecharon para exhibir algunas de sus reivindicaciones o para exhibirse. Entre ellas, el apoyo a los presos de ETA, incluso la presencia de exmiembros de la banda terrorista, ha estado especialmente presente a lo largo de esta iniciativa impulsada y financiada en gran parte con fondos de instituciones públicas y que ha contad9o con una gran impulso mediático de la radio televisión pública vasca.
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, ha venido denunciando durante los once días en los que se ha llevado a cabo la presencia de distintas exhibiciones de muestras de apoyo a presos de ETA e incluso la participación protagonista otorgada a algunos de los miembros de la organización terrorista. En un balance, la asociación detalla que durante la ‘Korrika’ se han mostrado siluetas o imágenes de hasta 60 presos de ETA en distintas localidades por las que ha pasado. Se trata de una carrera que se celebra en un ambiente popular y festivo, con presencia frecuente de niños y en la que la reivindicación de apoyo al euskera se ha contaminado en muchos casos con la reclamación del “regreso a casa” de los presos de ETA, cuando no se les ha jaleado directamente mientras portaban el ‘lekuko’ o testigo con una ikurriña que simboliza la cabeza de la marcha.
En Covite consideran que se trata de una “demostración obscena” de apoyo a los presos de la banda y una "perversión total" con la que se mezcla una “reivindicación cultural y loable, como es el uso del euskera, con una reivindicación inmoral, como es el apoyo a los terroristas de ETA”: “Es indigno, no hace ningún favor al objetivo principal de la ‘korrika’”, denuncia la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez. Según el informe elaborado por esta organización, al menos 66 ayuntamientos franceses colaboraron con la carrera adquiriendo a modo de financiación algún kilómetro, así como 125 consistorios navarros, 110 vizcaínos, 80 guipuzcoanos y 34 de Alava. Junto a ellos, instituciones como el Parlamento Vasco, el Gobierno vasco, las tres diputaciones forales o el Ejecutivo y la Cámara Foral de Navarra también participaron.
Covite denuncia lo que considera un “silencio sepulcral” por parte de las instituciones públicas y una parte de la sociedad civil ante estos hechos: “Son muchos los ayuntamientos que han comprado kilómetros en esta edición de ‘Korrika’”: “Deberían haber sido los primeros en alzar la voz ante esta aberración y la mayoría no lo han hecho”. El ayuntamiento de Pamplona, gobernado por EH Bildu, sí lamentó públicamente la exhibición de fotografías de los asesinos del ex concejal de UPN, Tomás Caballero, y del militar, Francisco Casanova, durante el paso de la ‘Korrika’ por la ciudad. “Lamentamos que actuaciones aisladas y ajenas a la organización de la ‘Korrika’ hayan podido herir la sensibilidad de las víctimas de ETA”, afirmaba la declaración aprobada en la Comisión de Asuntos Ciudadanos con los votos a favor de EH Bildu, Geroa Bai y Contigo Zurekin. Una carrera que el Consistorio apoyó con 6.000 euros.
Miembros de ETA en la carrera
Uno de los momentos más sorprendentes fue el paso de la carrera por la localidad de Hernani. El testigo de la carrera, con el que se abre la marcha, fue portado por dos exmiembros de ETA, naturales de este municipio guipuzcoano, Gorka Loran y Garikoitz Arruarte. Ambos han pasado casi 20 años en prisión cumpliendo una condena por intentar hacer explotar 50 kilos de titadine en la Estación de Chamartín de Madrid en la Nochebuena de 2003. Salieron en libertad en julio del año pasado. Ambos fueron arengados por la organización que por megafonía les trasladó su apoyo y defendió que “el pueblo no parará hasta traerlos (a los presos) a todos a casa”. El recorrido estuvo arropado con otras imágenes de ocho presos de ETA que portaban algunos de los participantes, la mayor parte de ellos condenados por asesinato y en un caso, el de Ibon Fernández, considerado jefe de ETA.
No fue el único caso. En Andoain, en el kilómetro adquirido por Sortu, la formación que lidera Arkaitz Rodríguez y que aglutina el control de EH Bildu, el testigo de la carrera fue cedido a la exmiembro de ETA, Ainhoa Ozaeta, quien abandonó la cárcel el pasado 15 de febrero. Fue condenada en Francia a 14 años de prisión como responsable del aparato de extorsión de la banda.
Este tramo se hizo en uno de los kilómetros pagados por Etxerat, la asociación de familiares de preso de ETA. La compara de kilómetros es la fórmula a través de la cual se logra recaudar fondos para la financiación de AEK. También la plataforma Sare de apoyo a los presos de ETA compró kilómetros para apoyar la ‘Korrika’, así como EH Bildu durante el paso de la carrera por varias localidades. El PNV, con su candidato a lehendakari a la cabeza, Imanol Pradales, y varios de sus cargos institucionales y orgánicos también ha participado en la ‘Korrika’.
Colaboración 'activa'
Localidades como Ondarroa, Lekeitio, Bilbao, Oiartzun, San Sebastián o Durango son sólo una parte de la treintena de municipios en los que Covite ha podido documentar el uso de la ‘Korrika’ para exhibir imágenes de presos de ETA. En casos como Vitoria algunos de los participantes en la marcha exhibieron imágenes de Diego Ugarte, condenado por el asesinato en este mismo municipio de quien fuera consejero de Educación Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez. En Galdakao se mostró la imagen del asesino de Miguel Angel Blanco, Javier García Gaztelu, ‘Txapote’. En el municipio de Escoriatza y en San Sebastián se pudo ver la silueta de Soledad Iparraguirre, quien fuera jefa da ETA. En el barrio de Santutxu de Bilbao una de las siluetas que se exhibió fue la de Garikoitz Apiazu, quien fue dirigente de ETA. En este punto el portavoz de la carrera pidió desde la megafonía que querían a todos los presos de ETA en la calle “¡los queremos con nosotros!¡los queremos en los euskaltegis!”.
Covite insiste en que no critica la participación en una carrera que originariamente pretende fomentar el uso del euskera sino la utilización de la misma y a AEK, la organizadora “por permitirlo y no condenarlo” o incluso en algunos casos “por colaborar activamente en la exaltación o solicitud de excarcelación de los etarras”. Recuerda que estos hechos o similares ocurren desde la primera edición de la ‘Korrika, en 1980. Afirman que cuando AEK justifica que no puede “controlar todo” y que se trata de actuaciones individuales ajenas a la organización, “simplemente no es cierto”. Recuerdan que en otras ocasiones sí han impedido que se lleven a cabo determinadas protestas, como sucedió en el kilómetro pagado por la CAF y a los que unos boicoteadores intentaron impedir participar acusándolos de “cómplices del genocidio”, y la organización intervino para impedir el boicot: “La organización no quiere impedir que haya reivindicaciones a favor de los presos de ETA durante la ‘Korrika’”.
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