Liquidado el (lluvioso) parón de la Semana Santa, comienza, ahora sí, el esprint político de 2024. Tres elecciones consecutivas en apenas 70 días. Una tras otra, sin descanso, con la primera parada en Euskadi. Y, a diferencia de lo que ocurrió con los comicios en Galicia, en los que quien más se jugaba era Alberto Núñez Feijóo, en estas tres convocatorias es Pedro Sánchez el que más se expone. Especialmente en las catalanas del 12 de mayo, las que pondrán a prueba su apuesta por la ley de amnistía y las que el PSOE, si el resultado es positivo, utilizará como poderosa carta de validación de su política de cara a las europeas del 9 de junio.
La amnistía ya quedó aprobada por el pleno del Congreso el pasado 14 de marzo, pero la proposición retorna al primer plano esta semana, a horas del arranque de la campaña de las elecciones vascas, por su paso por el Senado. El miércoles, el pleno de la Cámara alta aprobará previsiblemente, si se introduce la víspera este punto en el orden del día, el requerimiento al Congreso para que retire la ley por considerarla inconstitucional y por entender que se cometieron defectos de tramitación. El PP disfruta de una holgada mayoría absoluta en el Senado, así que no tropezará con dificultades para sacar adelante sus planes, y estos pasan por elevar al Tribunal Constitucional el conflicto entre órganos constitucionales en cuanto reciba la respuesta de la Cámara baja y poblar todo abril de comparecencias de expertos.
Sánchez estará estos tres primeros días de la semana en Jordania, Arabia Saudí y Catar para abordar el conflicto entre Israel y Hamás y defender la solución de los dos Estados
Pero la actividad en las Cámaras se retoma esta semana no solo con la amnistía. También con la guerra de comisiones a cuenta de las contrataciones en la pandemia, otro tema que también atravesará las tres campañas electorales. Este lunes por la tarde el Senado constituye su propia comisión de investigación, impulsada por el PP y centrada sobre todo en el caso Koldo, y 24 horas después el Congreso conformará la suya, a propuesta de los socialistas, que además de indagar en las adjudicaciones que presuntamente facilitó Koldo García, asesor del exministro José Luis Ábalos, también escrutará las comisiones millonarias que pudo recibir el novio de Isabel Díaz Ayuso, imputado ya por presunto fraude fiscal y falsedad documental. Queda la duda de si el PP montará una comisión específica sobre el rescate de Air Europa, como amagó Feijóo en la última sesión de control antes de las vacaciones, y si en ese caso llamará a la mujer del presidente, Begoña Gómez, para que comparezca.
El Senado también acogerá un nuevo pleno de control al Ejecutivo este martes. Pero no estará Sánchez. Ya estuvo el pasado 12 de marzo, por primera vez en esta legislatura. El jefe del Ejecutivo emprende este lunes un viaje de tres días hacia Jordania, Arabia Saudí y Catar, para abordar, en pleno Ramadán, el conflicto entre Israel y Hamás y la situación de Gaza y defender la coexistencia pacífica de dos Estados, Israel y Palestina. El presidente mantendrá encuentros con el rey jordano, Abdalá II, en Amán; con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, en Riad, y con el emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, en Doha. Será la primera visita de un mandatario español a Jordania y Arabia en 15 años, y la primera a Catar en 13, ya que fue José Luis Rodríguez Zapatero el último en hacerlo en 2009 y 2011, respectivamente, informa EFE.
Lucha insólita por la hegemonía en Euskadi
Amnistía y corrupción actuarán de telón de fondo de las próximas tres elecciones. El PSOE parte con buenas expectativas en Euskadi y en Cataluña. Por razones distintas. En el País Vasco, todas las encuestas sitúan a Eneko Andueza, líder del PSE, como la llave del futuro Gobierno. El sondeo elaborado por el Gobierno de Vitoria, hecho público el Miércoles Santo, pronosticaba un empate a 29 escaños entre PNV y EH Bildu, por los 10 de los socialistas —los mismos que consiguió hace cuatro años— y los seis del PP —los mismos que tuvo la coalición con Ciudadanos en 2020—. Sumar lograría un representante, y fuera del Parlamento quedarían Elkarrekin Podemos (pierde sus seis diputados, por tanto) y Vox (un asiento en los anteriores comicios).
El PSE aspira a subir uno o dos escaños, desde sus 10 actuales, y es seguro que será la llave del nuevo Ejecutivo. Andueza ha repetido que no hará 'lehendakari' al candidato de Bildu
La campaña del 21-A arranca este viernes, 5 de abril, y en ella se libra, por tanto, una lucha inédita por la hegemonía en Euskadi, entre un PNV que ha gobernado de manera ininterrumpida desde 1980 —salvo en los tres años, de 2009 a 2012, en los que al frente de la Lehendakaritza, y gracias al apoyo del PP, se situó el socialista Patxi López— y un EH Bildu que ha reforzado su perfil de izquierdas y aparcado su programa de máximos independentista. Andueza ya ha reiterado que no hará lehendakari al candidato de la izquierda abertzale, Pello Otxandiano, ni tampoco gobernará con él, por lo que se vislumbra la reedición de un Ejecutivo PNV-PSE, esta vez con Imanol Pradales a la cabeza, después de que su partido apostase por él y no por a continuidad de Iñigo Urkullu.
Desde el equipo del líder del PSE-EE insisten en que están mejor posicionados que lo que dicen las últimas encuestas, y por tanto creen que pueden subir a 11-12 escaños, en principio suficientes para sumar mayoría absoluta con los peneuvistas. Bildu, mientras, asume que no gobernará aunque ganase el 21-A. Este mismo domingo, el líder de la coalición, Arnaldo Otegi, recordaba que su formación no va "con prisa" porque quiere ir "lejos". "No alcanzaremos la independencia de un día para otro si no existen escenarios intermedios. La independencia no llegará si antes no llegamos a los gobiernos", apuntó en una manifestación en Pamplona con motivo del Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca).
En la cúpula de la federación vasca creen que los comicios en Euskadi podrán transcurrir sin demasiadas interferencias de la política nacional. "No creemos que nos afecte el clima de crispación general —señala a este diario un alto mando del PSE—. Tampoco la cuestión de la corrupción, porque nosotros hemos cortado por lo sano con el caso Koldo y no somos igual que la derecha. Aquí la campaña va por otro lado, por otros derroteros", como la erosión de Osakidetza, el servicio público de sanidad vasco, considerado hasta ahora como la joya de la corona. En el PSE cuentan con que no penalizará al partido la ley de amnistía, por mucho que la agite el PP, porque en Euskadi, sostienen, no hay rechazo social a la medida de gracia.
Los socialistas vascos no creen que les afecte el clima de crispación general. Está previsto que Sánchez acompañe a su cabeza de cartel en "dos o tres mítines"
Todavía no está totalmente cerrada la participación de Sánchez en la campaña de Andueza, pero en principio se espera que protagonice "dos o tres mítines". Es decir, un acto en los dos fines de semana que restan hasta las urnas. También podría participar Zapatero. Ambos, el expresidente y el líder del PSOE, ya arroparon a Andueza el pasado 9 de marzo en Bilbao en un acto por los 20 años de la victoria del primero. No descartan en el PSE algún mitin conjunto con Salvador Illa. El primer secretario del PSC ya estuvo con Andueza en el acto de presentación de su candidatura, el pasado 3 de diciembre en Bilbao. Y apenas 15 días después los dos participaron en un encuentro organizado por los socialistas catalanes en Barcelona bajo el lema Unidos en la diversidad. La campaña, no obstante, quedará atravesada por los tres debates electorales en televisión: en TVE y en los dos canales de la radiotelevisión vasca, ETB1 (en euskera) y ETB2 (en castellano), y a todos ellos acudirá Andueza.
Rechazo a la amnistía entre los electores del PSC
Cinco días de las elecciones en Euskadi, el viernes 26 de abril, arrancará la campaña en Cataluña. Illa parte como favorito, con la perspectiva de conseguir en torno a 40 escaños de un total de 135. Su mensaje se centrará en las inquietudes cotidianas de los ciudadanos, como el fortalecimiento de los servicios públicos, las medidas contra la sequía, la mejora de la educación o la mayor inversión en energías renovables. Los socialistas dejarán a un lado la amnistía, conscientes del rechazo de una parte de sus votantes. Según el último estudio del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el instituto demoscópico dependiente de la Generalitat, realizado antes del anuncio del anticipo electoral del 12 de mayo, un 30% de los electores del PSC no es partidario de la medida de gracia, por un 60% que sí la defiende y un 10% que no responde. Sin embargo, en el último sondeo de Ipsos para La Vanguardia, publicado hace una semana, son más los votantes del PSC que están en contra de la amnistía: un 52%, por un 43% que la respalda.
Los socialistas defienden que no por el hecho de que pueda gobernar Illa se vería afectada la gobernalidad, ya que ERC y Junts no tendrían incentivos para dejar caer a Sánchez
Las catalanas del 12-M son las sistémicas de este intenso ciclo electoral. Porque incidirán no solo en la gobernabilidad de Cataluña, sino también en la estabilidad del Ejecutivo de Sánchez, y la prueba de ello es que el presidente renunció a sus Presupuestos de 2024 en cuanto Pere Aragonès anunció la disolución del Parlament. Illa no se cierra a pactos a izquierda y derecha, pero puede encontrarse con que, aun ganando en las urnas, no logre los apoyos suficientes. Una incógnita clave es si los independentistas retendrán o no su mayoría absoluta en el Parlament y quién quedará por delante en la eterna pugna en el secesionismo, Junts —con Carles Puigdemont de nuevo como candidato—, o ERC —con el president Aragonès como número uno—. Los republicanos ya han advertido de que no auparán a Illa a la Generalitat y la más complicada interlocución con los posconvergentes hacen que asome el horizonte del bloqueo y la repetición electoral.
"Es bastante constatable el fracaso de Junts y de ERC en el Govern los últimos años —decía Illa este domingo en una entrevista en El País—. Solo pasaremos página de esto si ambos pasan a la oposición. La forma de superar el procés es con el Partido Popular en la oposición en España y Junts y ERC en la oposición en Cataluña".
No obstante, Sánchez gobierna gracias a los apoyos de ERC y Junts. En su equipo sostienen que incluso si Illa fuera investido president no tendría por qué cambiar la dinámica de pactos en Madrid, porque no tendría sentido que las dos formaciones separatistas hicieran caer al Gobierno central. Justo es la tesis que defendía Illa en la entrevista del rotativo de Prisa: "Si alguien está pensando en dejar de apoyar la actual fórmula de gobierno, sería bueno que lo dijera y explicara qué alternativa ve para Cataluña. Ahora hay un Gobierno que reconoce la pluralidad de España y que mira al futuro de Cataluña con una ley de amnistía que es un perdón, un perdón que no es un olvido. ¿Hay alguna alternativa a esto? ¿Un 155 permanente? ¿La ilegalización de todos los políticos que tengan un proyecto distinto al que defiende el PP?". El PSC y el Gobierno están marcando ya un perfil más duro para lanzar un mensaje a los separatistas y para atraer el voto constitucionalista y de los cansados del procés.
Un comité federal sin fecha y un congreso por celebrar
La última estación electoral serán las europeas del 9 de junio, cuya campaña comienza el 24 de mayo. Los socialistas confían en coger oxígeno en las vascas y las catalanas, de manera que un buen resultado en ambas convocatorias se interprete como un espaldarazo a la apuesta de Sánchez por la amnistía. En ambas, en cambio, el PP continuará siendo una formación "irrelevante", a ojos de los socialistas, aunque probablemente gane peso en las urnas, especialmente en Cataluña, donde tocó suelo en 2021, con solo tres escaños.
Las europeas no tienen aún foco de Ferraz, que no ha decidido quién será su número uno el 9 de junio. La mejor posicionada es Teresa Ribera, pero nada se descarta ni Sánchez ha lanzado señales
Los pronósticos del PSOE para las europeas hasta ahora eran malos, pero en Ferraz esperan que se den la vuelta tras las dos elecciones previas. El foco, no obstante, no está situado ahora mismo el 9-J. El partido ni siquiera tiene un candidato. La mejor posicionada internamente, desde hace meses, es Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ella podría encabezar la lista o bien ser la persona promovida por Sánchez para ocupar un puesto en la próxima Comisión Europea. Pero en la cúpula no descartan por completo que repita como cabeza de cartel Josep Borrell, actual alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente del Ejecutivo comunitario. El presidente aún no ha lanzado señales de quién quiere que sea su jinete en esta difícil carrera.
Ferraz tendrá que cerrar la lista europea días después de las vascas del 21-A, porque el plazo para registrar las candidaturas se extiende del 1 al 6 de mayo. La formalización se producirá, previsiblemente, en un comité federal que no tiene aún fecha y que deberá salvar otra cita interna importante: el congreso extraordinario del PSdeG-PSOE, que entronizará al último candidato del partido en las gallegas del 18 de febrero, José Ramón Gómez Besteiro. El cónclave tendrá lugar el sábado 27 de abril, y con él, en principio, se cierran los procesos orgánicos adelantados, después de que el 23 y 24 de marzo fueran proclamados como nuevos jefes del PSOE en Extremadura y Comunidad Valenciana Miguel Ángel Gallardo y la ministra Diana Morant.
El Senado tendrá que culminar la tramitación de la ley de amnistía antes del 16 de mayo, porque solo dispone de un máximo de dos meses, como prescribe la Constitución. El texto regresará al Congreso para su aprobación definitiva y, tras su entrada en vigor, su aplicación corresponderá exclusivamente a los jueces, y ahí el recorrido de la norma puede enredarse. Ni siquiera está claro que alcance finalmente a Puigdemont.
La amnistía será aprobada por el Congreso tras las catalanas del 12-M
Serán 70 días, por tanto, de auténtico vértigo. Sánchez y el PSOE son los que más arriesgan en estas tres convocatorias electorales, las tres sumidas en un clima de máxima tensión. Tras ellas, el país vivirá un cierto reposo de urnas, porque las siguientes no llegarían, previsiblemente, hasta febrero de 2026. Serán las autonómicas de Castilla y León. Y en junio de ese año, las de Andalucía. Por eso estos 70 días, y sobre todo lo que ocurra el 12 de mayo, definirán la suerte de la legislatura y la política de alianzas de Sánchez.
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