El PSOE ya tiene cabeza de lista para las elecciones europeas del 9 de junio. La decisión está, como confirman fuentes de Ferraz, absolutamente tomada y se comunicará en los próximos días. No hay nombres oficialmente sobre la mesa pero, en la recta final, gana fuerza en el partido la candidatura de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ella es la que cuenta con más opciones de ser la elegida, al menos así se ve en el partido, porque, salvo cambio de última hora, no repetirá Josep Borrell. Él ya había sido sondeado, y también había lanzado señales de que no querría ir ser cabeza de cartel para poder agotar su mandato como alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, precisamente en un contexto internacional de alta tensión, con dos guerras activas muy próximas al suelo europeo, en Ucrania y en Gaza.
Pedro Sánchez había pedido paciencia. No quería dar a conocer su elección para apurar los tiempos y no interferir en los otros dos procesos electorales en marcha, las vascas del 21 de abril y las catalanas del 12 de mayo. Pero ya apenas queda tiempo. Las asambleas del PSOE deben elevar las propuestas de nombres a Ferraz antes del sábado 20 y han de tener una orientación de quién es el candidato del secretario general del partido y presidente del Gobierno. Una semana más tarde, el sábado 27 de abril se celebra el comité federal que tendrá que validar la lista al completo, apenas unos días antes de que arranque el plazo legal que tienen los partidos para registrar sus candidaturas, del 1 al 6 de mayo.
El presidente no ha lanzado señales de a quién ungirá como cabeza de cartel, pero Ribera goza de toda su confianza, por su alta cualificación técnica y su liderazgo europeo en batallas como la reforma del mercado eléctrico
"El PSOE ya tiene una propuesta de candidato o candidata, que se dará a conocer en tiempo y forma para su aprobación por los órganos del partido correspondientes junto a la lista", indicaban a este diario este jueves desde el cuartel general del PSOE.
Ahora, las miradas en el partido se giran hacia Ribera. Sánchez no ha hecho ver que ella puede ser la elegida, y por eso impera la prudencia. Es él el único que decide, el que puede sorprender, y el que lo hace a menudo, así que no se puede dar nada ni a nadie por seguro, por muy arriba que esté en las quinielas internas. Pero la vicepresidenta goza de toda su confianza. Era segura su continuidad en el Gobierno tras las elecciones generales del 23 de julio, nunca hubo dudas. Y así fue. El líder socialista aprecia su cualificación técnica y su liderazgo europeo en materia de lucha contra el cambio climático y energía. Ella fue, de hecho, la que capitaneó en la UE la batalla por la reforma del mercado eléctrico, que se acabó acometiendo, la que amarró la excepción ibérica para reducir el coste del gas y la que plantea la necesidad de aumentar la ambición climática. En las últimas semanas y meses en el partido se escuchaba que en caso de que ella no encabezara la lista, sí sería la persona a quien Sánchez podría postular como comisaria de Energía, un puesto clave en el futuro Ejecutivo comunitario.
En su contra juega, no obstante, que es una pieza clave en el Gobierno, con una autoridad indiscutible. También dentro del partido. En la pasada legislatura, había barones socialistas que recelaban de sus formas y de su escasa cintura como negociadora, y que recurrían al presidente para que decidiera a favor de ellos, pero este delegaba en ella en las materias bajo su competencia. Su reemplazo, en caso de partir para Europa, no sería fácil para Sánchez pero tampoco sería inminente. La nueva Comisión Europea no comenzará a funcionar antes del 1 de noviembre.
Si ella fuera la elegida, habría un cambio en el Ejecutivo, pero no sería inminente
¿Pero Ribera quiere ir encabezar las listas del 9-J? En su entorno repiten que ella preferiría quedarse en España, que ya vivió cinco años fuera, en París —fue directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) entre 2014 y 2018, y un año antes trabajó en el organismo como asesora—, que no desearía distanciarse de su familia, pero que es una mujer de partido que hará siempre lo que le pida el presidente. Y que por tanto no saldría de su boca un no.
"Una decisión del partido y la valoración del presidente"
"Yo me emociono por las cosas que me encargan. Estoy emocionadísima con la tarea que tengo ahora y que estoy desempeñando. Si me encargan otra tarea distinta, voy a estar emocionada igual", aseguró la vicepresidenta tercera el pasado 3 de abril en un desayuno informativo organizado por Europa Press en Madrid al ser preguntada si será ella quien capitanee la lista del PSOE a las europeas. "Esté dónde esté", dentro o fuera del Gobierno, "aquí o allí, depende de una decisión consensuada en el partido y de una valoración de mi presidente, que creo que todavía está haciendo una valoración en conjunto", agregó. "Pedro ya sabe hace semanas que Teresa hará lo que él disponga", insisten en su círculo. La ministra optó por guardar silencio preguntada por El Independiente este jueves.
Yo me emociono por las cosas que me encargan. Estoy emocionadísima con la tarea que tengo ahora y que estoy desempeñando. Si me encargan otra tarea distinta, voy a estar emocionada igual", dijo la vicepresidenta el pasado 3 de abril
La promoción de la vicepresidenta se haría en dos tiempos. Ahora puede ser designada como candidata, pero la negociación para que ella pudiera ocupar el puesto de comisaria sería posterior. Los líderes de la UE están citados en Bruselas después de los comicios, el 17 de junio, para una primera prospección. Pero será en el Consejo Europeo del 27 y 28 de junio en el que tendrán que dar forma a la nueva Comisión. En concreto, los mandatarios deberán pactar los cinco top jobs —los presidentes del Parlamento, la Comisión, el Consejo y el Banco Central Europeo y el jefe de la diplomacia—, para que después los países propongan los nombres de los candidatos a comisario. Todos los aspirantes deberán superar el examen o hearing en la Eurocámara, para pasar a ocupar sus respectivos cargos el 1 de noviembre o, como tarde, el 1 de diciembre.
La puerta para Ribera se abre al mismo tiempo que se ha cerrado para Pepe Borrell. La dirección le ha intentado persuadir para que fuera número uno en estos comicios del 9-J. Ya lo fue hace cinco años, en 2019, y consiguió un formidable resultado: 7,36 millones de papeletas y un 32,86% de los votos. 20 eurodiputados (por 12 del PP), que luego fueron 21 cuando se consumó el Brexit. Ahora España pasa de 59 a 61 escaños, pero se espera una victoria de los conservadores. La clave está en si se confirma ese triunfo y cuál es la ventaja sobre el PSOE. Ferraz y la Moncloa confían en que un buen desempeño del partido en las vascas y, sobre todo, en las catalanas, genere un efecto arrastre para las europeas que amortigüe, al menos, las malas expectativas que hay ahora mismo.
Borrell daba a entender el martes que no será el uno el 9-J: "Todo el mundo entenderá que tengo un trabajo que no puedo abandonar"
Los intentos de la cúpula para convencer a Borrell se prolongaron hasta esta misma semana, según confirmaron fuentes del Ejecutivo a este periódico. Pero él, ratifican a su vez desde su entorno más cercano, ha declinado finalmente. El pasado martes, en un desayuno de Nueva Economía Fórum en Bruselas, señaló que quiere continuar en el cargo hasta finales de octubre, cuando concluye su mandato, precisamente por el difícil contexto internacional. "Creo que todo el mundo entenderá que tengo un trabajo que no puedo abandonar. La situación es mala e irá a peor. Creo que el alto representante tiene que continuar siendo el alto representante hasta el final del mandato", dijo Borrell cuando le preguntaron si será el candidato de su partido el 9-J. No quiso aclarar si el presidente le pidió estar en la lista.
Tampoco recogió el acta en 2019
Formalmente, nada impide seguir siendo miembro del Ejecutivo comunitario y candidato. Es más, en enero de este año el colegio de comisarios se dio a sí mismo un código de conducta, que permite que aquellos que concurran en elecciones puedan seguir haciendo su trabajo en la Comisión, siempre y cuando su campaña y sus quehaceres en el cargo no se superpongan y mantengan cuentas separadas en redes sociales. Pero en su entorno alegan que las agendas de candidato y jefe de la diplomacia europea son "bastante incompatibles". "Él siente que debe seguir haciendo todo lo posible por reducir el sufrimiento en las dos guerras de nuestros vecinos. Con una gran frustración y señalado por [Vladímir] Putin y [Benjamin] Netanyahu", explican.
Formalmente se puede compaginar candidatura y cargo de comisario, pero Borrell cree que, con el contexto actual, las dos agendas son "bastante incompatibles"
Lo que sí es incompatible es ser eurodiputado y miembro del colegio de comisarios. Es decir, que en todo caso podría continuar siendo alto representante hasta que le relevase el nuevo Ejecutivo comunitario, a final de año, sin recoger su acta. En 2019, tampoco ocupó su escaño en el Parlamento Europeo para no dejar su cartera de ministro en un momento en el que ya se presumía que España podía ir a una repetición electoral, como así ocurrió.
En el equipo de Borrell en Bruselas, no obstante, insistían en los últimos días en que todo estaba "abierto", reiteraban que nada podía descartarse porque él no había formalizado su decisión, que está "en plena forma" —el 24 de abril cumplirá 77 años—, que es un "valor en la política". Recordaban, incluso, que la víspera de que Sánchez le designase ministro de Exteriores de su primer Gobierno, en junio de 2018, él se decía "jubilado". Y aceptó el encargo. Igual que se resistió a ser candidato a las europeas en 2019. Pero también dijo sí.
Quienes en la cúpula defendían la opción de Borrell como cartel del PSOE el 9-J argumentaban que era el candidato perfecto: "Encarna la idea de Europa que tenemos y podíamos decir que hacía un último sacrificio para el partido". Señalaban que incluso se podía anticipar en campaña que no recogería el acta precisamente para no abandonar su cargo de alto representante. Pero esa salida no acabó convenciendo a Borrell, siempre según su entorno, justo por la dificultad de compaginar campaña y Comisión.
Otra opción que se maneja en el PSOE es que el cartel sea Iratxe García, dos de Borrell en 2019 y actual presidenta de los socialistas en la Eurocámara
Ribera, no obstante, no sería la única opción de Sánchez. También podría ser cabeza de lista la actual presidenta del Grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) del Parlamento Europeo, la vallisoletana Iratxe García. Ella ya concurrió como número dos de Borrell en 2019, y tiene un escaño en la Cámara desde 2004. Es una mujer de la total confianza del líder, muy valorada internamente, y también miembro de la ejecutiva federal. Pero distintos dirigentes señalan que lo esperable es que Sánchez lance el mensaje de que va a por todas en las europeas y que por eso proyecta a una pieza valiosísima de su Ejecutivo y muy reconocida públicamente: Teresa Ribera. García, en todo caso, tiene entrada segura en la candidatura, y goza del aval de su federación, Castilla y León.
Nada, no obstante, es oficial hasta que no haya una comunicación por parte de Ferraz. Y esta podría llegar muy pronto.
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hace 7 meses
Perdemos altura. Además con esa arpía en Bruselas ya se podrá regalar a su marido el trozo de pastel que no ha podido coger ahora.