Las urnas del 21 de abril desvelarán si, por primera vez, el PNV pierde en votos en unas autonómicas. Si pierde por segunda vez en escaños —en 1986 quedaron por delante los socialistas—. Si sufre una significativa pérdida de confianza de los vascos. Si no reedita su mayoría absoluta con el PSE-EE. Pero también descubrirán la nueva relación de fuerzas entre los dos posibles socios. Eneko Andueza aspira, y lo manifiesta en sus mítines, a que su formación gane más peso para que sus políticas cobren más relieve. También para que, a la postre, su partido pueda ensanchar su presencia en el futuro Ejecutivo de Vitoria.
Todo está por ver y en la dirección del PSE llaman a la prudencia. Recalcan que obviamente aún no han hablado con el PNV, que hay que ser respetuoso con los ciudadanos, esperar a los resultados del domingo, porque hasta entonces será imposible hacer números. Pero se remiten a las fuerzas que, ahora mismo, tienen los dos socios del bipartito. Si los ciudadanos castigan a los nacionalistas —las encuestas dan por seguro una bajada en escaños— y mantienen o premian a los socialistas, estos harán valer que juegan con mejores cartas en la negociación posterior, que todos dan por hecho dada la negativa rotunda de Andueza a pactar con EH Bildu o investir a su candidato, Pello Otxandiano. Tampoco Imanol Pradales, el cabeza de cartel jeltzale, está dispuesto a entenderse con la izquierda abertzale, porque sus modelos de país son "antagónicos".
El PNV logró en 2020 31 escaños, por los 10 del PSE. Ahora los sondeos pronostican una caída de los 'jeltzales' y un estancamiento o ligera subida de los socialistas
El PNV obtuvo en los comicios autonómicos de julio de 2020 31 escaños, el 38,70% de los votos. El PSE-EE, con la entonces secretaria general como candidata, Idoia Mendia, logró 10 asientos en el Parlamento de Vitoria, un 13,52% de las papeletas. Juntos sumaban 41 diputados, tres por encima de la mayoría absoluta. Ahora, las encuestas pronostican una caída del PNV, al entorno de los 28 parlamentarios o algo por debajo, con Bildu por encima, y un PSE que se mantiene con sus 10 actas o que podría ganar una o dos más. La mayoría absoluta, los 38 escaños, la sumarían las dos fuerzas por los pelos o podrían quedarse cerca.
Los socialistas han reclamado durante esta campaña que concluye este viernes que los electores les den más fuerza. De ahí también el lema de estos 15 días, Vota al que decide. El PSE como la formación bisagra, como aquella por la que pasará necesariamente la gobernabilidad de Euskadi. El mensaje, señalan desde el entorno de Andueza, es simple: "Si quieres políticas de izquierdas, las defenderemos más si tenemos más apoyo. Forma parte de nuestro discurso de campaña".
Lo explica un alto mando de la cúpula de la federación: "Cuanto más fuertes seamos en el Parlamento, mejor para los ciudadanos porque nuestras políticas se verán reflejadas mejor. Somos los que podemos frenar derivas en Euskadi". "Aventuras" independentistas, como recalca constantemente el candidato y líder del PSE.
Una 'vicelehendakaritza' y tres consejerías desde 2020
El PSE volvió a gobernar con el PNV en el Ejecutivo vasco tras las elecciones de 2016. En 2020, reeditó la coalición, aunque en aquel momento Mendia exigió al lehendakari, Iñigo Urkullu, la vicelehendakaritza segunda, además de tres consejerías. Los socialistas consiguieron su objetivo: Mendia se convirtió en vicelehendakari segunda y consejera de Trabajo y Empleo. Y sus compañeros Iñaki Arriola y Javier Hurtado asumieron los departamentos de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes y de Turismo, Comercio y Consumo. Durante la campaña, el PSE ha presumido de gestión, ha incidido en que no ha habido problemas en las áreas que han liderado, a diferencia del cuestionamiento de los consejeros del PNV. La erosión de Osakidetza, la sanidad pública vasca, en manos de los jeltzales, se ha situado en el centro del debate público.
Es evidente que si tenemos una tendencia contraria al de nuestro socio nos ayuda. Siempre sería bueno para nosotros", apuntan en el círculo de Andueza
En la dirección prefieren no adelantar si demandarán una cuarta cartera al PNV, en caso de que se reedite la coalición. "Estamos centrados en acabar la campaña y ver los resultados", repiten. Pero no ocultan que si los números les son favorables el domingo, el precio de su apoyo subirá.
"Es evidente que si tenemos una tendencia contraria al de nuestro socio nos ayuda. Siempre sería bueno para nosotros. Si ellos bajan y nosotros subimos o nos mantenemos o justo gracias a nosotros se clava la mayoría absoluta, es un escenario positivo. Si en cambio mantuviéramos nuestros 10 escaños y el PNV subiera, ya no sería lo mismo", analizan fuentes próximas al candidato. La tendencia de los nacionalistas vascos, según las encuestas, ha sido a la baja, por una línea estable o ligeramente al alza del PSE.
La duda es si el giro de la campaña de esta última semana cambiará significativamente las proyecciones publicadas antes del apagón demoscópico. El candidato de Bildu, Pello Otxandiano, se negó el lunes en una entrevista en la SER a condenar la violencia de ETA y rehusó calificarla como organización terrorista. Sus palabras encendieron la polémica. Tensaron la recta final de una campaña, hasta entonces, bastante "mortecina", como reconocen los socialistas. E hicieron que el 21-A resonara en Madrid. Andueza ha sido todos estos meses extremadamente combativo con la coalición independentista, y más en los últimos días. A favor de su discurso remó este jueves Sánchez desde Bruselas, que mostró su censura al intento de disculpas expresado por Otxandiano horas antes: "Yo creo que las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y ETA no fue una organización armada, como tampoco fue un movimiento de liberación nacional, como dijo el señor [José María] Aznar en su momento. Fue una banda terrorista que fue derrotada por la democracia española". "Evidentemente no" entiende suficientes las excusas del cabeza de cartel de Bildu.
La duda es si el giro de la campaña en esta semana, con la entrevista en la SER de Otxandiano, cambiará las últimas proyecciones
"Lo ocurrido esta semana quizá no cambie las tendencias, pero sí puede abrir los ojos a algunos votantes. Pero puede que los números que veamos el domingo respondan más al hecho de que los votantes de Bildu estaban muy movilizados y, en cambio, los del PNV o los nuestros se han ido incorporando al final de la campaña —prevén en el equipo de Andueza—. Lo previsible es que el PNV amortigüe la ventaja de Bildu y nosotros también crezcamos". Los socialistas creen que es muy significativo el dato de audiencia del debate del pasado martes en ETB2 —el canal de la radiotelevisión pública vasca en castellano—, con los cabezas de cartel de PNV, Bildu, PSE, PP, Sumar, Elkarrekin Podemos y Vox: obtuvo un share del 19,4%, líder de la noche.
La participación también será determinante
También será clave el 21-A el dato de participación. En 2020, en plena pandemia, la movilización solo alcanzó el 50,78%. Ahora se espera sensiblemente más alta. Buena parte de la partida se librará en Álava, donde se reparten los mismos 25 diputados que en Gipuzkoa y Bizkaia, pero con un número de electores mucho menor: 261.623, por lo que el coste del escaño es mucho menor. Álava es el territorio donde la pugna está más ajustada entre Bildu, PNV, PSE y PP, porque está claro que Bizkaia (945.874 votantes) caerá para los jeltzales y Gipuzkoa (587.709 electores), para la coalición soberanista de Arnaldo Otegi.
Andueza ha intensificado los llamamientos a los votantes del PSOE, a los "decepcionados" con el PNV y a los que están "hartos" de las peleas entre Sumar y Podemos
En el aparato del PSE avanzan que, según sus trackings internos, les está yendo mejor la última semana de campaña y que mejorarían sus resultados respecto a 2020. Una participación alta creen que les favorecería. Por eso en los últimos días Andueza está llamando a los votantes que apostaron por Pedro Sánchez en las generales del 23-J —comicios que ganó el PSOE, contra pronóstico— y a los "decepcionados" con el PNV. Y por eso se reivindica como la izquierda "útil" frente a Sumar y Elkarrekin Podemos y se dirige a los electores de ambas formaciones que están "hartos de ver" cómo los dos "se dedican a pelearse entre sí".
El PSE es la opción más "completa", dijo este jueves Andueza durante su penúltimo mitin de campaña, este en su localidad natal, Eibar (Gipuzkoa) y con el candidato del PSC en las catalanas del 12-M, Salvador Illa. Al PNV, aseguró, "le falla la pata de lo social" y a Bildu, la de la "pluralidad", por lo que aunque saquen "magníficos resultados" nunca podrán gobernar "para todos los vascos". Si el PNV se vio "desbordado por una pandemia y una crisis", la izquierda abertzale "dejó Gipuzkoa como un trapo cuando tuvo la posibilidad de gobernar", aseguró, por lo que el PSE-EE es el partido que garantiza "una buena gestión y no entrar en aventuras", informa EFE. Andueza también se dirigió a los votantes socialistas, para que "no se queden en casa", ya que la abstención solo ayuda a los nacionalistas, que son los que tienen un electorado más afianzado.
En juego está este 21-A una mayoría absoluta que se conseguirá, dicen en el círculo del candidato socialista, si se confirma su buen desempeño en las urnas y si el PNV logra revertir "la atonía entre los suyos". A priori, no se vislumbra otra mayoría de gobierno distinta a la que ha liderado Euskadi en los últimos ocho años. La alianza de nacionalistas vascos y socialistas. Pero puede que esta vez el equilibrio entre ambos cambie. Los de Andueza creen que será a su favor.
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