En el PNV respiran tranquilos, aliviados. El anuncio de Pedro Sánchez de que continuará al frente del Gobierno ha despejado la inquietud que sobrevolaba los despachos de Sabin Etxea. En la formación que lidera Andoni Ortuzar se había instalado en los últimos días la percepción de que el presidente del Gobierno abandonaría el Ejecutivo o buscaría alguna fórmula que precipitase un cambio profundo en la actual legislatura. Una situación que pondría en peligro o dejaría en el aire el cumplimiento de los compromisos que Sánchez tiene firmados y pendientes de cumplir con el PNV.
Ayer algunos de sus dirigentes no podían esconder cierto malestar. El proceso de “reflexión” de cinco días que ha revolucionado el tablero y pulso político en España no se ha entendido en el PNV. “Es un hecho insólito”, dijo ayer Aitor Esteban. “Para tomar una decisión de este tipo no hacen falta cinco días”, ha venido repitiendo Ortuzar en los últimos días. En una primera valoración Esteban también aseguró que tras “volver a la posición anterior” es hora de “volver a trabajar”.
Pero el miedo del PNV no ha pasado del todo. El temor está ahora situado en el 12 de mayo próximo, en las elecciones autonómicas de Cataluña. El pulso entre Junts y ERC no gusta a los jeltzales que ven en él un foco de confrontación que puede tener consecuencias en la estabilidad a nivel nacional y, por ende, en la continuidad de la legislatura. La opción de que en otoño el escenario político nacional aboque a una convocatoria electoral no es una tesis descartada entre los nacionalistas.
En las elecciones del 12-M el PNV apuesta por Junts, su recuperado aliado, pero es consciente de que sus posibilidades para gobernar son muy escasas, casi nulas. Ortuzar teme que los resultados puedan abrir una batalla entre las formaciones de Puigdemont y Junqueras y que las “chispas” que puedan surgir puedan provocar un “incendio” en Madrid. Así lo aseguró a este diario el propio Ortuzar. El temor es que la ‘guerra’ Junts-ERC pueda poner en peligro incluso la aprobación de los presupuestos generales del Estado de 2025 y con ello la viabilidad de la legislatura.
Compromisos por cumplir
El PNV sabe que sin presupuestos estará agotada y con ella la garantía de cumplimiento de los compromisos por los que apoyó la investidura de Pedro Sánchez. En noviembre del año pasado el propio Ortuzar y Sánchez rubricaron el acuerdo por el que los diputados del PNV le apoyarían a cambio de una serie de compromisos. El más relevante es el referido a la “actualización y ampliación y el reconocimiento nacional de Euskadi” en un nuevo estatus vasco. Y todo en un plazo máximo de año y medio.
Es un compromiso que se debe cumplir de modo paralelo en Madrid y en Euskadi. De hecho, el PNV inició ayer los contactos con los socialistas vascos para reeditar el acuerdo de coalición en el que se apoyará el próximo Gobierno vasco que liderará Imanol Pradales. En pactos anteriores, el PSE ha pactado como discrepancia las cuestiones vinculadas con el autogobierno, el soberanismo o la revisión o actualización de un nuevo encaje territorial para Euskadi. Sin embargo, en esta ocasión el acuerdo de investidura -en vigor desde el pasado 10 de noviembre- podría condicionar su compromiso.
En aquel documento además de comprometerse a completar el desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika de 1979, incluida la cesión del régimen económico de la Seguridad Social, el PSOE accedió a negociar “de buena fe” para sacar adelante un acuerdo que sería ratificado primero en la Cámara vasca y después en las Cortes Generales.
Críticas de ERC y Junts
Todo en un plazo “orientativo” de año y medio a partir del inicio de la próximo legislatura vasca, prevista para junio próximo. En la negociación comprometida se incluirían cuestiones delicadas para el PSE como el reconocimiento nacional de Euskadi, la salvaguarda de las competencias vascas, la aprobación de un “sistema de garantías basado en la bilateralidad y la foralidad”.
Pero los nacionalistas aún no las tiene todas consigo. Saben que el Ejecutivo Sánchez tiene un suelo frágil de apoyos y que cualquier circunstancia podría hacerlo tambalear. Sin duda el pulso electoral y de liderazgos en Cataluña que libran ERC y Junts es el frente más delicado. Se escenificó ayer, tras el anuncio de Sánchez de que continuará. A través de las redes sociales el diputado y portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián no dudó en mostrarse crítico con Sánchez por el movimiento hecho estos días. Aseguró que de haberse ido hubiera escenificado no “una dimisión, sino una rendición” y que si ahora opta por continuar y no hace nada “habrá sido un acto de frivolidad y no algo de verdad”.
Desde Junts, sus dirigentes lanzaron al unísono un mensaje contra Sánchez: “Contra las mentiras de Pedro Sánchez, contra el intento de españolización, ¡Respuesta catalana! ¡El 12-M llenemos las urnas!”.
El propio presidente Aragonés aseguró ayer que los cinco días de reflexión de Pedro Sánchez han sido un "acto de campaña" y que si no hubiera elecciones el próximo día 12 den Cataluña "no se hubieran producido. ERC denunció ayer ante la Junta Electoral Central (JEC) la entrevista que Sánchez anunció en RTVE y que solicitó prohibir al considerarla un acto de “autopromoción” y de electoralismo ante las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo.
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