El PSC puede morir de éxito este domingo. Hay un consenso generalizado entre todas las encuestas publicadas hasta el cierre del plazo legal el pasado lunes: Salvador Illa y el PSC serán los ganadores de la noche. Con un incremento considerable en porcentaje y en diputados regionales, de 23% a un 28% del voto de media, y de 33 a unos 40-41 parlamentarios. Pero hay un riesgo claro de bloqueo y de que ningún pacto termine de ser viable tras el 12-M: ni de izquierdas plural, ni entre independentistas.
Illa ya ha mostrado sus cartas y ve posible tres fórmulas de gobierno: de tecnócratas, de coalición y de los socialistas en solitario. Tres que requieren sí o sí del plácet de Esquerra Republicana y de Comuns Sumar, la nueva marca de los comunes. El problema que se le presenta al candidato del PSC es que ese crecimiento estimado sobre el papel, puede costarle la viabilidad de pactos ante el riesgo anunciado de una bajada considerable de los republicanos y de la izquierda confederal. Ya hay un precedente de ello: el Parlament saliente de las urnas en 1999.
Ese año la candidatura de Pasqual Maragall sumó 52 diputados regionales con alianzas con Iniciativa por Catalunya Verdes (ICV) en Girona, Lleida y Tarragona, y acudiendo en solitario en Barcelona ambos partidos. Cabe destacar esta excepción que ahora no se produce. Eso le permitió aglutinar y transformar más voto en escaños. Ahora bien, de la misma forma se priorizó el reparto de restos entre las otras candidaturas que, quizá con el espacio que ahora han heredado los comunes, podría haberles permitido añadir un cargo extra determinante. Afectó, además, que IU-EUiA fuese por separado. No entró. Por otro lado, ERC perdió un parlamentario de sus trece cosechados en 1995, que con un 9,49% venía de ser el mejor resultado de su historia democrática. Se bajó a doce escaños (8,67%). Posteriormente superaría récords.
Eso, con ese gran saco de votos aglutinado, impidió alcanzar la suma de 68 de los 135 integrantes de la Cámara catalana que dan la mayoría absoluta. Se alcanzó 67. CiU, ganador con 56 nombres obtenidos, recibió la contraprestación del PP, con 12, por hacer presidente a José María Aznar con el Pacto del Majestic tres años antes y Jordi Pujol se convirtió nuevamente en president por sexta y última vez. Un gobierno en solitario, eso sí. Aunque los roces no tardaron en llegar en los primeros plenos del mandato.
Los comunes temen que un trasvase alto de sus votos impida sumar a la izquierda en Cataluña
Ahora, entre sectores de los comunes hay un temor similar en estos últimos días de campaña, según ha podido saber El Independiente, de que se produzca tal trasvase de votos hacia Illa, tanto propios como ajenos de ERC, que pueda dejar en un limbo a la izquierda y le impida cerrar la etapa del procés definitivamente. ¿Qué datos hay disponibles? Como publicó este medio, el PSC puede aspirar a añadir alrededor de 471.000 nuevos votos, especialmente a cuenta del aumento de la participación [cuatro de cada diez catalanes no votaron en 2021] por anteriores abstencionistas. Pero en el caso de los comunes y ERC, se llevaría aproximadamente un tercio del voto de los primeros y un 10% de los segundos. Afecta menos a los de Pere Aragonès que, sin embargo, compite con Carles Puigdemont y están perdiendo notable capas de apoyo secesionista. Dos de cada diez papeletas, al menos.
"Para nosotros lo fundamental es que haya mayoría para un Gobierno progresista" en Cataluña, comentan fuentes de los comunes. Que, pese a todo, instan a esperar a ver el escrutinio definitivo de la noche electoral. Y es que determinan que el escenario es incierto, más cuando "unos sondeos nos dan más que otros" sin llegar a determinar. Se mueven, de acuerdo a las encuestas finales del lunes, entre los cuatro y seis cargos, de los ocho actuales. No niegan que "pueda haber un efecto de mayor concentración de voto" en el PSC "no intencionado" en esta recta final de la campaña. Algo que, en parte, atribuyen a la carta y al periodo de reflexión de Pedro Sánchez para valorar si seguir o no en la presidencia del Gobierno. Lo cierto es que eso no se ha apreciado demoscópicamente de manera oficial.
Ponen precio a sus votos
De ser decisivos para una mayoría absoluta del PSC con ERC, los comunes dejan ya patente cuál será el precio a pagar por Illa. Entre otras, reivindican condiciones como que se priorice la Vivienda en la siguiente legislatura o que se cree un impuesto contra la especulación. Que no se ceda fácilmente a la patronal inmobiliaria, apuntó la candidata Jessica Albiach hace unos días en un acto de campaña en Tarragona. El partido, además, aboga por la regularización de los alquileres en relación al acceso de los jóvenes o por el turismo, y la construcción de pisos para su alquiler público. En el mejor de los casos para ellos, ese respaldo pasaría por asegurarse el control de esas competencias.
Son conscientes de que en el momento actual, lo que "está en riesgo" es "nuestra supervivencia", y por ella han peleado estos días. "Sabemos que generaría mucha tranquilidad en ciertos sectores económicos de Cataluña", que "añoran" tiempos pasados. No advierten cuáles. Pero ello, les sirve para hilar un argumento contrario a la aglutinación de ese voto de izquierdas en Illa. "Nuestra conclusión tras muchos años es que los socialistas siempre ceden" a poderes externos, "y tiene que haber una fuerza que te lleve". Es algo que tildan de "lógico", con todo, al ser conscientes de la tradición de cada uno de los partidos. "Lo que honestamente estamos haciendo es pedir a la gente que nos de su apoyo para poder seguir" supervisando, reclaman desde el partido.
Las sumas aproximadas a las que aspira el espacio progresista van de los 60 escaños como mínimo en el peor escenario, con las horquillas más bajas del PSC, con 37, ERC, 21, y los comunes, dos; a los 79 de máximo, con 42, 30 y siete cargos públicos respectivamente. La media, no obstante, da al PSC 41, 25 a ERC y seis diputados, en total 72 que sí dan por viable el gobierno de Illa. Los trackings externos que GESOP está publicando mediante The Adelaide Review [ver aquí], rebajan el peso de ambos socios potenciales del PSC. Más difícil será la gobernabilidad de Junts y ERC, la media de encuestas le dio al cierre 63 junto a los 5 de la CUP. Pero ni las relaciones con los republicanos son buenas, ni Puigdemont está dispuesto a una negociación con los antisistema.
Caso práctico con los datos de 2021
Tomando en cuenta que Illa podría arrastrar un tercio de votos de los comunes en estas elecciones, El Independiente ha procedido a simular bajo las directrices de la Ley D'Hondt qué hubiese pasado en la anterior campaña si los comunes hubiesen tenido un tercio extra de voto. Esta cifra se le ha restado al PSC como partido receptor de acuerdo a la tendencia actual. Y los datos que arrojan son interesantes y validan el argumento de que el voto útil no siempre se termina materializando en escaños.
Se ha tomado como muestra el resultado en la circunscripción de Barcelona, donde ambas formaciones lograron la mayor parte de sus votos. El PSC consiguió 531.657 votos y 23 escaños de los 33 totales. Los comunes siete de sus ocho, y 164.755 papeletas. A ese más de medio millón se le ha restado 83.377 votos, que sería el número derivado como tercio del resultado de los comunes [el tercio de 247.131 es 164.755]. Los socialistas perderían la primera plaza frente a ERC, que acumuló 433.356. Pero en conjunto, saldría más a cuenta en términos de suma total.
Si el balance de 2021 es de 30 escaños entre PSC y comunes, añadidos a los 19 de ERC; bajo la simulación sería de 20-11 parlamentarios. Se conseguirían cuatro extras para los comunes con la pérdida de tres socialistas, añadiendo uno más a la asociación, con 31 escaños totales. Con un escenario apretado como el actual, podría ser decisivo. Frente a ello, el llamamiento del PSC es a concentrar el mayor voto posible de moderados y progresistas.
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