Difícilmente serviría para postularse para una sesión de investidura, porque supondría espoliar mucho más al votante más independentista de ERC y frenar posibles saltos a Aliança Catalana. Pero ganar a Salvador Illa en 'sus elecciones' [al menos en escaños], las que le dan capacidad de sumar una mayoría alternativa al independentismo, sería un golpe de efecto considerable. Sobre todo, a las puertas de poder volver a España con la amnistía a punto de ser refrendada definitivamente y pasar al BOE.
Las encuestas que se están publicando desde el extranjero, como la de GESOP para Adelaide Review [ver el último sondeo aquí], dan al PSC y a Junts una bajada conjunta mientras que ERC parece haberse recuperado algo. Sitúan a los neoconvergentes a cinco puntos de diferencia en favor de los socialistas, la horquilla máxima de Junts y la mínima del PSC dejan a Puigdemont y a Illa a dos o cuatro escaños de distancia, por lo que si a la izquierda ERC y los comunes retuviesen voto y Junts ganase peso entre ex abstencionistas y siguiera incidiendo en el público soberanista de ERC y Aliança, se podrían dar esos extremos.
Clave para ello, serían las provincias de Girona y Lleida, donde el independentismo prima en unos territorios de ciudades medias y pueblos pequeños. El PSC consigue, en cambio, el grueso de sus apoyos en Barcelona y, después, en Tarragona. Illa ha intentado rascar apoyos estos días atrás, participando en mítines con José Luis Rodríguez Zapatero.
El propio Puigdemont aspira a ese escenario de aproximación a Illa que, por otro lado, permita abrir las negociaciones en el ámbito secesionista que, ahora, no sumaría. Clave sigue siendo la fuerza anti islamista y xenófoba de Silvia Orriols, a la que tanto Junts como ERC y la CUP se han comprometido a no abrirse a negociar. El líder de facto de Junts, que está teledirigiendo la campaña de los suyos desde Francia, y delegando la intervención en los debates en su segundo en las listas, Josep Rull, así lo ha mencionado en una entrevista reciente, de este viernes, en ElNacional.cat.
Consciente de un recorte de distancias que se inició durante la semana pasada y los días previos, Puigdemont afirma ver la tendencia al alza como "una señal de victoria" que deberá, no obstante, comprobarse a finales de la noche de este domingo. Hay que destacar que, pese a ser ascendente, algunos sondeos publicados en el mismo periodo dan cotas más bajas que no permiten ver uniformidad por completo.
El expresident, cuyo compromiso electoral es dejar la política si no recupera el cargo, partió a la competencia con Illa, asentado en el cierre del periodo de encuestas oficiales entre los 39 y 41 diputados regionales, con entre 32 y 33 representantes de media. En esa posición se mantuvo durante la semana preelectoral y la primera semana de campaña. Venía desde las elecciones de 2021 y el año pasado de moverse en los 28 de media hasta que los partidos entraron en modo campaña. En cuanto al porcentaje, Junts se situaba en los 20 puntos de atribución de votos, un 1,5% más que ERC, quien en los anteriores comicios le superó por 1,2% del sufragio y un cargo: 33 vs. 32.
El elevado número de indecisos en la campaña pueden inclinar la balanza en favor del independentismo o de un pacto alternativo
Le conseguía sorpasar ligeramente, pero el perfil intermedio de los republicanos, entre el independentismo y las propuestas sociales de izquierda, ha conllevado un trasvase electoral de casi el 20% de electores a Puigdemont. Especialmente, ese votante soberanista convencido, que apuesta por un gobierno de esa adjetivación frente a uno de Illa facilitado por los suyos y que esté 'al servicio' de Madrid y Moncloa. Se une alrededor de un 15% de indecisos con Pere Aragonès. Que o bien pueden ir a Illa o a Puigdemont.
Con 33 parlamentarios virtuales ha resistido el líder independentista durante el grueso de la campaña. Y ha ascendido otro punto y medio, hasta el 21,5% de media. Lejos aún de un Illa con 40 de media y por encima del 28%. En la recta final, y hasta donde han podido leer los estudios, Puigdemont, en el mejor de los casos, Junts se haría con 37 representantes. La media de las principales encuestas le da 35. Y ello, tras un mayor descenso de ERC, que pasa de unos 26 a unos 21-23 cargos atribuido.
Puigdemont agita el duelo con Illa
Al cierre de campaña de Junts de este viernes en las antiguas escuelas de Elna (Francia), Puigdemont alentó a la "remontada" y a competir "codo a codo" y "cuerpo a cuerpo" con Illa por ganarle en las urnas. Se vio con capacidad para ello y alertó: "¡Señores de Madrid, preparaos, porque ya vamos!". Fue más allá: "Por más encargados que nos envíen, por más hombres de negro que vengáis y nos enviéis aquí, por más gobernadores civiles que pongáis al frente de nuestras instituciones no podréis evitar que volvamos. Volveremos, porque no queremos tener que irnos nunca más".
El candidato de Junts determinó que "el momento de volver ha llegado y es este domingo". Y a los dudosos independentistas les envió un mensaje aupándose como el mejor voto útil: "Nos lo jugamos todo ahora. Es mejor ir a votar con un poco de incomodidad que no condenar a Cataluña a cuatro años de incomodidad con un gobierno que mire a la Moncloa". Si bien puede haber capacidad de competir con Illa por la primera plaza, también hay riesgo de que la suma independentista no dé.
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