No será fácil. Ni rápido. Y tampoco es seguro. Pero es el camino que los socialistas van a explorar para lograr que Salvador Illa sea investido president de la Generalitat. Intentar que ERC, pese a haber sufrido una debacle descomunal, acceda a apoyar su elección, porque "no hay otra suma posible", porque el resultado de las elecciones del 12-M ha sido "incontestable". Saben que la formación de Oriol Junqueras, ahora en proceso de implosión, es impredecible, pero entienden que exponerse a una repetición de las autonómicas sería un "suicidio". La única receta que cabe ahora mismo aplicar es la de la calma. Que asimile su derrota, coinciden en Ferraz y en la cúpula del partido hermano, porque "necesita tiempo para digerir sus resultados".
La noche del 12-M arrojó un resultado histórico para el PSC —su primera victoria en votos y escaños, primera vez que las formaciones independentistas (antes, nacionalistas) no logran mayoría absoluta desde 1984— que, para el partido y para Ferraz, no tiene vuelta de hoja: Illa es "el único con opciones reales de ser president", como verbalizaba este lunes la portavoz del PSOE, Esther Peña. Así que si no él no sale investido, habrá segundos comicios en octubre.
El PSC advierte de que no investirá bajo ningún concepto a Puigdemont. "Había que cortar el debate. No vamos a hacer el indio", señalan en el equipo del primer secretario
Porque la alternativa que sí que está descartada es la que ayer demandaba Carles Puigdemont: presionó a ERC para retejer el pacto independentista. Pero aun con el apoyo de los 20 diputados republicanos y los cuatro de la CUP, el expresident (35) no saldría elegido: necesitaría la abstención del PSC. Una puerta que la portavoz de la dirección de Illa, Núria Parlon, se encargó de cerrar rápidamente: "No daremos apoyo a la investidura de Puigdemont, la ciudadanía ha hablado claro y el independentismo en este momento no tiene una mayoría legítima como para reclamar este Govern encabezado por Carles Puigdemont. Esto le tiene que quedar muy claro a Puigdemont, aunque nos amenace con bloquear la gobernabilidad en España".
En el PSC y en el PSOE la unanimidad es firme: los socialistas no investirán al líder de Junts. Bajo ningún concepto. El PSC se reivindica como fuerza ganadora del 12-M, con siete escaños, más de seis puntos y casi 200.000 papeletas de ventaja sobre los posconvergentes. "Nosotros no podríamos cederle la Presidencia. En todo caso, sería con Illa de president y ellos en el Gobierno. Pero de aquí se sale con Illa como president o repetición con mejor resultado para Illa, cosa que todos saben", concluye un cargo próximo al primer secretario. "Había que cortar ese debate, y Núria lo ha hecho. No vamos a hacer el indio. El PSC ha ganado claramente, pide que se escuche a las urnas y los independentistas no tienen mayoría", señala un integrante de la cúpula socialista catalana.
Descartada la vía irreal planteada por Puigdemont —y aventada por el PP—, la opción en la que se volcará el PSC es la de convencer a ERC. Illa no ha descartado un tripartito con los republicanos y los comunes, pero si los primeros, como dijo Pere Aragonès, quieren pasar a la oposición, sería posible un apoyo para la investidura. El president en funciones anunció este lunes que dimite, que sale de la primera línea de la política y que ni siquiera recogerá su acta de diputado. Y recalcó que su partido no facilitará la elección del candidato socialista, aunque al tiempo aseguró que el paso de su partido a la oposición será un "elemento de desbloqueo".
"Muchas soluciones y recetas"
PSOE y PSC creen que la reacción de ERC es comprensible por su necesidad de duelo, de absorber el shock de su enorme descalabro, al perder de una tacada 13 escaños —de 33 a 20—, 178.000 papeletas y 7,61 puntos. Pero los dos partidos lanzaron guiños de forma clara a los republicanos. Parlon, en Barcelona, defendió que su formación siempre ha reivindicado los pactos con los partidos progresistas "porque es la mejor forma de transformar el país". En la misma longitud de onda, Peña, en Madrid, subrayó que a los socialistas les unen "muchas soluciones y recetas" con ERC para "mejorar la vida de los catalanes". Por eso se mostró convencida de que será posible trabar un acuerdo con los de Oriol Junqueras. "ERC jugará un papel determinante en ese diálogo", manifestó la portavoz de Sánchez.
En una repetición de los comicios, ERC lo acabaría pagando más. Para ellos es cierto que es susto o muerte", reconoce un miembro de la cúpula federal
La propia Peña remarcó una palabra que no dejan de utilizar sus compañeros en Ferraz y en el PSC: ahora hace falta "calma". Todos los partidos se embarcan ya, sin solución de continuidad, en la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio, que arranca de manera oficial el 24 de mayo. Y hay que dejar a ERC respirar, resumen. "Debemos dejarles que reposen sus resultados. El impacto de estas elecciones es tan tremendo para ERC que tienen mucho que reformular", indica una fuente de Ferraz. "Hay que tener en cuenta que el mensaje lo ha pronunciado alguien que se va [Aragonès]. A ver quién pilota a partir de ahora las negociaciones. Un lunes después de elecciones, todos los escenarios están abiertos", asegura otra.
"En una repetición de los comicios, ERC lo acabaría pagando más. Para ellos es cierto que es susto o muerte", opina un miembro de la cúpula federal, que vio a Sánchez "muy feliz" por los resultados del 12-M, y que comparte el análisis de que hay que "dar tiempo" a los republicanos para que asimilen su derrota. En la sede también advierten del frío que ERC puede pasar en la oposición, y que la pérdida de muchos cargos que ahora están trabajando en la Generalitat puede ser un incentivo para entenderse con sus enemigos del PSC. Sánchez vino a expresar a los suyos, no obstante, que hay que disfrutar de la victoria, no quemar pantallas, e incidir en que su política de diálogo, tan contestada por la derecha, ha surtido efecto y ha abatido al independentismo. "Teníamos razón", les dijo, subrayando el poder "sanador" de la estrategia del perdón, de la amnistía.
Para un mando de la ejecutiva de Illa, "todo el mundo tiene que digerir los resultados. Por medio hay europeas, habrá sobreactuación. Estamos al principio de todo o nada. Paciencia"
Las conversaciones, ya lo subrayó ayer lunes Peña, las conducirá en exclusiva Illa, en quien Sánchez tiene plena "confianza". Fuentes muy próximas al primer secretario reconocen que el primer escenario, el que consideran más probable por ahora, es el de que ERC acabe cediendo tras un traumático proceso de reflexión. "No creemos que vayamos a segundas elecciones", señalan estas fuentes de primer nivel que, no obstante, piden esperar.
De hecho, la prudencia es el sentimiento que impera en las alturas del PSC, se pregunte a quien se pregunte. "Ahora mismo, no saben ni ellos mismos en ERC qué acabarán haciendo", señala un veterano dirigente de la cúpula del partido hermano que conoce bien a los de Junqueras. "No olvidemos que aquí no hay alternativa a Illa, así que toca esperar. Todo es muy reciente todo el mundo tiene que digerir qué ha pasado. Nosotros también, por la responsabilidad que tenemos con los que han votado, pero es verdad que somos los que menos", manifiesta otro integrante de la dirección. "Hay que digerir el resultado y se necesita tiempo —indica otro cargo público relevante, en referencia a ERC—. También hay que ver si hay movimientos en Junts, porque tendrá debate sobre qué hacer". "Ahora mismo, todo el mundo tiene que digerir los resultados. Por medio hay europeas, habrá sobreactuación. En fin, estamos al principio de todo o nada. Paciencia", remata un mando del equipo de Illa. "Están en un debate interno e intenso", glosa un importante alcalde.
Sin liderazgo claro en ERC
La opinión, por tanto, es bastante coincidente. En el PSC esperan que ERC dé su brazo a torcer, pero costará tiempo y será doloroso. El análisis compartido con el PSOE es que los republicanos no tienen alicientes para acudir a una nueva convocatoria en octubre: sería un "suicidio" para ellos, observan, porque lo probable es que la polarización entre Illa y Puigdemont se acentúe, por lo que los de Junqueras quedarían más aún fuera de juego y se desangrarían más. Y no disponen de un candidato claro, además. Aragonès ya no repetiría y el líder del partido, el propio Junqueras, un dirigente más carismático, podría seguir inhabilitado en la repetición de los comicios. Es el Supremo el que, una vez aprobada y entrada en vigor la ley de amnistía, debe levantarle la condena que le queda, pero es probable que los magistrados presenten una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la UE, por lo que el proceso se paralizaría hasta que no se resuelva.
La prioridad para el PSC es controlar la Mesa del Parlament, y por el momento no cuenta con ceder la presidencia a ninguno de sus potenciales aliados, según indican en el círculo de Illa
Los socialistas, no obstante, no descartan que pueda haber segundas elecciones. "ERC es un partido inestable por naturaleza y más ahora sin liderazgo. No les conviene pero con ellos nunca se sabe", recuerda un diputado del PSC en el Congreso. "Me puedo imaginar que ellos estarán ahora más desorientados que en la campaña. Mirando de reojo a quién le va a crujir la crisis interna", comenta un integrante de la dirección de Illa. "No sabemos qué va a pasar. A ver cómo evoluciona todo", apunta otra dirigente muy próxima al primer secretario". Nadie tiene certezas, precisamente por el carácter impredecible de ERC, que ahora se agudiza por la debacle en las urnas y la marcha de Aragonès, que abrirá, estiman en el PSC, la caja de los truenos interna.
La primera pista del estado de las conversaciones con los grupos la dará la constitución de la Mesa del Parlament, que como máximo debe celebrarse el lunes 10 de junio, justo en la jornada posterior a las elecciones europeas. El PSC, por ahora, no cuenta con ceder la presidencia a ninguno de sus posibles aliados, según confirman a este diario desde el círculo más próximo a Illa. La prioridad del partido es garantizarse el control del órgano de gobierno de la Cámara autonómica, para ahorrarse sustos durante la legislatura, ya que los independentistas habían utilizado su mayoría en la Mesa para aceptar la tramitación de iniciativas soberanistas que luego el Tribunal Constitucional frenaba por contravenir la Carta Magna. Parlon no descartó acuerdos a varias bandas y transversales —con todos, menos con Vox y Aliança Catalana, los dos partidos de extrema derecha—, por lo que el PSC no rechaza entendimientos puntuales con el PP, como por ejemplo para la Mesa.
Illa nombró este lunes una comisión negociadora, encabezada por su viceprimera secretaria y jefa de campaña, Lluïsa Moret, pero todavía no está definida la estrategia ni han comenzado los contactos con los grupos, según indicaron a este diario dos de sus miembros. Será en las próximas semanas cuando se irán decantando los apoyos. No se descarta que la investidura se pueda resolver in extremis, justo antes de que el Parlament se disuelva para ir rumbo a nuevas elecciones. La primera sesión de investidura ha de celebrarse, como máximo, el 25 de junio, en los 10 días hábiles posteriores a la constitución de la Cámara. Si un candidato no sale investido a la primera, entonces se pone en marcha un contador de dos meses en el que caben nuevos intentos para elegir president. Ese plazo se agotaría, pues, el 25 de agosto. Si ese día no hay nuevo jefe del Govern, el Parlament se disolvería y los nuevos comicios se celebrarían a los 47 días (y no a los 54, al tratarse de una repetición). Esto es, y si se agotasen todos los plazos, a mediados de octubre.
El PSOE espera cuadrar el círculo: que Illa logre ser 'president' y a la vez que no afecte a la gobernabilidad del país, porque no hay incentivos para tumbar a Sánchez
El camino hacia la investidura de Illa, si es que finalmente prospera, acaba de arrancar. Y, en el horizonte, muchas incertidumbres. Pero los socialistas esperan que los nubarrones vayan despejándose porque "no hay alternativa" al primer secretario del PSC y unos nuevos comicios pueden ser letales para una ERC ya tremendamente debilitada tras el 12-M. En Madrid, entretanto, esperan cuadrar el círculo: que Illa sea president y que no afecte a la gobernabilidad en España, porque el PSOE firmó sus acuerdos de investidura con distintas fuerzas, también con ERC y Junts, y esos acuerdos los "cumple", y no tiene "duda de que el resto hará lo mismo". Y si en Barcelona no hay alternativa al primer secretario del PSC, en el Congreso, aseguraba Peña, tampoco "la hay" a Sánchez, porque los socios no tienen incentivos para tumbarle. Que PSOE y PSC consigan sus objetivos todavía está en el aire.
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