Estaba claro desde la noche del domingo. Y también en las horas siguientes: el PSC no hará president a Carles Puigdemont. Pero el líder de Junts no se ha dado por vencido y el PP sigue calentando la especulación de que Pedro Sánchez, para salvar la Moncloa, sacrifique a Salvador Illa. Este viernes, el jefe del Ejecutivo cortó de cuajo esa posibilidad: está "completamente descartado" que los socialistas den su apoyo a Puigdemont. "No le dan los números" para ser elegido.
Lo manifestó Sánchez en una entrevista en Al rojo vivo (La Sexta) este viernes, la primera tras las elecciones catalanas del 12 de mayo y en la que además adelantó que no será el próximo martes, día 21, cuando su Gobierno reconozca el Estado palestino —sí será muy pronto, aunque no precisó fecha—, y en la que, desandando sus últimos pasos, aseguró que su Ejecutivo no es partidario de rebajar las mayorías para forzar la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Para Sánchez, el 12-M ha mostrado que el separatismo no tiene ya mayoría, que ha ganado la opción que apuesta por la "convivencia", que hay una mayoría progresista con 68 escaños y que PP y Vox siguen siendo "minoritarios"
El presidente fue especialmente duro con el expresident de la Generalitat, y prácticamente le enseñó la puerta de salida. Que el PSC, con su voto a favor o su abstención, pueda facilitar la investidura de Puigdemont "está completamente descartado". "Del pasado 12-M hay varias lecturas que son indiscutibles", expuso. Uno, que el independentismo, por primera vez desde 1984, "no sumó la mayoría parlamentaria". Dos, que la fuerza ganadora de los comicios, el PSC de Salvador Illa, "es una opción que ha apostado claramente por el entendimiento, por el acuerdo, por la convivencia". Tres, que hay una "opción progresista mayoritaria", la de PSC, ERC y comunes, que reúne 68 escaños. Y cuatro, que el PP de Alberto Núñez Feijóo y Vox "continúan siendo minoritarios".
A partir de ahí, Sánchez tejió una comparación entre Puigdemont y Feijóo. Ambos se encuentran, dijo, "en una situación muy parecida". Recordó que el líder de los populares ganó en las generales del 23-J, pero no tenía mayoría parlamentaria para ser elegido presidente, mientras que Puigdemont quería ser primera fuerza y disponer de una mayoría soberanista en el nuevo Parlament, y "no ha logrado ni una cosa ni la otra". "Por tanto, le costará más o menos tiempo, pero al final la realidad es la realidad y es que no le dan los números para ser elegido presidente —concluyó—. Tiene que asumir la realidad y es que no hay una mayoría independentista en el Parlament y que, por tanto, todos los caminos conducen al mismo protagonista, que es el ganador de las elecciones, Salvador Illa".
Cataluña, bandera para las europeas
El jefe del Ejecutivo incidió en que no teme que los posconvergentes le retiren el apoyo de sus siete diputados en el Congreso. Primero, sostuvo que el PSOE cuenta con una "mayoría parlamentaria amplia" para sacar adelante iniciativas. Es una verdad a medias, porque si Junts se alinea con la derecha, esta tiene mayoría. Y además advirtió de que la gobernabilidad de España y el futuro de Cataluña "son planos distintos y conviene no equivocarse". Razonó que en las generales del 23-J la sociedad catalana "fue explícita, rotunda", ya que en ellas el PSC arrasó: obtuvo 19 diputados, por los siete de Junts y los siete de ERC, los mismos que los comunes, parte de Sumar. Es decir, que Cataluña apoyó de forma contundente a las dos fuerzas que forman el Gobierno de coalición, cuya apuesta por la "convivencia" ha sido nítida.
El presidente reivindica los efectos "sanadores" de su política de distensión: "Nos la hemos jugado porque pensábamos que merecía la pena. Y teníamos razón"
En la entrevista, Sánchez fue dejando claro que, en la campaña de las elecciones europeas, que arranca en exactamente una semana, su política con Cataluña será una de sus banderas. Su Gobierno, reconoció, ha tomado "decisiones muy incomprendidas, en solitario", con la oposición de PP y Vox, como los indultos o la ley de amnistía. Pero su estrategia "ha traído unos buenos resultados", porque ha hecho que el independentismo pierda su mayoría en el Parlament y la tensión haya bajado. Los indultos y la amnistía, cree, han tenido "efectos sanadores". "Nos la hemos jugado porque pensábamos que merecía la pena. Y teníamos razón", reivindicó, para insistir en que cuatro de cada cinco catalanes apoyaron el pasado domingo a fuerzas que defienden la amnistía. La ley, por cierto, se aprobará definitivamente en el Congreso el jueves 30 de mayo, como corresponde después de que el Senado, con la mayoría absoluta del PP, vetara la norma el pasado martes.
Para Sánchez, es claro que el procés sí ha quedado liquidado: "Los catalanes han dicho se acabó, que hay que abrir un nuevo tiempo", que esté regido por la "convivencia, la voluntad de acuerdo y la gestión". En cambio, le resulta "irónico" —"esperpéntico", dijo ayer en un acto en Madrid— que el PP no dé por muerto el procés, y no lo hace, cree, porque quiere alimentar el choque. "El PP quería que el independentismo tuviera mayoría parlamentaria. Ha habido separatistas, pero también separadores. El PP ha vivido muy bien de la confrontación". A su juicio, además, los de Feijóo tienen poco que celebrar tras los comicios del 12-M, porque el porcentaje de voto de PP y Vox (18,93%) es semejante al que obtuvieron ambas formaciones y Ciudadanos en 2021 (17,08%, en concreto).
Sánchez no teme que Junts le deje de apoyar en Madrid, porque cuenta con una mayoría en el Congreso y porque en julio Cataluña apoyó de manera nítida al Gobierno de coalición
Los comicios del domingo conducirán, en definitiva, antes o después, a una investidura de Illa, pero los socialistas asumen que hay que esperar, que los partidos "tienen sus procesos internos, sus etapas, sus momentos". El 10 de junio se constituirá el nuevo Parlament y hasta finales de agosto hay tiempo para investir al nuevo president. "La sociedad catalana no aceptaría una repetición electoral —avisó Sánchez—. Es imperativo apelar a la responsabilidad de todos los partidos", incluido el PP, "y que ese nuevo Govern lo presida quien ha ganado las elecciones y tiene los números".
También lo hablará con Yolanda Díaz
Se esperaba para el próximo martes, 21 de mayo, que el Consejo de Ministros reconociese Palestina. Pero no será así. Sánchez, en su entrevista con Antonio García Ferreras, señaló que no será entonces, sino "en los siguientes días". El retraso respecto a la fecha inicialmente prevista es que el Gobierno se está coordinando "con otros países para poder hacer una declaración y un reconocimiento conjuntos".
El presidente pretende cerrar los "últimos detalles" con esos países este fin de semana y también tratarlo con su socia de coalición, Yolanda Díaz, "para poder llevarlo conjuntamente al Consejo de Ministros". En su comparecencia del próximo miércoles, 22 de mayo, espera estar "en condiciones de clarificar" ante el Congreso el día en que España reconocerá el Estado palestino. Defiende que distintos países han de "levantar la bandera del reconocimiento" de Palestina para abrir camino hacia un "horizonte político de paz y de coexistencia pacífica" entre las dos comunidades, entre los dos Estados. Preguntado por Ferreras si calificaría de "genocidio" lo que está ocurriendo en Gaza, respondió que tiene "serias dudas" de que Israel esté respetando los derechos humanos, y añadió que quien tiene que aclararlo es el Tribunal Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional.
El Parlamento tendrá que hallar "soluciones viables ajustadas a la Constitución" y a la ley para poder renovar el Poder Judicial. Pero el Gobierno no está en las "tesis" de Sumar y Podemos de rebajar las mayorías
Tras su periodo de reflexión de cinco días, Sánchez y su Ejecutivo insistieron en que el tiempo para pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y dieron a entender que contemplaban la rebaja de las mayorías, la solución hacia la que siempre empujó Podemos y ahora Sumar. El presidente sorprendió este viernes, sin embargo, retornando al punto de inicio: "Nosotros no estamos en esas tesis, en las tesis de rebajar las mayorías" para renovar el CGPJ sin necesidad del PP.
Si los populares no acceden a desatascar el órgano de gobierno de los jueces, entonces el Parlamento, "ante este atropello de la Constitución", "tendrá que encontrar soluciones viables ajustadas a la Constitución y a la legalidad democrática para poder hacer efectivo un poder tan importante que ahora mismo está bloqueado" y que cuesta también dinero a los ciudadanos, porque el Ejecutivo tiene que inyectar recursos para cubrir la falta de jueces.
Sánchez no precisó cuáles son las soluciones "viables" posibles, pero subrayó que "habrá otras alternativas" a la rebaja de mayorías que el Gobierno "estudiará" y que hablará con los grupos. Lo que no será "aceptable", "y lo sabe el PP", avisó, es "mantener ni un minuto más una situación de bloqueo de más de cinco años". El jefe del Ejecutivo recordó que Feijóo reclamó una mediación internacional por parte de la Comisión, y él lo aceptó. "Y resulta que el PP sigue en sus trece de bloquear, que me falta solamente hablar con el secretario general de Naciones Unidas ya para que intermedie", ironizó.
Seguro de que les llamarán a la 'comisión Koldo'
En el pleno del Congreso del próximo 22 de mayo, Sánchez, a petición del PP, dará cuenta también de los negocios de su esposa, Begoña Gómez. El jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que todo lo relativo a las actividades empresariales de su mujer es conforme a la ley. "Aquí no hay caso, hay fango", resumió. Cree que Gómez es víctima "de un enorme bulo que lo único que pretende es hacer daño" a ella y a él mismo.
El líder socialista se muestra seguro de la legalidad de los negocios de su mujer: "Aquí no hay caso, hay fango"
Sánchez insistió en que lo que firmó su esposa no fueron "cartas de recomendación", sino declaraciones de interés a un concurso licitado por Red.es, en el que, además de la cátedra que conducía Gómez participaban "más de una treintena de instituciones, entre ellas el Ayuntamiento de Madrid". Recordó que además la empresa pública Red.es no tuvo en cuenta esa carta firmada por su esposa y "ni siquiera se incorporó" al procedimiento.
Pese a que, según el líder socialista, todo está claro y no hay nada delictivo, está seguro de que el PP le citará a él y a su mujer en la comisión Koldo del Senado, porque los populares "van a por todas", para atacarle en lo personal y en lo político, con la intención de desanimarle. "Pero a mí no me van a quebrar", advirtió.
"La violencia política se ejerce de múltiples maneras. Y esa máquina del fango tiene como finalidad tapar los éxitos de un Gobierno que en unas circunstancias tan difíciles, y con un Gobierno de coalición y en minoría, está sacando adelante a España. Creo que con nota, con matrícula de honor", se quejó. Más sintético: "La violencia política es decir que me gusta la fruta [la célebre frase que popularizó Isabel Díaz Ayuso para enmascarar el 'hijo de puta' que le dirigió], y que la gente se ría y los medios lo aplaudan".
Manifiesta su total "confianza" al fiscal general y sostiene que lo que pretendió el ministerio público fue "clarificar el bulo" propalado por el entorno de la presidenta Ayuso
Eso le llevó a condenar de nuevo los "bulos", la desinformación, los "pseudomedios". El Gobierno se pondrá manos a la obra tras las europeas para estudiar medidas, dijo, sin precisar más. Sí recordó que Bruselas ha aprobado una directiva sobre la libertad de los medios de comunicación que España y el resto de Estados miembros debe trasponer, y ese texto ofrece un "paraguas, un marco legislativo". Sánchez observó que aunque muchas veces se piensa que la desinformación viene de China o Rusia, al final buena parte de ella se crea en España. "Aquí tenemos caballos de Troya que lo que hacen es socavar la democracia, la calidad de la democracia de nuestro país, con un objetivo muy claro, y es denigrar la democracia. Esto está ocurriendo en todas las democracias del mundo, no solamente en España".
El presidente también respaldó al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ahora que está en el punto de mira por la causa que se sigue en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por presunta revelación de secretos de la investigación por fraude fiscal a la pareja de Ayuso, Alberto González Amador. El TSJM quiere que se conozca quién fue el máximo responsable del ministerio público que autorizó la difusión de un comunicado que desmentía una información falsa, propalada por el entorno de la presidenta madrileña horas antes, de que fue la Fiscalía quien ofreció un pacto a González Amador, cuando lo que ocurrió fue justamente al revés, ya que fue la pareja de Ayuso quien en febrero buscó ese acuerdo con el ministerio público.
¿Debe dimitir García Ortiz si es imputado? "La Fiscalía es independiente. El fiscal general del Estado cuenta con toda la confianza del Gobierno de España", contestó Sánchez. Lo que hizo el ministerio público, precisó, fue "clarificar un bulo" que salió de la Comunidad de Madrid. El jefe del Ejecutivo está seguro de que hay una "operación política" para acabar con García Ortiz. "¿Judicial también? No me meto porque soy el presidente del Gobierno, pero política la hay", agregó.
A Sánchez se le vio más recompuesto que en las entrevistas inmediatamente posteriores al fin de su periodo de reflexión de cinco días. Recalcó que no se plantea en ningún caso un adelanto de las generales, porque España "no necesita elecciones". De nuevo, mostró su disposición a repetir como candidato del PSOE. ¿Y la sucesión, ese debate que alimentó con su descarga emocional? "En algún momento se tendrá que dar, pero no es ahora", remató.
El presidente contó que la decisión de seguir en la Moncloa la tomó en la madrugada del sábado 27 al domingo 28 de abril, después de la manifestación en Ferraz. ¿Por qué no se lo dijo a su núcleo duro el domingo? El presidente justificó que ese día salió con su mujer por la mañana "a dar una vuelta al campo" —ella siempre le pidió que no dimitiera— y por la tarde elaboró su comparecencia del día siguiente. Y el lunes lo primero que hizo fue informar al Rey y, posteriormente, se lo comunicó a su círculo más íntimo: María Jesús Montero, Félix Bolaños, Santos Cerdán y Óscar López. "No fueron fechas para mí fáciles", se excusó. En esa reunión a las 10 de la mañana en la Moncloa, que había convocado Óscar López, su director de Gabinete, la noche anterior por orden suya, Sánchez les explicó lo que unos minutos después contaría ante la prensa. Sin más detalles, según su entorno. Pero esa página el presidente ya la da por pasada y ahora se siente con fuerzas renovadas. Más aún después del 12-M.
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