Los sindicatos de Policía Nacional se han hartado de ver expuestos datos de agentes infiltrados en medios de comunicación y redes sociales y se han decidido a dar un paso adelante. La gota que ha colmado el vaso ha sido un mensaje en redes sociales de un periodista en el que ha compartido una serie de fotografías acompañadas de nombres y apellidos de policías que han trabajado dentro de geupos sociales en los últimos años.
El sindicato Jupol ha emitido un comunicado en el que aseguran que tomarán medidas judiciales contra estos actos. En conversación con El Independiente, su portavoz Ibón Domínguez señala que para que esto tenga consecuencias deben contar con los perjudicados, a los que la organización ha puesto a disposición sus servicios jurídicos.
En los últimos años se han publicado datos personales y operativos de agentes que han desempeñado sus labores infiltrados en grupos sociales de interés para la Policía. Son conocidos los casos en movimientos del independentismo catalan, pero también en ambientes madrileños.
Las fuentes consultadas señalan en el procés el inicio de estas publicaciones. A raíz del referéndum ilegal del 1 de octubre, los grupos investigados se han "profesionalizado" en la detección de este tipo de policías. "Cuando ven que una persona desaparece del entorno de la noche a la mañana se ponen a investigar". Rastrean redes sociales o publicaciones oficiales, como el BOE, para tratar de dar con la identidad de los agentes.
"Fallo evidente" de seguridad
El último caso fue el de una mujer en Madrid que se infiltró en uno de estos grupos. Al terminar su labor, vio cómo sus datos personales, desde su nombre completo hasta su DNI, han sido expuestos en redes sociales. Esto suele venir acompañado de la publicación en medios de comunicación del trabajo policial.
"Estamos muy preocupados porque en los últimos meses se han producido muchos casos de exposición de compañeros que estaban en grupos radicales", avisa Domínguez. Señala que hay un "fallo evidente" de seguridad y que debería ser la Dirección General de la Policía (DGP) la que tomase medidas.
En el caso del periodista que ha llevado a Jupol ha decidirse a tomer medidas, se pueden ver los rostros de ocho policias con nombre y apellidos (alguno con los dos) y el periodo y la ciudad en la que estuvieron trabajando. "Policías infiltrados por Marlaska en organizaciones antifascistas", se lee en su mensaje en redes. Las imágenes están acompañadas del lema "infiltración es tortura" y "¡que no se olvide!", ambos en letras mayúsculas.
La polémica con el papel de los agentes infiltrados surgió cuando un grupo de mujeres denunció a un agente por haber mantenido relaciones sexuales consentidas con ellas mientras estuvo dentro del movimiento independentista al que pertenecían. Las afectadas llevaron el tema ante los tribunales al sentirse engañadas, aunque el juez terminó archivando la causa al no ver motivos.
Cuestión judicial
El Tribunal Constitucional está pendiente de sacar una sentencia sobre los agentes infiltrados para delimitar hasta dónde puede llegar su papel. En una entrevista con este periódico, El Lobo, el histórico agente de los servicios secretos que desmanteló a la cúpula de ETA en los 70, opinó al respecto: "Es normal que haya que preparar agentes, pero hay que tener en cuenta que hay que darles una amplia cobertura. Si no, no se puede trabajar. Uno tiene que llevar la operación de tal manera que no te puedas implicar en nada (...) Hay que saber enfocar bien las cosas y darle un poquito más de cobertura. Si queremos de verdad tener agentes eficientes, está en nuestras manos".
En la Policía Nacional, así como en otros cuerpos, hay dos tipos de agentes para obtener información de primera mano: los minfiltrados y los encubiertos. Los primeros no necesitan orden judicial expresa, pero sí tienen que dar parte a sus superiores.
Los agentes encubiertos necesitan de la autorización de un juez, como las intervenciones telefónicas. Se producen durante seis meses, prorrogables por periodos similares. "Estos se dedican en cuerpo y alma, se convierte en su nueva vida", señalan las fuentes consultadas. Estos agentes pueden incurrir en delitos si son dentro de sus funciones para que no se les detecte.
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hace 7 meses
Somos un país bananero que no conoce o no quiere conocer lo que es necesario. No cabe duda de que debe existir un control sobre la actividad de estos agentes o en último término una revisión minuciosa de su actividad para evitar abusos. Pero el derecho a la información debe tener límites si se quiere mantener el estado. Lo otro es declarar la intrínseca bondad del ser humano que es frágil y escasa.