"Van listos". Es el aviso del presidente del Gobierno a quienes intentan quebrarle personalmente. Que "van listos", que no lo conseguirán. Por mucho que enciendan a todo trapo la "máquina del fango" y le ataquen a él y a su familia. A su mujer, a Begoña Gómez. No le vencerán, dice, y está seguro de que la causa judicial abierta contra ella en un juzgado de Madrid quedará en nada y se archivará "pronto". Su esposa es una "profesional honesta, seria y responsable" y su Gobierno está "limpio".
La defensa de su gestión y de su familia fue uno de los puntos medulares de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso este miércoles, a menos de 48 horas de que arranque la campaña electoral de las europeas del 9 de junio. Un pleno en el que el titular principal, sin embargo, era otro: el anuncio del reconocimiento de Palestina como Estado el próximo martes, 28 de mayo, por "paz, justicia y coherencia".
Avisa de la existencia de una "coalición reaccionaria", de PP y Vox, a la que "solo le queda una estrategia para llegar al poder: la máquina del fango". La oposición está "ultraderechizada"
Fue ese anuncio, de hecho, lo que utilizó el líder socialista para mostrar la distancia que separa a su Gobierno de la oposición de derechas, que es, aseveró de nuevo, "la nada y el lodo", una "coalición reaccionaria", la de PP y Vox, "huérfana de ideas y argumentos", a la que "solo le queda una estrategia para llegar al poder: la máquina del fango". "Estamos ante una derecha sin equipo, proyecto, ni propuestas. Una oposición cada día más ultraderechizada, ya no se les distingue ni en sus posiciones ni declaraciones".
Para el presidente, esa estrategia "no es nueva", porque ya se utilizó anteriormente contra "otros líderes progresistas", pero que ahora cuenta con "instrumentos digitales", describió. Sánchez, como ya hiciera tras su periodo de reflexión de cinco días, insistió en que la técnica está afinada, y consiste en "financiar a pseudomedios digitales para que publiquen bulos y difamaciones", de los que luego "se hacen eco" Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal y posteriormente organizaciones ultraderechistas como Manos Limpias o HazteOír lo llevan a los tribunales.
"La máquina del fango enturbia el debate público con un triple objetivo", siguió Sánchez. El primero, "tratar de ocultar el verdadero proyecto político de Feijóo y Abascal, un proyecto político para una minoría de privilegiados, no para la mayoría". Dos, continuó el presidente, "ocultar los éxitos del Gobierno, que son los del país", para tratar de crear una "atmósfera irrespirable y artificial" cuando la economía tiene un buen comportamiento (más de 21 millones de afiliados, crecimiento del empleo y la productividad, reducción del déficit y la deuda y afianzamiento del Estado del bienestar).
"No es el sanchismo"
"El tercer objetivo consiste en quebrarme. O, al menos, intentarlo. Van listos. Van listos". Ahí fue donde el jefe del Ejecutivo engarzó con la defensa de las actividades privadas de su mujer, uno de los puntos que estaba previsto que abordara en su comparecencia de este miércoles. No arrojó novedades respecto a sus palabras de las últimas semanas. Lo que enhebró el presidente fue una defensa política de sí mismo y de Gómez. "Soy muy consciente de por qué me atacan a mí y a mi familia. No es por tener el apellido que tengo. No es el sanchismo —señaló, mirando a la bancada popular—, sino por subir el salario mínimo, porque el Gobierno aprueba el impuesto a las grandes fortunas, revaloriza las pensiones conforme al IPC, refuerza la sanidad y la educación pública". Políticas, cree, que molestan a "cierto círculo de poder" que está detrás de "tabloides digitales y organizaciones ultraderechistas".
Recuerda que el rescate de Air Europa "no ha dado ni para citar como testigo" a su mujer en la Audiencia Nacional
Sánchez, retomando el discurso más ideológico, de izquierdas, quiso dirigirse a esos "poderes": "Su voto vale lo mismo que el de cualquier otro ciudadano. En democracia, son los ciudadanos los que con su voto ponen y quitan gobiernos, no los intereses que ustedes representan". Reivindicó entonces que su Gobierno goza de "plena autonomía" frente al "servilismo" hacia esos poderes que practican, a su juicio, las derechas.
El presidente entró entonces en materia y se refirió a la acusación de supuesto tráfico de influencias que Feijóo y Abascal endosan a Gómez, y por la que pidieron su inhabilitación para el cargo —"Lo que no consiguieron en las urnas pretenden conseguirlo por la puerta de atrás con denuncias falsas"—. Sánchez recordó que, respecto al rescate a Air Europa en plena pandemia aprobado por el Consejo de Ministros (475 millones de euros en dos préstamos), el juez de la Audiencia Nacional ya ha determinado que "no da ni para citar" a su esposa como testigo. Y respecto a las cartas de recomendación que ella firmó para apoyar a una empresa que aspiraba a adjudicaciones públicas por parte de Red.es, insistió en que esas "declaraciones de interés" también las firmaron otras instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, y no fueron tenidas en cuenta.
Los que cometen tráfico de influencias son otros, con sus sobres y sus fajos de billetes dentro", señala, aludiendo al PP
Un juez de Madrid abrió diligencias previas —fue esa decisión lo que motivó su pausa de cinco días, de hecho—, pero el presidente está "seguro" de que la causa se archivará, y "pronto". "Lo único que hay es fango, una colección de bulos y difamaciones, de informaciones manipuladas y acusaciones veladas que no dan para más", subrayó. No lo citó, pero lo que apuntalaba su argumentación fue el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, entregado al juez y avanzado por El País y que señala que no encuentra ningún indicio de delito en la actuación de Gómez.
El presidente aseguró que no caerá en "el y tú más", que no comparará "a personas inocentes con personas corruptas" y ni siquiera pedirá a la oposición "detener la máquina del fango", así que si PP y Vox piden su comparecencia y la de su mujer en el Senado, en la comisión Koldo, ambos estarán "encantados" de acudir. Lo que sí espera es que "alguien pida perdón a personas inocentes por el daño causado".
No todos somos iguales. Cuenten los exministros populares procesados y condenados por corrupción y cuenten los míos", defiende
"Mi mujer es una profesional honesta y responsable y mi Gobierno es un Gobierno limpio", lanzó el presidente. "Quienes cometen tráfico de influencias son otros, no lo hacen mandando cartas oficiales y públicas con su firma" como hizo su mujer, sino "con sus sobres, con iniciales y fajos de billetes dentro", remachó, aludiendo al PP. "No todos somos iguales, señorías, y si no me creen, cuenten el número de exministros populares procesados y condenados por corrupción y cuenten los míos", concluyó.
A Feijóo no le convencieron las explicaciones del jefe del Ejecutivo. En su turno, el líder del PP le exigió a Sánchez que se ahorre los "numeritos", que no "vaya de víctima" y rinda cuentas sobre las actividades de Gómez. No le corresponde a él dirimir si son legales o no, adujo, porque es una tarea que compete a los jueces, pero sí puede decir que "está mal, que no es ético ni es estético".
Sánchez se revuelve contra Feijóo y vuelve a defender a su mujer: "Es una profesional de primera que no ha hecho nada irregular ni reprochable, pero eso no le importa"
"Ya he dado explicaciones claras sobre mi pareja —se revolvió Sánchez en la réplica—. Ella es una profesional de primera que no ha hecho nada irregular ni reprochable, pero a usted eso no le importa. Como tampoco le importa lo que haya dicho la Audiencia Nacional, o la Fiscalía, o la Oficina de Conflicto de Intereses, o la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. A usted no le interesa la verdad, solo le interesa la destrucción del adversario político, le interesa aferrarse a la vacua idea de poder ganar en periódicos y en tribunales lo que no pudo ganar en las urnas el pasado 23 de julio. Ese es en realidad el único horizonte político que usted puede venderle a los suyos para que no le saquen del cargo como hicieron con su predecesor, el señor [Pablo] Casado". El presidente reiteró que no tiene problema en responder en el Senado, ni él ni su esposa, porque no tienen "nada que ocultar".
"El respeto es irrenunciable"
En su intervención inicial, no hubo referencias al choque diplomático con el presidente argentino, Javier Milei, que el domingo llamó a Gómez "corrupta" y a él "calaña", y que ha motivado la retirada de la embajadora española en Buenos Aires. Pero quien sí lo mentó fue, de entrada, el PP. Feijóo exigió el cese del titular de Exteriores, José Manuel Albares, "por haber puesto los intereses de España al servicio de los intereses del PSOE".
Sánchez, en su réplica, ya sí hizo alusión al choque con Milei. Como ya hiciera el lunes, sostuvo que por encima de las ideologías están "el respeto y el patriotismo", que los afectos entre los gobiernos "son libres", pero "el respeto es irrenunciable".
El jefe del Ejecutivo recalca que la respuesta dada a Argentina es "proporcional" al "ataque" de Milei y su escalada de insultos
El presidente puso cuidado en sus palabras y evitó escalar la tensión. Explicó que la decisión de retirar definitivamente a la embajadora en Buenos Aires era una respuesta "proporcional" al "ataque" perpetrado por Milei desde Madrid "contra las instituciones públicas españolas", y pese a que se le permitió aterrizar en la base aérea de Torrejón y se le brindara protección policial cuando se trataba de un "viaje privado". Dado que el ataque del domingo no tiene "precedente en la historia reciente ni cabida en las prácticas democráticas entre gobiernos", y dado que el mandatario latinoamericano se ratificó "en el insulto", entonces se decidió la vuelta definitiva de la jefa de la misión en Argentina.
Como ayer hiciera Ferraz, Sánchez se remitió a los antecedentes próximos de una decisión similar. En 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy retiró al embajador en Siria, y aún no ha regresado, y en 2016 retiró al representante en Caracas y declaró persona non grata y expulsó al embajador venezolano en Madrid en 2018. Dos años más tarde, en 2020, España renunció a nombrar embajador en Venezuela, y solo procedió a hacerlo en diciembre de 2022. Es decir, que es una práctica corriente en las relaciones diplomáticas "como acto de protesta formal".
El líder socialista recuerda los antecedentes, de su Gobierno y del PP, de retirada de embajadores, como en Siria o en Venezuela
Y sobre Rusia, respondió a Feijóo que España no levantó a su embajador en Moscú, siguiendo una decisión común en la UE, pero a cambio "ha habido 13 rondas de sanciones contra Rusia [por parte de los Veintisiete] y España ha expulsado nada más y nada menos que 27 diplomáticos rusos por constituir una amenaza a la seguridad de España". Sánchez echó en cara al PP que no se comportara como hizo el PSOE en 2016 con Venezuela o José Luis Rodríguez Zapatero en la cumbre iberoamericana de 2007, cuando defendió a José María Aznar frente a Hugo Chávez. "El problema es que esto siempre se da cuando el PP está en el Gobierno y el PSOE en la oposición, porque cuando el PSOE gobierna y el PP es oposición el problema es el malvado Sánchez", remató.
El otro frente de debate entre el presidente y el PP fue Palestina. Feijóo aseguró que no comparte reconocerla ahora, porque lo prioritario es "entregar los rehenes, el alto el fuego, la ayuda humanitaria y evitar que se recrudezca la escalada". "¿Están a favor del reconocimiento del Estado de Palestina, sí o no? —le preguntó de vuelta Sánchez—. Yo creo que la respuesta es bien clara. Hemos escuchado a su socio de gobierno decir que no. Hemos escuchado a la señora [Isabel Díaz] Ayuso, al señor Aznar, decir que tampoco, que no existen. Pero, ¿qué piensa el que ahora mismo está dirigiendo el Partido Popular? ¿Reconoce o no el Estado de Palestina?".
Afea a Feijóo que no sea claro respecto al reconocimiento de Palestina. En su discurso, insiste en pintar un PP que ha "claudicado" ante la ultraderecha
Pero el pleno de este miércoles estuvo teñido constantemente de referencias a las europeas del 9-J. Estaba cantado. Los dos líderes no escatimaron ocasiones para recordarlo. La estrategia del presidente es clara: alinear al PP con Vox porque "ha terminado por claudicar" ante la ultraderecha, porque "ha decidido", esgrimió, "que su proyecto sea inseparable" al de la derecha radical. Los socialistas, acabó, se dedicarán a "frenar la ola reaccionaria en Europa el 9-J" como hicieron en las generales del 23 de julio.
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