La semana que cierra no ha estado escasa de "saraos" judiciales. Esos eventos en los que jueces, fiscales, abogados, procuradores, letrados y otros agentes de Justicia se encuentran y charlan sobre la actualidad política y judicial. La actualidad lleva siendo desde hace seis años, muy a pesar de todos ellos, la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Aunque ha habido etapas en las que el hartazgo del tema ha hecho que pasen de puntillas, este tópic ha vuelto a los corrillos porque ahora, tras las elecciones europeas, se abre "una nueva ventana de oportunidad". La última, según muchos.
Los ánimos en el seno del CGPJ son dispares. Los 16 vocales que quedan (deben ser 20 más el presidente) --después de renuncias, jubilaciones y un fallecimiento-- han comenzado este año la cuenta atrás de su tercer mandato consecutivo, cuando tenían que haber hecho solo uno. En 2018 se les debió renovar, pero nunca sucedió. Para todos, sin excepción, esta es la prueba de que el sistema ha fracasado. Las normas para que los partidos políticos se pongan de acuerdo en este pacto han permitido que se hayan saltado la Constitución.
Las elecciones europeas van a ser determinantes porque, tradicionalmente, un periodo electoral no es el idóneo para que izquierda y derecha acerquen posturas. Ahora Pedro Sánchez y Alberto Núñez-Feijóo quieren diferenciarse y que los votantes prácticamente admiren lo mal que se llevan y lo distintos que son. Tras los comicios, que se celebran el 9 de junio, se ubican las esperanzas de algunos.
Miembros del CGPJ consultados por este medio aseguran que los interlocutores --el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el eurodiputado Esteban González Pons-- tienen el pacto cerrado desde hace meses, pero el punto de discordia, es decir la forma de elegir al Consejo, sigue siendo insalvable. "Para mí es positivo que no se haya filtrado la lista de juristas de reconocido prestigio. Si todo estuviera roto ya se habría filtrado. Hay esperanza", dice un vocal progresista. "Ninguna esperanza", sentencia otro conservador.
Si tras las urnas no se estrechan las manos con rapidez, el panorama judicial puede empeorar mucho y todos viven como una amenaza que el PSOE pueda buscar estrategias para rebajar las mayorías del Congreso con las que elegir a los vocales. Como informó El Independiente, Sánchez juega con tres posibilidades: dos de ellas pasan por reducir los votos parlamentarios del "sí" y una última, llamada la 'vía Guilarte', que propone quitar el poder de los nombramientos al CGPJ para hacerlo un órgano menos "atractivo" para los políticos.
Ninguna convence al grueso del Poder Judicial, aunque hay voces que no ven con malos ojos que, tras los progresivos intentos de acuerdo entre partidos sin éxito, se reduzca a mayoría absoluta la votación. "Por mayoría absoluta se gobierna este país. No entiendo por qué nos tenemos que rasgar las vestiduras", indicaba esta semana Concepción Sáez, la vocal progresista que presentó su dimisión en marzo de 2023 por considerar "insostenible" la situación del órgano. "No estoy de acuerdo en aceptar que la responsabilidad es de los dos partidos de forma equidistante", decía en un acto de la plataforma Más Democracia.
La ocasión es la apropiada antes del verano. Aunque también lo fue tras las vascas cuando anexionaron al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, a la aventura. Ya vaticinaron algunos entonces que la solución del "mediador europeo" era más un golpe de efecto que una estrategia efectiva. Así ha sido, sin resultados distintos a otras veces. La condición sine qua non para el PP y escollo de la negociación es que se cambie la forma de elección del CGPJ y que sean los jueces los que voten y elijan a sus pares. Pero esta vía, aunque es la que más contenta a las asociaciones judiciales, tampoco logra consenso entre ellas en cuanto al sistema.
La Asociación Profesional de la Magistratura (APM) --mayoritaria en la carrera-- propone un sistema de votos por mayoría: que cada juez vote a 12 candidatos (son 12 jueces y 8 juristas de reconocido prestigio) y gane el que más consiga. La Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) junto con Foro Judicial Independiente (FJI), en cambio, proponen un "sistema tipo eurovisión", en el que cada profesional sólo pueda votar a seis candidatos y con una puntuación del uno al seis. De esta forma quedaría, a su juicio, más representada la carrera para que las asociaciones más minoritarias tuvieran oportunidad de llegar al Consejo y los vocales no asociados (la mitad de la carrera) pudieran aunar también buena parte del voto.
Un ejemplo del mal reparto que hasta el momento se ha hecho de los vocales en función del peso político, según recalca el magistrado y portavoz de la AJFV Sergio Oliva, es que su asociación a pesar de ser la segunda mayor sólo ha tenido un vocal en el CGPJ a lo largo de la historia. Tampoco llegan a estas sillas apenas togados sin asociar.
Pero esta es una línea roja por la que Bolaños no está dispuesto a pasar, según fuentes jurídicas. Aseguran estas voces que él ha llegado a verbalizar en privado que no permitirá que sean los jueces los que elijan a sus idénticos porque esto daría un mayor peso al sector conservador en la carrera. Desde el PSOE consideran el actual sistema más idóneo ya que son los parlamentarios, que a su vez se eligen en las urnas, los que seleccionan a los vocales de forma que son una representación de la sociedad más adecuada, dicen. El ministro, que compareció el pasado mes de diciembre en el Congreso asegurando que no rebajaría las mayorías parlamentarias en este sentido, puso cifras al coste del bloqueo de este órgano: 12,5 millones de euros al año de las arcas públicas.
Cada día que pasa no sólo la Constitución se convierte en papel mojado, también se va a cumplir un año de una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que condenaba a España, precisamente, por esta situación. Los magistrados consideraron vulnerados los derechos de los jueces a tener un proceso legal. "Lo que estaba en juego no era su derecho a convertirse en miembros del CGPJ, sino su derecho a un procedimiento legal para el oportuno examen de sus candidaturas", dictaminaron.
Una nueva oportunidad de revertir esta situación está en camino. Los meses pre-estivales serán decisivos, pero a pocos se les escapa que la aprobación de la amnistía caerá como un saco de hielo en los tribunales y esto caldeará los ánimos. La negociación de la rebaja de la malversación y la eliminación del delito de sedición ya hizo volar por los aires un pacto que estaba prácticamente atado, así que nadie se atreve a vaticinar qué pasará ahora ante esta nueva medida de gracia.
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