Las elecciones municipales y autonómicas de mayo, de las que hoy hace exactamente un año, llevaron al adelanto de comicios generales y abrieron una disputa que venía macerando dentro del espacio más a la izquierda del PSOE meses antes. La necesidad de ir unidos para evitar un giro político hacia la derecha hizo a Podemos afrontar una configuración de listas sin primarias con Sumar pese a su reclamación, y acatando la no inclusión de Irene Montero en la candidatura. Y no sin tensiones previas. Las urnas, lejos de cerrar el rifirrafe, agravaron la situación: Podemos no sentía representado su espacio con los cinco diputados obtenidos. Los mismos que rompieron con Yolanda Díaz en diciembre, tras denuncian un arrinconamiento sostenido dentro del Grupo y la falta de democracia interna.

Para fuentes de Podemos, ahora, la votación de las europeas del 9 de junio supone conocer de primera mano la opinión del espacio de izquierdas de forma directa, sin intermediarios. Y ese es el planteamiento con el que los morados están afrontando la campaña vigente. El porcentaje obtenido de representación dentro del Grupo Plurinacional de Sumar para Podemos en 2023 fue de un 16% de los 31 diputados cosechados. Y, según las últimas encuestas, el resultado de las siglas sería un tercio del total de ese espacio de izquierdas con los otros dos en favor de Sumar.

Las europeas, además, someten a votación el liderazgo de Montero, la exministra de Igualdad, directamente al público tras ese rechazo de Sumar y sus socios a darle cabida, por considerarla un perfil de tensión que dificultaría la alianza con el PSOE. Una que, ahora, no pasa por su mejor momento. La asentada candidatura de Montero, presentada a mediados de diciembre, además de una recompensa tras el desplazamiento para tejer la candidatura de generales, es un compromiso de Podemos con poner toda la carne en el asador para esta cita. Se juegan su supervivencia. En este sentido, contrasta con la elección de Díaz para liderar la lista plural de Sumar: Estrella Galán, la directora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), quien es una desconocida para la inmensa mayoría del electorado. Eso se intenta recompensar por parte de Sumar incorporando a Díaz en el cartel, junto a ella, a diferencia de Montero, que aparece sola.

Frente al carisma de Montero, que aparece sola en el cartel de Podemos, Sumar ha incorporado a Díaz en el suyo junto a Galán

Materialmente, lo que está en juego es el futuro del espacio de izquierdas en su polo más radical. Sobre si se consolida Sumar sobre Podemos como referente y epicentro de pactos con otras fuerzas regionalistas o ya menores como IU; si Podemos resiste el pulso, o si ambos aguantan el tirón y se establece una dualidad que amplía la oferta política. Con un ente puramente de izquierdas, como son los morados, y otra oferta de izquierdas pero con tintes socialdemócratas y verdes. Aunque la candidata, Galán, ya ha anunciado que irá a The Left.

En cuanto al programa, apenas hay matices de gran importancia que puedan hacer decidir al votante entre un espacio y otro. Se coincide en la defensa del aborto, de los derechos trans y del colectivo LGTBI, de la subida del sueldo mínimo en toda Europa y la pelea por reducir las jornadas laborales. También la renta mínima garantizada. Se rechaza el Pacto Migratorio aprobado recientemente. Y, respecto a la guerra en Ucrania o entre Hamás e Israel, se mira hacia propuestas similares: embargos, suspensión de acuerdos o acciones diplomáticas como la retirada del embajador en Jerusalén.

Y para Podemos es un plus que, en unos comicios marcados por parámetros como es si el PPE pactará con la ultraderecha o proseguirá su tendencia histórica de alianzas con los socialdemócratas [con liberales y verdes incluidos], no esté en juego un Ejecutivo nacional.

Dado que eso podría predominar el rol del 'voto útil'. The Left no aspira a ser crucial en esta legislatura. Por lo que el voto puede ejercerse de forma 'más libre'. Sin condicionantes. Lo que refuerza más la perspectiva de plebiscito entre la izquierda. Podemos ve factible hacerse con el voto de la clase más trabajadora frente a Sumar, que "ofrece" por los comunes, Compromís o Más Madrid "una propuesta más verde". Las europeas las afrontan los morados, además, con la mirada puesta en diez años atrás, cuando irrumpieron en política con cinco eurodiputados que pasaron hasta un máximo de 71 en el Congreso bajo Unidas Podemos.

Esta 'consulta' ciudadana puede ser determinante en un momento en el que actores políticos como el PP no descartan que haya adelanto de generales en las próximas fechas si Salvador Illa (PSC) no consigue ser president de la Generalitat de Cataluña. Aunque es complicado situarse en un escenario así en agosto. Sí podría empezarse a valorar si el Gobierno vuelve a no conseguir aprobar presupuestos. Especialmente, para saber de qué base electoral parten cada uno. Hay una estimación directa que se puede hacer: con un 55% de abstención prevista aproximadamente, Podemos, con un 3% de voto de media, podría hacerse con medio millón de votantes. Sumar, con una media del 6,5%, con 1,14 millones.

No hay tanta claridad sobre cuál de las dos candidaturas sigue capitalizando el mayor número de electorado del espacio europeo consolidado en 2019. Según 40dB para el Grupo Prisa, Podemos es quien se llevaría cuatro de cada diez votos y Sumar tres de cada diez, con el resto repartido entre el PSOE o los indecisos. Para SigmaDos en El Mundo, en el sondeo previo al de este lunes, los morados retendrían la mitad del electorado, con Sumar en el 22%. Hay un aspecto peculiar para ambas fuerzas y que beneficia a los magentas. Si se atiende a la franja de los abstencionistas que ahora votarían, en el primer sondeo el 1% lo harían por ambos a partes iguales. Pero en la segunda, gana de calle Sumar. Un 6,5% frente a ese 1%. Eso supone más de un millón de votos, lo que explicaría el impulso de Sumar sobre Podemos.

Si se mira a ambos estudios, Sumar incide por partes iguales, con un 4%, en el PSOE. Podemos entre un 0,5 y un 2%. Se puede decir que el votante que apuesta por Montero no es tan volátil, sino que prioriza un espacio concreto. Es el más acérrimo a Podemos desde los inicios. Aunque no hay una sangría del espacio en favor a los socialistas, tanto Sumar como Podemos, en esa pugna por reivindicarse dentro del espacio, pueden verse perjudicados por el PSOE y su llamada a concentrar el voto frente a la ultraderecha. Apenas perdería uno o dos escaños, resistiendo con transferencias ligeras desde Ciudadanos, la izquierda y la abstención.

Movilizar electorado vs. resistir en la primera línea

Frente a la competencia abierta con Podemos por el voto, desde Sumar se opta por ignorar a su rival y se huye de la competición. Es más, se vislumbra al PSOE como máximo competidor de espacio. Tras meses sin poder reivindicar su agenda, por la presencia que asuntos como la amnistía ha tenido, o el perfil internacional con la guerra en Gaza, que lidera la cuota socialista, ahora Sumar está presionando públicamente con acciones como el rechazo de la abolición del proxenetismo o la negativa a aprobar la modificación de la Ley del Suelo. Desde el PSOE se entiende que cesará y se encauzarán nuevamente las relaciones tras las elecciones.

El objetivo principal de Díaz es movilizar a la izquierda en una arena más favorable que la gallega o la vasca, que supusieron fracasos para la implementación de la marca. Hay un elemento crucial que puede determinar parte del futuro de la alianza: que IU, con un liderazgo recién renovado, se quede sin escaño si Sumar queda en tres y no en cuatro, lugar en el que está ubicado Manuel Pineda. El extraparlamentarismo europeo para los izquierdistas podría hacer que tornasen nuevamente al lado de Podemos como antaño. Más difícil será por parte de comunes, Compromís o Más Madrid, quienes tuvieron malas experiencias con los de Pablo Iglesias en el pasado.

A la épica se entrega Podemos, quien va a dedicar casi la totalidad de recursos a estas elecciones. Por eso no se presentó a las catalanas, entre otros factores. Es un todo o nada para Montero, que con conseguir una bancada en la Eurocámara, ya vería beneficio directo para los morados. Principalmente económico. Pero también visual. Isa Serra, coportavoz nacional y líder de la federación madrileña sería la beneficiada de ese segundo cargo. Para diferenciarse de Sumar, Podemos carga contra los magentas. Entre otros, por no ser condicionante ni garante de presión a las políticas socialistas.

Frente a la tormenta y las diferencias políticas entre morados y los de Díaz, el número dos de Sumar en la lista europea, Jaume Asens, desea que ambas fuerzas "se reagrupen en el futuro". Porque, ante la posibilidad de que cohabiten ambos con el PSOE, "no tendría sentido" y lastraría a la izquierda. Lo ha dicho en una conferencia para la Agencia Catalana de Noticias (ACN) este lunes.