Fue el 13 de noviembre de 2023. Ese día, el Grupo Socialista en el Congreso registraba, en solitario, la proposición de ley orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña. Más de seis meses después, el texto culmina su tramitación parlamentaria. La Cámara baja aprueba definitivamente este 30 de mayo la ley de amnistía. El PSOE y sus socios levantarán por mayoría absoluta el veto impulsado por el PP en el Senado. A la norma ya le quedará únicamente la sanción del Rey y su publicación en el BOE —no se sabe cuándo todavía, posiblemente en los próximos días—. En ese momento, entrará en vigor y su aplicación descansará ya en manos de los jueces.

Para el PSOE la de la amnistía ha sido una travesía tortuosa. Por el enorme desgaste sufrido en el último año, porque del perdón penal al procés se lleva hablando desde el pasado agosto, cuando se constituyó la Mesa del Congreso de esta XV Legislatura y Junts hizo ver que ese era el peaje por los votos de sus siete diputados en el Congreso. Tortuosa travesía también por la negociación tan complicada y atropellada con Carles Puigdemont, por las dificultades de equilibrar entre los posconvergentes y ERC, por la sostenida e hiperbólica oposición de PP y Vox, por el rechazo en las calles. Y por las reticencias internas.

Concluyen este jueves más de seis meses de tramitación tortuosa, por el desgaste, la difícil negociación, la oposición de PP y Vox y las reticencias de electorado y dirigencia socialista

La dirección socialista y el Gobierno, sin embargo, consideran que lo peor ya ha pasado. Que la ley de amnistía, un texto central en esta legislatura, ya está "amortizada", por mucho que el PP siga agitando el malestar, convienen fuentes muy próximas al presidente, Pedro Sánchez. Creen que ya no produce "ningún desgaste" al partido y que no afectará en las elecciones europeas del 9 de junio. En la cúpula están tan convencidos, añaden, que hasta utilizan la norma en sus discursos, en sus mítines en el resto de España. Repiten aquello de "teníamos razón", que pese a que era una apuesta arriesgada, ha funcionado.

Y la clave está en Cataluña, en las elecciones del pasado 12 de mayo. Para los socialistas, la victoria tan contundente y limpia de Salvador Illa —42 diputados, a siete de distancia de Junts, un 27,96% de los votos— y la desaparición de la mayoría independentista del Parlament, han probado que los catalanes, a quienes iba dirigida la amnistía, han entendido el mensaje y han premiado la acción del Ejecutivo de Sánchez.

A nuestra gente le ha reconfortado ver que tenía un fruto tan rápido tras una apuesta arriesga", señalan en el círculo del presidente

Pero ese triunfo también ha servido de bálsamo interno, indican en la dirección. Porque aquellos dirigentes, militantes y electores que estaban más dudosos, o más reacios, aducen, han comprendido que era una medida necesaria. "A nuestra gente le han reconfortado los resultados en Cataluña. La amnistía, evidentemente, es una política arriesgada. Pero le ha reconfortado ver que tenía un fruto tan rápido, porque muchas veces este tipo de apuestas no se ven hasta después de años. Ahora se ha visto que se habla en otros términos de Cataluña, que ya no se la asimila con el independentismo", se congratulan en el círculo de confianza de Sánchez. El PP no utilizó la amnistía en la campaña catalana, sí lo está haciendo en la europea, pero este miércoles en el Congreso ni preguntó por ella, algo que "carga de razones al Ejecutivo", remarcan fuentes gubernamentales.

Sujeto todo a la gobernabilidad en Cataluña

Lo que ahora inquieta al Ejecutivo no es la erosión en las urnas que anhela el PP, sino más bien la aplicación de la ley por los jueces. "Esperamos que la cumplan. Nos preocupa la orientación que se quiera intentar dar, que desde arriba se pudiera impartir doctrina al resto de jueces sobre la ley, que se haga una lectura interesada de la norma", apuntan fuentes del máximo nivel. En el Gobierno, de hecho, recuerdan que algunos jueces se manifestaron contra una "ley legítima que se estaba tramitando en un Parlamento legítimo".

En el círculo de Sánchez alejan la posibilidad de una entrevista con Puigdemont: la batuta "ahora la lleva Illa" y Ferraz y la Moncloa no quieren interferir en sus negociaciones para el Govern

El texto pasa su última prueba este jueves, pero la negociación con Junts y ERC no se retomará de inmediato. Todo queda sujeto a cómo se resuelva la gobernabilidad en Cataluña. El PSOE confía en que ERC se acabe absteniendo en una investidura de Illa pero, como hace el PSC, no quiere presionar a los de Oriol Junqueras. Ahora todos los partidos están en campaña y domina el silencio, la "conjura" de todos para no desvelar conversaciones hasta el 10 de junio, el día en que se constituye el nuevo Parlament, justo pasadas las europeas.

Sánchez ya había advertido hace meses de que, cuando se aprobara definitivamente la amnistía, estaba dispuesto a verse con Puigdemont y con Junqueras, para "normalizar" las relaciones con sus socios. Pero no están en agenda y, de hecho, en Ferraz alejan la posibilidad de una reunión pronta con el expresident, la foto más controvertida. "No vamos a hacer nada con Junts que vaya a interferir en la actuación de Salva. Él tiene la batuta. Si cree que le puede ayudar, accederemos, pero ahora mismo es prioritaria la constitución del nuevo Govern. Estamos en manos de Salva", razonan en el Ejecutivo. En el equipo de Sánchez asumen, en el fondo, que no cabe ahora mismo esa cita con Puigdemont porque Junts "no va a apoyar a Illa" para ser president, porque uno es alternativa del otro. Dicho de otro modo, que el PSC va a perseguir el apoyo de ERC, no de los posconvergentes.

El líder socialista encaja este jueves un acto de campaña no programado inicialmente: será en Barakaldo, con Ribera y Andueza. Y suma otros dos mítines no previstos: este viernes en Murcia y el lunes 3 de junio, en Gijón

La prueba de que Ferraz entiende asumida la amnistía es que este jueves por la tarde el presidente ha encajado un acto más de campaña que no estaba programado en la ruta inicial: será en Barakaldo (Bizkaia), con la candidata a las europeas, Teresa Ribera, y el líder del PSE, Eneko Andueza. También ha ampliado su agenda para los siguientes días: este viernes viaja hasta Los Alcázares, en Murcia, y el lunes, 3 de junio, estará en Gijón, Asturias.

La recurrente apelación al "fango"

En Ferraz y en la Moncloa tampoco creen que afecte a sus expectativas electorales las últimas informaciones sobre la mujer del presidente, Begoña Gómez. Que se reactive un tema que llevaba semanas con bajo perfil. Este miércoles, el levantamiento del sumario por parte del juez instructor, Juan Carlos Peinado, colonizó la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Empezó Alberto Núñez Feijóo, y siguieron disparando más dirigentes del PP. La línea argumental de los populares era que Sánchez "mintió" cuando se tomó cinco días de reflexión en abril, porque ya sabía que su esposa estaba siendo "investigada". El jefe del Ejecutivo evitó responder sobre ella, y se agarró a las apelaciones a la "máquina del fango", que el PP activa, insistió, para "tapar sus gobiernos de la vergüenza" con Vox.

El Gobierno defiende que Sánchez no podía desvelar que su mujer estaba siendo investigada porque supondría violar el secreto de sumario

En el hemiciclo, quien sí se refirió a Gómez fue la número dos del partido y del Gobierno, María Jesús Montero, para recalcar que no hay "nada" que la incrimine, como concluyó la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en el informe requerido por el juez. Ella explicó después ante los medios que Sánchez no podía desvelar la condición procesal de investigada de su mujer, pues habría violado el secreto del sumario. Un argumento que repetían otros miembros del Ejecutivo y del partido.

Todos los cargos consultados expresan su convicción de que el caso Begoña Gómez no llegará a monopolizar la campaña de las europeas. En otras palabras, que no se reproducirá el esquema de las autonómicas y municipales de hace un año, cuando el PSOE no pudo levantar cabeza apenas durante los 15 días porque no logró despegarse del marco impuesto por el PP: las listas de Bildu con condenados (algunos con delitos de sangre) o las presuntas irregularidades del voto por correo que quedaron en nada.

Los socialistas están convencidos de que el PP hará del 'caso Begoña Gómez' el eje de su campaña del 9-J porque "no tiene nada más". Pero "se ha rajado como los malos toros" al no citar al presidente todavía en el Senado

"El PP se está pasando de frenada con Begoña. La gente sabe que no hay nada. Esto no tiene nada que ver", manifestaba un alto cargo de Ferraz. "Los trackings nos están dando bien, a falta de ver si algo se ha movido desde el martes [cuando se conocieron los primeros datos del sumario]. Nosotros estamos contestando y lo seguiremos haciendo, pero tenemos claro que el PP hará de esto su eje de campaña porque no tiene nada más", abundaba otra dirigente muy próxima al líder del PSOE.

En la dirección y en la Moncloa estaban convencidos de que Feijóo iba a dar un paso más en su estrategia, que su grupo citaría a Sánchez en el Senado en la recta final de la campaña. No lo hizo, aunque se reservó la carta de poder hacerlo con poco margen si entiende que le obligan "nuevas informaciones sobre la trama" que, a su juicio, rodea al jefe del Ejecutivo. "¿Por qué no le citan, por qué de pronto les ha entrado miedo? —se preguntaban fuentes gubernamentales—. Porque saben que no tienen nada. No lo tendrán tan claro". Ya en las últimas horas los socialistas decían no temer la convocatoria, porque podría "volvérsele en contra al PP" y porque Sánchez es un líder "con muchas cicatrices" que sabe defenderse. "Se han rajado como los malos toros. Le tienen más miedo que a un nublado", indicaban en la cúpula del partido en la Cámara alta. Es decir, que el PP no dio el paso por temor al efecto bumerán, a que en realidad ayudase a victimizarlo. Quien sí comparecerá el próximo viernes, 7 de junio, último día de campaña, es la presidenta del Congreso, Francina Armengol.

"Un 'lawfare' de libro"

Diputados y dirigentes socialistas relataban este miércoles que las sensaciones que perciben en la calle no son las mismas que las de hace un año, por eso no esperan penalización por parte del electorado. Para empezar, presumen que la movilización será menor —la participación ha sido inferior al 50% en las europeas que se han celebrado sin coincidir con otras elecciones en lo que llevamos de siglo XXI— y no palpan hostilidad hacia ellos como sí ocurrió en 2023, cuando soportaban gritos como el "¡Que te vote Txapote!".

Dirigentes y diputados socialistas no aprecian el mismo clima que hace un año, cuando escuchaban gritos como "¡Que te vote Txapote!". El electorado progresista puede empatizar, creen, con Sánchez y su mujer

"La gente sabe o intuye, incluso nuestros votantes moderados críticos, que no hay caso y que es un lawfare de libro de la derecha judicial —señala un veterano dirigente—. Eso indigna a la gente. Justo el mismo día en que se absuelve a[l expresidente valenciano Francisco] Camps. La sociedad progresista ha tomado conciencia de la deriva abiertamente golpista de la derecha judicial. Por ahora es imposible medir el impacto. Veremos, pero creemos que pesa más la reacción indignada que el desconcierto y la desazón". "Esto no desmoviliza a los nuestros, todo lo contrario —valoran a su vez en el equipo de la candidata, Teresa Ribera—. Esto es más un signo de desesperación del PP. Todo el mundo ve barro en esto que hacen".

La lectura compartida es que los ciudadanos progresistas pueden empatizar con el presidente y con Gómez, pensar que son víctimas de un ataque de la derecha, de una "cacería injusta", y reagruparse en torno al PSOE. "Es lo que le puede pasar a Isabel Díaz Ayuso con su feligresía, que la apoye en el caso que afecta a su pareja, acusado de fraude fiscal", compara una ministra.

Ni siquiera los socialistas ven problema en el auto de la Audiencia de Madrid que avaló este miércoles, frente a la Fiscalía, la investigación del juez Peinado. La Sala advirtió de que las pesquisas han de limitarse, eso sí, a los "hechos sobre los que existe base objetiva", lo que no ocurre con la supuesta implicación de Gómez con el rescate de Globalia —"una simple conjetura"—. Pero sí aprecia "indicios objetivos que apuntan a la intermediación en la concesión de subvenciones en las que podría haber mediado algún tipo de contraprestación", al menos en alusión a la unión temporal de empresas (UTE) que formaron por Innova Next —del empresario Carlos Barrabés— y The Valley. Para el PSOE, no se estrecha el cerco sobre la mujer del presidente, porque la Audiencia no entra a valorar el informe de la UCO, que no ve indicios de criminalidad, porque aún no ha sido analizado por el instructor.

Ya sabemos lo que pasa cuando al PP le va mal: fango. Ellos sabrán", dicen en Ferraz, donde aseguran que no cambiarán su estrategia de campaña: "Nosotros, a lo nuestro"

En Ferraz subrayaban este miércoles que no habrá giros en su campaña. Que ellos seguirán su camino. "El PP no ha logrado entrar estas elecciones —apuntaban en el cuartel general—. No tienen programa, esconden a la candidata en los mítines grandes [el de la Puerta de Alcalá del domingo], su discurso se mimetiza con la ultraderecha e incluso se abren a pactar con el Vox europeo. Ya sabemos lo que pasa cuando al PP le va mal: fango. Ellos sabrán dónde van con esta estrategia. Desde luego no a solucionar ni un solo problema de los ciudadanos. Eso para Feijóo ya pasó a segundo o tercer plano hace tiempo. Añoran a Puigdemont, siguen hablando de ETA, ignoran a los muertos inocentes en Palestina...".

En la dirección socialista insisten en que el propio PP reconoce que la batalla está ajustada, y ellos a su vez se ven con posibilidades de ganar a Feijóo. "Queda semana y media de campaña, y aunque no les guste se va a seguir hablando de su absoluta entrega a la ultraderecha, de su nula compasión con los palestinos, y de una falta de liderazgo que ya roza lo insostenible. Nosotros seguimos a lo nuestro, convencidos, como ha dicho el presidente, de que esta remontada lleva a la victoria", indicaban en Ferraz. "Nadie nos va a sacar de nuestro marco", resolvían en el Gobierno.

Los socialistas estiman que también les ayuda la foto de Abascal con Netanyahu en Jerusalén. Una imagen que, entienden, podría dañar al PP

A todos los argumentos se suma este otro: la foto de Santiago Abascal, líder de Vox, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén, justo el día en que España reconocía al Estado palestino. Sánchez le lanzó esa imagen a Feijóo en el Congreso, y en el partido están seguros de que puede perjudicar al PP por la simpatía transversal que hay entre los españoles hacia el pueblo palestino. Por ahora, por tanto, no se aprecia nerviosismo en el estado mayor socialista. El paso de las horas, de los días, dirá si esto fue un bache puntual o la campaña del 9-J acaba tomada por el caso Begoña Gómez.