Con la intención de generar un golpe de efecto electoral, además de estrechar lazos, el líder de Vox, Santiago Abascal, viajó este martes a Jerusalén para reunirse con el presidente israelí, Benjamín Netanyahu. El mismo día en el que el Gobierno español, como tenía programado en agenda, reconoció el Estado de Palestina. En esa cita, según el comunicado que difundió Vox con posterioridad, Abascal se comprometió a revertir la declaración hecha por el jefe del Ejecutivo si llega a presidente y trasladó a Netanyahu que "Pedro Sánchez no representa España". En el propio país, medios locales como Haaretz han tardado casi un día en hacerse eco del encuentro, con todo. Se desconoce el resto de pasos de Abascal en la zona, pero sí que volvió la tarde del miércoles. Hoy intervendrá en el pleno que aprobará la amnistía definitivamente en el Congreso de los Diputados.
Dentro de Vox, pocos sabían de su viaje horas antes. Incluso el candidato de las europeas, Jorge Buxadé, no lo conoció hasta al menos la tarde del lunes, cuando el propio Abascal le confirmó en un intercambio de mensajes su ausencia en el acto que ayer Vox tenía en Valladolid. La posición del partido es de gratificación por la foto que ha quedado, de cercanía de Abascal con un líder internacional clave en el momento. Que se une a las múltiples instantáneas que dejó Vistalegre. Como con Javier Milei. Y frente a ello, creen que el PP queda bastante "tibio" con Israel ante la opinión pública. Por su parte, fuentes populares quitan hierro al asunto y descartan hacer el juego a Vox, lo que supone otro giro más de guion, hacia una postura más prudente, tras entrar abiertamente en el choque con Bambú.
Los populares, respecto a Israel y Palestina, defienden la solución histórica de los dos Estados [con el plan de partición de la ONU de 1947 como antecedente] bajo mediación previa de la Unión Europea y la actuación coordinada entre países. Una postura, aun con sus particularidades, a la que se aproxima la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que ha ido perfilando una actitud europeísta desde que inició su mandato. También a la que ha dado forma estar en el poder. Y ahí, se produce un desencuentro patente en cuanto a objetivos con Vox. La coogobernanza con Forza Italia, el centroderecha italiano, condiciona.
Al compromiso de revertir la declaración al que se aferra Vox, se añade las consideraciones más recientes del partido sobre el conflicto en la Franja de Gaza entre Hamás e Israel, en voz del jefe de la delegación en Bruselas y candidato al 9-J, Buxadé. Tras defender la legítima defensa de Israel a través de "una operación militar antiterrorista" contra Hamás, el dirigente de Vox consideró este miércoles que "no hay un reconocimiento de Palestina", sino que lo es "a una organización terrorista que tiene el control de Gaza". A Hamás. Es "una sumisión", entendió. Y apelando a la necesidad de que "los secuestrados" sean "devueltos" a Israel, dejó abierta la posibilidad de "discusión política" sobre el futuro de Palestina para más adelante.
El Gobierno de Meloni descarta, como defiende Vox y Netanyahu que el reconocimiento del Estado palestino es un premio para Hamás
Contrasta con la votación del jueves pasado en el Congreso, en la que, dentro de una moción del PP sobre "el deterioro de la política exterior", Vox fue el único partido que rechazó reafirmar la posición de 2014, favorable a la solución de los dos Estados. Un día antes Abascal consideró "un premio a Hamás" el reconocimiento comprometido. Dentro de esa divergencia más que evidente, entre lo votado y trasladado por Vox, y la posición, al menos estratégica de Meloni, cabe destacar que ambos coinciden en ese posicionamiento proisraelí. El partido de Netanyahu, el Likud, es aliado internacional de la alianza europea de los Conservadores y Reformistas (ECR). Y tanto Meloni como Netanyahu se han encontrado en los últimos meses en Roma y Tel Aviv.
Sin llegar al extremo de España, Irlanda y Noruega, a un reconocimiento unilateral que perjudicaría relaciones con principales aliados y rompería relaciones con Israel, la líder de Fratelli d'Italia recibió al primer ministro de la Autoridad Palestina en la sede del Gobierno, el Palacio de Chigi, el pasado sábado. A Mohamed Mustafa. Lo que supone ya de por sí un reconocimiento de un interlocutor directo. Por otro lado, tras la visita de Estado, Italia ha reanudado sus aportaciones a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, que complementa con el plan italiano propuesto por Forza Italia, Food for Gaza, desplegado en marzo. Se diferencia con la petición de Vox al Congreso a finales del año pasado, cuando pidió un examen y paralización de las ayudas económicas españolas a los territorios palestinos que puedan financiar el terrorismo. Al considerar que si bien permiten el acceso "al agua y la sanidad", también van en beneficio de los funcionarios de la Autoridad Palestina que representa ahora Mustafa.
A Mustafa, Meloni le reiteró el apoyo italiano para el cese del fuego, la liberación de rehenes y la asistencia humanitaria en la Franja. Y el Gobierno confirmó, vía comunicado, que "Italia siempre ha dicho que el pueblo palestino tiene derecho a un estado independiente, seguro y económicamente próspero". A una solución "justa y necesaria no solo a favor del pueblo palestino, sino también de Israel". Con un reconocimiento mutuo. A destacar, en marzo, el Ejecutivo de Meloni vetó el nombramiento de Beni Kashriel como nuevo embajador israelí en Roma por tratarse de un antiguo alcalde de un asentamiento ilegal israelí en Cisjordania.
Y aunque este ya es un desmarque claro de Vox, por sus intereses europeos al calor del crecimiento de las encuestas para la Eurocámara y de ser relevante en la política de la próxima legislatura, la premier italiana defiende una posición que choca de bruces con la sostenida por los de Abascal hasta hoy mismo. Meloni no considera, como Netanyahu o Vox, que reconocer al Estado palestino en este momento suponga "un premio al terrorismo de Hamás". Así se lo trasladó tras acudir a la capital israelí el pasado mes de octubre. Este mismo lunes, Guido Crosetto, ministro de Defensa, miembro de Fratelli e íntimo amigo de Meloni, manifestó, en contraste a Vox, que "una cosa es Hamás y otra el pueblo palestino". Invitó al Gobierno de Netanyahu a "discernir" y apuntó que la decisión "afectará a sus hijos y nietos". Ya fue crítico durante le inicio de la ofensiva terrestre israelí a finales de octubre, tras semanas de bombardeos sobre la Franja.
Hay un contraste claro entre la política exterior, más allá de Europa, contemplada por Fratelli y sus aliados, respecto a la de Vox. En el programa electoral del partido para el 9-J, más allá de alguna mención al producto extranjero y la competencia desleal con Marruecos, o el acercamiento a Hispanoamérica, no se contempla ni el tema gazatí ni el ucraniano [aunque la postura de Vox es la del derecho de defensa del país ante la agresión rusa].
Vox reivindica a Meloni como uno de los suyos y la aleja de un posible acuerdo de investidura con Von der Leyen
Meloni, en cambio, alentada por la posición de poder con la que no cuenta Vox, ha equilibrado relaciones con Marruecos y Argelia [con fines gasísticos] y tiene un plan Mattei muy ambicioso para África y el mundo árabe. Está ligado a dos de sus ejes discursivos: el control migratorio y las inversiones económicas. La cooperación con países de origen para reducir los flujos. No ha habido un pronunciamiento de Vox al respecto.
Tampoco logró Meloni coincidencia con Vox en el Pacto Migratorio: votaron en contra. Solo a favor del Eurodac: la identificación de migrantes por datos biométricos. Como Hungría, Vox se niega a patrones como el reparto de acogidas o al pago para evitarlas.
Acercamiento a Von der Leyen
Sumado al Pacto Migratorio y a Palestina, el acercamiento de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, de la CDU alemana, a Meloni supone un tercer elemento diferenciador entre Vox y Meloni. Aunque el respaldo a la candidata del PPE, y votada por socialdemócratas y liberales en esta legislatura, ya fue apoyada por miembros de ECR de forma externa: concretamente, el aliado polaco de Vox, Ley y Justicia. A cambio de un comisario europeo, el de Agricultura.
Ahora que el PPE sondea el apoyo de Fratelli, y Meloni no cierra la puerta tras sucesivas declaraciones de sus miembros, como la defensa de Von der Leyen en el último debate o la diferenciación de Feijóo entre la italiana y Vox, los de Abascal marcan perfil. Lo hizo Buxadé en el desayuno informativo ofrecido el martes en Nueva Economía Fórum. "Es una de los nuestros; es la presidenta de ECR", dijo, asegurando que la legislatura de la alemana se ha caracterizado por asumir las tesis socialdemócratas. Especialmente, el Pacto Verde, la Agenda 2030 o la competencia desleal con terceros países como Marruecos.
El PPE aspira a prolongar su dinámica de pactos con Meloni de su lado, y avanzar hacia una futura integración. El paso de cinco a más de una veintena de escaños de Fratelli será esencial. Y Meloni, en su itinerario de moderación, denota la intención de consolidarse y reivindicarse como nuevo liderazgo de la derecha con la etapa Berlusconi superada tras su muerte.
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