Todo lo que oliera a Carles Puigdemont o a Junts debiera actuar a modo de kriptonita para el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre todo en campaña electoral. Sus declaraciones de ayer en Antena3 no cerrando la puerta a una hipotética moción de censura de la mano de Junts -que aún así calificó de "política ficción"- dio artillería al PSOE, que ha pasado de acusarle de tener una alianza estratégica con Vox a querer arrimarse a Carles Puigdemont.
Lo cierto es que estas afirmaciones obligaron a Génova a matizar el alcance de las mismas asegurando que el único plan es que Sánchez vuelva a convocar a los ciudadanos ante las urnas, sobre todo si este 9-J las cosas no le van tan bien como auguran los sondeos con intención de voto. Pero el partido está descolocado y vuelve a atragantarse en la segunda semana de campaña, algo que ya les pasó en anteriores consultas electorales.
La más llamativa, aunque sin consecuencias posteriores, tuvo lugar durante las gallegas. Con un PP en posiciones destacadas, fuentes del núcleo duro popular abrieron la puerta a un posible indulto de Puigdemont si se presentaba ante el Tribunal Supremo, asumía la culpa y se comprometía a no atacar de nuevo el orden constitucional. Hubo tanta polémica en torno a este mensaje que se llegó a temer la pérdida de la mayoría absoluta en la Comunidad. No fue así pues Alfonso Rueda obtuvo nada menos que 40 diputados, pero el foco del debate se desvió durante los últimos días y lo de ayer trajo a más de uno recuerdo de aquello.
"Sin reflexionar"
"Me da la sensación de que lo ha dicho sin reflexionar mucho sobre las consecuencias de lo que decía", comenta un barón popular a El Independiente, aunque no necesariamente con tono de disculpa. Otro barón con mando en plaza intenta quitarle hierro al asunto reduciéndolo a una "serpiente de verano", sin más consecuencias electorales. Pero entre los populares comienza a instalarse la sensación de que esta campaña arrancó "con el máximo electoral en las encuestas" y que la sucesión de actos y de mítines "no contribuye a sumar".
Lo cierto es que los sondeos hablan de una gran recuperación del PP, que en 2019 firmaron unos exiguos 13 eurodiputados y ahora apuntan a entre 23 y 24. Pero, por contra, los socialistas no dan signos de desgaste y eso que el trabajo de campo de los estudios conocidos este lunes se realizaron con todas las cartas sobre la mesa: aprobación de la amnistía, 'trama Koldo', investigaciones en torno la esposa de Sánchez, Begoña Gómez... Otro dirigente habla de "profecías autocumplidas", cuando se rebajan las expectativas electorales.
Génova cree que se les quiere "amedrentar"
Génova, a la que colocan en el ojo del huracán cuando se producen estas situaciones, insiste en que lo noticioso hubiera sido descartar una moción de censura en lo que queda de legislatura o anunciar, por el contrario, que se va a presentar. Y tras considerar que "no ha pasado ni una cosa ni la otra" lo que se hace es "ruido para amedrentarnos". Y recuerdan, precisamente, lo acontecido durante las gallegas, cuando "pusieron" en boca de Feijóo "un supuesto pacto con Junts y logramos mayoría absoluta, y en Cataluña, donde multiplicamos por cinco nuestro resultado. Les vale todo para atemorizarnos y que olvidemos sus desmanes, pero no lo van a conseguir".
A lo largo del día en el equipo de Feijóo fueron subiendo el tono contra el Gobierno y el PSOE, que se movilizó -María Jesús Montero, Félix Bolaños, Óscar Puente, Santos Cerdán, Esther Peña...- para acusar al líder del PP de "hipocresía absoluta". Y el PP replica: "Aquí lo único cierto es que quien ha entregado todo a los independentistas es Sánchez y nosotros ni lo hemos hecho ni lo haremos". Se aferran además a la tesis que votar al PP supone acortar la legislatura porque "profundizaría en la debilidad electoral y parlamentaria" del presidente del Gobierno.
Contra Vox y su "pinza" con el PSOE
Pero no sólo, porque también responden a Vox, cuyo portavoz, José Antonio Fúster, dijo que jamás se sumarían a una moción con Junts, dado que este no daría sus votos gratis. "¿Qué va a negociar, la Presidencia de la Generalitat, ponerle una plaza con su nombre o un piso en la Diagonal?", dijo ayer sarcástico en rueda de prensa. Los populares aprovechan para denunciar una "pinza" PSOE-Vox contra el PP, como demuestra, aducen, que ambos partidos se hayan "aliado para tumbar los presupuestos en Sevilla, la cuarta ciudad de España".Presionado a su izquierda y a su derecha, en Génova creen que la campaña de Vox "no la diseñaría mejor el propio Pedro Sánchez" y apelan al voto útil en torno a la siglas populares para "dar un revolcón" a éste.
Quieren cerrar así el debate en torno a una moción de censura contra Sánchez que requeriría el voto de los 137 diputados del PP, los 33 de Vox, a los que podrían sumar los dos de UPN y de Coalición Canaria. Bastaría el apoyo del PNV, con cinco escaños, o de Junts, con siete, para que prosperara. De hecho, tras su triunfo electoral el PP se sondeó tanto a los nacionalistas vascos -que se negaron en redondo a participar en ninguna fórmula que incluyera a Vox- como a Junts, que exigió la amnistía, el referéndum de autodeterminación que Puigdemont volviera como Tarradellas y que les pidiera perdón el Rey. De ese paquete una de ellas ya se ha cumplido, que es la impunidad para el ex presidente de la Generalitat -ante los graves delitos cometidos en 2017- y la segunda, aún abierta, es la posibilidad de su regreso como un hombre libre.
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