No es un relevo cualquiera. Quien vaya a sustituir a Juan Ignacio Vidarte al frente del Museo Guggenheim Bilbao deberá reunir numerosas cualidades profesionales, personales y de conocimiento en la gestión museística y artística, así como de la realidad y cultura vasca. Quien ha liderado la pinacoteca bilbaína desde los inicios abandonará el puesto el próximo mes de otoño y la Fundación Solomon Guggenheim ya ha puesto en marcha el proceso de captación de candidatos. Lo ha hecho a través de la agencia de cazatalentos Antonia Josten, especializada en este tipo de procesos, y con sede en Berlín.

El plazo de presentación de candidaturas, que el Museo ha colgado en su página web, se inició ayer y se cerrará el próximo 30 de junio. El propio Vidarte ha subrayado estos días la importancia que tendrá este proceso que por primera vez en sus 27 años en marcha llevará a cabo la institución museística que cambió Bilbao. Quien le sustituya recibirá un Museo en sus mayores cotas de visitantes, con un compromiso de apoyo institucional renovado, un proyecto de expansión en la reserva de la biosfera del Urdaibai con no pocas voces críticas y un ‘competidor’ o ‘aliado’, según se mire, como el Museo de Bellas Artes de Bilbao en plena ampliación.

Algunos de los méritos que se valorarán dan ventaja, en igualdad de condiciones, a cualquier aspirante vasco que cumpla con el resto de requisitos. Pese a que el conocimiento fluido de euskera no es una exigencia –Vidarte no lo habla- sí figura como un mérito a tener en cuenta, al igual que el conocimiento de las otras dos lenguas ‘oficiales’ en el museo: el inglés y el castellano. Junto a ello, en este proceso se tendrá en cuenta que los aspirantes a dirigir esta institución tengan un conocimiento “de la realidad institucional" y del "contexto socio-cultural” del museo, no en vano son el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia los principales sustentos públicos del mismo.

Otro de los filtros que reduce sin duda el número de candidatos o candidatas es tener que acreditar al menos diez años de experiencia en un nivel de alta dirección en alguna “organización artística, en un museo o en un organismo de carácter cultural". Además, quedan excluidos los y las candidatas que cuenten con una edad avanzada, que les sitúe más cerca de su jubilación que de adentrarse en la consolidación de su carrera profesional. Juan Ignacio abandona su puesto con 68 años. El Guggenheim Bilbao busca candidato para al menos los próximos diez o quince años.

Perfiles con "valores"

Además de capacitación y experiencia, es necesario demostrar un modo de ser. El perfil de la persona que se busca hace mucho hincapié en sus cualidades más personales, en los “valores” que deberá acreditar. Así, el primero que se cita es el de la “integridad en el desempeño de sus funciones” además de “criterio y buen juicio”. También se demanda “flexibilidad” y “espíritu crítico”. Se busca alguien empático, con habilidades comunicativas y con capacidad para crear equipos de trabajo, demostrar liderazgo y capacidad de motivación.

El conocimiento del mundo del arte y la experiencia en el ámbito museístico se da por supuestos. También se tendrá que demostrar cierta competencia de “gestión, planificación, organización y administración” en este tipo de organismos o al menos en una organización internacional. La particularidad de organismo público-privada del Museo Guggenheim requiere cierto “conocimiento de la realidad institucional” vasca y del contexto en el que se desarrolla el museo.

El perfil del candidato o candidata se completará con una acreditada capacidad para la captación de fondos, de “desarrollo de audiencias, promoción y relaciones públicas”. También se requerirán habilidad comunicativa “escrita y hablada” y capacidad para hacer presentaciones en público y ante los medios de comunicación.

El proceso deberá agilizarse a lo largo de los próximos meses. La pinacoteca quiere arrancar el próximo curso con el relevo prácticamente cerrado. Por el momento uno de los nombres que más ha sonado como posible sustituta de Vidarte es el de una mujer: Miren Arzalluz. Los requisitos del proceso de selección conocidos ayer conceden más opciones a un perfil como el suyo.

Arzalluz, ¿posible candidata?

Además de dominar las tres lenguas 'oficiales' del Guggenheim, Arzalluz cuenta con una dilata y reconocida experiencia en la gestión museística y artística. Desde el año 2018 dirige el Museo de la Moda de París, sustituyendo a Olivier Saillard, el primer director desde su apertura. Licenciada en Historia por la Universidad de Deusto, Arzalluz, hija del histórico dirigente del PNV, cuenta con un máster en Historia del Arte y en Política Comparada. En su trayectoria también se incluye el Museo Balenciaga de Getaria, donde ejerció como comisaria y responsable de colecciones entre 2006 y 2013. Además, en su currículum figuran estancias en el Royal Ceremonial Dress Collection de Londres y en el Victoria & Albert Museum.  

El aún director general del Guggenheim Bilbao aseguraba en palabras a El Independiente que quien le sustituya tendrá que ser consciente de que se trata de un museo con un modo de funcionamiento particular que determinará su margen de actuación. Además le recordaba que junto a la dirección de un museo de la envergadura e impacto internacional de la pinacoteca bilbaína deberá saber ejercer como de “icono, un embajador y eso implica una responsabilidad”: “Lo que se está buscando es un conjunto de requisitos: experiencia y cualificación profesional, cualidades y valores personales que encajen con los de la institución, capacidad para tener un cierto recorrido en el tiempo para desarrollar un proyecto”, aseguraba Vidarte.

Incluso señalaba que “la integridad y la coherencia” se valoran al ser esencial el mantenimiento de “los principios de funcionamiento de la institución”: “Debes mantenerlos sin perder de vista el rumbo del museo que siempre debes tenerlo claro. Hay que tener claro cuál es tu horizonte y no desviarte porque pequeñas desviaciones, si nos las corriges, pueden llevarte donde no quieres”.