La historia de los últimos quince años del ex presidente de la Generalitat Francisco Camps (Valencia, 1962) se escribe con una sucesión de cifras: diez juicios; 100 personas entre jurados, jueces y magistrados, además de un total de otros 600 ciudadanos que han tenido que responder a cuestiones sobre su persona en calidad de testigos, imputados, investigados, peritos, guardias civiles, policías nacionales, altos cargos, funcionarios, empresarios, proveedores, economistas o abogados. La semana pasada se cerraba su última, y décima, absolución judicial, aún a falta de sentencia firme, aunque todo apunta al fin de este periplo.
Y ahora vuelve con ganas de regresar a la arena política nacional, al proyecto de Alberto Núñez Feijóo, después de haberlo sido todo en la Comunidad valenciana. En esta entrevista con El Independiente, se reivindica y hasta muestra su empatía con la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, tras conocerse que declarará ante el juez Juan Carlos Peinado el 5 de julio en calidad de imputada.
Pregunta. -¿Cuál ha sido el momento más duro para usted en los últimos quince años?
Respuesta. -Posiblemente el día que supe que alguien había dicho que yo había cometido una irregularidad. El primer día de los quince años para mí fue increíble, brutal, brutal. Luego hubo otros momentos muy duros como el de la apertura de juicio oral y tener que dimitir (de presidente de la Generalitat). Y, una vez absuelto por un jurado popular, absolución ratificada por el Supremo, comienza de repente una nueva investigación, y luego otra y otra... Me dije, esto no va a acabar, esto va a ser muy largo. Como ya les dije a Rajoy y a Cospedal esto no va de trajes.
P. -Se ha dicho que las sucesivas absoluciones son una demostración de la lawfare que beneficia a la derecha.
R. -Yo no creo en la lawfare, sí que en diez juicios, todos ellos sobre la base de la nada, han pasado 100 jurados, jueces o magistrados, además de otras 600 personas -testigos, imputados, investigados, peritos, Guardia civil, policía nacional, altos cargos, funcionarios, empresarios, proveedores, economistas o abogados- para preguntarles sobre mí. Se dice pronto, y he salido indemne.
"La responsabilidad es siempre personal".
P. -Esperanza Aguirre habló de la responsabilidad in vigilando y estrechos colaboradores suyos, como Ricardo Costa, fueron condenados, además de implicarle a usted. ¿Ha tenido responsabilidad política?
R. -Todas las hipotéticas referencias que ha habido sobre mi persona han sido solventadas, han sido sustanciadas en juicios posteriores y he sido absuelto. Es importante que lo tengamos claro. La responsabilidad es siempre personal. Aquí cada uno ha de ser responsable de sus propios hechos. Yo, políticamente, como presidente, soy responsable de hacer colegios, hospitales y tener unas saneadas cuentas públicas. Y luego los valencianos son los que dirimen las responsabilidades políticas en las urnas. En el año 2011, imputado por los trajes, me votaron mayoritariamente, por lo tanto esa responsabilidad política también quedó aclarada.
P. -¿Ha vuelto a tener contacto con Ricardo Costa o Álvaro Pérez?
R. -No, no. Con Álvaro Pérez es que nunca tuve contacto.
P. -Se oyeron unas conversaciones muy elocuentes.
R. -De Navidad. Una conversación. Es que como se ha repetido millones de veces, parece que he hablado toda la vida con él. Tres años de grabaciones de estos señores y sólo hay una conversación la tarde noche de Nochebuena.
P. -Hay expresiones como la de "amiguito del alma" que le van a perseguir de por vida.
R. - Desde luego. Le dije a la Fiscalía Anticorrupción que la volviera a poner en el último juicio y ya no se atrevió. Me da exactamente igual. Las hemos oído quinientas mil veces, son absurdas y además exculpatorias por que no dicen nada y luego, hablo con mi mujer y digo se le devuelven los regalos.
P. -¿Se ha sentido en algún momento maltratado o abandonado por su partido?
R. -No. Yo estaba muy concentrado en lo mío. Cuando uno es presidente de la Generalitat y preside un partido tan importante a nivel autonómico, tiene que asumir la responsabilidad de todo lo que conlleva, para lo bueno y para lo malo. Yo no soy como Sánchez llorando cinco días para escribir una carta de amor. No hay que aferrarse al cargo. Me ha permitido vivir muy tranquilo hacer lo que tenía que hacer y nadie me podía ayudar. Al final el juzgado es el juzgado y yo no he huido en el maletero de un coche a Waterloo y luego he pedido la amnistía. He estado colaborando con la justicia y repitiendo desde el primer minuto 'soy inocente, no es verdad, no hay nada...' Me han propuesto cuatro o cinco veces acuerdos con la Fiscalía y no he aceptado ninguno.
P. -¿Y nunca temió que un juicio se le estuviera torciendo?
R. -Ha habido momentos de mucha zozobra y de mucha angustia personal.
"No soy del PP de la Gürtel, en absoluto y lo he demostrado durante quince años"
P. -Ha dicho que quiere volver a la política, pero para algunos miembros de su partido representa al PP del pasado, al PP de la Gürtel.
R. -Obviamente no soy de ese PP, en absoluto y lo he demostrado durante quince años. Es absurdo que se me ligue con una etapa y una época en la que nada he tenido que ver, ni directa ni indirectamente. Hice una carrera acumulando experiencia, de lo más pequeño a lo más alto. Ese patrimonio personal mío ya está acumulado y fueron los mejores años de la Comunidad Valenciana. Forma parte del patrimonio que aporto. La lucha ha sido feroz y ello debe conllevar algún tipo de expectativa. Además, la izquierda nunca me ha dejado en paz y siempre me ha tenido en la primera línea política.
P.-Ha recibido el apoyo de Isabel Díaz Ayuso para volver.
R. -Lo sé. Me encanta el liderazgo de Ayuso. Ayuso y Almeida forman un tándem que me recuerda mucho al mío con Rita Barberá.
P. -Habló con Alberto Núñez Feijóo. ¿quedaron el algo?
R. -En vernos y hablar. Es consciente de mi interés por volver a la primera línea política.
P. -Ha dicho que le gusta el liderazgo de Ayuso, ¿le gusta el de Feijóo?
R. -Por supuesto. Yo viví dos liderazgos muy interesantes, el de Mariano Rajoy y el de Esperanza Aguirre. Aportaron mucho al proyecto nacional del partido. Los líderes nunca tienen miedo de otros líderes.Estoy convencido de que Feijóo no tiene ningún miedo de otro líder.
"Sé lo que estarán viviendo en esa casa, lo que es estar hablando con los abogados, lo que va a ser ahora mirar la prensa todos los días"
P. -Hemos conocido que el juez Peinado ha llamado a declarar a Begoña Gómez el próximo 5 de julio. ¿Cuándo ve un proceso como este, siente algo especial después del periplo que ha vivido?
R. -Absolutamente.
P. -¿Cierta solidaridad?
R. -Sí sí, absolutamente. En Paco Camps todo el mundo, sea de donde sea y venga de donde venga, que se ve inmerso en estas cosas va a tener mi comprensión y solidaridad. Yo no sé si ellos conmigo. No me importa, pero desde luego yo sí porque sé lo que es esto. Yo sé lo que estarán viviendo hoy en esa casa, lo que es estar hablando con los abogados, lo que va a ser ahora mirar la prensa todos los días, eso lo sé perfectamente. Solidaridad absoluta porque, ante todo, seres humanos.
P. -¿Se ha sentido traicionado? ¿Se ha visto sorprendido por alguien?
R. -Vamos a ver, no me sorprendió.
P. -A qué atribuye declaraciones como las de Ricardo Costa incriminándolo.
R. -Al puro miedo. Porque eso fue en el mes de enero y en diciembre estábamos en una comida de Navidad (2017), él, su mujer y un grupo de doce o trece personas del equipo de mi partido y del gobierno. Me dijo 'no te preocupes presidente, como te he dicho aquí no hay nada'. Incluso se trajo una auditoría, que habían vuelto a actualizar, de las cuentas del partido y de las campañas. Me las puso sobre la mesa. 'Esto está perfectamente cerrado, no va a pasar nada', pero no por mí, sino por él porque era el secretario general y responsable de las finanzas del partido. Ese fue un momento realmente duro. Cada uno maneja el miedo como cree conveniente y es legítimo. De hecho, en este juicio, todos los que se negaron a un pacto con las Fiscalía salieron absueltos y eso no lo cuenta nadie. Pasó también en el caso Noos.
"Había que acabar con el PP de la Comunidad Valenciana"
P. -¿Se ha parado a pensar por qué le ha pasado lo que le pasó?
R. -Había que acabar con el PP de la Comunidad Valenciana. Con Madrid suma la cuarta parte de la población española y eran los bastiones sobre los que se sustentaba la mayoría absoluta del partido. Era un problema político, porque yo jamás había hecho nada ni indicado nada que no fuera regular.
P. -¿Dónde se ve en política?
R. -He sido lo máximo que se puede ser en la política valenciana y puedo ver el futuro con paciencia y serenidad. Hace veinte años conseguí lo máximo en el mejor de mis sueños.
P. -Pero puesto que lo ha sido todo en la política valenciana estamos hablando de la política nacional.
R. -Obviamente, claro, al servicio del proyecto nacional, de Feijóo. Por supuesto.
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