"No me quebrarán". Pedro Sánchez lo repite una y otra vez desde que resolvió su periodo de reflexión de cinco días, desde que decidió quedarse en la Moncloa tras la apertura de diligencias contra su mujer. Y ese grito de guerra, de resistencia, es el que reiteraba este martes a última hora de la tarde en una nueva misiva para defenderse de la citación como imputada de su esposa para el 5 de julio.

Un espíritu de combate que es el que la Moncloa y el PSOE desean imbuir a sus electores en las elecciones europeas de este domingo: que se movilicen para "condenar" y "rechazar las malas artes" de las derechas. Y es lo que están convencidos de que puede ocurrir: que el revés judicial al presidente del Gobierno sirva para llamar al voto a los ciudadanos progresistas, reagruparlos, y se consiga asestar la estocada definitiva a Alberto Núñez Feijóo. Que la declaración de Begoña Gómez, por tanto, actúe de acicate electoral este 9-J. El objetivo que plasmaba negro sobre blanco el líder socialista en ese nuevo escrito colgado en X. Porque la tesis que sostiene el Ejecutivo es que si la derecha "sobreactúa", se puede "activar más" el votante socialista. Como resume un ministro: "Cuando te tocan el estómago, reaccionas".

En el Ejecutivo recuerdan que lo habitual es que el juez llame al investigado al admitir la denuncia o tras las testificales y las documentales, no ahora, "sin testigos y sin pruebas"

En la sala de máquinas del Gobierno y del partido no sorprendió, no podía sorprender, decían, el movimiento del titular del juzgado de instrucción número 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado. Entraba dentro de lo esperado, indicaban en el círculo de confianza de Sánchez: la llamada a declarar de Gómez, para dentro de un mes, como imputada por presuntos delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias a muy pocos días de los comicios. A cinco. Con la intención de "interferir" en el resultado electoral, tal y como señaló el jefe del Ejecutivo en la carta publicada en redes sociales. Una misiva, por cierto, escrita de nuevo en solitario, sin sus asesores, según ilustraban a este diario fuentes oficiales.

Que no pillara por sorpresa la actuación del juez no quiere decir, no obstante, que en la Moncloa crean que tiene sentido. Es más, defienden que "no se sostiene desde el punto de vista procesal", que "no tiene ninguna lógica". Como explican fuentes gubernamentales, hay dos fórmulas habituales. Una primera, y es que tras la admisión a trámite de una denuncia y la apertura de diligencias, el instructor llame a declarar a la persona investigada. Y otra, que entiende que no hay indicios sólidos y que la cite una vez practicadas las testificales y documentales. Pero el magistrado no ha hecho ni una cosa ni la otra: "Lo sorprendente —señalaban desde la Moncloa este martes— es que no llamase a Begoña al principio y lo haga ahora sin concluir las declaraciones de los testigos y sin pruebas", porque el informe que le entregó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no encontró indicios que la incriminaran. "Cualquier jurista te dice esto mismo. No tiene lógica ninguna, más allá de la intención del juez de interferir en la campaña. Es bastante obvio. El asunto se archivará, antes o después. No tiene base", indicaban fuentes del Ejecutivo.

El presidente va más allá de las palabras medidas de la portavoz y apunta al juez. E insiste en que solo hay un "zafio montaje" impulsado por asociaciones ultraderechistas

Por esa misma razón, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien monopolizó las respuestas sobre el caso Begoña Gómez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, expresó la "extrañeza" del Gabinete con la decisión del juez Peinado. "Extrañeza" por la "casualidad" de que el conocimiento de la citación de la mujer del presidente, prevista para el 5 de julio, llegue "precisamente esta semana", a cinco días de las europeas. Y "absoluta tranquilidad" porque no hay "nada de nada", porque el Gobierno tiene la certeza de que no hay caso, de que no hay delito. Lo repitió el propio Sánchez en su carta: "No hay nada detrás de esta acusación, solo un zafio montaje impulsado por las asociaciones ultraderechistas demandantes", Manos Limpias y HazteOír.

Que el lector / ciudadano / votante extraiga sus "conclusiones"

La comparecencia de Alegría, como relataban en su equipo, había sido muy medida. Muy calibrada. La portavoz no llegó en ningún momento a acusar de "prevaricación" al juez, aunque desde luego sí evidenció el malestar del Gobierno con su decisión. Le estaba reprochando el momento elegido y las formas —porque Sánchez tuvo noticia de la citación a través de los medios de comunicación. Pero automáticamente la ministra cargó las tintas contra "la máquina del fango". Lo que el presidente llama "coalición ultraderechista" de PP y Vox.

Esto no es agradable para nadie, pero no estamos preocupados: cuanto más se sobreactúe, más puede activarse nuestro electorado", dice una ministra. "Es tan burdo que da vergüenza", clama la candidata socialista, Teresa Ribera

En la Moncloa reconocían que un magistrado puede citar a una persona en el marco de una investigación, pero "lo esencial es el cómo y el cuándo", y lo habitual es que no se tomen decisiones de este calado en medio de un proceso electoral, por el impacto que pueda tener en las urnas. "Resulta evidente que esta práctica no se ha respetado. Dejo al lector extraer sus propias conclusiones", deslizó Sánchez, en un claro reproche a Peinado. La tesis es evidente: a su juicio, se busca "interferir en el resultado del próximo 9 de junio". Y estaba señalando implícitamente al juez. "Es tan burdo que da vergüenza. Nosotros vamos a defender el funcionamiento de la democracia, a nuestro presidente legítimamente elegido, el orden constitucional", clamaba Teresa Ribera por la tarde desde Vigo.

Pero los socialistas están convencidos de que ese intento de "interferencia" se puede desactivar. "Cuando las cosas son tan obvias, se pueden volver en contra de quienes las impulsan", sentencia un ministro de peso. Otra integrante más del primer anillo de poder del presidente coincide: "Es evidente que esto no es agradable para nadie, pero no estamos preocupados, porque cuanto más se sobreactúe, más puede activarse nuestro electorado". Otro miembro del Gabinete comparte esta visión: "A nosotros nos moviliza a la contra. Porque cuando te tocan el estómago, reaccionas".

Eso es justo lo que Sánchez pide en su segunda carta a la ciudadanía. Un escrito en el que realmente se dirige a sus electores, y les pide que respondan a lo que entiende como una operación lanzada por la derecha con un voto masivo al PSOE en las urnas: "Dado que tratan de interferir en el resultado del próximo día 9 de junio, ojalá sus promotores", Feijóo y [Santiago] Abascal, "encuentren la respuesta que merecen en las urnas: condena y rechazo a sus malas artes".

Para los socialistas, la derecha "se está pasando de frenada", y también ayuda la polarización del electorado y la rapidez de los tiempos: "La política deglute todo en minutos"

Si en la cúpula socialista confían en que el bumerán se vuelva contra el PP es porque "se está pasando de frenada", porque está exprimiendo el caso que afecta a la mujer del presidente del Gobierno sin ninguna prueba. Este mismo martes, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso adelantó que montará (en octubre) en la Asamblea regional una comisión de investigación sobre la actuación del rector de la Universidad Complutense, para aclarar qué "favores" hizo a Begoña Gómez. Pero también influye, aducen en la dirección socialista, la enorme polarización, de tal manera que no hay trasvases de votos entre bloques.

Y es capital, añade un miembro de la dirección parlamentaria en el Senado, la velocidad con que se digiere la actualidad, la rapidez con que unos temas suceden a otros, sin que ninguno pueda permanecer en el tiempo días y días: "Ellos mismos [en el PP] van amortizando las cosas en la conversación pública. La política deglute todo en minutos. Decir hoy lo que no va a pasar el domingo es un atrevimiento". La lectura de los socialistas es que el PP no ha logrado en esta campaña del 9-J "controlar la conversación pública", pese a su intento de que estuviera monopolizada por la amnistía y Begoña Gómez. En las autonómicas y municipales de hace un año "sí lo consiguieron": los populares llevaron en todo momento el ritmo de la campaña, primero con las listas de Bildu que habían integrado a condenados de ETA, y después con el presunto fraude del voto por correo.

¿Quién domina la conversación pública?

"En estas europeas, la pulsión de la campaña no la han tenido los del PP en ningún momento —continúa esta fuente—. Quien marcó la campaña fue Javier Milei", el presidente argentino, con su discurso contra Sánchez y su esposa, "y eso dejó diluido al PP". La visita del mandatario libertario colocó el debate donde el PSOE quería: el combate contra la derecha y la ultraderecha, el discurso ideológico y emocional que sirvió a Sánchez en las generales del 23 de julio y del que no se ha separado en estas europeas.

El PSOE persigue ganar al PP, pero quedarse uno o dos escaños por debajo se sentiría como una victoria: "Si el PP no gana muy bien, se le acabó su estrategia de oposición"

En las alturas del partido y del Gobierno apuntan que los trackings son buenos —al menos, hasta ahora—, y siguen confiando en quedarse muy cerca del PP. La previsión de Ferraz es quedarse uno o dos escaños por detrás de los populares, y eso sería un respiro porque hace no tantas semanas Génova pensaba vencer con una distancia sideral del PSOE. Pero, como han indicado todas las encuestas, Sánchez —y su candidata, Teresa Ribera— resiste. "Si el PP no gana muy bien y nos saca mucha ventaja, se le acabó su estrategia de oposición. ¿Qué va a seguir haciendo, hablar de Begoña y de la amnistía?", se preguntan en el entorno del presidente. Hay dirigentes socialistas que apuntan que, aunque sea muy difícil, cabe la opción de ganar, aunque sea por poco, a Feijóo.

Y ese empujón es el que precisamente busca Sánchez con su segunda carta. Su propósito es claro: dar la vuelta a un revés (en este caso, personal) para convertirlo en un impulso positivo. Que la citación como imputada de su mujer pase a ser un revulsivo en las urnas. El PSOE ya logró resignificar en las generales el insulto Perro Sanxe, en estas europeas intenta hacerlo lo mismo con la etiqueta que Milei endosa a la izquierda —"los zurdos"—.

Sánchez busca que la citación de su mujer se convierta en un revulsivo electoral, como lo fueron 'Perro Sanxe' o ahora "los zurdos"

Ahora, el jefe del Ejecutivo persigue clavar un salto mortal: que la acusación que pesa sobre su esposa ayude y tire de su partido en las urnas. Que concentre el voto progresista en torno al PSOE. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Sumar, se vio venir la jugada y advirtió de que esto "no va de cartas", que "a la derecha se le para con hechos".

Los socialistas están animados porque ven buena respuesta en los mítines, superior a la de otras europeas, unas elecciones que no despiertan muchas pasiones y que tienen difícil movilizar al electorado, y no ven elementos que les hagan sospechar que el 9-J les pueda ir mal. Ya no oyen el "¡que te vote Txapote!" de las autonómicas y municipales. "Es que ayer estuve en la Feria del Libro de Madrid y la gente me paraba, y antes eso no me pasaba", apunta gráficamente un ministro.

"Hace ruido, pero cada uno tenía ya su idea"

Por el momento, por tanto, en el PSOE y en el Gobierno no ven nubarrones por la citación de Gómez. "La noticia refuerza, de hecho, el marco que Pedro instaló a partir de su reflexión de cinco días, y es que está en juego algo más que unas europeas", apunta un alto mando del partido. "Lo de hoy [por este martes] hace ruido, pero cada uno tenía ya clara su idea", comparte un barón. Otra líder regional tiene más dudas de que la estrategia funcione, pero prefiere pensar en que el impacto no sea negativo para el partido.

Para un veterano dirigente, lo sucedido no añade novedades, porque la derecha ya tenía enfilada a Gómez y la izquierda "ha metabolizado que es una investigación con finalidad política"

"La única novedad es que un juez activista conservador confirma que cita como investigada a Begoña —aseguran fuentes próximas a Ribera—. La derecha ya la venía tildando de tal, y la izquierda ya ha metabolizado que es una investigación con finalidad política: promovida por un pseudosindicato de ultraderecha [Manos Limpias], en contra del criterio de la Fiscalía, e instruida por un juez activista de derecha. Paradigma de lawfare, vamos. La espiral hiperbólica está agotada. Ya todo da igual. Ya lo decía Donald Trump en 2016: 'Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes'. Lo mismo tras su condena de la semana pasada. Cuando se han pasado ya todas las líneas rojas, nada impacta. O solo lo hace estimulando la reacción en las propias filas. Esta noticia no nos quita el sueño en absoluto. Convirtamos a Begoña en otro Perro Sanxe y en otra zurda".

Para los socialistas, el PP no puede estirar demasiado el caso Begoña Gómez, ni de forma eficiente, porque la causa es menor: "Aunque se empeñen en repetir la estrategia de la legislatura 1993-1996, la de la corrupción del Gobierno de Felipe [González]... esto no es Luis Roldán —expresa un veterano dirigente—. La derecha no añade un solo voto por esto. Llevan todos estos años al borde de un clímax que no acaban de alcanzar. Los votantes que nos dejaron ya no volverán. Y los dudosos son más de nuestro bloque. Podrían votar tal vez a un PP más moderado, tipo Soraya Sáenz de Santamaría, pero no a este PP 100% ayusizado".

La dirección confía en que no se tuerza la campaña socialista. "Y si no", ironiza un alto mando, "siempre nos quedará Feijóo"

Pero, a fin de cuentas, todo son lecturas, pronósticos, sensaciones. La única certeza vendrá el domingo, con las urnas. Lo que existe es, por tanto, la confianza en que la citación de Gómez no arruine las expectativas electorales de un PSOE que ambiciona la "remontada" y que cree que la puede conseguir. "Y si no", concluye con ironía un alto mando, "siempre nos quedará Feijóo". Un resbalón del líder del PP que vuelva a girar la campaña en su contra.