Tres personas en un BMW X2 de color gris golpean un Citröen blanco y empiezan a disparar contra sus ocupantes. Uno cae al suelo y lo rematan, el segundo consigue escapar y es trasladado a un hospital de Madrid. El fallecido es Borja Villacís, hermano de la expolítica Begoña Villacís, conocido líder de UltraSur e imputado en causas de narcotráfico por blanqueo de capitales en la Audiencia Nacional.

El suceso tuvo lugar este pasado martes en una carretera a las afueras de Madrid. La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y detuvo a una mujer que huyó en el vehí culo gris. El golpe en su lateral izquierdo fue clave para identificarlo, a pesar de que le habían cambiado las matrículas. Se busca a una o dos personas que pudieron ayudarla en lo que parece un ajuste de cuentas.

Los asesinatos mediáticos a plena luz del día no son el pan de cada día de los policías españoles. Es un fenómeno residual que se circunscribe, sobre todo, a la zona de la Costa del Sol y de Levante. E incluso en esas partes de la geografía española los actores son desconocidos para el gran público. "Son miembros de bandas, los conocemos nosotros y entre ellos, pero ya", señala una fuente policial consultada.

Ni Italia ni Países Bajos

"Saben que si matan a alguien vamos a terminar cogiéndoles, no se la juegan", afirma un mando policial. España está lejos de parecerse a Italia o a Países Bajos. Se desconoce que, tras ETA, haya abogados amenazados por bandas criminales. O Fiscales que hayan aparecido con un tiro descerrajado en mitad de la calle.

En Países Bajos, por ejemplo, la Mocro Maffia obligó a la heredera al trono del país, Amalia de Orange, a refugiarse en España tras ponerle precio a su cabeza. Aquí pasó un año entero, estudiando y viviendo en el centro de Madrid, custodiada 24 horas por agentes de la Policía Nacional. Es este, para los que saben de criminalidad, un ejemplo de que estamos lejos de otros países vecinos.

Esa organización criminal, la Mocro Maffia, es la que domina el mercado de la cocaína en Europa. Es un grupo que sin una estructura cerrada, donde bandas con distintos jefes se reparten las cuotas de poder. En España está asentada en la Costa del Sol, precisamente donde más tiroteos se han producido en lo que va de año.

El pasado 25 de mayo, un hombre resultó herido de de bala en mitad de la madrugada en Estepona, en Málaga. Se encontraron casquillos de un subfusil automático. Desde el pasado 10 de febrero se han registrado 11 tiroteos en la costa malagueña: seis en Marbella, tres en Mija, otro en Fuengirola y el último este de Estepona. Por el momento no hay muertos, pero sí seis heridos.

Dos casos mediáticos

En los últimos meses, hay dos ejemplos más de que los sicarios andan por España. Uno es el intento de asesinato al político Alejo Vidal-Quadras en pleno centro de Madrid. El otro el de un ruso en Alicante. En el caso del fundador de Vox, un hombre se bajó de una moto y le pegó un tiro en la mandíbula. Milagrosamente sobrevivió. La causa la lleva la Audiencia Nacional como un caso de terrorismo. Por ahora se busca a dos personas: un francés de origen tunecino, al que se considera el pistolero, y a un marroquí, al que los investigadores sitúan en la cúspide como cerebro del ataque. Vidal-Quadras siempre ha señalado al régimen iraní como impulsor del atentado. "Veremos a ver en que queda eso", comenta una fuente con experiencia en homicidios, torciendo el rostro.

El último caso es el de un joven ruso que desertó en mitad de la guerra hacia Ucrania. Pilotaba un helicóptero puntero del ejército de su país natal que entregó al hasta ese momento enemigo. Huyó a Villajoyosa, en Alicante, donde llevaba una vida con otra identidad, aunque tenía algunos problemas con la bebida y la noche. Apareció muerto en un párking con seis disparos de bala y unos casquillos de una pistola Makarov, típica de la Unión Soviética.

Tres hechos puntuales pero que dan una idea de que los que aprietan el gatillo le tienen menos respeto a los apellidos de las víctimas y a aparecer en televisión. "Nuestra sensación es que no hay impunidad y que no vienen aquí a matar", subraya otra fuente consultada.