El PP y el PSOE quedarían próximos en esta edición de europeas, por la mínima. Los populares ganarían las elecciones con 21-23 eurodiputados (32,4%), ascendiendo de sus trece actuales (20,2%), y el PSOE igualaría sus 20 representantes, con posibilidad de llegar a los 22, bajando de los 32,9 puntos a los 30,2. Así lo determina la encuesta de SigmaDos para RTVE elaborada a pie de urna, que abren la posibilidad a un empate técnico en escaños, aunque otorga a los populares la victoria por 2,2 puntos. No sería una victoria rotunda como pedía el PP de la candidata Dolors Montserrat sobre el PSOE de Teresa Ribera.

Ciudadanos desaparece de la Eurocámara y pierde sus siete cargos (12,2%), sumando únicamente un 1% de los votos. Crece Vox, desde los tres (6,2%) hasta los 6-7 europarlamentarios (10,4%). La pugna por la izquierda del PSOE estaría igualada entre Sumar, que irrumpe con entre 3-4 (6,3%), y Podemos, que en solitario sumaría 2-3 (4,4%). Se divide el espacio de Unidas Podemos Cambiar Europa, pero no se perderían escaños de ese ámbito.

Por el frente nacionalista, CEUS retendría su escaño, pero pasa del 2,8% a 1,6%. Junts perdería dos de sus tres cargos, y se dejaría la mitad de sus votos, reducido al 2,1%. Ahora Repúblicas podría aguantar con sus tres representantes, aunque cabe la posibilidad de que quede en 2. Baja del 5,6% al 4,3%. Se Acabó La Fiesta (SALF), el partido de Alvise Pérez, sería la gran sorpresa de estas europeas: entraría con entre dos o tres candidatos en el Parlamento Europeo con el 3,9%.

Los resultados oficiales, a diferencia de otras ediciones, se conocerán tarde. Se estima que a partir de las 23 horas, a consecuencia de la espera a que concluya la votación en Italia. Este resultado permitiría al PSOE mantenerse o crecer respecto a la anterior convocatoria. El PP absorbería por completo el voto de Ciudadanos, consolidándose en el centroderecha y como, nuevamente, como ganador de las europeas. Algo que no se producía desde 2014, con la victoria de Miguel Arias Cañete.

Esta proyección llega tras una campaña marcada por un debate de temas nacionales con predominio de la amnistía, pero especialmente la imputación de Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno Sánchez. Por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios privados y tratos de favor, a través de sus contactos con empresarios como Carlos Barrabés. El PP y Vox lo han utilizado para competir con el PSOE, que lo ha reformulado para agitar su denuncia de "fango" y "ultraderecha".