El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se encontraron cara a cara en la sesión de control al Gobierno de este miércoles, tras las elecciones europeas del domingo. Ahí, el dirigente popular pidió a Sánchez, una vez más, que tome nota del contexto político y el deterioro de su mayoría de investidura, y convoque un adelanto electoral. "No tiene mayoría, déjelo ya. Solo tiene una posibilidad", le dijo, sugiriendo que el socialista se abrirá a dejar gobernar en Cataluña a Carles Puigdemont a cambio de aguantar un poco más. Sánchez, sin embargo, rechazó esa disolución del Gobierno y estimó que el Ejecutivo concluirá su labor al final de la legislatura. En 2027.

Preguntando si cree que el Gobierno es sostenible, el presidente del PP empezaba su intervención recordando a Sánchez las palabras del día de su investidura, que "cometía un error" por apoyarse en los socios independentistas. También ha sacado a relucir la amnistía, que "no va a ser tan fácil de aplicar, y lo sabía", le dijo, sugiriendo un engaño a Junts y ERC. "Se lo dije, y aquí el resultado", se refirió así al resultado de las europeas del domingo, que se han saldado con dos escaños de diferencia entre PP, con 22, y PSOE, con 20, y unos cuatro puntos porcentuales de diferencia.

Feijóo continuó comentando que Sánchez es un presidente "acorralado" con unos "socios que hacen aguas" y al que acechan los casos de "corrupción". Una alusión, esto último, a la citación de la esposa del presidente, Begoña Gómez, investigada por tráfico de influencias y corrupción en el sector privado, así como la causa abierta por un juez extremeño por el supuesto cobro de un sueldo por parte del hermano de Sánchez, David, de la Diputación de Badajoz. "Una más", contó Feijóo durante los primeros minutos del pleno. Dos investigaciones que surgen de querellas de Manos Limpias. Igualmente, Feijóo recalcó que "la justicia" pide a Sánchez que le deje en paz. Entre esos reproches, el popular señaló que su partido ha conseguido aprobar más iniciativas en la Cámara Baja que el propio Gobierno. Ayer la última, con el apoyo de los socialistas, para iniciar el debate sobre el endurecimiento del castigo por multirreincidencia en hurtos y estafas.

A eso, ya con posterioridad contestaba por redes Rafael Simancas, el número dos del ministro de Justicia, Félix Bolaños. Es secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, lo desmentía:

Sánchez adelanta a Feijóo que este mandato se le va a hacer largo, tanto por el agotamiento que pretende de la legislatura, como por la presión interna en el PP

En el PSOE "nadie se atreve a decirlo, pero lo piensa", dijo el popular, en referencia a lo anterior, y sobre lo poco gestionable que es ya el Ejecutivo por la bajada electoral generalizada de los aliados y por el recelo constante de Junts, que genera más inestabilidad. "No eternice más lo que es inviable", le pidió. De seguido, el líder de la oposición entró de lleno contra Yolanda Díaz para agravar más su retrato del momento: "Tiene una vicepresidenta [segunda] que ha dimitido un poquito. ¿Cree que se puede gobernar así?". Tras ello, Feijóo recordó a Sánchez que iba a ser "un gustazo el ganarme". "El gusto es nuestro", terminó el popular, adelantando que Sánchez recurriría al "fango" y a la "ultraderecha" para desacreditarle.

Tras ello, tomó la palabra el presidente. Cumpliendo las expectativas de Feijóo. Dando la vuelta al argumento, Sánchez le dio la enhorabuena por unos resultados que hace que "los suyos le permitan gobernar desde la oposición un poco más". Una alusión directa a la corriente más dura del PP, la que lidera Isabel Díaz Ayuso. "Se le va a hacer largo", le anticipó Sánchez, asegurando que agotará el mandato. Sánchez afeó a Feijóo haber contribuido a "la maquina del fango" para nada. Solo para conseguir "polarización" y que el PP, frente a otros competidores, "quede en el mismo punto de partida". Con ello, "ha abierto la puerta a la ultraderecha y ha contribuido a la desinformación", dijo Sánchez con clara mirada a Manos Limpias. Incluso le tachó a Feijóo de ser "su portavoz" por difundir sus acusaciones que para el PSOE son fake. Eso ha hecho "que hoy tengamos dos ultraderechas, la de Vox y la de Alvise".

Sánchez le advirtió de que la vuelta al posicionamiento de demanda electoral de generales puede salirle mal "de nuevo" a Feijóo. "En julio pasó lo que pasó, que no aceptaron el resultado de las urnas e hizo aquella frase célebre de que no es presidente porque no quiere. Pero ahora quiere hacer una moción" con Junts, le recordó. Unas palabras del popular durante una entrevista en la que abría esa posibilidad, y que después Génova matizó negándolo. Esta jornada hubo una advertencia clara de Sánchez a Feijóo. "Le digo lo siguiente: en las próximas elecciones habrá tres ultraderechas: la suya, la de Alvise y la de [Santiago] Abascal. Si no, al tiempo", concluyó su réplica el presidente, estimando su victoria.

Agenda social vs. PP, Vox y Alvise

Ya en el turno de Abascal, éste instó a Sánchez a responder a si está "dispuesto a meter a España en una guerra para tapar la corrupción", con mención a los "conflictos diplomáticos abiertos" con la Argentina de Javier Milei tras el acto de Vistalegre, y con Israel por el reconocimiento del Estado palestino. Igualmente, le afeó los "insultos" al húngaro Viktor Orbán, que "pronto será presidente de turno de la UE" y a otros líderes como Donald Trump o Marine Le Pen que alcanzarán la presidencia, ha estimado. La respuesta de Sánchez se ha centrado en un primer momento en destacar que, frente a las "lecciones de patriotismo" de Abascal, sea él el primero que vaya a Jerusalén "a darle una palmadita en el hombro y aplaudir" a Benjamín Netanyahu. Viaje que se produjo, precisamente, tras el reconocimiento palestino. "Esa no es la posición de la sociedad española".

Abascal, en réplica, insistió en "la corrupción" del entorno de Sánchez ya mencionada por Feijóo. Así como el descrédito del socialista entre organismos como el CGPJ. Pero no desaprovechó la oportunidad de atizar al PP, por "no bloquear en el Senado" la amnistía "pudiendo hacerlo". Algo que va contra el reglamento de la Cámara Alta y que fue consultado por los populares a los letrados. Sí renunciaron al conflicto institucional con el Congreso. Además, cuestionaba al PPE, por el "blanqueamiento" que Ursula von der Leyen hace a Sánchez bajo su punto de vista. Tras ello, el presidente de Vox desplegó sus ejes temáticos: inmigración ilegal o campo y Agenda 2030 y Pacto Verde. "Lo intentará todo para mantenerse, lo peor está por venir", adelantaba Abascal.

Sánchez recurría a itinerario frente a Abascal, algo evidencia las demandas de Sumar al Ejecutivo para iniciar la legislatura firme y con medidas de calado social, como publica hoy El Independiente. Denunciando la costumbre de Abascal a recurrir a "la hipérbole", Sánchez reconoció que son "un problema para la ultraderecha" que el PP "no ha hace más que engordar" junto a la de Alvise. Y enarboló su gestión como eje en el que pivotarán nuevas medidas.

"Estamos demostrando que se puede subir el salario mínimo y crear empleo; que luchando contra el cambio climático se puede reindustrializar; o que la igualdad hace que tengamos una sociedad más cohesionada con 10 millones de mujeres cotizando por primera vez en la historia", mencionó. "Usted sale del PP y Alvise de Vox. Son como las muñecas rusas que salen una de la otra. Tres cabezas que durante tres años van a ver cómo se implementa una agenda progresista", cerró el presidente.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián instó a Sánchez, en el cierre de preguntas al presidente, a iniciar una legislación real contra esa ultraderecha, más allá de la retórica o "enviar cartas". "A la gente esto le importa cero, mejoremos sus condiciones de vida. Porque cuando la izquierda no lo hace, la derecha crea cavernas, y la gente entra". Sánchez ha prometido un despliegue de medidas para "mejorar la calidad democrática". No sin criticar que ERC haya apoyado a Junts para hacerse con la Mesa del Parlament.