Primer paso de Sumar para la reestructuración. Este jueves se reúne el Grupo Coordinador del partido [en el que solo están los magentas y no el resto de socios, cuya integración en el 30% de los puestos vacantes quedó paralizada tras las diferencias por la configuración de las listas europeas] para valorar la mejor fórmula de relevo a Yolanda Díaz, quien ha abandonado su puesto como coordinadora general tras el varapalo electoral del domingo en las europeas. Hay posiciones contrapuestas dentro de la formación magenta, entre los que creen que se avanzará unas primeras conclusiones y los que, al contrario, estiman que este proceso será largo. La cita se celebrará en el Espacio Rastro a las 17:00 horas y reunirá a los 80 integrantes de ese órgano. Entre ellos: el portavoz nacional Ernest Urtasun, la secretaria de Organización, Lara Hernández, o el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón.

Fuentes de Sumar advertían este martes que el proceso requería tiempo. Se hablaba incluso después del verano, para aprovechar el parón político y sin sesiones parlamentarias en el Congreso de los Diputados. Sin convocatorias electorales de por medio, en añadido. No obstante, otras fuentes relevantes de la entidad magenta, este miércoles, valoran que sí debería hacerse un planteamiento claro, exprés, que no deje abiertas posibles dudas y alargue un proceso que puede acentuar la inestabilidad del proyecto. Más allá de lo demostrado en las urnas, de falta de pulso con algo más de 811.000 votos.

Estas segundas voces creen que lo primero que hay que ver es quien suple a Díaz en esas competencias internas de partido y eso es algo que hará el sector magenta por su cuenta desde ese órgano competente, el máximo entre Asambleas. Luego, indican, será turno de ver objetivos y mecanismos de la mano del resto de aliados políticos, que suponen el mayor escollo en este proceso de 'sucesión'. El matiz hecho en las últimas horas por Sumar respecto a la continuidad de Díaz es importante. Ella mismo lo hizo en la noche de este martes: no se va, solo cesa en lo que a la configuración del partido se refiere. Seguirá siendo la figura política y la candidata en futuros procesos, así como la interlocutora con el PSOE en el Gobierno. Con Pedro Sánchez.

Será necesaria una reforma de la ponencia política de Sumar si se quiere adoptar un modelo estructural diferente al actual, algo que se debe hacer vía asamblearia

Hernández parte con ventaja para algunos por dos razones: sería un liderazgo femenino y, además, conoce bien Izquierda Unida. Allí, durante la etapa de Alberto Garzón, fue responsable de convergencias del partido. Y ahora, conviene tender puentes con una fuerza aliada que busca un modelo alternativo al actual en lo que a organización de las izquierdas se refiere. Urtasun, por su parte, tiene experiencia política tras sus sucesivos pasos por la Eurocámara. Igualmente, es la voz del partido con los medios en cada comparecencia semanal. Y ostenta competencias de Gobierno con la cartera de Cultura, lo que aviva más el nexo entre Ejecutivo y partido. Un plus con el ya establecido con Díaz. Pero hay riesgo de competencia.

Bicefalia como el PNV o acción política consensuada

Hay dos opciones claras sobre la mesa en las que se puede avanzar a partir de la primera reunión. La primera es optar por un modelo de bicefalia política. Un estilo estructural que en España se identifica con el Partido Nacionalista Vasco. Es decir, que haya un líder orgánico y uno político: Andoni Ortuzar es presidente del PNV, pero concurren en vascas y generales, Imanol Pradales y Aitor Esteban. Díaz sería esa figura política que participaría en los procesos y el liderazgo interno se encargaría de la fontanería del partido y de fijar la orientación ideológica y programática. Figuras cercanas a Díaz defienden esta vía. Pero es la menos idónea para que se cohabite con los socios.

IU y Más Madrid, por ejemplo, que han sido más beligerantes, quieren que la alianza se renueve orientada hacia un espacio más igualitario. "Horizontal" ha solicitado el coordinador izquierdista, Antonio Maillo. Una de las demandas de ellos, antes de que el andaluz cogiese el testigo, ha sido el peso que debe tener cada entidad dentro del espacio de Sumar, de la confluencia. Ese reparto 70-30% no convencía a IU si se replicaba en los territorios, donde es mayoritaria su implantación a excepción de zonas como la Comunidad de Madrid o Cataluña. Arrancó un compromiso de Díaz, para que en los territorios esa cuota fuera moldeable y adaptable a cada contexto. Sobre todo interesaba Andalucía, la federación con mayor peso. Por su parte, los de Mónica García, demandaron plena autonomía y cero competencia en su comunidad. Con la promesa de que Sumar no estableciese federación propia, como pactó en Cataluña con los comunes.

La mejor fórmula para aproximarse a ello sería obviar la figura de coordinador y reformular la Ejecutiva como un seno de debate amplio que dirija la acción política por consenso, a modo de gestora. Aunque se valora a Hernández como eje que lo pilote. Y que así pudiese extender homogeneidad con el resto de socios cuando se integren. La tercera alternativa es que se establezca un coordinador y la alianza de fuerzas pase a ser puramente electoral, como con la Chunta o con Compromís, que han quedado fuera del proceso de confluencia pero se presentaron juntos al 23-J.

A priori, aunque gusta esa bicefalia, fuentes de Sumar apuntan a que este jueves, vía comunicado a primera hora de la tarde, podría optarse por la segunda opción. Por un grupo coordinador sin referente claro. Y a partir de ahí ahondar en ese debate. Un movimiento, pues, rápido sobre el que avanzar en un cambio que anunciar más adelante. Después de debatir la situación con los partidos y de atender a sus demandas. De enfrentarlas. Grupos como Más Madrid han pedido una 'Mesa de partidos' a la que, internamente, saben que deberán atender de inmediato.

Más Madrid pide establecer una Mesa de partidos que amplifique el debate interno entre formaciones

Ahora bien, hay un detalle importante que puede condicionar hacia ese grupo común decisorio el desenlace de este proceso. Y es que la ponencia organizativa aprobada en la I Asamblea de marzo es incompatible con esa bicefalia. Concretamente, el título 3, sección E indica: "La Coordinación General ostenta la función de portavocía general y máximo representante de Sumar, tanto a nivel político como institucional. Será la responsable final de la coordinación general de todas las actividades de Sumar". Por lo que, para hacerse, debería reformularse el documento mediante una nueva asamblea que así lo decida. Lo especifica el punto B del mismo título: "La ratificación de cualquier modificación de los documentos Político, Organizativo, Protocolo de Igualdad y Código Ético, así como de las normas de funcionamiento".

Lo que está claro es que políticamente Díaz seguirá teniendo un peso inmenso en la toma de decisiones. Por lo que el perfil electo, de haberlo, tampoco puede tener un reconocimiento amplio. Exige discreción. Hay algunas personalidades dentro del órgano que tomará esta decisión que ya se han posicionado al respecto. Es el caso de Francisco Sierra, diputado por Sevilla. Que, en una vuelta de tuerca nueva, opta por una bicefalia diferenciada a la que se contempla. Expone la existencia de una dualidad, como la del PNV o de EH Bildu, en la que exista una dirección orgánica en la que dejar fuera a Díaz, y otra dirección política liderada por ella. El reto, en todo caso, sigue pasando por la cohabitación con los socios y como se tejen los objetivos comunes que se comparten. Entre otros, de agenda social.

Hay una nueva asamblea fijada para otoño, lo que abre la posibilidad de cerrar ahora el debate, trabajar internamente con los partidos en cerrar la mejor fórmula, y presentarse a esa asamblea con una renovación de documentos y el replanteamiento definitivo de la marca. Mientras tanto, Díaz desde el Gobierno pide centrarse en legislar. De fondo: un notable enfado en IU y Más Madrid, por, pese a ser socios de peso interno, quedar excluidos de las europeas en detrimento de Compromís, que ha quedado al margen de ese proceso.